Adam decía que en el norte de la ciudad había unos sitios bastante agradables y que era más seguro que en el lado sur, sin embargo, Clyde lo dudaba.

“Para conseguir gente mala solo tienes que salir de tu casa y recorrer la ciudad”

Eso le había dicho Clyde.

Sin embargo, para no pàrecer un aguafiestas, Clyde aceptó que fueran a la cervecería que Adam había comentado, aunque solo la conocía por lo que le habían dicho otros chicos.

Habían tomado un taxi que los llevó hasta el local mismo.

Desde afuera se podía apreciar lo llamativo del lugar, había decenas de personas en los alrededores, algunas tomando licor y otras conversando y fumando, y otro, que estaban hacia los lugares más apartados y oscuros consumían sustancias de procedencia ilegal.

Ellos entraron en el local y se admiraron de lo grande que era, una enorme barra lo atravesaba por el lado más angosto al lado izquierdo de la entrada. Al fondo se veía una pista de baile donde varias parejas se divertían bailando las melodías que u