—¡voy a matarla!— resopla el alfa caminando de un lado a otro apunto de colapsar por la ira ¿cómo era posible aquello?—no actúes por impulso, ni siquiera sabes si es ella realmente— destroza lo que hay a su paso y le grita —estoy muy seguro que esa es jade, la jade que yo conozco, o creía conocer, por que nunca me dijo la verdad. Ella siempre supo quién era yo y quienes éramos nosotros y aún así, nos vio las caras de payasos, siempre te lo dije que no era de fiar, pero insististe, posiblemente le hablará de mí y los guiará hasta este lugar— pese a todo el beta lo intenta convencer —ella no lo hará, ha pasado mucho tiempo desde su partida, además jade había escapado bien lo escuchaste decir, acuérdate de sus cicatrices, no es normal que la hija de un alfa tenga su piel llena de cicatrices, una princesa no lleva tantas marcas en su piel, ella también pudo estar asustada, no la juzgues sin escucharla—El se queda pensativo, pero la furia y la tristeza son eminente dentro de él, en otr
Jade se despierta agitada buscando por todas partes —alfa...— se levanta de la cama mirando por todas partes y sale al balcón —¿fue sólo un sueño?— pasa la mano por su cara agitada con frustración y camina fuera de su habitación. Sin rumbo sale de la mansión y los guardias la detienen —vuelve a dentro, señorita— ella busca hacia los lados esperando ver algo o tal vez a alguien y vuelve a frotar sus ojos —quiero ir al jardín——no tiene permitido ir al jardín de noche, vuelva adentro, no me haga alertar al alfa ronan— con decepción camina nuevamente a la casa y Justo se encuentra con ronan, estaba sin camiseta y llevaba en su mano una copa de vino —¿a donde estabas tú?— ella empieza a sangrar de la nariz un poco —¡que mierda!— y corre alejándose de él y encerrándose en su habitación.***A la mañana siguiente toma el desayuno con Ronan, en silencio sintiendo la mirada penetrante de él y dos lobos entran al comedor —alfa, permiso para hablar——hablen——alfa, dos de nuestros lobos e
—¡Maldita sea!— corro nuevamente a Cirius y me adentro sigilosamente; por desgracia hay un lobo custodiado el balcón de su habitación desde la planta baja y no tengo más remedio que saltar sobre él y desgarrar su cabeza sin hacer ruido. Le rasguño el pecho y los brazos, así empezaría a causar un poco de terror, ellos necesitan sentir miedo nuevamente. Subo por el balcón y entro a la habitación.Mi cuerpo se queda pasmado ante la escena de jade en la bañera y su sangre derramada por montones en el piso. En ese momento quería imaginar que todo lo que veía era producto de mi imaginación y que esa no era ella. Corro a sacarla de prisa y veo sus heridas profundas, la sangre se había coagulado y su corazón latía muy despacio.—¿Qué hiciste? ¿Por qué volviste a cometer esta locura?, ¿Por qué te encargas de hacerme la vida imposible? ¿Eres tú mi castigo, jade?—La cargo en mis brazos mientras caigo al suelo desesperado y trato de darle mi calor quitando la molesta ropa de su cuerpo y lo más r
—¿No crees que estás actuando apresuradamente?—arlo camina detrás del alfa nervioso a pasos agigantados. Alastor se detiene. —¿Apresuradamente? Ja, esperé 50 años para poder vengarme de esos infelices. ¿Y me dices que estoy siendo apresurado?— —Es que... saliste muy enfadado, esta mañana a confirmar si lo que había dicho esos lobos era cierto y de pronto llegas y dices esas cosas, en tu rostro ya no hay cicatriz. ¿Hay algo más alfa? No hablaste mucho de jade al respecto, ¿qué pasó con ella, realmente?— Entró a la habitación y se quitó los zapatos y los pantalones entrando a la bañera. Levanta la cabeza y gime suspirando por lo bien que sintió el agua antes de confesarle lo que había hecho. —mordí a jade—. Su cabeza explotó y quedó en blanco por cinco minutos, se había congelado del shock, esperaba cualquier respuesta, pero eso lo impactó demasiado. ¿El alfa testarudo, que no se mezcla sentimentalmente con mujeres, hizo qué? —Necesito que vuelvas a repetir lo que me acabas de dec
Despierto aturdida, ¿por qué estoy viva? Me hago esa pregunta sin respuesta. Miro sigilosamente sin levantarme de la cama, siento que mi vista está más clara y no entiendo por qué. Fuera de esta habitación hay tanto alboroto, pero ¿desde cuándo escucho tan bien? Me siento en la cama y miro mis muñecas, no hay heridas... la puerta es abierta de repente y me cubro. Ronan entró con dos lobos buscando algo o a alguien. No digo nada pese a que me fastidia que entre sin mi consentimiento, pero necesito organizar mis ideas y ahora no estoy para oírlo cacarear.No sé qué pasó después de que me intenté suicidar; sin embargo, no tengo ni una sola cicatriz y tengo una sensación en mí, familiar, algo que no había sentido antes.—¡Buenos días!—Me mira queriendo interrogarme con la mirada, pero únicamente frunzo el ceño.—¿Pasa algo?— Mi voz es pastosa, los lobos miran por mi balcón y olfatean todo, incluso buscan debajo de la cama y en el clóset. Sigo perdida porque no entiendo qué sucede.—Aquí
Cuenta la leyenda que un alfa llamado Alastor Bismarck, rey de la manada «luna blanca» fue castigado junto a todos sus lobos por la diosa luna. El pecado de ellos fue la maldad de su corazón, se destruían entre ellos y la codicia y vanidad los hacia no querer darle lugar a las lobas solteras o comprometidas abusando de ellas y quitándoles sus purezas. hacían mal a otras manadas provocando así, que todas estuvieran en contra de ellos, ya que muchas veces les robaban las mujeres qué, desde su codicia y egoísmo ellos deseaban. El alfa Alastor, era el más pequeño de cinco hermanos, pero el más sangriento y despiadado, y decidió quitarle la vida a todos sus hermanos para quedarse con el trono antes de tiempo. Tuvo un reinado próspero y fértil, pero estaba basado en la lujuria y vanidad y solo derramar sangre los hacía sentirse saciados, cualquiera que se atreviera a enfrentarlos no dudaban en derramar su sangre, inocente o culpable todos pagaban a una. Causaban el terror a su paso y eran
Cómo cada día los lobos de Luna blanca fueron en busca de agua y a cazar. Ya habían pasado cinco días desde la última caza y el hambre los atacaba.Mientras caminaban y discutían entre ellos, Arlo bufaba, pues eran tan infantiles para su gusto y hablaban tantas estupideces, que lo abrumaba su falta de inteligencia y sus pocas capacidades para pensar.—¡Agh! estoy cansado de esta maldita vida, soy un lobo de guerra, no un esclavo que tiene que buscar agua para que Alastor se lave el culo todos los días—Los demás se ríen y Arlo quien se veía como un lobo débil le gruñe enfadado.—si mantienes la boca cerrada posiblemente no le diga al señor alfa que te arranque la lengua, Clark—El abucheo de los lobos lo hizo enfurecer y soltar el cántaro para el agua, pues Clark era agresivo y uno de los que quería la cabeza de Alastor en secreto.—¿crees que porque eres la marioneta de él, te tengo miedo?— un gruñido salió desde lo más profundo de él anunciándole que quería pelea y Arlo espetó en t
Se levanta, la mira unos segundos y se va a su habitación, arlo le pregunta: —¿qué hago con ella?— pero él solo lo ignora y sube las escaleras, llega a su cuarto cierra la puerta y siente como sus rodillas flaquean, frota su mano y después de tantos siglos sonríe con calidez humana, era bueno volver a sentirse vivo después de tantos siglos, pero cierra su boca y cierra los ojos —no me vas a jugar una mala pasada diosa, no se que quieres lograr con esto pero no, ella no huele como una mujer fuerte es pequeña y débil como si su cuerpo se fuera a romper— Rechina sus dientes, pues estaba molesto, de igual forma no habían condiciones para tener una mujer en el castillo, pero su corazón no para de latir, ese aroma estaba metido entre sus fosas nasales y no sabe que hacer, jamás pensó que sería posible que una mujer llegara a su vida. Volvió a bajar las escaleras después de unas horas, la chica estaba siendo alimentada, aún con las manos atadas —¿QUIEN LOS MANDÓ ALIMENTARLA? USTEDES N