Capítulo 4
La ceremonia de sucesión estaba a reventar.

Ancianos, nobles, líderes de la alianza y hasta reporteros de distintos medios se habían reunido para presenciar el nombramiento del nuevo Alfa de la Manada Luna Plateada.

Frente a todos, anuncié públicamente que Toriel asumiría el rol de Alfa y también le transferí todas mis funciones como Luna: negocios, administración, relaciones diplomáticas... Todo.

Bajo la mirada atenta del público, coloqué sobre su cabeza la Corona de Colmillo de Lobo. Después, desplegué un pergamino y leí en voz alta la cesión oficial de todos los bienes que estaban a nombre de Damián y mío, ahora entregados por completo a Toriel.

El salón estalló en aplausos.

Muchos se emocionaron al ver la aparente unión entre madre e hijo. Las miradas hacia Toriel estaban cargadas de respeto y admiración.

Pero entonces... Eloísa apareció llegando tarde, del brazo de Damián.

Entre las expresiones de confusión y escándalo, avanzó con paso firme, sosteniendo un informe de prueba de paternidad. "Ariel, en el procedimiento de fertilización que te hicieron en su momento, no se usaron tus óvulos", dijo con voz clara. "Usaron uno mío junto con los espermatozoides de Damián. Tú solo llevaste a mi hijo en tu vientre."

Como no respondí, continuó con una seguridad creciente: "Toriel es mi hijo. Después de todos estos años dejándolo llamarte 'mamá', es hora de que me lo devuelvas."

El salón estalló en murmullos.

"¿Ella no es la Omega que la Luna ayudó hace años? ¿Cómo acabó enredada con el Alfa... y encima usó a la Luna como vientre subrogado?"

"Esto es espantoso. La Luna la acogió y la protegió, pero así es como le paga."

"No lo reclamó antes, sino justo después de que la Luna anunciara la sucesión... ¡claramente lo único que quiere es el poder y el dinero!"

"Esto ya no es solo inmoral, es maldad pura. Usaron a la Luna para tener un hijo y luego querer quitarle todo... ¡qué despreciables!"

Las voces se volvieron cada vez más airadas, hasta que Damián levantó la voz con un tono solemne.

"Pasé la mitad de mi vida atrapado en un vínculo forzado entre dos manadas. Como Alfa, intenté cumplir con mi deber, pero yo también tengo sentimientos. Hubo noches en que no pude dormir, preguntándome si esa era la vida que realmente quería. Ariel es admirable, ha llevado el peso de la manada con entereza, ha sido buena conmigo y ha criado a mi hijo con devoción. Pero, en el fondo, siempre amé a Eloísa. Solo quiero estar con la mujer que amo. ¿Es un crimen buscar la felicidad? Lo que Ariel pierde es dinero mientras que lo que yo perdí... fue el amor."

Las palabras de Damián estaban llenas de amargura, cada frase fue una acusación contundente, como si fuera una víctima de un vínculo arreglado y por fin se liberaba para buscar el verdadero amor.

Yo no respondí. En lugar de eso, me giré hacia Toriel y lo miré directo a los ojos.

"¿Y tú qué opinas, Toriel?" Pregunté con calma.

Toriel se acomodó la corona sobre la cabeza, su voz salió firme, pero helada.

"Mamá... esta será la última vez que te llame así. Me criaste durante más de veinte años, y te lo agradezco, pero no eres mi madre biológica. La pureza del linaje es lo más importante, así que espero que no interfieras en mi reencuentro con mi verdadera familia."

Entonces, con un golpe seco, colocó un pequeño frasco sobre la mesa. "Bebe esto. Es una poción que me dio una bruja. Rompe el vínculo con mi padre y aléjate de él, déjalo libre para que podamos estar juntos como una verdadera familia. Como agradecimiento por haberme criado, te daré 100 dólares al mes."

El escándalo fue inmediato.

"¿Qué clase de familia es esta? ¡Son unos monstruos!"

"¡Todo el mundo sabe que la Luna Ariel adoraba a su hijo! ¡Le dio todo, y en cuanto consigue su fortuna, se da la vuelta y llama 'mamá' a otra persona?"

"¿100 dólares al mes? ¿La está tratando como si fuera una marginada? ¿Cómo puede decir eso con tanto descaro?"

"¡Ni siquiera soy parte de esta manada y esto me indigna! ¡Qué vergüenza!"

Los miembros de la manada estaban furiosos, algunos incluso se ofrecieron a acompañarme para presentar una apelación formal ante el Rey Alfa del Reino de los Licántropos. Pero en medio de todo el alboroto, Eloísa y Damián se mantuvieron serenos, como si todo estuviera planeado al detalle.

Yo, en cambio, me limité a sonreír, tranquila e imperturbable. "Está bien."

Y ante la mirada atónita de todos los presentes, incliné la cabeza hacia atrás y bebí la poción de un solo trago, no dejé ni una gota.

Eloísa y Damián se quedaron inmóviles por un segundo, sorprendidos. No esperaban que accediera tan fácilmente. Damián se llevó una mano al pecho, notando cómo se rompía el vínculo entre nosotros, aunque debió haber sentido dolor, sonrió con alivio.

"Ya está hecho, el lazo se rompió". Confirmó, mirando a Eloísa y a Toriel.

Los tres rieron.

Y al verlos reír tan satisfechos, reí también.

"Ya que me han dado una sorpresa tan grande... me parece justo devolverles el gesto con un regalito."
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