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C A P Í T U L O 3

CAPÍTULO TRES

Alexander

Acerque el cigarrillo a mi boca una vez más y absorbe el humo sintiendo mi garganta picar levemente, mire por el balcón la nueva vista que me da en esta ciudad que había olvidado pero hace tan solo unos meses, recordé, expulse el humo abriendo mi boca y cerré mis ojos al sentir una brisa de frio viento que a pesar de congelar mi piel hasta ponerla de gallina tuvo de resultado calmarme.

Unos pasos desde atrás mio me hicieron atragantarme con el humo que acababa de aspirar, tosí violentamente unos segundos mientras apagaba el cigarrillo y lo botaba por el balcón haciendo que cayera unos cuantos metros hasta que choco contra el asfalto.

Para cuando mire atrás ya era muy tarde, ella me había visto.

- No quiero ese maldito olor en mi casa.

Su voz era algo que no podía soportar, podría ser mi novia y la quiero mucho pero ¡joder! Parecía que yo fuera el que hiciera todo mal, algo que no es cierto soy mayor que ella me gusta el orden algo que ella parece olvidar cuando esta "cansada" y lo pongo entre comillas porque no sé cómo puede cansarse si solo es una de esas chicas que atiende las cafeterías, pero obviamente mi opinión no cuenta.

Puede ser hermosa, tener un hermoso cabello rubio, normales y oscuros ojos negros, rojos labios y un cuerpo delicado pero con sus curvas, es un mujeron que antes no hubiera dudado en tirarme, pero luego de tanto tiempo y ver cómo ha cambiado durante esos años que nos conocemos me temo a decir que puede ser que esta relación no dé a más.

Por alguna razón en vez de ponerme triste siento como si me quitara un peso de encima.

Tengo treinta y un años soy lo suficiente maduro para poder saber que hago mal o no, ella apenas y tiene veintiséis ¡es una cría! Y se cree que por ser mi novia formal puede tratarme de tarado, aun no sé cómo es que la traje conmigo.

- ....me escuchas? Ax no quiero ese asqueroso aroma en Mí casa - vuelvo a concentrarme en ella cuando me dice ese ridículo apodo.

Rodo mis ojos mientras suelto un suspiro preparándome para lo que viene y espero estar preparado.

- Nuestro, es nuestro departamento Janet - pellizco levemente el puente de mi nariz mientras la miro y noto perfectamente cuando mis palabras no le agradaron para nada.

- No querido es mío - vuelve a puntualizar y yo me inclino contra el balcón para esperar que empiece a despotricar contra mí - Te recuerdo que te dije que si querías que me viniera a este pueblucho debías darme el total control del departamento que tú lo pagarías pero sería mío, porque si se te olvido yo no quería venir a este intento de ciudad, mucho menos dejar la ciudad de mis sueños, a mis amistades, ¡Todo! ¿Y por qué lo hice? ¡Ah sí! Por ti ¿no te parece que soy la mejor novia del mundo?

- Sabes....

- ¡Lo peor! - me interrumpió y cerré mis ojos un instante tratando de aguantándola - Es que nos vinimos aquí por que el señorito perdió su maldito trabajo por no hacerlo bien, bravo Ax bravísimo, y este departamento.... - miro sobre su hombro mientras miraba el interior haciendo una mueca de asco - .....Es una porquería, no entiendo como pude aceptar venir aquí, solo tiene un maldito cuarto y no es el mejor del mundo ¡claro que no! El armario es una miniatura, la cama una cosa llena de gérmenes, todo lleno de polvo cuando sabes perfectamente que soy alérgica, y los vecinos ¡un total asco! No sé cómo podré seguir mi vida aquí, no sé cómo pudiste escoger este estúpido lugar...

Yo tampoco lo sé.

Es verdad lo que digo, el mismo día que me despidieron del instituto de medicina como profesor de Anatomía Celular avanzada, me había sentido tan patético y no es solo por haber sido despedido frente a mis excompañeros profesores y uno que otro estudiante, tampoco fue por la cara de frustración de Janet, lo peor fue que no he cumplido el ultimo sueño que le prometí a mi madre, mantener mi trabajo y ser feliz, ninguna cumplida.

Una de las razones para venir aquí fue porque aquí está mi familia, mi padre, mi madre, mi hermano mayor, pero claramente no fue mi motivo principal, había estado ojeando las páginas de empleos durante varios días sin encontrar algo para mi cuando luego de haber tenido una de las tantas peleas con Janet había abierto el periodico y un cuadrito llamo mi total atención, se busca profesor de Anatomía.

Pocas palabras para mi salvación y fue tal mi alegría cuando me aceptaron en el colegio Helment, me había negado al principio, luego dudado pero cuando mire hacia el departamento donde vivía además de la vista desde la ventana sabía que era el lugar perfecto para comenzar de nuevo.

Luego de haber hablado con el director de tal instituto y que aceptara con gratitud mi currículo, al que estoy totalmente orgulloso, y haber buscado este departamento me había encerrado en este arreglándolo porque mi novia dijo que luego se rompería una uña y que no iba a cocinar, aunque tampoco sabe, me he estado alimentando como todos los años con comida rapida y la verdad no recuerdo cuando fue la última vez que probé comida echa por alguien.

Solté un suspiro mientras caminaba hacia ella pero esquivándola entre al departamento escuchando sus chillante voz llamándome, cuando llegue a la puerta del cuarto la mire sobre mi hombro notando su mirada molesta y solo hizo que también me molestara.

- Mañana empiezo a trabajar así qué no me vengas a molestar - no reparé en cómo lo tomo, aunque supongo mal, y entre al cuarto para empezar a desvestirme y tomar una ducha.

Quizás eso calme todo este dolor muscular que tengo.

(....)

Me encontraba en el bosque, lo sabía por que los frescos arboles me rodeaban pero no tengo idea de que bosque ni donde estoy, miro a mi alrededor tratando de encontrar un camino o algo que me diga dónde estoy, por donde salir, o por último a alguien que me ayude.

Una brisa pasa por mi lado izquierdo, me volteo bruscamente sobresaltado haciendo que cayera al sucio pasto, cierro mis ojos y murmuro una maldición, la caída dolió, pero siento como si me estuvieran mirando fijamente, lentamente levanto mi mirada y al ver que hay delante mio lo primero que pasa por mi mente es de huir pero lo segundo es......hermoso.

Un lobo de más de dos metros, algo que es imposible, de blanca melena está parado con majestuosidad como diciendo que merece respeto, sus ojos de un blanco puro que asustaría a cualquiera pero a mí me da curiosidad y más cuando estos me miran fijamente, como descifrándome pero cautelosos.

No sé cuándo pero estoy acercándome lentamente hacia este, quien no se mueve solo me mira, alzo mi mano cuando estoy frente suyo, es grande muy grande...

- Ax....

Otra voz dice y miro un segundo sobre mi hombro confundido, pero vuelvo a mirar al lobo que parece molesto pero al notar que lo miro se inclina un poco hacia mí, acerco más mi mano a su pelaje que luce increíblemente suave...tengo tantas ganas de tocarlo.

- ¡Ax!

Grita otra vez esa voz y el lobo gruñe tirándose hacia atrás repeliendo mi toque y eso extrañamente hace que un dolor en mi pecho aparezca, trato de acercarme pero este se aleja cada vez más.

¡No! Regresa por favor yo...

- ¡Alexander!

Me sobresalto mientras mis ojos se abren, miro a todos lados alarmado buscando el problema pero lo único que noto es a Janet a mi costado mirándome con el ceño fruncido.

- ¿Eh? ¿Janet? ¿Qué sucede? - froto mis ojos mientras me siento y coloco mi espalda en el respaldar de la cama, la miro y ella parece encolerizada.

- El desayuno está servido…se te hará tarde - me dice y sale de inmediato del cuarto.

Cuando recuerdo lo que dijo me levanto de un salto de la cama y tomo mi celular.....en el cual dice y con números grandes 07:36am, tiro el teléfono en la cama mientras corro hacia el baño para tomar una fugaz ducha, y es una m****a porque olvide poner la alarma a las siete, algo en lo que fue firme y estricto el director fue en la hora de llegada hay una regla estúpida de que los profesores deben estar en el aula mucho antes que los estudiantes, no entiendo el por qué y mi cabeza solo saco una respuesta.

Los chicos se copian la tarea.

Es algo totalmente normal en cualquier instituto pero supongo que el director tiene otro pensamiento y otro por qué, el cual no entiendo, ni que ellos llegaran a las siete y media, ningún estudiante lo hace.

Salgo de la ducha y abriendo el armario bufo molesto al ver solo la ropa de Janet colgada, ayer por todo el cansancio que cargaba se me olvido colocar mi ropa allí, camino hacia una esquina del cuarto donde mis cuatro mochilas están y abriéndolas busco un traje presentable para ponérmelo, me coloco un bóxer negro, junto a un pantalón negro, mi camiseta blanca con una chaqueta negra y mi corbata roja, miro mis zapatos y completo todo mi atuendo mientras salgo del cuarto.

Cuando salgo me llega el aroma a té de anís, hago una mueca asqueado ante aquello, a Janet le encanta el té de anís y yo lo odio por que el antiguo departamento que compartíamos olía de una manera sofocante a anís y ahora huele aquí, es un gran motivo por el cual no pasaba mucho tiempo en mi departamento.

- Buenos días mi Ax - la escucho decir con voz dulce y la miro arqueando una ceja mientras anudo mi corbata.

- ¿Buenos días? - murmuro inseguro, pues no es muy natural que sea cariñosa y sus momentos dulces me hacen poner nervioso.

- Ven, deja que te ayude con eso - ella se acerca y aleja mis manos del nudo de mi corbata, mientras ella la hace observo el mesón donde solo hay unas tostadas que lucen ligeramente quemadas - No pude hacer gran cosa de desayuno, solo tostadas y té.

Me dice cuando nota mi mirada y sigue anudando mi corbata lentamente, yo quería alejarla y anudarla rápido, debo irme.

- Lamento no haberte ayudado ayer mi amor, me sentía muy cansada - me dice mientras me mira y yo la miro dejando de lado querer reírme en su cara con sarcasmo - Se que ayer te molesto lo que te dije y lo lamento mucho pero tú y yo hicimos un trato, siempre quise tener algo que fuera mio y que tú me lo des me hace muy feliz ¿Sabes que te amo más por eso verdad?

Ella me mira mientras se acerca y deja un casto beso en mis labios que respondo levemente.

- Lo se Janet, pero lo siento debo irme - doy un paso hacia atrás y caminando hacia el cuarto tomo mi celular junto a mi mochila, donde llevo todo lo que usare hoy con los estudiantes lo tengo todo listo hace días.

Miro la hora y me sobresalto al ver que faltan diez minutos para que toque el timbre de entrada, mañana me despertaré a la hora que dije, salgo y dándole un beso en la mejilla a Janet salgo del departamento y bajo hacia la calle, un taxi pasa salvándome de ir en bus, debo comprarme un auto.

La idea me hace reír, ¿Cuándo podre? Si ni tengo dinero para una bicicleta.

El taxi para y bajo de inmediato al reconocer el lugar, ya lo había visto cuando llegue, cuando vivía aquí no pude entrar ni tampoco mi hermano y no se aun el por qué, veo a muchos estudiantes en la puerta de este caminando, otros en sus esplendorosamente caros autos, otros en grupos charlando y riendo como locos como si no les importase llegar tarde a clases.

Allí recuerdo que ya debería estar en mi aula mientras voy caminando noto a muchos de los estudiantes mirándome con curiosidad y las chicas me miran con altanería me abstengo a hacerles una mueca son solo unas crías que buscan atención de un partido, y obviamente yo lo soy.

No es que sea vanidoso pero tengo excelentes genes.

Camino por los pasillos y miro todo detenidamente tratando de no perderme en este gran instituto, escucho a algunos estudiantes que pasan a mis costados murmurar sobre mi <<¿Es el nuevo profesor?>> <<Es muy apuesto>> <<Sera mio en algunos días>> <<Es un viejo que busca meterse con todas las zorras de aquí, ya verán en unos días ni estará aquí>>

Vaya manera de pensar estos jóvenes, yo a su edad...pensaba igual, si viera a un profesor nuevo que es joven y atrae la vista de las chicas de una pensaría que es un viejo pedófilo roba cunas y que mis compañeras estarían agradecidas de tirarse a él. Cuando veo el curso que me toca ruego porque no haya nadie, no quiero meterme en problemas, además de que tengo hambre y un café bien cargado sería de gran ayuda o un powerade, amaría a quien me diera uno.

Abro la puerta lentamente aun rogando que no haya nadie.

Pero cuando la abro mis ojos chocan contra tres pares de ojos, miro a los tres nervioso notando que son dos chicas y un chico, pero una de ellas llama mi atención, tiene cabello rubio y es hermoso pero sus ojos...sus ojos de un gris casi blanco que me hacen mirarla atentamente, noto que susurra algo pero no comprendo que dice yo sigo inmerso en esos bellos ojos.

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