La corte de los dioses sopesaba las opciones de conseguir los libros, Karamat les comía el cerebro mencionando que Alinor Watts, era una amenaza para el mundo. Según su argumento ella podría acabar con miles de vidas. En una pantalla de nube mostraron a la semidiosa convertida en lobo y eso los tenía preocupados. Esa chica sobrevivía a todas las especies y aumentaba su poder, era lo que rondaba en sus pensamientos. Cuanto antes debían borrarla del mapa, no permitirían que nadie fuera más poderoso que ellos.—Karamat, encárgate de desaparecer a la semidiosa —una de las grandes en la corte con su cabello corto oscuro y sus grandes alas doradas ordena—. No vuelvas sin buenas noticias —azotó el mazo y cerró la junta.Estoy en el cuarto nuevo que nos apropiamos en el ala oeste del castillo, acostada y con los pies en el respaldar de la cama. Berwin y el cuarteto fueron a conseguir una habitación para el pobre detective. Mi mamá está toda rara desde que apareció papá y se da unas pérdidas.
Él riéndose se escondió en mi arco del cuello y mi mamá se desvaneció. En ese justo momento tocan a la puerta y no paramos de sonreír. —Le han dado un ataque a Dilys, enfermos —es la voz de papá. Después que mi madre se dio un festín con el trasero de mi Lobito, nos reunimos en el pub en busca del conocido vampiro de Abe. Mi amiga Keyna se me pegó y no pude negarle el viaje. Nos lidera Abe, y va hacia una mesa en el segundo piso. Desde esta ubicación tenemos una buena vista del local y de la entrada también. Mi papá se ve muy atractivo todo de negro y mi mamá vaga junto a nosotros. La he agarrado dándole miradas a papá y él no se queda atrás. Meir se ha acercado a Keyna disimulando y puedo darme cuenta que la protege. Berwin me sostiene de la mano y voy feliz a su lado. Aún me siento en las nubes. Mi Lobito me ofreció la silla y me senté. —Iré a ordenar las bebidas. —Nos comentó Takeo y se fue hacia la barra que hay cerca. En la entrada me llama la atención un hombre de cabello la
El ambiente en el local se ha enfriado, cuando llegó el vampiro arrogante (por primera vez que tenía uno al frente) y me despreció, quería hacerlo desaparecer. No soy de ir a la cabeza de las personas por insultos. Sin embargo, en ese momento ese chupasangre ponía en peligro al amor de mi vida y me sentí una mierda. Es normal, que te cueste aceptar que no puedes proteger a tu compañera de vida y te bajonees. Pero somos un equipo y sé que un grupo unido puede más que un arma letal. La mano de Bellicienta apoyada en mi muslo, es mi manera de saber que estamos juntos en todo. El hombre de cabello largo rojo, es normal, si lo encuentro solo en la calle ni idea que es distinto o una amenaza. Encuentro que no identificarlo nos puede costar, mi padre nunca mencionó de ellos. Sin embargo, me doy cuenta que ellos sí saben mucho de nosotros y eso no me agrada. Tiene que cambiar la situación lo evalúo mientras él habla animado (ironía). Puedo darme cuenta que su aura es demasiado chillona, es ro
Estoy gravitando en las montañas en donde conocí el amor y crié a mi hija Alinor. Los recuerdos vienen a mi mente como fragmentos desordenados. Son pedazos tristes, sí de madre, pero mi primer amor fue con Zetes. Antes con todo ese poder, no me sentía plena como cuando vivía en esta montaña con mis ovejas. Ahora soy solo la sombra de lo que fui. Desde que vi a Zetes, he tenido un cambio drástico y volver a revivir todo, me consume. Tengo miedo de perder, irónico cuando no tengo nada. Mi cuerpo fue desconectado por aquella chiquilla llena de odio, Kara. Soy solo un espíritu vagando, negándose a ir de la tierra. Sin embargo, sé que antes de ser Dilys, la madre que murió por un hombre cegado, en mi corazón inexistente fui una persona completamente diferente. Es algo grande y por eso debo soltarlo. Mi hija me necesita, en este momento no puedo ser útil y por eso desaparezco. La vibra de Zetes está a mi alrededor, piensa que no lo sé reconocer y es absurdo. Ese hombre no puede pasar desap
Estoy vagando por la cuidad Huesos Gravitando, se ve desolada y he venido con la compañía de mi padre, Zetes. Después de la visita de Helmer, chupasangre y asco de padre, no podía con la ansiedad y le propuse a papá visitar a los fantasma. Tal vez encontremos algo de Jason, en las carpas hay pocos fantasmas y algunos me han mirado mal, otros normal. Por instinto llevo a Zetes a mi auto antiguo, el cual fue mi hogar. Zetes no es un fantasma, él camina con su cuerpo deslumbrante y consigue que los fantasmas se escondan. —¡Te presento mi hogar! —abrazo mi Ford cortina azul cielo (hasta donde mis brazos me lo permiten) y la mirada de papá es emotiva—. Ahora falta que me cuentes que era tu auto. Soltó una sonora carcajada y disfruto verlo feliz. Estar a su lado es increíble y valioso. No sabía que sería tan lindo tener a mis padres. A veces al despertar espero no verlos y pasar por el golpe de la pérdida de nuevo. La vida es incierta, no siempre las cosas te saldrán bien. Por eso hay que
Nos encontramos en una barbacoa con la manada y estoy volteando la carne. El día está bonito, el sol salió aunque no calienta, pero se aprecia admirar. El encuentro con mi padre fue difícil y había salido huyendo. Al volver por Belli, Selig se encontraba tomando café y me contó que salió con Zetes para la ciudad de los fantasmas. No tenía más remedio que esperarla, me di un baño y cuando estaba secándome para vestirme, Takeo tocó fuerte la puerta. Su ataque fue para la invitación de la barbacoa y no pude evitar negarme. No me quedaría en la habitación, compartiría con mi gente. En esas estoy con un delantal que me puso Selig, es curioso, tiene fantasmas pequeños decorativos. —Lo que se pierde Alinor —lamentó Selig en la otra parrilla, él ama ver comiendo a mi chica—. Le guardaré un plato o dos —sonrió y lo veo sacar comida aparte.—Eso es trampa, ella no está y se le pondrá fría la comida. —Peleó Takeo y Selig le golpeó la mano cuando fue a agarrar el plato.—Tenemos suficiente comid
El corazón de Belli está agitado y presiento que le sucede algo. Me concentro e ignoro a Bran. Me comunico con mi chica: Bellicienta, ¿qué sucede? Te siento alterada. Hubo un breve silencio en la manada, esperan por mí y la voz de mi compañera se hace oír: Solo un susto, luego nos vemos. ¿Aún deseas verme? Sin demorar, respondo seguro y con mi corazón en la mano: Siempre te quiero ver, no lo olvides. No hay respuesta y han aparecido del lado este los chupasangres encabezados por mi padre. Vuelvo a intentar hablar con Belli: Alinor, ¿qué sucede? Siento que todo se está derrumbando. No hay respuesta de mi chica y debo ponerme en marcha.—Alinor no responde, tendremos que batallar como mejor podamos —murmuré y agarro de la mano a mamá—. Ve con Elton, no te quiero en esta lucha —le exigí, pero ella negó y se zafó de mi agarre.—Es mi manada y lucharé. —Se convirtió en loba y salió hacia los vampiros.—Intenten morderlos, eso los debilitará, no matará —enfatizó en no matará—, pero lograrán
Después de mantener a Zetes en un trance y estabilizar con mi poder, he decidido ir al castillo. Necesito poner al tanto a Berwin, he dejado un escudo alrededor de Zetes y me teletransporté. Al aparecer como fantasma, me quedo invisible y se siente el ambiente extraño. Vago fuera de la habitación y hay vampiros. Unos acostados en los muebles con cerveza en mano y comiendo porquería. «¿Qué ha pasado?», es mi primer pensamiento. Estará bien la manada, espero que sí. No estuvimos para socorrerlos y gravito hacia fuera de la casa. Es imposible que los licántropos puedan luchar solos con los chupasangres, son más ágiles en velocidad y fuerza bruta. Me quedo en shock al ver tantos lobos muertos, tirados en el suelo. Empiezo a buscar, con angustia, que sea alguien conocido. Dios que no esté Berwin, ni los chicos. Mi hija no podría perdonarse, se tiraría a la espalda otra culpa. En el medio del patio hay más cuerpos, además de parrillas y la comida regada por el pasto. Los atacaron en un compa