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C A P Í T U L O 4

CAPÍTULO CUATRO

Enitt

Me observaba.

Mientras hacia su camino hacia el escritorio, parecía tenso, nervioso, como una rata en un laboratorio que no sabe que sucederá, y yo por el momento me encontraba obsevandolo...de pie a cabeza, lentamente, lucía un impecable traje negro tan pulcro que parecía ligeramente arrugado, no era perceptible para muchos pero yo que lo observaba lo noté, una camisa blanca y una roja corbata que resaltaba, mi mente jugo un rato y me hizo imaginar tirando con fuerza de esa corbata para poder tomar posesión de sus labios.

                                                 <<Nada te lo prohíbe>>

Aunque el susurro o ronroneo de mi loba era cierto y luchaba contra ella para que no lo hiciera, sabía que no podía hacer aquello o por lo menos no aun, tal vez por el momento debía reconocer el territorio a fondo y sabía exactamente dónde encontrar aquello.

Pero por el momento seguí observándolo.

Mire sus manos que estaban intranquilas intentando abrir el maletín y fallando al instante, mire su rostro notando que sus ojos me observaban cada tanto de reojo, tenía una ligera barba y bigote, muy ligeros, su cabello corto por los lados con un copete, sus ojos grises moviéndose intranquilos mientras observaba que los estudiantes estaban ingresando, le di un vistazo a sus labios notándolos rosas, suaves, ligeramente rellenos, deliciosos.

                                                     <<Lo encontramos>>

Mordí mi labio para que la sonrisa que quería salir se mantuviera en su lugar, escondida, tenía tantas ganas de reír y saltar incluso mi loba quería salir y aullarle a la luna a nuestra Diosa Luna por al fin darnos a nuestro mate, no importa el tiempo que tomo, no importa cuánto tardo, no importa que sea mi profesor, nada importa, lo único que me importa es que esta aquí lo tengo conmigo.

- ¿Esta bien Alpha?

Mire a mi costado notando a Nakur mirándome atentamente, mire a mi costado donde Nirvana estaba también me miraba, mire de reojo a mi Mate notando que se encontraba con los brazos cruzados en su pecho mientras se recargaba en el pizarrón donde se encontraba escrito Profesor Alexander Kurt, no se cuándo lo escribió pero eso no importa volví a ver a Nakur y le sonreí.

- Encontré a mi mate - les dije mientras me recargaba en mi silla para, mirar al frente, no quería perderlo de vista y al parecer él tampoco me miro con una pregunta en su cabeza.

Se que a pesar de ser un humano siente la atracción hacia mi como yo claramente la siento y eso lo confunde tanto que lo tendrá loco hasta que lo sepa, y yo estaré loca hasta por lo menos besarlo.

- ¿Esta segura? ¿Quién es? - me pregunto Nirvana y yo gruñí bajo mostrándome molesta.

- ¿Acaso dudas de tu Alpha? - ella bajo su cabeza mostrando su sumisión y susurro un débil lo lamento Alpha, solté aire por mi nariz - De acuerdo, pero ten cuidado la próxima vez, y estoy completamente segura su aroma es el indicado y para variar es mi profesor, ¿No es interesante?

- Lo es mi Alpha - murmuro Nakur y de pronto se levantó mirando a todos lados, allí note que el aula estaba casi llena y el debía irse - Con su permiso me retiro, y buena suerte en la cacería Alpha.

Con eso se retiró y yo sonreí de lado mientras inclinaba un poco mi cabeza mostrando mi afirmación.

La santa cacería de nuestros mates, es algo tan interesante y divertido de hacer, porque a pesar de que algunos tienen a sus mates y sienten también el deseo de estar el uno con el otro, se niegan a caer tan rápido pues sus machos deben mostrar que son merecedores de tenernos, de procrear con nosotras, de aparearnos, todo es una lucha de obtener a tu pareja mostrándole el gran partido que eres y eso lo hace tan divertido.

La adrenalina de saber cuál será tu premio es hilarante, el primer apareamiento un apareamiento fogoso y totalmente placentero, rudo porque así nos gusta no somos débiles y somos capaces de soportar la fuerza del otro, pero lo más importante no es el apareamiento, no, lo más importante, más pequeño, pero con una fuerza mayor, la marca.

No muchos saben cuál es el poder que tiene una marca pero es fuerte, no solo es para mostrarles a todos que le perteneces a alguien, ni tampoco que ya no estas disponible, no, el poder que tiene entre mates es que se pueden sentir ya sea el espacio o los metros que lo separen se sienten, también sienten la tristeza, el miedo, la preocupación, la alegría, sientes lo que en ese momento le pasa a esta como si fuera a ti, pero lo peor es que cuando marcas a alguien sus destinos están marcados, si uno muere el otro también lo hace.

El mate no es solo otra persona, no solo otro lobo, es tu otra mitad, la mitad de tu alma ¿y que es un alma incompleta? Nada, esta vacía, incompleta sin vida, no hay nada ni nadie que te pueda completar, ni el más grande placer lo hace por eso la Diosa nos dio esta maldición, si tu mate muere su otra mitad lo hace también, pero solo si está ya fue marcada, si ambos están marcados por su mitad. Hay algunos que encuentran a su mate pero mueren y ellos también, pero en mi caso sería diferente si mi mate muriera yo no lo haría, somos fuertes podemos vivir sin una, sentimos el dolor la soledad, pero vivimos debemos vivir por nuestra manada y si la Diosa Luna se compadece de nosotros es posible que encontremos a otra mitad, otro mate, lo amaremos igual que al primero pero la cicatriz de este quedara siempre en nuestras almas.

Esa es nuestra maldición y a la vez lo más preciado, nuestro mate.

Escucho la puerta cerrarse y no miro a mis lados, porque sé que todos están aquí, miro directamente al frente donde Alex, así le voy a decir, esta encaminándose hacia su escritorio mientras noto como su corazón se agita y traga para aclararse la garganta llamando la atención de todos y todas, algo que no necesita, a pesar de haber estado inmersa en mis pensamientos no se me paso de alto los murmullos, las miradas, las sonrisitas, de todas las chicas incluso diría chicos, aprete un poco mis labios ante eso.

- Ok, mucho gusto chicos y chicas soy su nuevo profesor de Anatomía, me llamo...- dio un paso hacia atrás mientras me deleitaba con lo ronca de su voz, alzo su mano hacia donde había escrito su nombre - ...Alexander Kurt, pero me van a llamar Profesor Kurt.

Borro su nombre y sonreí de lado sin poder evitarlo, yo sería la única que lo llamaría por su nombre, cortado a la mitad pero su nombre, volvió a colocarse de frente a nosotros.

- Alguien tiene alguna pregunta...acerca de las clases, no estoy aquí para hablar sobre mi vida personal, ni para molestas chicas calenturientas, sino es para eso mejor quédense calladas - estoy segura de que muchas querían preguntar algo pero con eso ultimo las mató.

Me sentí orgullosa por el en ese instante y más cuando nos miró a todos como si fuéramos una molestia, juro que quería reírme e inevitablemente solté un pequeña risa que hizo a muchos mirarme y a el mirarme muy fijamente.

- ¿Quiere compartir con nosotros el chiste? - preguntó mientras se acercaba subiendo las escaleras hasta ponerse en el pasillo que es hacia mí.

Quizás lo mejor para comenzar será mantener una relación un poco aleatoria.

- Usted... - murmuré suavemente usando mi ronca voz y logré que se removiera incomodo, pero lamentablemente debía recordarle algo que seguramente Carret olvidó -...¿Antes de venir aquí fue al cuarto de profesores?

El me miro confundido con el ceño fruncido y negó lentamente, yo bufe interiormente, sabía que Carret o el director se había olvidado de algo siempre se olvida de algo.

- Lo deduje - me puse recta y lo mire con una ceja alzada - A pesar de venir tarde al aula, no se dio el tiempo de ir allí y hacer algo que todo profesor ya sea nuevo o antiguo deba hacer y es pasar su tarjeta de identificación de profesor por un escáner así ingresando al sistema y haciendo valer este día como trabajo y si no lo hizo, como obviamente pasa, usted está incumpliendo con una regla importante y para cuando quiera salir no podrá porque deberá redactar el porqué de que no lo hizo y todo eso ira a su expediente y no cobrara su sueldo por completo sino con una multa de $200 dólares que suponiendo su suelto de $600 este mes solo cobrara $400, pero, aun falta el ingresar tarde que son $100 dólares asique solo cobrara la mitad de su sueldo, bueno si es que no incumple otras reglas.

Para este momento él estaba más pálido que un papel, o un vampiro, sus ojos lucían horrorizados mientras yo lo miraba desafiante a que me diga otra cosa.

Pero también hablaría seriamente con el director y le pediría, por esta vez, que no le cobrara las multas se le dirá que es por ser nuevo pero obviamente nunca ha pasado, nadie ni si quiera un nuevo estudiante es pasado por alto cuando incumple algún reglamento, puede parecer muy duro pero así son las cosas aquí y más cuando yo soy la encargada de mantener todo en orden.

- Yo...aun puedo…ya... - empezó a tartamudear mientras frotaba su sien, lo había dejado en ridículo frente a todos pero parecía no importarle eso o tal vez aún no se da cuenta que eso hice - ¿Aun puedo ir y...pasar tarjeta?

Me preguntó y yo negué, ya era muy tarde para hacerlo.

El repiqueteo de su corazón me hizo sentir mal, no quería ser yo la que le decía aquello, todo fue culpa del director, quería gruñir molesta al ver la frustración en la cara de mi Amor, se dio la vuelta y camino descendiendo de las escaleras, los demás alumnos lo vieron con burla, otros con pena y otros me miraban a mi molestos, más las chicas.

                                            <<Fuiste muy dura con el>>

Negue con mi cabeza ante ella, y aunque lo sabía no me importaba, reglas son reglas.

(....)

-...pueden salir - murmuró mientras se sentaba detrás de su escritorio, poso sus manos en sus ojos refregándolos con cansancio y frustración.

- ¿Alpha? - me llamó Nirvana y la mire enseguida.

Estaba parada mirándome con su mochila lista para ir a la próxima clase, pero yo no iría, ya que debía hablar seriamente con Carret, me levanté y puse la mochila en mi hombro.

- Yo no iré a la siguiente clase, avísale a el profesor que toque hablaré con el director, nos vemos en la siguiente clase - le dije y ella haciendo una leve inclinación camino saliendo del aula.

Me encaminé hacia donde estaba el, podía sentir su frustración como si fuera mía y eso dolía, me acerque lentamente a el cuándo ya no había nadie y aunque quería pasar mis manos por su cabello para sentir la suavidad y sedosidad de su cabello, sabía que no podía hacer aquello y me estaba matando no poder hacer aquello, aclare mi garganta él se sobresaltó para mirarme directamente sus ojos me mostraron el asombro, la confusión y luego la frustración.

- Ahora ¿qué? ¿acaso no puedo quedarme aquí o debo pasar la tarjeta cada hora? - su voz sonó cansada, aprete mis labios mientras lo miraba y negué.

- Solo...quería saber si se encontraba bien - me di una bofetada mental al decir aquello - No, bueno si, digo...

solté un suspiro y el sonrió un poco.

- Estoy bien en lo que cabe - me contestó y noté que frunció su ceño, sin poder evitarlo pose mis dedos allí y frote al sentir su piel al contacto con mis dedos me estremecí e incluso solté un suspiro, él se tengo un segundo pero luego se calmó.

Pero no dejo de mirarme a los ojos.

- No cometa más errores o terminará pagándolos muy caro - le dije y pasando mi mano a su mejilla lo sobe un segundo para luego separarme, estaba satisfecha al tocarlo un segundo, por sentir su calor, pero hoy las cosas serian neutras.

Pero mañana...

Me giré sin despedirme y encaminé hacia donde está la oficina de Carret, camino hacia esta y abriendo la puerta lo encuentro escribiendo a mano algo que desconozco.

- Yo soy aún más vieja que tú y uso la tecnología para cosas importantes - le digo y el parece sobresaltarse al escucharme que la pluma se le zafa de las manos cayendo en la mesa.

- No entiendo esas porquerías, confió más en lo que escribo con mi propia mano - contesta mientras guarda lo que sea que escribía, me mira mientras entrelaza sus dedos - ¿A que le debo su visita inesperada Alpha?

- Alexander Kurt - contesto mientras me siento frente suyo, el alza una ceja y dando vuelta junto con la silla abre uno de esos casilleros sacando un expediente.

- Sabia que en algún momento vendría para saber acerca del nuevo profesor y por eso... - se giró y puso la carpeta en la mesa deslizándola hasta posarla frente mio -...La tenía como principal en mis cosas.

Tome la carpeta en mis manos y lo mire.

- Diagnostico tuyo - le ordené mientras abría la carpeta y vi una foto de Alex.

- La primera impresión que me dio fue que era puntual, un poco nervioso a mi parecer no dejaba de jugar con sus manos, supongo un tic, pero al momento de hablar sabe expresarse bien, en lo poco que hablamos me converso sobre que tiene familia aquí y que no había venido hace mucho tiempo, también que tuvo muy buenos estudios y lo averigüe al observar esa carpeta - fui dando algunos vistazos a cosas que no importaban mucho pero de igual forma lo mantuve guardado en mi memoria - A pesar de eso esta mañana no se presentó en el cuarto de profesores para que su tarjeta sea escaneada y según escuché por los pasillos llego tarde a su clase cuando usted ya estaba en el aula, al parecer debo mul...

- No - lo interrumpí cerrando la carpeta y dejando en la mesa, el me miró sorprendido y confundido - No vas a multarlo, porque estoy más que segura que olvidaste decirle sobre lo del escaneo de las tarjetas de los profesores al ingresar, además de que cuando lo vi no llevaba ninguna tarjeta ¿supongo que se la habrá dado verdad?

El miró hacia abajo cuando lo mire fijamente.

- Eso pensé, por lo tanto tu cometiste aquel error no el, y con lo segundo es totalmente cierto, yo estaba alli cuando el llego, pero no vas a multarlo - dije con voz firme - Yo misma hablé con ese humano en frente de todos diciéndole sobre su error el cual también es el tuyo.

Solté un suspiro y lo miré más tranquila.

- Escúchame, no quiero ningún problema hoy, estoy de buen ánimo y no quiero que se vaya por la borda tan pronto.

- Disculpe mi intromisión pero ¿por qué ahora no va a multar al humano, en más de un siglo no ha dejado pasar por alto a nadie y con el humano lo hará? - me pregunto y yo aspire aire notando un leve atisbo del aroma de mi mate, a pesar de que el aroma de Carret lo rodea.

- Muy sencillo - me incliné y le dije mi secreto - Ese humano es mi mate.

El abrió sus ojos de golpe y sonrió, sabía que para muchos o todos los de mi manada sería una excelente noticia, tantos años esperándolo al fin dan frutos.

- Felicidades Alpha, la Diosa Luna se apiado de nosotros - murmuro y yo asentí.

- Pero bueno, por eso no quiero que haya ningún problema con él, cualquier inconveniente que tenga quiero que me lo sea dicho de inmediato, como humano que es, es muy indefenso no mandare a protegerlo yo misma lo tendré en la mira es mi mate ante todo - me levante y camine hacia la puerta pero recordé algo y gire para verlo - Hoy llegan los nuevos reclutas, serán entrenamos por mi junto con los cachorros de las otras manadas, en unas semanas mi deuda será pagada por completo.

(….)

- ¿Ya están todos listos? - pregunté mientras salía por la puerta principal, ya cambiada y lista para que me conozcan los cachorros de las manadas.

Done estaba a mi lado cuando salí.

- Están en el patio central que está cerca de las cabañas, tal como pediste Enitt - contesto, es uno de los pocos que dejo que digan mi nombre, pero solo es porque lo conozco de niña y es mi mejor amigo - ¿Algo que me debas decir?

Rodé mis ojos mientras lo miraba como si me lograra engañar.

- Llevas más de media hora con eso en la lengua ¿verdad? - le pregunte y el solo sonrió y asintió, bufe mientras seguía caminando hacia nuestro destino, el cual no era muy cerca que digamos, pues prefiero que todo el relajo, los gritos, la sangre, todo eso se mantenga lejos de los cachorros.

- Solo escuché "el rumor" pero no estaba seguro - hizo comillas.

- Luego charlamos sobre ello, estoy más atenta a lo que los cachorros me puedan mostrar - le dije y el asintió haciendo una mueca.

- Enitt, ya tuvieron su transformación, ya no son cacho...

- Son recién convertidos, unos totales novatos con las hormonas revueltas y no permitiré que niegues eso, lo sabes mejor que nadie, Colin es una cachorra debería entrenarla - le dije tronando mis dedos y el negó efusivamente.

- No digas eso frente a ella, la amo como a nadie, pero eso la volvería loca además de que se perfectamente sobre tus ejercicios de matanza y no quiero que ella sea parte de ello - me señalo con un dedo advirtiéndome y yo me encojo de hombros sin darle importancia a sus palabras.

- Como quieras, ya tengo suficiente carne nueva para divertirme - salude a algunos de mi manada asintiendo cuando hacían sus reverencia hacia ambos.

Y me divertiré mucho.

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