Hanah abrió la tienda de libros, aquella fría mañana invernal, agradeciendo la paz que se respiraba adentro aquel día tan agitado, al parecer la señora Rose debido a la tormenta se había retrasado, lo cual a ella no le importó en lo absoluto, eso le daría un tiempo más en su lugar favorito de la ciudad, su refugió temporal.Al parecer los Prokopis habían decidido que ese año celebrarían la llegada del año nuevo con los trabajadores de su viñedo. Así que nuevamente abrirían las puertas de la mansión para que asistieran los empleados con sus respectivas familias, sería una gran celebración, rodeada de la magia de la época navideña tan característica de la pequeña localidad de Snowfiel, mientras afuera de la tienda, en las calles reinaba la algarabía características de esa fecha, las personas haciendo compras de último minuto emocionadas y ansiosas. Desde adentro de la tienda la joven podía ver las calles transitadas, los olores dulces mezclándose en el ambiente, las mezclas de panes y r
Hanna entró a la habitación pasadas las seis de la tarde, se había retrasado un poco en la tienda porque había prometido a la señora Rose hacer el inventario para que ella no tuviera que hacerlo y pudiera descansar hasta que le encontrara un reemplazo. Sé relajo un poco al ver el apartamento vacío, suponía que ya Ares estaría en el salón principal como buen anfitrión. Así que eso le daría algo de paz._ Pareces cansada_ le dijo Ares entrando en la habitación con pasos tan sigilosos que no lo había escuchado acercarse detrás de ella._ Pensé que ya estarías en la fiesta?_ preguntó la joven asorada._ Sin mi esposa? Eso sería un poco mal educado, quiero llegar con mi adorable esposa del brazo_ dijo él apacible._ A veces no sé cuando hablas en serio o cuando te estás burlando de mi? _ dijo ella irritada._ Vaya! Tú estado de ánimo va evolucionando, con el transcurrir del tiempo_ dijo él en tono burlón._ Ay Ares! _ dijo ella acercándose a la ventana, observando a Gianlucas quien se enco
Hanna lo observó tragar convulsivamente. Sé sentía terriblemente impotente, rezaba por tener el coraje y la seguridad suficientes para cruzar el enorme abismo que, notaba, comenzaba a abrirse entre ellos dos. Sin embargo no podía hacer nada más que sentir la frustración. Si lo abrazaba destrozaria su frágil relación. Era demasiado orgulloso._ Hablaremos más tarde_ dijo Ares tratando de aparentar serenidad_ Necesitas estar a solas un rato para pensar.Era él quien necesitaba estar solo, pensó la joven. interpretando las palabras de él sin ninguna dificultad. Iba a abandonarla. Eso era lo que tantas veces me había dicho. Ella se había mostrado justa, honesta, y razonable, lo que más que pudo y sin embargo Ares se alejaba más y más._ Dime algo. Hubieras preferido que gritara y nos peleamos?_ preguntó la joven._ Ya no hay nada más por qué pelearnos Hanna_ contestó Ares sinceramente_ Ya casi es medianoche, quisieras volver al salón?_ No. Creo que voy a mi habitación, ve con tú amiga Da
_ Tenía que contártelo , quiero ser completamente sincero contigo. Tienes derecho a saberlo, y no lo leí todo Hannq, solo me bastó recordar aquella vez que te vi por primera vez cerca del río, apenas eras una cría de algunos ocho años, con la cara detrás de un libro en un día caluroso de verano, me pareciste la criatura más hermosa que había visto en mi vida, pero tenía miedo de acercarme, pues temía asustarte, luego te observé durante años como poco a poco te convertias en una hermosa mujer, siempre sola, con la única compañía de un libro. Sabes a veces buscaba cualquier excusa para entrar en la tienda de libros donde trabajabas, solo por el placer de verte sonrojandote cuando nuestras miradas se cruzaban, la forma en que te mordias el labio inferior cuando me acercaba a ti y te ponías nerviosa, muchas veces trate de buscar la manera de acercarme a ti, pero no sabía cómo hacerlo, eras tan diferente, tan especial que sentía que no te merecía, y aquella noche en el baile de máscaras, c
_ De verdad es la que quieres hacer?_ le pregunto si tía Katherine a Hanna, cuando ambas estaban sentadas tomando el té en el salón. Afuera aún había nieve, apenas estaban a finales de febrero._ Es lo que había querido desde que toda está pesadilla empezó tía Katherine_ dijo la joven leyendo los papeles del divorcio.Hanna no necesitaba que ningún abogado revisará los papeles, solo deseaba que todo acabará de una vez, el dolor cada día era más presente y mientras siguiera siendo una Prokopis su pasado la perseguiria, así que sin titubear firmó los papeles y los volvió a colocar en el sobre, se los llevaría ella misma al abogado y terminaría de una vez por todas. Se puso su abrigo negro, una bufanda y su gorro de lana marrón. Llegó en taxi hasta el despacho del abogado de Ares, cuya dirección estaba en la tarjeta que le había dejado en la mañana._ Soy Hanna Marshall. quisiera hablar con el abogado..._ Señorita Marshall no esperaba verla tan pronto_ dijo él abogado a su espalda._ Si
El apartamento de Ares quedaba en el centro de Londres, tenía una vista preciosa de la ciudad desde el ático. _ Te gusta? _ le preguntó él mirándola a los ojos. _ Cuánto tiempo llevas en Londres? _ preguntó la joven ignorando su pregunta. Ares pareció un poco incómodo. _ Algunas semanas_ respondió él. _ Me lo suponía_ dijo ella resoplando. _ Quería darte tu espacio Hanna, ganarme tu confianza_ dijo él nervioso. _ Ganarte mi confianza?_ repitió ella. _ Y qué diablos crees que he estado haciendo en Londres?_ preguntó de pronto lleno de frustración. El tono de Ares la hizo volverse para mirarlo. En su rostro se reflejaba la misma soledad que Hanna veía en el suyo propio cada mañana. Ares continuó. _ Primero me dices que me amas, me das esperanzas, y al siguiente minuto huyes de mi sin darme oportunidad de remediar las cosas, me echaste a un lado_ gruñó_ Y no necesito que me recuerdes que he destrozado nuestra relación, llevo tiempo tratando por todos los medios de arreglarla. Pe
_ No puedo esperar_ dijo él contra su boca._ Yo tampoco_ dijo ella con la voz ronca por el deseo.Él comenzó a desvestirse, mientras Hanna lo miraba a los ojos, sintiendo que flotaba en el universo._ Te amo Hanna_ dijo él y un brillo travieso apareció en su mirada_ Te amo esposa mía.Sus palabras la lanzaron al abismo del placer, llena de amor y pasión, mientras él la hacia suya, rápidamente intentando alcanzarla. Un instante después los gemidos de Ares se escucharon flotando en el aire. ambos cayeron en la cama entrelazados, y con la respiración agitada._ Se qué crees que no lo recuerdo, pero la verdad es que si lo recuerdo_ sonrió Ares._ De que hablas?_ preguntó ella y lo miró confusa._ Hablo del día en el río, cuando te rescate de ese diablillo, y me preguntaste si era un príncipe_ dijo él acariciándole el cabello.Hanna no se atrevía a respirar._ Como es posible que lo recuerdes?_ murmuró ella._ Nunca lo he olvidado_ respondió Ares._ Ese día me enamoré de ti. Sé que solo
• Epílogo.Hanna y Ares se casaron seis meses después, en el gran salón de la mansión de los Prokopis. La ceremonia fue sencilla e íntima, y a ella sólo asistió la familia. Fue una celebración alegre, memorable y conmovedora.Ese día, la tía Katherine desveló el contenido de su testamento. Dejando como única heredera de su inmensa fortuna a su querida sobrina Hanna De Prokopis, que de ese modo se convirtió, de un plumazo, en una de las más ricas herederas de la ciudad.Cayendo dicha noticia de sorpresa a la señora Prokopis madre de Ares, que desde entonces comenzó a aceptar a la esposa de su único hijo, aunque Hanna prefirió ocultar la intromisión de la madre de Ares en su relación, más por su esposo que por ella misma. No deseaba que Ares tuviera mala relación con su madre por su culpa, desde ahora solo deseaba dejar atrás el pasado y ser feliz con su sexy y adorable esposo.Hanna busco a Ares con la mirada a través del gran salón, y lo encontró observándola desde el otro lado con un