Rachel pronunció estas palabras con un infantil entusiasmo que hicieron que Patrick la admirara un poco más, una mujer de mundo hubiera preguntado para dónde iban a ir, o sí iban a un lugar muy importante, y mil cosas más que se le podrían ocurrir a un adulto, pero no a un niño, y ella lo había hecho. Eso hablaba mucho de su desinterés económico y de su inocencia. —Por supuesto que sí, querida —le dijo sonriendo— Y podremos ir a donde tú quieras.—¿En serio? ¡Wow! —lo dijo llevándose la manos a la boca y abriendo los ojos con sorpresa— Eso sería genial —dijo de primero, pero luego puso una cara más reflexiva— Aunque yo no conozco nada más allá de Nueva York y hay mucho que desconozco de aquí todavía. Mejor eliges tú, ¿Sí?A Patrick le dió risa su sorprendente inocencia.—¿No tienes algún lugar que quisieras conocer? —le preguntó con verdadero interés.—¡Uy sí, cientos! pero no conozco ninguno, por lo que no sé si será apropiado para una luna de miel —le dijo con sencillez— Pero me gu
—Entonces creo que lo haremos mañana en la noche, después que cenemos, por supuesto.—¿Me vas a llevar a cenar fuera de nuevo mañana? —dijo ella con un tono que no estaba exento de coquetería.—Y hoy también, y pasado mañana, y los días que siguen hasta que te aburras de mi.—Yo creo que nunca me aburriré de ti —lo dijo en su inocencia, quizás pensando en que sería bastante difícil aburrirse con tanto dinero disponible y no por estar con él.Pero Patrcik se sintió un poco conmovido por la firmeza que ella expresaba.—Gracias, Rachel —le dijo con ternura— Yo nunca me aburriré de ti tampoco.Ella se sintió tan bien con esas palabras, le parecía que eran dos novios normales y no que todo era un contrato. Pero lo importante es que ella se sentía bien y a ella le parecía que él estaba contento porque ya no gruñía a cada paso que daba dentro de la empresa. Incluso se sorprendió de que él ni siquiera habló cuando Ada irrumpió en su oficina, normalmente le hubiera preguntado de mal talante q
Rachel lo miró extrañada, pero eso no le impidió brindarle una sonrisa al amable señor que le hacía una leve reverencia.—Sí, soy yo —le dijo sonriendo.—Pues entonces bienvenida, señora Anderson —le dijo amablemente— Soy Albert, el guardia y conserje de este edificio. No dude en llamarme si necesita cualquier cosa, en su apartamento tiene los numero de emergencia en la cocina, allí también esta el mio.—Gracias, Albert. Lo tendré muy en cuenta.Estaba tan complacida del trato que le daban, quizás era algo a lo que tenía que acostumbrarse porque normalmente a ella, ni a nadie de clase media o menos, le daban un trato así.El conserje y guardián hizo otra reverencia y les indicó el camino. Llamaron al ascensor y subieron, el apartamento quedaba en el piso 25 y tenía una vista maravillosa desde allí, incluso se veía una parte del Parque Central.La chica de la inmobiliaria abrió la hermosa puerta de color blanco crema y entraron. Rachel se quedó de una pieza nada más al entrar, nunca se
Rachel se tambaleó un poco, pero solo fue un par de segundos, porque de inmediato se irguió, incluso antes de que Patrick terminara de alargar el brazo para tomarla antes de que pudiera caerse.—Estoy bien, solo fue algo que cada vez me da menos fuerte —dijo sonriendo ahora sin palidez en la tersa piel de su rostro— Creo que ya me estoy acostumbrando y lo disfruto.—Me alegra mucho, porque no me gustaría que mi prometida estuviera desmayándose cada vez que le hago un regalo, eso no es normal.—Quizás recibir regalos es normal, pero regalos de esta magnitud es otro nivel, Patrick —le dijo ella, reflexiva— Pero a todo se acostumbra el ser humano y mi mente es bastante práctica para hacer ajustes rápidamente.—¡Wow! Eres genial.—Es la segunda vez que me lo dices —dijo ella muy complacida.—Y tendrás que contar muchas veces más, porque realmente lo eres.—¡Uy! me vas a hacer ruborizar con tus alabanzas, eso sí que creo que me llevará mucho más tiempo que acostumbrarme a los regalos —dijo
Rachel se quedó esa noche en la nueva casa de sus abuelos, al fin y al cabo tenía toda su ropa allí todavía, ella también había considerado pasar alguna que otra noche con ellos para que no se sintieran tan extraños, sin embargo sabía que el hecho de estar en una cas nueva les haría adaptarse más rápido a que ella no dormiría allí todas las noches.Después de la cena, donde la abuela demostró lo satisfecha que estaba por la enorme y cómoda cocina, al hacer una cena super deliciosa, hasta el abuelo quedó tan satisfecho que no tuvo tiempo de protestar por nada.Esa noche Rachel les dijo que al día siguiente vendría Patrick para hablar con ellos para pedir su mano formalmente y anunciar la fecha de la boda. Después de decirlo sintió un calor que le recorría el pecho de nuevo, eso se estaba volviendo una costumbre con respecto a lo que pasaba con Patrick Hamilton.Esa noche se durmió como si fuera un sueño, se sentía como una princesa de cuento de hadas. Una sonrisa se asomaba en su rostr
Patrick se sintió confortado por la reacción de su padre, ya suponía que se iba a sentir contento con la noticia, pero su padre se veía sumamente interesado en conocer a su futura nuera.—Esta noche voy a casa de sus abuelos a pedir oficialmente su mano, así que el anuncio saldrá para mañana en la empresa, no estoy seguro si colocarlo en las páginas de sociales… Ya lo hice dos veces y me resiento en hacerlo de nuevo —dijo algo compungido.—Me alegro que vayas tan rápido, pero si quieres no lo publiques, eso no es obligatorio —le dijo su padre con tranquilidad— Haz aquello con lo que te sientas cómodo, Patrick.—Gracias, papá —le dijo a su padre con una gran sonrisa en su cara.Su padre se le quedó mirando unos momentos antes de hablar.—¿Y, cuándo piensas decírselo a tu madre?—Creo que me daré un tiempo en decirle, a la que sí se lo diré de inmediato, es a la nana.—Me parece bien —hizo una leve pausa antes de continuar— Patrick, estás consciente de que tu madre tratará de impedir, p
Cuando llegaron a la puerta principal, Erick volvió a adelantarse a Patrick y le abrió la puerta invitándolo a entrar, a éste le hizo gracias que el hermano de Rachel se pusiera rojo de satisfacción al igual que su hermana.—¡Rachel! —dijo en voz alta— Ya llegó Patrick.Ella estaba ayudando a la abuela en la cocina cortando algunas verduras para la ensalada, cuando oyó a Erick el rostro se le iluminó con una sonrisa, así que dejando todo lo que tenía en las manos se las limpió del delantal que tenía puesto y salió corriendo a recibirlo.Cuando llegó a su altura ni siquiera le dijo nada, simplemente se alzó en las puntas de los pies y le dió un suave beso sobre los labios.—Bienvenido a nuestra casa, amor —a Patrick le causó bastante sorpresa la manera en que ella se dirigió a él, aunque rápidamente comprendió que esa sería la manera correcta de recibir al hombre con el que piensas casarte.—Hola, cariño.Erick miró a su hermana con gesto soñador, indudablemente su flamante “cuñado” lo
La alegría en la casa de los abuelos de Rachel se podía medir por la cordialidad que reinaba en el ambiente. Rachel estaba sentada al lado de Patrick en el cómodo sofá de la casa y los abuelos estaban sentados en el otro sofá más grande, mientras que Erick estaba en una de las butacas individuales.Patrick sostenía la mano de Rachel entre las suyas mientras conversaba animadamente con sus abuelos y Erick, su conversación era tan fluida e interesante que si alguno de los empleados de la compañía pudiera verlo en esos momentos no lo hubiera podido creer, ¡se veía tan diferente!No había nada del acostumbrado gesto adusto que tenía los días en que lo conoció iniciando su trabajo en la corporación, si alguien le hubiera dicho en esa ocasión lo involucrada que iba a estar con el CEO de las poderosas empresas Hamilton no se lo hubiera creído.Rachel sentía el calor de la mano de Patrick estrechando la suya y casi que no podía creer que él se sintiera tan cómodo allí en su casa, sentado en e