°Narra Morelia Dalas°
—¿¡Qué!? —exclamamos al mismo tiempo, Maycol y yo.
Dirigimos nuestros rostros pálidos entre ambos, y luego las regresamos a ellos.
Maycol se encuentra a mi lado. Por el mismo motivo de no mostrar ningún problema, nos hemos sentados juntos como lo usual.
—Sabía que estarían sorprendidos a la aprobación de su padre. —Mi madre muestra alegría y con emotividad, sujeta más fuerte la mano de mi padre—Querido has hecho bien.
Me encuentro más confundida que nunca. ¿Cómo se le ocurrió esta locura a mi padre?
—Mis hijos… —suspira—, fue complicado decidir el aprobar algo entre ustedes, por el mismo motivo de que los dos han crecido juntos, todo lo he sentido demasiado extraño para mí. Sin embargo, la realidad es otra, ustedes no son hermanos. Quizás era inevitable si alguno sintiera algo por el otro. Lo comprendo. Conozco a Maycol perfectamente, sé el corazón que tiene, y aunque la noticia
°Narra Morelia Dalas° Me quedo viendo hacia el suelo. Estoy sentada en el filo de mi cama, mientras aún mantengo apretando en puños mi sábana. Mi mente está nublada. Me siento muy deprimida.Respiro hondo y trato de recuperarme. Mis padres se encuentran esperándome afuera, así que pienso que es hora de salir. Los he hecho esperar varios minutos. Es suficiente.Me pongo de pie y me observo en el espejo de mi cuarto. Me acomodo la cola de mi cabello y fuerzo una sonrisa para animarme. Hoy, se supone que debo pasarla bien con mis padres por el día de mi cumpleaños, y no estar así de esta forma.Tiro un resoplido y más calmada, salgo de mi habitación.Mi padre que se encuentra en el mueble se levanta de inmediato.―Hija… ―me dice con una expresión como de haber cometido un delito.Yo sonrío y acercándome a &ea
°Narra Morelia Dalas°Abrazo a mi padre mientras maneja en dirección al hospital. Por alguna razón, me mantengo fuerte, o al menos eso es lo que tengo que demostrar para que mis padres también tengan fortalezas.Aunque mi padre esté en el volante, logro percibir que está nervioso. Mi madre no para de llorar. Acaricio su cabeza, tranquilizándola. Mis lágrimas se han calmado, pero el dolor no. Tengo temor…, temor de no ver de nuevo con vida a mi hermano…Ni bien llegamos al hospital, entramos rápidamente a la sala de emergencias. No nos dan respuestas, solo las enfermeras nos piden calma.Ahora mi padre abraza a mi madre en las sillas de espera, mientras Vicente también está de forma reflexiva en otro de los asientos.De lo que estuve de pie por unos minutos, me siento aún demasiado incrédula de lo que está sucediendo.
°Narra Maycol Bradwy°Estoy aquí…, sigo aquí…, no morí…, ni me siento vivo, ¿Por qué debo de seguir existiendo de esta manera?Hay momentos que escucho a las personas a mi alrededor, como que también hay momentos en la que me pierdo en mí mismo, y, solo me encuentro en sueños profundos en donde me veo junto a mi familia Bradwy y mi familia Dalas.No es fácil. Nunca pensé terminar en este estado. Definitivamente fui un descuidado.Respecto al tiempo que me encuentro así, puedo calcular que ha pasado pocos días, exactamente no sé cuánto, pero de una semana no excede.Ha sucedido varias cosas…, cuando me encuentro despierto escucho a mi madre y a Morelia llorar, mientras la voz de mi padre con voz calmada constantemente trata de tranquilizarlas.Quisiera despertarme, y decirle sobre todo a Moreli
°Narra Morelia Dalas° Al desbloquear mi celular, con anhelo y decepción, veo los mensajes sin respuestas que le hice a Kenny. Desde hace tres días que se fue a su viaje de negocios, no hemos tenido la oportunidad de hablar. Me siento demasiado triste. Aparte de ello, mis nostalgias no bastan, todos pensábamos que mi hermano se despertaría ese día, pero no fue así. Luego de aquel movimiento impredecible, lo vinieron a observar, y el doctor con altas expectativas, nos dio esperanzas de que podría despertar en cualquier momento. Pero al final, hasta ahora no sucedió. Hoy en la mañana vino a chequearlo y lo que nos dijo, me dejó más deprimida. "Lo lamento, no quise darles falsas esperanzas. Esto siempre sucede, a veces los pacientes suelen tener reflejos involuntarios" Permanecí fuerte ante la noticia, ya no quise seguir llorando delante de mis padres, y retomé mis fuerzas para consolarlos. Por otro lado, supe de
°Narra Kenny Stewart° ˜Días atrás…˜ ―Bien, ¿Qué es lo que querías decirme? ―le cuestiono a Jessica en frente de mí, ni bien me siento en la mesa de una cafetería de Starbucks en la que decidimos encontrarnos. ―Necesitaba verte, Kenny. ―Solo acepté venir porque me dijiste que tenías algo importante para mí ―le contesto sin amabilidad en mi voz. Ella resopla y toca mi mano que se encuentra sobre la mesa. ―Kenny, ya no me trates así, por favor. Quiero estar en buenos términos contigo. Alejo mi mano de la suya. ―Yo también quiero estar bien contigo. Pero ya no más de esta forma. Ambos hemos tomado distintos caminos, lo sabes bien. ―Yo…,
°Narra Kenny Stewart° ―Dos días, han pasado dos días ―susurro, acostado en la pared. No tengo fuerzas para mantenerme de pie, solo permanezco sentado. El desgraciado de Weber me ha mantenido encerrado, sin agua, sin comida. Antes de adentrarme aquí, me quitaron todas mis cosas. No he podido comunicarme con nadie. Me pregunto si Oliver, con su esposa y su hijo, ya estarán al seguro. Imagino que si habrá leído mi mensaje. Días después del accidente de Maycol, logré concretar la reunión con mi hermano. Pude confesarle todo lo que venía sucediendo. Él no demoró en preocuparse, por supuesto que su familia corría peligro si mi madre tenía el respaldo de alguien poderoso. No podía brindarle algún tipo de idea de lo que ellos exactamente tenían en mente, pero de todas formas debíamos ser precavidos. Junto con él, llegamos a organizar un plan de emergencia. Si en caso las cosas se ponían más complicadas, ellos debían irse fuera del paí
°Narra Kenny Stewart° ―Estás aprendiendo muy rápido. Estás comenzando a decir cosas que me hacen avergonzar.Luego de varios minutos de demostrarnos nuestro amor, le comento agraciado, mientras nos observamos cariñosamente frente a frente, recostados sobre la cama en posición de lado.―Eso fue injusto. ―Morelia me muestra su inconformismo.―No seas tan atrevida… que me volveré loco ―le digo, acariciando su sonrosada mejilla―. Y eso no es una buena idea.Ella ríe.―Quiero conocer esa locura ―me responde con timidez. Pero que, ante mis ojos, la logro percibir de una forma tan sexy.«Control, control»―Lamentablemente, podría considerarlo si me lo pides de esa forma. ―Sonrío y la le robo un beso.―¿Te duele? ―me pregunta de repente.―¿Mmmm? ―Arrugo mi entrecejo.―Tu espalda, ¿te duel
°Narra Morelia Dalas°Trago saliva, al ver la gasa ensangrentada de la espalda de Kenny, mientras se sienta en el ras de la cama delante de mí. Hace un momento, cuando la situación se calmó, le dije que deseaba revisar su herida, así que he acomodado a mi lado el botiquín de primero auxilios.―¿Esto te lo curaste hace poco? ―le cuestiono, acercando mi mano hacia la gasa para poder retirarlo y limpiarlo.―¡Ah! ―exclama, haciéndome alejar mis dedos por el susto.―Lo lamento.Él niega, como tratando de decir que no me preocupe. ¿Cómo no podría hacerlo?―En realidad, yo solo, hice lo que pude cuando regresé a la ciudad ―me responde enderezando su espalda. Al parecer aún le duele―, pero no he tenido la oportunidad de permitir que alguien profesional me lo revise.―Estuvimos en el hosp