-Pero... ¿No tiene nadie con quién hablar? ¿Alguien que la escuche para que pueda desahogarse un poco al menos? ¿Alguna amiga?- Evita tocarla cuando nota que no desea que lo haga y se mantiene al margen pero se levanta y se acerca hacia la cama, acomodando la cobija de la Reina ya que hacía algo de frío. -Entonces puede que nos eche a todos de nuevo cuando se aburra de nosotros, ¿no?- Baja un poco la cortina para que el sol no le dé en la cara pero si en el cuerpo y se caliente un poco más.
-Es lo habitual, siempre que puede solo da la orden al azar donde selecciona con su dedo quien se va o quién se queda; es su mandato. No quiere a nadie cerca, solo los soldados se quedan pero las sirvientas, mayordomos, jardineros, caballerangos, cocineros y hasta de limpieza se van. No importa si tienen toda su vida trabajando, simplemente los corre con sus pertenencias y un pago del mes, meses o años que trabajaron a su lado, aún así no deja que nadie le hable o se acerque.- Se bajo de la cama para caminar hacia el desayuno y beber algo de agua fresca. -Te preguntarás por qué te lo digo todo esto. Es porque ya no lo soporto, incluso cuando ella trata de alejar a todo el mundo, hasta a mi me deja a veces sola cuando mi deber es protegerla. Pago los platos rotos cuando trato de hacerle ver las cosas que está haciendo mal hacia ella misma.-
-Tal vez... Podría hablar con ella. No presionarla pero si estar cerca para ayudarla con algunas cosas.- Se acomoda su gorro nuevamente pero deseaba revelarle quién era y aún no era el momento. Ve que Joselinne se remueve y sigue dormida pero al escuchar como maulla ligeramente, la hace sonreír. -Es tierna en realidad. Sonó como una gatita.- Tose un poco y ve a la Guardiana. -Se leer y podría ayudarla con algunos papeles que no fueran serios. Así no creerá que deseo hacer mal uso de ellos.-
-Tal vez... Aunque ella se encargaría de todo igualmente.- Ve que está pateando las sábanas donde salta a su cama para acomodarse mejor para que la abrace y no se sienta sola de nuevo. -Ya... Ya... No pasa nada.- Colca su cabeza sobre la de ella para poder ver lo que ella soñaba. -Está soñando con la muerte de su padre, puedo sentir su miedo ahora.- Ahora deja de moverse para seguir durmiendo. -Andrew... Sálvala. Se está matando, no come bien, bebe cuanto puede y está llegando a la locura de morir en cualquier momento.-
Salvar a la Reina era un trabajo realmente grande y no sabía si realmente podría hacerlo.-Le puedo aligerar la carga para que no se estrese con cosas pesadas.- Ve que se remueve y se arrodilla para cantarle algo que la calmaba a ella cuando estaba enojada o triste y que su difunta madre le había cantado de pequeña. -Esta vez, puedo ver... Los recuerdos me envuelven... La canción que escuché... Una vez en diciembre... Me adoraban con fervor... Como extraño sentir amor... Quién gozaba al bailar un vals... Inmemorial...- Ve que se empieza a relajar y sigue en la misma posición para que siga durmiendo tranquila. -Me adoraban con fervor... Como extraño sentir amor... ¿Quién gozaba al bailar un vals inmemorial? Lejos fue, tiempo atrás. Poco a poco se pierden... Lo que amé, de verdad... Más conservo en mi mente... La canción que escuché...- Le acomoda un mechón de su cabello a Joselinne sin darse cuenta y tampoco que su voz había cambiado, delatando lo que era en verdad.
Lo escucha cantar y se apartó para que pueda Joselinne pueda escucharlo mientras se queda mirando a Andrew por cómo la trata y puede controlar su voz, la cual había cambiado y así pudo saber qué es lo que escondía en verdad pero también siente que ella empieza a llorar de nuevo, así qué con cuidado coloca su pata sobre las manos de su protegida. -Sigue descansando, Joselinne. No estás sola.-
Junta su frente con la de ella. -Andrew, gracias... Quédate 2 horas más, no diré lo que eres realmente y...- Con su hocico levantó la almohada para que saque la botella de vino. -Saca esto, no debe beber más, está al límite de ser una alcohólica en proceso.-
-Sí, mi señora.- Toma la botella y bota el líquido en la chimenea apagada para luego arrojarla por la ventana. Caería cerca de los arbustos y se rompería. Le preocupaba que ella supiera su secreto pero era una criatura mágica, así que supuso que ya se había dado cuenta de su disfraz Vuelve y saca el resto de las botellas que había en la habitación, haciéndolo mismo para luego sacudir sus manos y vuelve a estar arrodillada delante de la Reina. -¿Qué más puedo hacer?- Ve que está algo relajada y decide contarle un cuento que a ella le encantaba sobre las aventuras de un chico buscando un tesoro en una isla desconocida.
Victoria sigue escuchando su voz donde sonríe por el cuento que le dice a su protegida, solo para ronronear feliz de que está entendiendo la situación y se siento mejor cuando Joselinne está descansando, hasta que despierta estirándose en la cama donde la ve. -Buenos días, mi Reina, ¿estás bien?-
-Si...- Se estira en la cama para abrir bien los ojos y ver al mismo sirviente de ayer pero frunce el ceño ya que ningún hombre debería estar en su habitación. -Buenos días.- Se levanta de la cama para ir al baño. -No sé por qué Victoria te dejó entrar, sabiendo que eres hombre pero me molesta que hagan las cosas por mí o no me avisen de esto, solo prepara el desa…- Nota que tiene su desayuno, así que entra al baño sin decir nada más para meterse a bañar un largo rato ya que era muy pulcra con su higiene.
Se retira cuando la Reina se levanta y va acomodando la cama para luego acomodar las flores en la almohada de forma elegante para ella. También hace lo mismo con el cojín de la señora Victoria y se levanta de nuevo para arrojar la última botella que había dejado escondida debajo de la mesita. -Ya está.- Le susurra bajo a la tigresa de bengala blanca.
Victoria se quedó a lado de la mesa donde estaba el desayuno y ve que sus patas se están curando poco a poco cuando siente que Joselinne va curando sus propias piernas, lo hace que también sienta alivio. -Me encanta... Cuando está de buen humor.- Suspira y se sacude ligeramente para quedarse sentada y la espera para que salga.
La Reina sale después de 25 minutos y lo hace con una bata de baño suave pero va hacia su clóset, notando que el chico seguía ahí pero estaba cerca de la puerta y le daba la espalda a la habitación cosa que estaba bien realmente. Saca un vestido y se coloca su ropa interior detrás del probador y el vestido ya que no necesitaría amarrar nada y al terminar, va al tocador para hacerse su propio peinado.
-¿Algo más que necesite, Majestad?- Annabelle siente que Victoria había empujado su pierna, señalándole que ya podía voltearse y va hacia la mesa donde está el desayuno para destaparlo y que ella pudiera comer relajada per que si comiera un poco más. Ahora debía ir a las otras habitaciones a buscar más botellas y deshacerse de ellas.
-Por el momento no, estoy bien. Solo limpia la habitación y gracias por los flores. Por último… Las cortinas las quiero con esencia de lavanda todo el tiempo en la habitación y la oficina también.- Toma un poco de té donde le pone azúcar pero no demasiada. -Dile a la ama de llaves que te enseñe todo lo que ella hace en los cuartos, pisos, cortinas, platos de comida y todo lo demás y si te cuestiona, enséñale esto.-
Hace que Victoria le entregue una pequeña bolsita de piel. -Dentro tienes un collar con una joya llamada amatista.- Sigue comiendo ya que esta vez, no sabía tan insípido.
-Ese collar significa que serías uno de las sirvientes personales de la realeza británica y estarás en entrenamiento pero aún así debes esperar fuera la próxima vez ya que eres hombre. Siéntete orgulloso de ese título, serías el primero en el tiempo que ella ha llevado reinando.- Se acerca a su comida para comenzar y bebiendo mi agua fresca que le había traído.
-Ella lo está haciendo, Majestad. A veces la ayudo más debido a que se cansa fácilmente por el dolor que sufre en una de sus piernas.- Acomoda las cortinas y saca las lavandas que llevaba en el delantal para colocarlas ahí y que su esencia durara más. Toma la bolsita que le ofrece Victoria y la abre para ver un hermoso collar con una amatista morada. -Gracias, Majestad y a usted, señorita Victoria.- Hace una reverencia y alza la cesta con la ropa sucia mientras guardaba la bolsita el bolsillo de su pantalón para que no se le perdiera.
-Dile a una sirvienta que te ayude con la ropa y llévate esto, terminé de desayunar- Había dejado menos de la mitad de todo esta vez solo para ir a la entrada. -Estaré en la oficina y más tarde saldré, así que quiero que pases tiempo con Victoria, tengo mucho trabajo y cura sus patas traseras.- Sale de a habitación de forma elegante para irse a trabajar. Había recordado lo que tenía que hacer hoy y eso la molestaba.
-Está de mal humor... Cuando no quiere que entre es porque planea algo grande siempre lo hace para que yo no esté en peligro o que no me preocupe por ella pero eso es inevitable.- Suspira y mira a Andrew. -Vamos con la ama de llaves, yo le explicaré todo.-
-Si, Majestad.- Asiente y hace una reverencia cuando se va de la habitación para seguir a Victoria. -Solo espero que no se enoje más cuando vea que no hay licor en su habitación más tarde pero me falta la biblioteca y su estudio personal.- Llega a las cocinas y deja la bandeja de comida ahí para luego bajar a la lavandería con ella y buscar a la señora Estela que le enseñaba lo del Castillo al resto de los sirvientes.
La mayoría saludan a Victoria con educación y reverencia cuando pasa ya sea por educación o porque la conocen, excepto los guardias pero ellos debían estar alertas todo el tiempo. Al llegar finalmente con el ama de llaves ve que está planeando una cena que tendrán dentro de un mes, por orden de la Reina. -Señora Estela, ya debe conocerlo pero aquí está Andrew y será uno de los primeros sirvientes personales de la Reina Joselinne y quiero que le instruya todo su conocimiento a él desde cómo vestir, modales, porte y demás tareas. Tiene un mes, no… Mejor dicho, 15 días empezando desde hoy.- Mira a Andrew a los ojos directamente.-Cuando tengas tus horas de comida, ven a vernos en el estudio de manera inmediata y con una tasa de té con una rebanada de pastel de fresas, por favor. Otra cosa, señora Estela, sea consciente que tiene 15 días para hacer al joven Andrew un auténtico caballero y sirviente personal de la Reina, si no... Pasará sus últimos días en el calabozo del Castillo.--Si, m
Joselinne termina de adelantar los proyectos y comenzar otros que necesita la gente de su Reino y debía reunirse con los consejeros antes del banquete para proclamar las nuevas leyes modificadas por lo que ha visto en algunos lugares cuando compró a los sirvientes y también para pasar del pasillo extenso a ver en las sombras a los sirvientes trabajar para ella y el Castillo. Tenía que planificar bien lo del contrato matrimonial con alguien para poder acceder al dinero de su herencia. Ver cómo conversan, ríen, se quejan o hasta coquetean con miradas a la persona que les gusta donde solo ve desde afuera de su mundo, hace que desee volver a esos días donde su padre, su madre y ella iban a comer con ellos o cuando los ayudaban a hacer los banquetes de las fiestas importantes y a comer un poco de todo, con la excusa de aprobarlo. Todo eso era lo que quería pero ahora solo observa por una pequeña rendija de la puerta que todos están bien y contentos de estar en el Castillo, aunque también c
-¡Ustedes lo tienen todo! ¡¡TODO!! ¡MI DESTINO ES ESTAR SOLA! ¡¡ESE FUE EL TRATO!! ¡¡ES COMO OBTUVE A VICTORÍA E HICE EL TRATO CON LA BRUJA OSCURA Y NO CON LA BLANCA, POR HERENCIA DE LA FAMILIA!!- Empieza a secar sus lágrimas, sin emitir un sonido de sollozo pero si de respiración agitada, no quería derrumbarse delante de él pero estaba muy cansada de todo.-¿Por qué hizo ese trato? ¿Qué le ofreció para que aceptara?- Se levanta rápido y cierra la ventana y evita que se acerque para abrirla de nuevo. -Claro que sé lo que es eso. ¿Cree que esta vida es la que uno mismo escoge? ¿Qué yo quería vivir lejos de la familia de mi madre? ¡¿Fue mi decisión que abusaran de mi hace años como pago por recibirme?! ¡No me diga que no sé lo que es la soledad! ¡Sé muy bien lo qué es!- Se obliga a calmarse, aún manteniendo su voz de hombre. -¡Tiene a Victoria! ¡Se muere de preocupación por usted! ¡Anhela ayudarla! No todos desean hacerle ningún mal.- Suspira y se aleja mientras se frota su hombro. -No
Cuando Joselinne despierta, sabe que debe irse de viaje y aunque no deseaba hacerlo, debía cumplir con sus deberes. No quería pensar en lo que había pasad en la torre mientras se colocaba su vestido pero la oferta de su sirviente Andrew era tentadora. Tendría a alguien con quién hablar y no sentirse tan sola pero si le pasaba algo… Estaba indecisa. Se termina de alistar y va sale de su habitación para bajar por las escaleras, al lado de su Guardiana. -Te vez bien luciendo el vestido.--Cállate, Victoria. Sabes que odio cuando uso vestidos de fiesta, excursión y corona.- Se sube al carruaje donde los guardias, 3 de ellos, se colocan en cada puerta y uno al lado de paje que guiaba los caballos. -Vámonos, ya es hora.- Da la orden para que todos avancen y habían 2 sirvientas en la parte de atrás pero eran las más antiguas y no le tenían tanto miedo a la Reina como las nuevas sirvientas recién llegadas.Se queda cerca de la ventana del segundo piso mientras ve como Joselinne se sube al car
Andrew se sienta al lado de ella y va memorizando de nuevo el orden de cada cubierto mientras repasa cómo tocarlos, cómo usarlos y también lavarse las manos correctamente. Toma la copa también y finge que bebe algo para luego dejarla y siente algo de hambre pero comería más tarde en la noche.Victoria espera que les sirvan la comida donde ve sus trozos de carne y los va comiendo de 1 en 1 uno pero se detiene cuando ve que él que no quiere comer, así que se detiene para verlo u tiene una idea. -Andrew, ¿podrías comer conmigo, por favor? Verás, me gusta comer acompañada de alguien más. No soy como las demás personas que comen en el salón de forma elegante, no me gusta- Sigue comiendo donde toma otro trozo de carne.-Amm... Claro.- Se encoge de hombros y toma de la misma comida que comen los otros sirvientes pero practica cómo comer correctamente ya que no deseaba hacer quedar mal a la señora Estela y demostrarle a la Reina Joselinne que podía estar a su lado sin molestarla o que se preo
Joselinne ve que tiene algo en el pecho y se da cuenta de que son senos, justamente como ella y también tiene las partes íntimas de una mujer pero la extraña marca en su cadera… No se le hacia familiar. Incluso logra notar algo más sobre sus partes y jadea un poco. Eso la pone nerviosa y también siente algo cálido en el cuerpo pero no quiere ver más, así que cierra los ojos, cubriéndolos con su mano pero de nuevo la curiosidad la está matando y quiere seguir mirando como sus senos también sobre salen un poco. Eran más grandes pero seguramente usaba algo para que fueran planos.-¿Qué hago? -¿Qué hago? ¿Qué hago? ¡No puedo salir así!- Con mucho cuidado va hacia atrás, donde rompe una rama pero cuando ve que Andrew se voltea y posiblemente la descubre, se golpeó con un árbol en la cara. -Duele, duele, duele…- Se cubre el rostro por el dolor que siente en la frente y nariz.Escucha ruidos detrás de ella y se maldice por su descuido para colocarse el pantalón y la camisa rápidamente y lueg
Quería sonreír por lo que hacía por ella pero mejor se resignó a que solo sea su sirvienta personal donde deja que toque su cabello y ella misma se pone un poco de maquillaje, resaltando sus ojos y mejillas, colocándose un color rosado en los ojos y color coral en sus labios. -Bien, no puedo hacer más... No nací con la belleza de mi madre pero es un avance.- Suspira un poco para verse al espejo donde se siento mal, así que solo cierra los ojos para evitar colocar sus manos sobre su cabeza.-Es cierto, no puede compararse.- Termina de hacerle el peinado. -Es más hermosa que ella, si se me permite el comentario.- Y en verdad lo era. Cuando no usaba maquillaje, se veía adorable y le gustaba pero no quería perder la confianza de su Reina por hablar demasiado antes de tiempo. -Ya todo está listo y puede ir a verificar que todo esté en orden.--Ya veremos en la cena de hoy, solo quiero saber todo lo que has aprendido.- Se levanta para ir a un cuadro donde tiene una pared falsa con las joyas
Mientras la escucha, sigue mirando su cara, donde se ve que en verdad salió del infierno para estar en un lugar mejor pero sigue sintiendo que algo que no está bien del todo pero seguramente se debía a todo lo que había pasado. -Entonces estás un poco feliz estando aquí, ¿no?- Mira su rostro donde me acerca un poco más a ella. -Es por eso que te defiendes de todo y mantienes ese disfraz, tuviste una vida más dura que la mía, no se compara realmente y yo me estoy ahogando en un vaso vacío.- Baja la mirada, sintiendo algo de pena por ella pero no le daría una mirada de lástima para no lastimar su orgullo. -Lamento preguntar sobre tu pasado, no debí hacerlo y no era de mi incumbencia.- Se abraza a si misma.-Lo estoy. A excepción de esos estúpidos caballeros, aquí me siento relajada y no tengo tanto miedo ahora. Me he entrenado desde esa tercera vez que me sucedió para nunca más dejar que nadie me tocara, no era fácil con ellos pero al menos no terminé castrada o peor.- Sonríe más relaj