P.O.V. Rebeca—Gracias por lo del otro día —le digo, entregándole su abrigo de nuevo.—No pasa nada. Así que finalmente puedo guardar tu número de teléfono —dice, ya que esta mañana le llamé para encontrarnos y ahora no estoy segura de si vamos al restaurante que me mencionó.—Sí, no eres una mala persona. Desde el principio me has parecido un buen chico y no tengo problema en confiar en ti. ¿Te puedo hacer una pregunta?—Claro.—Es un poco precipitado y repentino, pero me gustaría saber por qué quisiste volver a verme —expreso, esperando su respuesta que parece tardar en llegar. No sé si él me lo dirá, pero espero que se tome su tiempo antes de explicarlo.—Podría parecer aventurado de mi parte decirte que te encuentro bonita, que eres alguien que se queda grabada en la mente con solo verte una vez. Eres una chica interesante —dice y me sonrojo.—Creo que estás exagerando. Seguro que no pensarás lo mismo cuando me conozcas mejor —susurro, bajando la cabeza. Aunque Anastasia me dijo q
Y ahora nos encontramos en el segundo piso de la Torre Eiffel, hemos subido en ascensor. La vista desde aquí es incomparable, sabía que era un lugar increíble, pero no así. Todavía sigo boquiabierta y es imposible no dejar de sorprenderme con ese panorama que se ofrece aquí, porque una persona al menos una vez en su vida debería venir a conocer este lugar, nadie se arrepentirá de haber venido. Es todo muy hermoso. Me encanta, sinceramente... Es todo un regalo para la vista.—He venido en diferentes estaciones para capturar la ciudad en distintos momentos. Créeme que ha valido la pena venir y sacar algunas fotografías, después te las puedo mostrar. Todavía hay un montón de fotos que quiero tomar, pero el trabajo me lo impide. Son muchas cosas las que debo hacer en la empresa de mi padre que me impiden tener más tiempo libre del que quisiera, en lugar de solo un poco nada más.—¿Puedo saber por qué has escogido ser diseñador gráfico en lugar de convertirte en un fotógrafo profesional? E
Me gusta mucho su forma de ser y la manera en que se desenvuelve al hablar conmigo. Es muy atento y siempre presta atención a lo que le cuento. Definitivamente, es el tipo de chico que le agradaría mucho a mi hermano, pero aún así no me siento preparada para presentárselo. Unas semanas no son suficientes para que Zaredconsidere a Francois como alguien en quien puedo confiar ciegamente. Él seguirá viéndolo como un desconocido y seguramente me dirá que me aleje rápidamente de él, sin importar qué. Entendería esa reacción de su parte, ya que he pasado mucho tiempo molestando cerca de Daniel, pero no es la misma historia ni las mismas circunstancias. Ahora todo es completamente diferente. Sin embargo, él sigue siendo el mismo hombre sobreprotector conmigo y eso no va a cambiar.Respiro profundamente y tomo una bocanada de aire. Francois y yo nos encontramos en una pastelería en este momento. De pronto me ha provocado comer un pastel y, con solo mencionarlo, no ha tardado en traerme a este
P.O.V AnastasiaMe doy cuenta de que Rebeca parece un poco nerviosa y sé que es por su hermano, que seguro va a pensar mal de la persona que va a presentarse. No debería sentirse así. Después de todo, es algo muy bonito que haya logrado encontrar a alguien con quien llevarse bien. Me sentiré bien si Zaredno le dice nada malo a su hermana por haberse hecho amigo de alguien en la ciudad.—¿Ya falta poco para que llegue? —le pregunto y ella simplemente asiente con la cabeza, luego mira su teléfono, seguramente le enviará un texto avisándole de su llegada —. Rebeca, solo sé tú misma. No tienes que impresionar a nadie, además...—No puedo evitarlo, en realidad me gusta mucho y sé lo que va a decir mi hermano. Sinceramente no creo que diga nada positivo.—Oye, que Zared no hará eso. He tenido una conversación con él.—¿En serio? —me mira con los ojos muy abiertos.—Sí, por supuesto. Hablé con él porque sé que es importante para ti. Le dije que no fuera demasiado duro, que no fuera tan direc
Dos meses después...Si no te das cuenta, el tiempo pasa demasiado rápido. Así es como en un abrir y cerrar de ojos ya estás a punto de conocer una nueva vida... Ahora me veo a poco de dar a luz a mi bebé, mientras una boda está a la vuelta de la esquina. Sí, ya hemos comenzado con los arreglos, mientras de camino al hospital me encuentro, ha llegado el momento de dar a luz.Estoy asustada. Pero él no se ha apartado de mi lado. Sol se ha puesto tan triste, tiene a su bebito enfermo y no podrá estar cerca mío en este momento. Pero no pasa nada, yo entiendo cómo está su situación ahora. Pero eso no significa que no me haya enviado sus buenos deseos.—¡Oh por Dios! Otra vez el dolor. Es tan insoportable —suelto adolorida y de pronto comienzo a sentirme rebasada por el dolor, es peor de lo que hubiera imaginado.Él me dice que todo estará bien. Como si estuviera sintiendo mi dolor. No sabe nada. Mierda. Otra contracción se aproxima, siendo verdad
Epílogo Marina está aprendiendo a caminar. Ha sido un proceso de aprendizaje para nosotros como padres, porque no teníamos ni idea de lo que vendría. He sentido un poco de miedo, pero poco a poco uno se va acostumbrando. Hoy en día puedo sentirme orgulloso de haber hecho todo lo posible para criar a una pequeña tan hermosa como ella. Me siento orgulloso de ser su madre, es tan bonita de verdad... Es la copia exacta de su padre, con algunas características mías. Sus ojos son tan grandes y azules como los de la tía Rebeca, quien nos visita regularmente.Ahora estamos frente a la playa, el mar es realmente un lugar maravilloso donde podemos estar tranquilos. Nos han sentado de maravilla estas vacaciones en Italia. Marina ya tiene dos años y su padre le está enseñando a nadar. Es una niña tan animada y no se separa ni un solo momento de su padre. Me gusta verlos juntos desde aquí, sentada en una tumbona... Me llevaré gratos recuerdos una vez regresemos a Nueva York.
Siento crecer la urgencia por salir de aquí, no quiero ser vista por él, no quiero que descubra quién soy en realidad. Dios mío, me siento atrapada en esta escena. Aún no puedo creer que se trate de él, es increíble que sea Zared. No me lo puedo creer. He pasado la noche con él. ¿Por qué las cosas tienen que ser así? Miro mi muñeca y veo esa pulsera. Quien me la dio está a pocos centímetros de mí. Todo esto parece tan irreal. Necesito irme de aquí rápidamente, no quiero que se despierte y se dé cuenta de quién soy. Además, todo esto será un desastre... Me siento tan perdida que no encuentro mi ropa. Lo único de lo que estoy segura es de que está en algún lugar de esta habitación. Me muevo con cautela, tratando de no hacer ruido que lo despierte. Afortunadamente, aún no lo ha hecho, pero no puedo bajar la guardia, ya que en cualquier momento podría abrir los ojos y encontrarme allí. Me muero de vergüenza, el arrepentimiento se adentra en mi cuerpo como una víbora... y sé que lo mer
Me hundo en la colcha, con la mirada perdida en el techo mientras un torbellino de pensamientos se dispersa en mi cabeza, confundiéndome y volviéndome una desconocida y desconfiada. Entre todo ese caos, siento la necesidad de contarle a mi madre lo que ha sucedido, aunque me da vergüenza solo pensarlo. Sin embargo, pienso que ella es la única persona con la que podría comenzar a hablar al respecto. No, no puedo simplemente decirle que me acosté con un tipo por capricho. —¿Estás ahí? No voy a regañarte por haber quedado fuera, pero al menos podrías haber respondido mis llamadas. Llamé hasta tarde y me preocupé al no recibir ninguna respuesta. ¿Está todo bien? Todavía no has bajado a almorzar. Es mi madre al otro lado de la puerta, y sigue tocando la madera al no obtener respuesta de mi parte. Tomo una bocanada de aire. —Mamá, puedes pasar. Finalmente, mi madre entra a la habitación y me mira fijamente, estudiando mis facciones. Solo espero que no se dé cuenta del cambio... Por eso