_ De que estás hablando? A que te refieres?_ dijo ella casi inaudiblemente.
_ Por favor! Si que eres buena actriz, te felicito, estoy realmente impresionado_ continuó él sarcástico_ gracias a tu treta de anoche, mi padre me obliga a casarme contigo para proteger el buen nombre de la familia, estamos en medio de unas negociaciones importantes y tú show puede poner en peligro todo por qué hemos luchado, muchos habitantes de la ciudad tendrían una fuente de empleo. Pero claro ese tipo de cosas no le debe importar a alguien como tú.
Ares nunca se había hallado frente a una intrigante tan calculadora y, sin embargo, cuando la miraba a los ojos, veía miedo y vulnerabilidad.
Ella temblaba y respiraba entrecortadamente.
_ Eso no es cierto_ agregó agitada_ mis padres jamás permitirían que me casé con un hombre tan asqueroso como tú, alguien que me drogó y me violó, sin importarle nada más. Te odio, lárgate, no quiero volver a verte_ gritó ella.
_ Excelente actuación Hanah, realmente me quito el sombrero ante tu astucia_ se acercó a ella y la agarró de los hombros con fuerza. Por un momento se le pasó por la cabeza estrecharla entre sus brazos y castigarla con sus besos hasta que suplicara perdón y le confesara todo _ Nunca me había enfrentado a un plan tan monstruoso y osado _ la soltó y se apartó de ella. Temía perder el dominio de sí mismo que tanto había cultivado, como hombre respetado de negocios.
_ De que estás hablando?_ dijo ella aturdida.
_ Tu padre, convenció al mío Hanah. Pero realmente creías que me ibas a convencer a mi? Cuando tú misma te entregaste a mi, te me ofreciste, te la pasaste toda la noche coqueteando conmigo, hiciste que te fuera a buscar una copa y te me desapareciste, luego te encontré oculta en la oscuridad. Fui un imbécil por haber caído en tu trampa, en tú plan para forzarme a casarme contigo. Si lo que buscas es dinero, déjame decirte que te sentirás desilusionada porqué apenas pueda me voy a deshacer de ti y te echaré a la calle sin un centavo, eso te lo aseguro_ le señalo Ares despiadado.
_ Eso no es cierto, no me interesa tu dinero _ ella se tenso_ Yo no, no... _ Hanah se frotaba las sienes_ Solo recuerdo cuando llegue al baile, unos niños jugaban debajo de una de las mesas, y luego tú me abordaste y me diste la copa de vino, fue lo único que tomé, después de eso todo es sombra y oscuridad, no recuerdo nada más.
_ Si claro que conveniente para ti _ murmuró él.
_ O conveniente para ti _ se aventuró a decir ella.
Provocando la mirada de desprecio de Ares.
_ Si, ya entiendo_ dijo él con intención de herirla_ Entiendo que sigues mintiéndome a la cara.
_ Lárgate de una vez, ya no quiero seguir hablando contigo_ gritó la joven.
_ Relájate, no soportó a las mujeres histérica. Insisto en que seas sincera_ recalcó él.
_ Escucha de una vez por todas para que entiendas. No me quiero casar contigo, y tendrán que arrastrarme al altar o amarrarme para que lo haga. Está claro que tú no quieres tenerme cerca y mucho menos casarte conmigo y está más que obvio que yo tampoco quiero. Este desagradable episodio quedará pronto olvidado_ dijo Hanah tratando que finalizar de una vez por todas esa situación que la hería profundamente.
Ares se preguntaba por qué las lágrimas seguían empañando sus ojos.
_ Haré cualquier cosa, si te niegas a casarte conmigo _ dijo ella desesperada.
_ Cualquier cosa?_ murmuró, casi triunfante, levantando las cejas.
_ Si; lo que quieras_ dijo Hanah desesperada_ Si lo que quieres es que diga que te seduje, y te monte una trampa lo haré, no me importa.
_ Y que el apellido y el honor de mi familia quedé enlodado por la duda, pues no; seguiremos con los planes de boda. Pero ten por seguro que te haré pagar esta ofensa. Convertiré tu vida en una m*****a pesadilla _ dijo Ares con desprecio y salió de la habitación furioso.
Hanah lo observó marcharse abatida, aún no podía creer como ese encuentro de una noche con su amor platónico de juventud cambio toda su tranquila y sencilla vida.
Tenía planes de alejarse de aquella comunidad apenas hubiera ahorrado el dinero suficiente para costearse la carrera de literatura que tanta ilusión le hacía, tenía intención de viajar a Inglaterra y vivir allá un tiempo con su tía paterna la viuda Hitdleton, ya había trazado su plan, tenía esperanza de que con el tiempo se olvidaría su obsesión por el joven Ares Prokopis, dejaría atrás esa ilusión que sentía por él. Soñaba con conocer a un chico sencillo que la amara, que compartiera su amor por los libros, la naturaleza y las aventuras, pero ahora estaba en ese horrible predicamento y lo peor, era que aún estaba perdidamente enamora de Ares Prokopis a pesar de que sabía que no debería. Necesita poder odiarlo realmente, era el villano de la historia, y aún así, lo seguía amando.
Jamás se casaría obligada y menos con un hombre que la había ultrajado, por muy enamorada que esté de él. Como podían sus padres permitir semejante aberración, como podían tan siquiera imaginar que ella lo permitiría. Que pretendían que ella hiciera, que caminara hasta el altar con un hermoso vestido blanco, una gran sonrisa en el rostro y esperar a que el sacerdote los hiciera profesar amor eterno frente a la gente de la ciudad que creía que ella era la zorra que llevo al joven Ares Prokopis obligado hasta el altar.
Haciéndole ver a él como la víctima. Cuando era ella la que habia sido vejada. De verdad la comunidad de Snowfiel podia ser tan ruin con ella solo por ser la chica humilde y poco agraciada que era. La mujer invisible que buscaba ser visible ante una sociedad movida por los intereses lucrativos de una minoría. Pues nunca se casaría con Ares Prokopis. Pensó Hanah. Así que debía pensar algo rápido para salir de esa situación. Aunque por ahora nada se le ocurría.
_ De que estás hablando? A que te refieres?_ dijo ella casi inaudiblemente.
_ Por favor! Si que eres buena actriz, te felicito, estoy realmente impresionado_ continuó él sarcástico_ gracias a tu treta de anoche, mi padre me obliga a casarme contigo para proteger el buen nombre de la familia, estamos en medio de unas negociaciones importantes y tú show puede poner en peligro todo por qué hemos luchado, muchos habitantes de la ciudad tendrían una fuente de empleo. Pero claro ese tipo de cosas no le debe importar a alguien como tú.
Ares nunca se había hallado frente a una intrigante tan calculadora y, sin embargo, cuando la miraba a los ojos, veía miedo y vulnerabilidad.
Ella temblaba y respiraba entrecortadamente.
_ Eso no es cierto_ agregó agitada_ mis padres jamás permitirían que me casé con un hombre tan asqueroso como tú, alguien que me drogó y me violó, sin importarle nada más. Te odio, lárgate, no quiero volver a verte_ gritó ella.
_ Excelente actuación Hanah, realmente me quito el sombrero ante tu astucia_ se acercó a ella y la agarró de los hombros con fuerza. Por un momento se le pasó por la cabeza estrecharla entre sus brazos y castigarla con sus besos hasta que suplicara perdón y le confesara todo _ Nunca me había enfrentado a un plan tan monstruoso y osado _ la soltó y se apartó de ella. Temía perder el dominio de sí mismo que tanto había cultivado, como hombre respetado de negocios.
_ De que estás hablando?_ dijo ella aturdida.
_ Tu padre, convenció al mío Hanah. Pero realmente creías que me ibas a convencer a mi? Cuando tú misma te entregaste a mi, te me ofreciste, te la pasaste toda la noche coqueteando conmigo, hiciste que te fuera a buscar una copa y te me desapareciste, luego te encontré oculta en la oscuridad. Fui un imbécil por haber caído en tu trampa, en tú plan para forzarme a casarme contigo. Si lo que buscas es dinero, déjame decirte que te sentirás desilusionada porqué apenas pueda me voy a deshacer de ti y te echaré a la calle sin un centavo, eso te lo aseguro_ le señalo Ares despiadado.
_ Eso no es cierto, no me interesa tu dinero _ ella se tenso_ Yo no, no... _ Hanah se frotaba las sienes_ Solo recuerdo cuando llegue al baile, unos niños jugaban debajo de una de las mesas, y luego tú me abordaste y me diste la copa de vino, fue lo único que tomé, después de eso todo es sombra y oscuridad, no recuerdo nada más.
_ Si claro que conveniente para ti _ murmuró él.
_ O conveniente para ti _ se aventuró a decir ella.
Provocando la mirada de desprecio de Ares.
_ Si, ya entiendo_ dijo él con intención de herirla_ Entiendo que sigues mintiéndome a la cara.
_ Lárgate de una vez, ya no quiero seguir hablando contigo_ gritó la joven.
_ Relájate, no soportó a las mujeres histérica. Insisto en que seas sincera_ recalcó él.
_ Escucha de una vez por todas para que entiendas. No me quiero casar contigo, y tendrán que arrastrarme al altar o amarrarme para que lo haga. Está claro que tú no quieres tenerme cerca y mucho menos casarte conmigo y está más que obvio que yo tampoco quiero. Este desagradable episodio quedará pronto olvidado_ dijo Hanah tratando que finalizar de una vez por todas esa situación que la hería profundamente.
Ares se preguntaba por qué las lágrimas seguían empañando sus ojos.
_ Haré cualquier cosa, si te niegas a casarte conmigo _ dijo ella desesperada.
_ Cualquier cosa?_ murmuró, casi triunfante, levantando las cejas.
_ Si; lo que quieras_ dijo Hanah desesperada_ Si lo que quieres es que diga que te seduje, y te monte una trampa lo haré, no me importa.
_ Y que el apellido y el honor de mi familia quedé enlodado por la duda, pues no; seguiremos con los planes de boda. Pero ten por seguro que te haré pagar esta ofensa. Convertiré tu vida en una m*****a pesadilla _ dijo Ares con desprecio y salió de la habitación furioso.
Hanah lo observó marcharse abatida, aún no podía creer como ese encuentro de una noche con su amor platónico de juventud cambio toda su tranquila y sencilla vida.
Tenía planes de alejarse de aquella comunidad apenas hubiera ahorrado el dinero suficiente para costearse la carrera de literatura que tanta ilusión le hacía, tenía intención de viajar a Inglaterra y vivir allá un tiempo con su tía paterna la viuda Hitdleton, ya había trazado su plan, tenía esperanza de que con el tiempo se olvidaría su obsesión por el joven Ares Prokopis, dejaría atrás esa ilusión que sentía por él. Soñaba con conocer a un chico sencillo que la amara, que compartiera su amor por los libros, la naturaleza y las aventuras, pero ahora estaba en ese horrible predicamento y lo peor, era que aún estaba perdidamente enamora de Ares Prokopis a pesar de que sabía que no debería. Necesita poder odiarlo realmente, era el villano de la historia, y aún así, lo seguía amando.
Jamás se casaría obligada y menos con un hombre que la había ultrajado, por muy enamorada que esté de él. Como podían sus padres permitir semejante aberración, como podían tan siquiera imaginar que ella lo permitiría. Que pretendían que ella hiciera, que caminara hasta el altar con un hermoso vestido blanco, una gran sonrisa en el rostro y esperar a que el sacerdote los hiciera profesar amor eterno frente a la gente de la ciudad que creía que ella era la zorra que llevo al joven Ares Prokopis obligado hasta el altar.
Haciéndole ver a él como la víctima. Cuando era ella la que habia sido vejada. De verdad la comunidad de Snowfiel podia ser tan ruin con ella solo por ser la chica humilde y poco agraciada que era. La mujer invisible que buscaba ser visible ante una sociedad movida por los intereses lucrativos de una minoría. Pues nunca se casaría con Ares Prokopis. Pensó Hanah. Así que debía pensar algo rápido para salir de esa situación. Aunque por ahora nada se le ocurría.
_ De que estás hablando? A que te refieres?_ dijo ella casi inaudiblemente._ Por favor! Si que eres buena actriz, te felicito, estoy realmente impresionado_ continuó él sarcástico_ gracias a tu treta de anoche, mi padre me obliga a casarme contigo para proteger el buen nombre de la familia, estamos en medio de unas negociaciones importantes y tú show puede poner en peligro todo por qué hemos luchado, muchos habitantes de la ciudad tendrían una fuente de empleo. Pero claro ese tipo de cosas no le debe importar a alguien como tú.Ares nunca se había hallado frente a una intrigante tan calculadora y, sin embargo, cuando la miraba a los ojos, veía miedo y vulnerabilidad.Ella temblaba y respiraba entrecortadamente._ Eso no es cierto_ agregó agitada_ mis padres jamás permitirían que me casé con un hombre tan asqueroso como tú, alguien que me drogó y me violó, sin importarle nada más. Te odio, lárgate, no quiero volver a verte_ gritó ella._ Excelente actuación Hanah, realmente me quito e
Había esperado paciente y tranquila en su habitación a que sus padres y su hermana Monique se fueran a dormir, ella no bajó a cenar alegando una terrible migraña.Cuando el silencio reinó en la casa finalmente ya eran pasadas las nueve de la noche, ella tomó sus cosas y abrió la puerta de su dormitorio, la luz de la habitación de su hermana se coloca por debajo de su puerta cerrada, Monique seguía despierta, por lo que dudó en salir por el corredor, no quería arriesgarse a que la madera del piso crujiera y ser descubierta, era su única oportunidad de salir de la casa sin ser vista, ya que desde que le habían dado de alta, sus padres la mantenían muy vigilada, pensando en que quizás llegará a cometer una tontería, o desarrollará algún trauma como les aseguró el doctor Morrison que sucedía en casos de abuso sexual, eso suponía Hanah en caso de que la víctima recordara a su atacante, o el episodio, pero en cambio ella no recordaba absolutamente nada de lo que pasó después de la copa de v
ARES PROKOPIS._ Está es Hanah Marshall_ dijo Ares, dándole una fotografía al detective privado que había contratado para que localizará a su futura esposa, quien se encontraba prófuga desde hace una semana_ Dentro de un mes nos casaremos, y para entonces tengo que haberla encontrado.Walton, que esperaba una rubia de ojos azules espectacular, con cara y cuerpo de modelo, se quedó confundido, al ver a la chica de cabello oscuro, ojos grises, y sonrisa dulce. Parecía tan joven que no la veía adecuada como la futura esposa de un hombre como Ares.Walton Henderson era un veterano de guerra, retirado de la acción, hacía ya casi veinte años, ahora era un investigador privado de gran prestigio, y cazarecompensas de medio tiempo, había llevado casos difíciles de resolver, había encontrado personas que no querían ser atrapados, astutos, y peligrosos. Pero, que podía hacer contra una joven que había huido de su propia boda? Era casi una niña, la chica de la foto, no era la clase de personas qu
HANAH MARSHALL.Hanah se encontraba agotada había descansado muy poco desde que huyo de la casa de sus padres y de Ares Prokopis, ya tenía una semana vagando sin rumbo por las calles de la ciudad y la temperatura invernal no le hacían las cosas más sencillas, ya se estaba quedando sin dinero y sin esperanzas, había dormida en la estación del metro, en algunos albergues para personas sin hogar, justo como ella se encontraba en ese momento, sin hogar, no podía darse el lujo de pagar un hotel porque entonces su escaso presupuesto desaparecería rápidamente.En el albergue había conocido a una mujer de aspecto amable quien le sugirió buscar trabajo en los supermercados cercanos de Hingleville, localidad en la que ahora se encontraba, y donde según la mujer pagaban bien. Así que Hanah se dirigió temprano en la mañana a la dirección que le habían dado, con la esperanza de que la contrataran.La recibió un señor de unos cincuenta y tantos años, con uniforme de la tienda, quien se identifico c
Hanah se marchó a trabajar en una tarde invernal y lluviosa, le tocaba el turno nocturno que empezaba a las seis de la tarde hasta las once de la noche, por suerte solo tendría que rellenar las estanterías y preparar el café, el turno pasado le había tocado la caja registradora, y aunque se encontraban en temporada alta, el lugar no era tan concurrido como esperaba.Hingleville se encontraba a unos sesenta y tres kilómetros aproximadamente de Snowfiel, el viaje solo tardaba tres horas y 48 minutos por carretera, ella lo sabía muy bien.La joven había rentado el pequeño departamento donde vivía actualmente, a solo unas cuadras del supermercado en el que trabajaba, ya no caía nieve, así que decidió ir andando, eran apenas las cinco de la tarde, eso le daría el suficiente, para llegar y así también aprovechaba de entrar en calor. Tenía que ahorrar cada centavo que ganaba como empleada, para no tener que volver a estar desprotegida vagando por las calles. La localidad de Hingleville, era
Ares se encontraba inmerso detrás de su escritorio con la cara metida entre el montón de carpetas y papeles que tenía esparcido por su gran escritorio de roble europeo. Cuando de pronto sonó el intercomunicador de su oficina, saliendo por este la voz femenina y profesional de su secretaria._ Señor Prokopis, la señorita Marshall desea verlo_ dijo la joven mujer por el aparato.Por un momento Ares levantó la mirada hacia la puerta cerrada de su oficina y el rostro se le endureció._ Cual de las señoritas Marshall, desea verme?_ respondió él áspero._ La señorita Monique Marshall señor_ le respondió su secretaria, un poco nervioso al sentir la tensión._ Dígale que no estoy_ dijo él apretando el botón en tono burlón, sabiendo que Monique lo estaría escuchando directamente._ La señorita se niega a marcharse señor, insiste en verle, dice que tiene información importante que a usted le interesa señor Prokopis_ le respondió la voz de la mujer.Ares titubeó por un segundo, no le gustaba que
Una semana después:Hanah llegó a Londres a mediados de noviembre, allí todavía era otoño, el invierno aún no llegaba. En Inglaterra las nevadas comenzaba en diciembre y se extendía hasta marzo.El Reino Unido era una región de constantes lluvias y cielos grises, que le daban un aire nostálgico y cautivador.Por ahora la chica disfrutaría de un clima fresco y se olvidaría de su preocupación por su poco equipaje. Su avión había arribado al aeropuerto a las nueve de la mañana del día martes, Hanah estaba pálida, ojerosa, y había perdido un poco de peso, se sentía cansada del viaje. El vuelo desde Oregón hasta Londres había durado doce horas aproximadamente, no había comido mucho durante el viaje por miedo a marearse y terminar vomitando encima de alguien. Era la primera vez que viajaba en avión, y pensó que la experiencia sería alucinante, y placentera, pero tristemente se dio cuenta que no era como lo había imaginado. Fue una travesía super incómoda para ella, y el hombre que iba sent
Hanah descansó plácidamente en la enorme y cómoda cama de la habitación de invitados, tenia tiempo que no dormía así de bien, completamente en paz sin la zozobra constante de ser descubierta por alguien, o ser encontrada por el mismísimo Ares Prokopis; su tía Katherine le había dado la confianza que necesitaba desde hacia ya mucho tiempo, poder contar con alguien era gratificante para ella. Ya no sentirse desamparada, sola y perdida en el mundo le quitaba un gran peso de encima. Ya había tenido suficiente con que sus padres no la apoyarán, que su propia hermana Monique la odiara a un punto tan extremo que asustaba y dolía a la vez. Siempre soñó con que su hermana Monique se comportará con ella como lo hacía con sus amigas, al fin de cuentas ellas compartían un lazo irrompible como lo era la genética. Pero Monique dejó claro sus verdaderos sentimientos hacia ella, y Hanah no comprendía que le pudo haber hecho a su hermana para que nunca le haya demostrado cariño alguno. Hanah la quería