Jacob.-Si Alfa, efectivamente todos pertenecieron a mi manada y su salida fue voluntaria- Dije al teléfono. - Le agradecería mucho que los recibiera a pesar de ser exiliados.-De acuerdo. Solo quería comprobar lo que decían. Llegaron esta mañana y están siendo retenidos en la sala de visitas. - Dijo el Alfa de Trueno. Por mi vida que no podía recordar su nombre. Cuatro años sin estar en mi piel humana hacía cosas divertidas en mi cerebro y en el correcto funcionamiento de mis músculos.Esta mañana caí al piso luego de salir de la cama. Mis miembros no me respondían. El chucho durante todo ese tiempo no se rio de mí, el maldito estaba ocupado tirado de panza moviéndose de un lado a otro en mi cerebro como si estuviera en el mismísimo cielo. Supongo que recibió un buen mensaje tarde por la noche cuando se adueñó de mi celular.Colgué el teléfono cuando le aseguré que iría a una entrevista personal pronto.*De acuerdo, chucho. ¿Por qué estás tan feliz?*A ti no te hablo, humano desgraci
Dalila.-Pueden pasar a hablar con el Alfa. - Dijo una loba con aspecto de secretaria- Síganme, por favor.Nos levantamos de los cómodos sillones en los que nos hicieron sentarnos y seguimos a la loba. Atravesamos algunos pasillos con lobos yendo y viniendo.-Wow... están más organizados de lo que estábamos nosotros. -Dijo Carl con un silbido de apreciación. - ¡Baja de ahí Carson!Tres alegres risas se escondieron detrás de mí y yo los miré seria pero divertida por dentro.-Cachorros, estamos por entrar a hablar con el Alfa. Por favor, necesito su mejor comportamiento.-Si tía Dal. - Dijeron los tres y se aferraron a mis piernas haciendo difícil que caminara.Pasamos a una enorme oficina y ya había dispuesto sillas para todos nosotros.- Pasen, por favor. Mi nombre es Samuel, ¿Qué puedo hacer por ustedes? - Dijo un lobo con un traje ejecutivo.-Buenas tardes, Alfa Samuel. Estamos aquí para solicitar permiso para hablar con el encargado de su biblioteca y solicitar que nos deje echar
Llegó la comida y la devoramos en agradable silencio. Luego el Alfa llamó a reunión a toda su manada y nos guió a una enorme sala de conferencias. Parecía más un anfiteatro. Estaba impresionada.-¡Silencio, manada!- Gritó Samuel y todos los murmullos se apagaron. -Tenemos invitados. -Dijo señalándonos con un gesto de la mano. - Ahora, Dylan...- Dylan levantó la mano. - Va a pasar por todas las filas y tocará la cabeza de algunos de ustedes. Los que sean elegidos, por favor suban aquí conmigo.Dylan bajó del escenario y comenzó a pasear entre las filas deteniéndose casi cada 10 pasos a tocar a algunas mujeres y un montón de hombres. Miré hacia el Alfa que parecía tranquilo por fuera pero sus ojos decían una cosa distinta.Cuando Dylan terminó y al menos 50 lobos estuvieron en el escenario yo me dirigí al Alfa.-¿Tiene unos segundos, alfa?-Sígueme. - Me dijo en tono bajo y luego se dirigió a su manada. - Volveré en un minuto ¡No se muevan!Salimos del anfiteatro y del alcance del oído.
Bella.Había pasado los dos últimos días en ayunas rezando a la Madre por un poco más de tiempo con mi abuela. Era mi único pariente vivo y sin ella estaría sola y perdida.Nosotras veníamos de una larga línea de tejedoras cuya única misión en la vida era conservar en nuestra memoria la historia de la creación de nuestra especie y las profecías que nos confió nuestra Madre. Una de ellas decía que cuando una mujer de mi familia fuera forzada a usar la corona dorada, nuestra misión habría terminado y mi línea de sangre sería bendecida gracias a nuestro fiel servicio. Una loba vendría y sería nuestra Alfa; aquella con el poder suficiente como para volver a encaminar a nuestra raza. Con su guía y poder, nuestra raza volvería a prosperar más grande y fuerte de lo que nunca fue. Mi deber y el de toda mi línea era hablarle sobre el origen y su poder.En algún punto de mi línea una de mis parientes decidió que era mucho trabajo aprender de memoria las enseñanzas de Madre así que conforme su m
Jacob.*¿Ya llegamos?*No.Por fin pude viajar a la manada Trueno. Mis asuntos me tomaron más tiempo del que pensaba y tanto Kell como yo terminamos exasperados y mandamos el papeleo a la mierda. Damián, bendito sea su sentido del deber, solo se encogió de hombros y se encargó de todo.Han pasado años y aún no hay noticias de Jeremiah. Tenía a su mate y sus hijos casi cada semana en mi puerta pidiéndome que lo encuentre; según, padre aún puede sentirlo, así que no está muerto. Solo algo así como perdido en acción.*¿Ya llegamos?*No.Kell había estado insoportable todo el camino. Tuvo que aceptar a regañadientes que los cinturones de seguridad de los aviones (Aunque sean de nuestro avión privado) no están hechos para sujetar lobos por lo que me dejó a cargo.*¿Ya llegamos?*¡Que no, chucho!*Uy, ¿Quién orinó en tu árbol, humanito?*Aún queda una hora de vuelo y agradecería que te callaras. Estoy haciendo planes.*Oh, suena divertido. Dime pues, ¿Cuál es tu brillante plan para que mi h
Dalila.-Bueno, supongo que la raza estaba destinada a morir entonces. - Dije encogiéndome de hombros.Habían pasado tres semanas desde que habíamos salido de Trueno con el Alfa pisando nuestros talones. Gracias a que Kell me había hecho caso, ahora nos encontrábamos en una linda villita propiedad de Carl. Yo me he dedicado religiosamente a obtener el bronceado perfecto mientras las felices parejas se toman muy en serio lo de repoblar la tierra. Charlie, Adam, los cachorros y yo disfrutamos de la piscina, los mayordomos y los masajistas.-Sé seria por un minuto. Si lo que dice Bella es cierto, entonces de alguna manera estás cambiando el destino. - Dijo Adam pensativo.- ¡Qué se joda el destino! - Dijo Charlie arrojando pedazos de queso a los cachorros que meneaban la cola encantados de ser tratados como perros. - Mi amor Dalila merece más que ese intento de hombre.En los últimos minutos habíamos estado debatiendo sobre las crípticas palabras de Bella. Ella llegó a nosotros casi como
Jacob.Me había quedado una semana en la manada Trueno bajo el pretexto de agilizar el proceso de anexión al imperio. Al principio el Alfa quiso pelear conmigo e incluso hizo que peleara con su mejor guerrero: Un chico bien entrenado y con la marca de mi pareja.Una vez que los sometí a ambos, al Alfa no le quedó más remedio que someterse a la nueva administración. Yo no sé por qué lloraba, si lo único que iba a cambiar en su vida era que ahora me tenía que reportar sus problemas y yo iría a resolverlos. Como sea, chilló todo el camino hasta que Kell se cansó de sus estupideces y se transformó en su forma de lobo humanoide. Todo fue tranquilo desde entonces.¿La verdadera razón por la que nos quedamos? Por si mi pareja regresaba a esta manada. No teníamos ni una puta idea de dónde estaba, ya que su celular había estado apagado y sus amigos ya no nos reportaban su ubicación. Ninguno se había dignado a responder su maldito celular en una semana. ¿Qué mierda?Entonces, justo cuando comen
Dalila.En algún momento comencé a suplicarle al idiota. ¿Como sucedió? Bueno, supongo que es algo parecido al trabajo de parto: Un segundo estas feliz y radiante y luego llega el mundo de dolor y te transformas en una persona completamente diferente. El dolor nos hace diferentes.Nadie me dijo que el celo dolía como patada de mula. Y, la chica que se supone tiene que explicarme estas cosas, se encerró con mi amigo para comenzar el dulce ciclo de la vida. ¿No se supone que su trabajo es estar disponible para guiarme y aclarar mis dudas? ¡Qué gran chiste! Ahora me encuentro jadeando por el toque del maldito que se suponía debía amarme.Comenzó a besar mi rodilla y no pude más que gemir.-No juegues más conmigo, por favor...- Dije desesperada.- Me duele...-Tranquila preciosa, no podemos apresurarnos en nuestra primera vez. - Dijo dándome una sonrisa descarada. Maldito bastardo.-Si no vas a darme lo que quiero... entonces lárgate. - Dije ya harta de sus tonterías.-¡Que mal carácter! -