Capítulo 33: Soy un Chubasco

Estoy vagando por la cuidad Huesos Gravitando, se ve desolada y he venido con la compañía de mi padre, Zetes. Después de la visita de Helmer, chupasangre y asco de padre, no podía con la ansiedad y le propuse a papá visitar a los fantasma. Tal vez encontremos algo de Jason, en las carpas hay pocos fantasmas y algunos me han mirado mal, otros normal. Por instinto llevo a Zetes a mi auto antiguo, el cual fue mi hogar. Zetes no es un fantasma, él camina con su cuerpo deslumbrante y consigue que los fantasmas se escondan.

—¡Te presento mi hogar! —abrazo mi Ford cortina azul cielo (hasta donde mis brazos me lo permiten) y la mirada de papá es emotiva—. Ahora falta que me cuentes que era tu auto.

Soltó una sonora carcajada y disfruto verlo feliz. Estar a su lado es increíble y valioso. No sabía que sería tan lindo tener a mis padres. A veces al despertar espero no verlos y pasar por el golpe de la pérdida de nuevo. La vida es incierta, no siempre las cosas te saldrán bien. Por eso hay que
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