Dos meses después...Si no te das cuenta, el tiempo pasa demasiado rápido. Así es como en un abrir y cerrar de ojos ya estás a punto de conocer una nueva vida... Ahora me veo a poco de dar a luz a mi bebé, mientras una boda está a la vuelta de la esquina. Sí, ya hemos comenzado con los arreglos, mientras de camino al hospital me encuentro, ha llegado el momento de dar a luz.Estoy asustada. Pero él no se ha apartado de mi lado. Sol se ha puesto tan triste, tiene a su bebito enfermo y no podrá estar cerca mío en este momento. Pero no pasa nada, yo entiendo cómo está su situación ahora. Pero eso no significa que no me haya enviado sus buenos deseos.—¡Oh por Dios! Otra vez el dolor. Es tan insoportable —suelto adolorida y de pronto comienzo a sentirme rebasada por el dolor, es peor de lo que hubiera imaginado.Él me dice que todo estará bien. Como si estuviera sintiendo mi dolor. No sabe nada. Mierda. Otra contracción se aproxima, siendo verdad
Epílogo Marina está aprendiendo a caminar. Ha sido un proceso de aprendizaje para nosotros como padres, porque no teníamos ni idea de lo que vendría. He sentido un poco de miedo, pero poco a poco uno se va acostumbrando. Hoy en día puedo sentirme orgulloso de haber hecho todo lo posible para criar a una pequeña tan hermosa como ella. Me siento orgulloso de ser su madre, es tan bonita de verdad... Es la copia exacta de su padre, con algunas características mías. Sus ojos son tan grandes y azules como los de la tía Rebeca, quien nos visita regularmente.Ahora estamos frente a la playa, el mar es realmente un lugar maravilloso donde podemos estar tranquilos. Nos han sentado de maravilla estas vacaciones en Italia. Marina ya tiene dos años y su padre le está enseñando a nadar. Es una niña tan animada y no se separa ni un solo momento de su padre. Me gusta verlos juntos desde aquí, sentada en una tumbona... Me llevaré gratos recuerdos una vez regresemos a Nueva York.
Siento crecer la urgencia por salir de aquí, no quiero ser vista por él, no quiero que descubra quién soy en realidad. Dios mío, me siento atrapada en esta escena. Aún no puedo creer que se trate de él, es increíble que sea Zared. No me lo puedo creer. He pasado la noche con él. ¿Por qué las cosas tienen que ser así? Miro mi muñeca y veo esa pulsera. Quien me la dio está a pocos centímetros de mí. Todo esto parece tan irreal. Necesito irme de aquí rápidamente, no quiero que se despierte y se dé cuenta de quién soy. Además, todo esto será un desastre... Me siento tan perdida que no encuentro mi ropa. Lo único de lo que estoy segura es de que está en algún lugar de esta habitación. Me muevo con cautela, tratando de no hacer ruido que lo despierte. Afortunadamente, aún no lo ha hecho, pero no puedo bajar la guardia, ya que en cualquier momento podría abrir los ojos y encontrarme allí. Me muero de vergüenza, el arrepentimiento se adentra en mi cuerpo como una víbora... y sé que lo mer
Me hundo en la colcha, con la mirada perdida en el techo mientras un torbellino de pensamientos se dispersa en mi cabeza, confundiéndome y volviéndome una desconocida y desconfiada. Entre todo ese caos, siento la necesidad de contarle a mi madre lo que ha sucedido, aunque me da vergüenza solo pensarlo. Sin embargo, pienso que ella es la única persona con la que podría comenzar a hablar al respecto. No, no puedo simplemente decirle que me acosté con un tipo por capricho. —¿Estás ahí? No voy a regañarte por haber quedado fuera, pero al menos podrías haber respondido mis llamadas. Llamé hasta tarde y me preocupé al no recibir ninguna respuesta. ¿Está todo bien? Todavía no has bajado a almorzar. Es mi madre al otro lado de la puerta, y sigue tocando la madera al no obtener respuesta de mi parte. Tomo una bocanada de aire. —Mamá, puedes pasar. Finalmente, mi madre entra a la habitación y me mira fijamente, estudiando mis facciones. Solo espero que no se dé cuenta del cambio... Por eso
P.O.V ZaredHay un montón de papeles que no están en orden y debo revisarlos ahora mismo si no quiero que se acumule más trabajo para el día siguiente. Además de eso, tengo otros pendientes por cumplir y dos reuniones importantes en la tarde que necesito dirigir. No puedo retrasarme con nada. Siento un fuerte dolor de cabeza y me odio por haber vuelto a beber. Maldición, mi cabeza va a estallar.¿Cómo he terminado trabajando incluso los fines de semana? Es inevitable. En este momento, el éxito va bien, pero las exigencias se incrementan cada día, especialmente ahora que tengo que encargarme de casi todo. Mierda, es una enorme responsabilidad la que tengo que cargar. A pesar de todo, me gusta mi trabajo.Después de pasar mucho tiempo en la silla giratoria, me levanto y camino hacia la ventana, donde puedo disfrutar de una maravillosa vista. Aunque siento que mi cabeza va a explotar y que el estrés me consume, al ver todo desde allí me siento un poco aliviado.Me gustaría poder encontra
Estoy emocionada por la oportunidad de trabajar en un hotel que está a punto de inaugurarse. Le cuento a mi madre sobre el empleo y ella está sorprendida por el alto sueldo que ofrecen. Ella me anima a asegurarme de conocer todas las tareas y horarios antes de firmar el contrato. Estoy decidida a aprovechar esta oportunidad y ahorrar para mi propio negocio. Mamá se va a trabajar y me arreglo para encontrarme con Camilo, el encargado de las entrevistas laborales. Llego a la cafetería y él aparece, es un hombre apuesto y amable. Discutimos las condiciones y él responde todas mis preguntas. Al final, estoy emocionada por el trabajo y acepto la carpeta con el contrato para revisarlo en casa.***En mi primer día de trabajo en el lujoso hotel , me sentía emocionada y un poco nerviosa. Había pasado días revisando el contrato y preparándome para esta oportunidad, y finalmente estaba aquí, lista para dar lo mejor de mí. Cuando llegué al hotel, me encontré con Camilo, el encargado de las ent
Dos meses después... Como de costumbre, me levanto para ir al trabajo, pero esta mañana me siento indispuesta. Tengo síntomas que indican que estoy enferma. No me siento bien y siento que no debería ir a trabajar hoy. Pero no puedo faltar, especialmente porque el jefe estará allí hoy. El señor Jones, como es conocido. Espero que su apellido sea solo una coincidencia. Estoy confundida y preocupada. Al poner un pie en el suelo, me mareo y necesito acostarme para sentirme mejor. Estoy enferma y sé que no puedo faltar al trabajo. No puedo poner en peligro mi empleo. Me siento tan mal que quiero llorar. Las náuseas llegan y corro al baño para vomitar. No sé qué me está pasando, pero necesito ver a un médico para saberlo. Solo tengo media hora para estar lista y salir de casa. Mamá se da cuenta de que algo está mal cuando me ve pálida y me insiste en que coma antes de irme. Intento tranquilizarla, pero sé que es intuitiva y probablemente sospeche la verdad. Le doy un beso en la mejilla y
P.O.V Zared Jones. El grito desesperado de una de las empleadas, me alarma y no dudo ni un momento en acercarme para saber qué es lo que pasa, entonces me doy cuenta de que se trata de Anastasia tendida en el suelo, no le pido a ninguno de mis guardaespaldas o empleados que se encarguen de ella, lo hago yo mismo, llamándola por su nombre, cosa que no pienso demasiado al estar sumergido en la desesperación, es por eso que muchos se quedan extrañados, pero en eso en este momento me importa un bledo, solo quiero que ella se encuentre bien. Me llaman por todos lados queriendo llevar a Anastasia por mí, pero les digo que yo mismo iré al hospital, no me conformo con llevarla a la enfermería qué hay dentro del hotel. Es así como la subo a la parte trasera del auto. Una chica que parece ser cercana a ella, ha insistido muchísimo para ir con ella en la parte trasera, y se lo permito. —¿Eres amiga de Anastasia? —Señor, solo su compañera, pero sí somos cercanas. ¡Dios! Le dije que no estaba