Esa noche, Blake McCallum apenas si pudo pegar un ojos a pesar de que sentía los músculos un poco agarrotados por el cansancio, y no porque hubiera sentido cansancio al luchar convertido en el espíritu vengador, sino por los días y horas de evadir a sus enemigos mientras los atacaban.Se levantó esa mañana y le pidió a su criado que le trajera riñones y cordero para aliñados con especias y miel para desayunar, se sentía hambriento.Pero no había sido ni el hambre ni el cansancio lo que habían agotado al joven Lord del Castillo de Piedra Gris del norte, eran sus pensamientos, inquietudes y preocupaciones con el don y legado que le había sido concedido.Pasó todo el día sin atreverse a dejarse ver desde fuera del castillo, apenas sis se había asomado a una de las almenas que quedaba cerca de sus habitaciones, porque los ingleses merodeaban en busca de los nobles señores para hacerlos tributarios por la fuerza, en el caso de que no quisieran arrodillarse.Pero cuando las sombras comenza
Ryker era un tipo malo, realmente malo, nadie sabía su nombre completo y tampoco nadie se atrevía a preguntárselo, era Ryker, simplemente Ryker. Había llegado a la pandilla siendo un muchacho, pero a pesar de eso ya llevaba al menos cinco muertos a cuestas porque en realidad no le costaba matar. Era inteligente y despiadado, una combinación que en los bajos mundos del hampa siempre marcaba a los líderes. Ahora tenía un poco más de cuarenta años y su lista de muertos se había centuplicado en esos años, y ahora era el jefe de la banda.Esa noche después de que lo había llamado el flaco para contarle que Cliff, uno de sus “comandantes”, había sido herido por un hombre joven, se había quedado esperando unos momentos y luego envió un par de muchachos duros para que ayudaran al flaco con el intruso que había golpeado a sus chicos y había herido a Cliff.Pero cuando nadie apareció para informarle sobre lo que había pasado, ni tampoco contestaban el teléfono, su poco buen humor se disipó por
Clyde se levantó ese día con dolor de cabeza, estuvo bastante tiempo despierto leyendo los manuscritos de sus antepasados y en ninguna de sus páginas había conseguido un método sencillo para controlar el ser que llevaba dentro.«Necesito probar —se dijo apenas se despejó su mente de las telarañas del sueño— Y eso tiene que ser pronto»Se levantó con una firme resolución en su mente: Buscaría transformarse de nuevo, y ya tenía una idea clara de cómo lo iba a lograr.Después de asearse salió de su cuarto y vio que Adam estaba estudiando en uno de los muebles de la sala.—Hola, campeón —le dijo Adam en tono de broma cuando lo vio acercarse— Espero que hayas dormido bien, ¿eh? ¿No te molestan las pelotas? —le dijo, haciendo referencia a la “calentura” que había agarrado con las caricias de Megan y los besos.—Muy gracioso —le contestó— Creo que no voy a confiarte más mis cosas personales porque después lo tomarás a broma para fastidiarme.—Lo siento, amigo —le dijo Adam en tono conciliado
Los dos sujetos estaban ocupados quitándose las chaquetas que llevaban puestas para poder pelear con más comodidad así que cuando se enfrentaron de nuevo a Clyde vieron a un sujeto muy parecido pero un par de palmos más alto y más musculoso. Por un momento creyeron que sufrían una especie de engaño apoyado por la gran cantidad de bebidas que habían consumido esa noche, pero luego vieron que Adam seguía allí y que el tipo los miraba con la misma rabia que los había visto antes así que simplemente creyeron que Clyde se había puesto un disfraz para pelear. —¿Tenían que disfrazarte, muchachito? —espetó uno de ellos, el que era más alto de los dos y más musculoso, apenas Clyde, con todo su envergadura, no le llevaba más de unos pocos centímetros. —Así peleo más cómodo —le dijo Clyde con su voz deformada y cavernosa. —¿Crees que nos vas a asustar con esa máscara que te has puesto? —le dijo el otro acercándose para comenzar a pelear— Ya te aplastaré la estúpida máscara esa que llevas. Y
—Jajajajajajaja —la risa de Adam retumbó en la solitaria calle.Habían corrido como locos, Clyde se había puesto sus zapatos y también se había cambiado el el suéter, eso por si acaso los policías habían podido detallarlo en el estacionamiento.—¿Te parece divertido, Adam? —le preguntó Clyde tratando de poner la voz seria, pero en realidad su cara expresaba la misma mirada divertida de su amigo.—¡Por supuesto! —aseveró— No me había divertido ni asustado tanto desde que me encontraron espiando a mis primas por la ventana del baño.—Bueno, fue bastante arriesgado —confirmó Clyde— La próxima vez tendremos que poner más cuidado.—Y elegir mejores oponentes —la mueca de Adam era todo un poema.—Los chicos eran fuertes —alegó Clyde.—Pero no lo suficiente —dijo Adam.Clyde se quedó pensando por unos momentos.—Tienes razón —dijo— Pero debes recordar que el espíritu vengador es muy poderoso.Una patrulla pasó por el lado de ellos, pero luego de mirarlos un poco siguieron su camino.—Genial
Luego de varios días sin acercarse al campus de la universidad, Ben y el flaco volvieron a apostarse cerca de la residencia de las chicas. El primer día cada uno de ellos siguió a la chica que les correspondió en turno, pero solo fueron a sus clases con normalidad.Así tuvieron durante varios días, hasta que al fin las chicas salieron juntas pero esta vez, pero no para ir a clases. Megan y Sandra se dirigieron a la ciudad, seguidas de cerca por los dos facinerosos de la banda.Cuando llegaron a uno de los barrios del norte de la ciudad las chicas entraron a un lujoso edificio. El flaco se acercó para ver si podía entrar, pero la puerta sólo se abría con los mandos a distancia desde los apartamentos. Por un momento pensó en llamar al botón del departamento del conserje, pero no tenía una buena excusa para entrar, así que iba a ser muy difícil que lo dejaran pasar, pero al menos (estaba casi seguro) sabían donde estaba alojado el sujeto que los había dejado tan mal.Se reunió a unos met
Los cuatro jóvenes caminaban en parejas, cada una de ellas tomadas de la mano, sin saber lo que se cernía sobre ellos.Habían decidido pasear por el centro de la ciudad en lugar de ir a sitios que fueran potencialmente peligrosos. Las noticias de los últimos meses estaban llenas de ataques a personas en zonas un tanto aisladas de la ciudad y se culpaba a las pandillas locales sobre ello.Por ello Clyde había querido salir a un sitio más tranquilo y céntrico, en especial para evitar que alguien fuera a atacarlos, Así que esa noche estaban dispuestos a disfrutar de una velada tranquila.Lo que no sabían era que un par de hombres de Ryker los estaban siguiendo desde que salieron del apartamento de Clyde y Adam. Así que la perspectiva no parecía muy buena para los chicos.Jerry y Random eran los dos nombres de los secuaces de la banda. Al ver que entraban en una céntrica cervecería se dispusieron a avisarle al jefe para saber qué deberían hacer.—No los pierdan de vista —les dijo Ryker— E
Era uno de los compañeros de Jerry que había decidido dar una vuelta por el local y se dio cuenta que la chica que se dirigía hacia la salida era una de las que estaban vigilando.Hasta allí llegó el plan perfecto de escape.—Solo quiero tomar un poco de aire —dijo con aire molesto, aunque por dentro estaba realmente asustada, la chaqueta que utilizaba el sujeto era muy llamativa por eso pudo identificarlo con uno de los matones que los estaban vigilando— ¿Puedes quitarte de mi camino? —le dijo sin arredrarse a pesar del miedo que sentía.El sujeto no se movió del medio del pasillo hacia la salida y ella se puso las manos en las caderas con actitud desafiante, aunque sabía que no iba a poder salir a menos que tuviera la suerte de golpearlo en sus “partes” íntimas, pero ella no era una luchadora.Por suerte para ella, un sujeto bastante grande se puso a su lado, mirando al tipo con cara de malas pulgas.—¿La está molestando este gusano, niña? —le preguntó con tono condescendiente.—Sí