DaphneNo voy a dejar que lo que me hizo James arruine mi cumpleaños. Llamo a Noah y le digo que después de todo, aceptaré su propuesta para salir. Él se pone muy contento de que haya reconsiderado su oferta y me dice que pasará por mí, pero yo lo sorprendo esperándolo fuera de la iglesia.—¡Wow! ¿Y este carro? ¡Hasta chofer tienes! —exclama sorprendido cuando baja hasta la puerta.—Es solo un préstamo —explico—, vamos sube.—¿Te lo dio tu esposo?—Sí —respondo a secas—, ha sido muy amable.—Creí que pasaría el día contigo y por eso me habías dicho que no —comenta como si nada.—No hablemos de eso ahora, ¿te parece?—Oh, está bien —acepta con una gran sonrisa.—Frank, por favor, llévanos al museo —le digo al hombre. Este asiente y pone en marcha el carro.—Como ordene señorita Daphne.Noah abre los ojos con sorpresa.—¿Estás seguro de que podremos entrar a la exhibición? —indago mientras miro hacia la ventana. El paisaje va pasando frente a mis ojos como una gran mancha gris.—Por sup
JamesVer a Daphne de pie frente al restaurante me cambió enseguida el ánimo. Al principio creí que se trataba de mi imaginación, pero cuando noté su mirada de pánico por descubrirla husmeando en lo que seguramente cree que es mi cita, supe que no me la estaba imaginando. Le hago una seña para que entre; al principio lo duda, pero luego avanza hasta la entrada del restaurante.Mientras camina hacia mi mesa mi corazón late acelerado. Se incluso más hermosa que en la tarde. Está sola, eso significa que el tal Noah la abandonó; me pregunto si Frank también la habrá dejado sin protección. Tendré que hablar seriamente con él al respecto.—Lo siento, no deseaba interrumpirte —dice cuando llega frente a mí.—No me has interrumpido para nada, por favor toma asiento —invito.—¿Qué hay de tu novia? ¿No se ofenderá por verme aquí contigo cuando salga del baño?Me echo a reír por su suposición, ¿eso es lo que la tiene así? Pareciera que fuese a cometer un robo en cualquier momento, mirando a todo
Daphne La noche de mi cumpleaños terminó siendo una de las mejores de toda mi vida. Sé que soy una tonta sin remedio, perdonando las actitudes de James una y otra vez. Cada vez que él me hace algo que me hace sufrir, luego termina recompensándome con otras acciones mucho mayores. Mi memoria es corta (o selectiva), porque rápidamente vuelvo a ilusionarme cuando se comporta de tan buena manera conmigo. Esa noche terminé por reconocer que estoy muy, muy enamorada de él. Si olvido todas las cosas malas que hemos pasado, James es como un príncipe hecho realidad para mí. Han pasado dos días desde el domingo y él ha retornado a esa actitud dulce y hasta un poco obsesiva a mi lado. Se preocupa por mí, me lleva el desayuno a la cama, incluso ha estado volviendo más temprano del trabajo solo para pasar tiempo conmigo.Esta noche nos encontramos en la sala frente al gran televisor de ochenta pulgadas que está empotrado en la pared. James preparó pop corn dulce y salado para la ocasión.—¿Qué
JamesEstaba convencido de que ella no quería estar conmigo. ¿Cómo podría quererlo luego de todo lo malo que le he hecho? Por eso me fui a acostar molesto la noche anterior cuando se negó rotundamente a acompañarme a la fiesta.Sin embargo, eso no hizo retroceder mis ganas de tenerla a mi lado, todo lo contrario. A pesar de la nota que le dejé en la mañana, me decidí a ir por ella en el pent-house, y estaba dispuesto a convencerla como fuese posible.Así que por supuesto que no disimulé mi sorpresa cuando la vi tan bella, arreglada y lista para la gala. Sabía que el vestido que había escogido para ella le quedaría perfecto, ya me la imaginaba en ese traje, pero verla en persona, hizo estallar mi corazón de alegría.Corro a su encuentro y la tomo entre mis brazos, en este momento solo ella ocupa mis pensamientos, y quiero que se mantenga así.—Te ves hermosa, te lo juro, nunca te había visto más bella.—No exageres —dice con las mejillas rojas.—Es la verdad, pequeño cisne.Mi Daphne,
Daphne—¡Daphne, espera! —escucho que me grita, pero yo no quiero detenerme, no quiero que vea mi rostro cubierto de lágrimas.Corro empañando mis anteojos al punto de que no veo nada delante de mí. Pretendo irme por la entrada principal, pero cuando siento que avanzo y avanzo sin conseguir la salida, me doy cuenta de que me he confundido de pasillo, no sé dónde estoy.De pronto siento la mano de James tomando mi hombro.—Daphne, ¿por qué has huido de esa manera? —pregunta con la voz agitada. No me atrevo a mirarlo, tampoco puedo contestarle o terminaré por llorar más.Y es que él no tiene idea de todo lo que estoy sintiendo en este momento.»Por favor perdóname, te juro que ese no era el regalo que tenía para ti. Se trataba de un hermoso collar de diamantes, pero alguien lo ha saboteado todo, sospecho que tu excolega tuvo algo que ver.Rosalie, debe estarse refiriendo a ella. Esa mujer se dedicó a burlarse de mí desde que me vio en la gala, creo que le molestó el hecho de que yo pudi
JamesDaphne y yo vamos en silencio hasta la empresa. Le he dicho que he olvidado algo, pero la verdad es que quiero buscar el acuerdo de divorcio que hice con ella hace poco menos de dos meses. Me siento arrepentido por haberla hecho firmar eso.Mientras conduzco no puedo dejar de mirarla. Lo que hemos hecho en ese camerino se sintió increíblemente bien. No sé qué clase de loco impulso me llevó a hacer eso, simplemente sentí que la deseaba con todo mi corazón y mi cuerpo; no me arrepiento de lo que hicimos porque fue perfecto.Estaciono frente al edificio del grupo kingdom y subimos hasta el piso de presidencia, ella se mantiene callada todo el camino y yo también. De repente siento que hay una incomodidad que nos rodea. Finalmente, ella se decide a hablar y dice:—James, lo siento, pero no puedo dejar de preguntarme, ¿por qué lo has hecho?—¿Por qué he hecho qué? —pregunto haciéndome el desentendido.—Tú sabes a lo que me refiero —acusa con las mejillas rojas y mirando hacia abajo.
Daphne Ver a Gabriela de pie ahí en el pent-house de James fue como si un balde de agua helada me hubiera caído encima. El pánico y el miedo al rechazo me ganaron. Cuando vi la ropa del perro en el suelo, hice lo primero que se me ocurrió e improvisé decir que solo era la niñera de nieve.Ella le dijo que se quedaría por siempre, lo saludo con tanto amor, ni siquiera se dio cuenta de quién soy yo realmente. Debo atribuirle eso a mi vestuario, seguramente no me consideró ni siquiera lo suficientemente bonita como para creer que podría ser la amante de James.Porque sin querer, en eso me convertí.Tan solo hace poco habíamos hecho el amor, y fue maravilloso, pero luego él me respondió como yo temía que lo haría. ¿Cuántos golpes más tengo que recibir para darme cuenta de que soy una tonta y que él nunca me haría su mujer oficial?Al parecer, muchos.Salgo corriendo en cuanto llego al lobby, aunque dudo mucho que él me siga. Ya se encuentra allá arriba la persona que él realmente ha quer
JamesCuando vuelvo al pent-house, Gabriela está sentada de nuevo en el sillón de la sala mirando su celular. No sé cómo sentirme al respecto al verla ahí. Levanta su vista al darse cuenta de que volví.—Amor, al fin estás aquí, ven —dice acariciando el asiento vacío a su lado.Avanzo hasta ella, pero decido quedarme de pie, mi rostro no debe estarle dando la mirada más cálida del mundo porque su sonrisa se borra de inmediato.—¿Qué estás haciendo realmente aquí?—¿De qué hablas? —pregunta con una risa incómoda.—Gabriela, tienes tres meses ignorándome por completo. Te fuiste cuando pensaba proponerte matrimonio en el crucero. Lo acepté porque sé que es tu sueño ser la mejor bailarina, y era una gran oportunidad, pero ¿y lo demás? Dime, ¿me lo merezco?Mis reproches la hacen agachar la mirada. No quiero ser tan duro con ella, pero necesito desfogar todo lo que estoy sintiendo ahora mismo.—Lo siento James. Sabes que mi prioridad siempre ha sido el ballet. Te amo, y volví porque estoy