Dalila. A la m****a los recuerdos, culparía al alcohol. Bajé los escalones y me encontré con una pequeña reja que impedía el paso a este piso. Intenté desbloquearla y para mi suerte estaba abierta. Con una sonrisa la atravesé y luego la azoté porque podía. Era mi "Jódete Jacob" alto y claro. Mientras continuaba mi recorrido por la casa de la manada en mi búsqueda implacable por la salida, recordé poco a poco la noche anterior. No podía creer que el bastardo me dejara pintar su ventana. Me encogí de hombros, se lo tenía merecido y no me iba a disculpar por ello. El resto de la noche y las partes sexys preferí dejarlas a un lado por el momento; no quería analizar mis sentimientos. *¿Estamos en negación? *Estamos en shock. Le dije muy segura a mi loba mientras ella se partía de risa. *¿Cómo puedes encontrar divertida la situación? *Uh, bueno... es reír o llorar sobre nuestra suerte cada que nos emborrachamos y a mí me gusta ver el vaso medio lleno. Yo suspiré. Menos mal que mil
Dalila. (Actualmente)Jacob corría por el bosque con Charlie corriendo tras nosotros. Ignoraba si iríamos a la casa de la manada por armas o si llegaríamos directo a la acción. Menos mal que lo que sea que había hecho Jacob estaba curando mi pierna, ya casi no me dolía. Ese último exiliado me había mordido hasta el hueso, maldito.-Oye chico amante. - Dijo Charlie resoplando. - ¿Por qué no me cargas también? El débil humano soy yo. - Dijo entre jadeos.-Porque ella es una princesa, tú solo eres una damisela en apuros. - Dijo escaneando los alrededores. - Estamos cerca, mantente alerta y cuídate de los colmillos.-No son los colmillos lo que me preocupa. Ustedes son muy fuertes, aún me duele la cabeza. ¿Estás seguro de que te seré útil si llego vomitando mis entrañas?- Dijo esquivando algunas raíces.-Pobre Charlie, ven aquí. - Dije palmeando mi regazo. - Estoy segura de que el idiota puede llevarnos a los dos. - Dije pestañeando inocentemente en dirección a la mirada molesta de Jacob
Dalila.-Resiste paps, estoy aquí. - Dije agachándome a lado de mi madre. - Solo será un segundo.Tomé una de sus manos y la mordí una y otra vez. Luego mordí mi propia mano y dejé que mi sangre goteara sobre su pecho.Por lo que podía ver, alguien había intentado llegar a su corazón. Dejé mi mente en blanco y me concentré en sangrar sobre él.-¡No me vas a dejar! ¡¿Oíste?! ¡Me niego a que me dejes sola con un cachorro! - Le gritaba mi madre. - ¡Vandalizaré tu maldita tumba si lo haces!Cuando dejó de sangrar y su color se fue recuperando, analicé el cuerpo desnudo de mi madre. Tenía una herida profunda en la cadera, varias mordidas en los brazos y la parte interna de uno de sus muslos estaba tan desgarrada que podía ver el hueso. Mierda, ¿Cómo es que podía gritarle a paps en esas condiciones?Tomé una de sus manos y la mordí unas cuantas veces. Luego repetí el proceso de morder mi mano y dejar caer sobre su muslo un poco de mi sangre. Me quedé ahí hasta que la herida fue una mancha f
Dalila.Desperté con la sensación de ser observada; los recuerdos de las últimas horas me hicieron ponerme enseguida en guardia aun con mis ojos cerrados.-Amor... ¿No quisieras terminar de despertar y probar esto? -Dijo Charlie cerca de mí.Abrí un ojo relajándome al oír su voz. Pollo y verduras se encontraban apilados en un plato.-¿Eso es para mí?- Pregunté estirándome.-Pues claro, ¿Ves a alguien más que haya dormido casi un día entero? - Dijo Charlie sentándose en la cama y acercando el plato. - ¿Cómo te sientes?-Cansada. ¿De qué me perdí? - Dije aceptando el plato.-Algunas cosas sin importancia. - Dijo y comenzó a contar con los dedos. - Fuimos a buscar al tipo... ¿Cómo se llamaba?... ¡Ah, si! Xavier, el padre de nuestro amigo Carl, y tuvimos que sacarlo de debajo de algunos cuerpos. Ahora se encuentra en una mazmorra. Luego fuimos a revisar todo el territorio en busca de lobos agonizantes y lobos rezagados; cuando peinamos dos veces la manada comenzamos a apilar cuerpos.-Em
Siete minutos después iba de la mano del idiota abriéndonos camino hacia el pequeño escenario que sería el lugar del juicio. La manada se inclinaba ante Jacob y me daban sonrisas y palmadas mientras pasábamos. Era extraño, ni siquiera quise detenerme a corregir a algunos lobos que se dirigían a mi como "Luna". -¡Lobos! Hoy estamos aquí reunidos para el juicio contra los traidores de la manada. Aquellos lobos y lobas que creíamos conocer pero vendieron a su familia, amigos y conocidos solo por motivos egoístas. -Dijo paps Gabe solemne y atrayendo la atención de todos. - Esta pequeña de aquí es Dalila, mi hija es ya conocida por todos ustedes debido a lo especial que es. Los lobeznos me saludaban agitando sus manitas entre el público y yo hice contacto visual con cada uno y los saludé de vuelta. Adorables bebés. En todo este tiempo Jacob no había soltado mi mano y yo no tenía intención de alejarlo; se sentía bien. Sobre la tarima ya se encontraban mis amigos; como miembros del Consej
-Retrocede y repíteme de nuevo la parte en donde estamos tú, yo y la hijastra de Armando. - Dije con repentina agitación.-¿Qué?... ¡Oh! No me digas que no lo sabes. - Dijo y comenzó a reír histéricamente. Jacob se adelantó y le dijo que se callara.-No estoy hablando contigo, Jacob. Estoy interrogando a la traidora, así que quítate de mi camino. - Dije cuando intentó detenerme.-Dalila, escucha yo...-CÁLLATE. - dije con todo el comando Alfa que pude reunir.-¿Esa pequeña pieza de información te la dijo directamente Jacob? O ¿Cómo fue que la conseguiste?- Dije y pude sentir cómo mis amigos formaban una barrera entre los intentos de Jacob para atraer mi atención y yo. Cosa que agradecí pero no perdí tiempo para decírselos verbalmente.Tenía un horrible presentimiento sobre todo esto y esperaba desde el fondo de mi corazón estar equivocada. Mi loba estaba igual de inquieta.-Hasta hace unos días tenía micrófonos escondidos en las oficinas de los Alfas y Betas. - Dijo apretando los dien
(Cuatro años después.)Dalila.-Eso es todo por hoy. Recuerden que su último examen es el viernes. No se les olvide dejar sus trabajos finales en mi escritorio antes de irse.Me levanté felizmente de mi lugar y caminé hacia el profesor Matt. Dejé mi trabajo sobre su mesa y estaba por seguir mi camino cuando me detuvo.-Señorita Dalila, quédese un momento, por favor.Mis compañeros salieron de la clase y me quedé a solas con el profesor Matt. Era un agradable hombre cerca de los setenta años; he estado en algunas de sus clases, pero sin duda me ha hecho sudar sangre para conseguir todas y cada una de mis notas.-Dígame señorita Dalila, ¿Ya tiene planes para después de la graduación de la próxima semana?- Dijo mirándome seriamente.-No realmente, mi familia y yo vinimos al país únicamente para estudiar aquí. - Dije sinceramente. - Soy una persona de un día a la vez. - Dije encogiéndome de hombros.-Bueno, sé que otros compañeros profesores le han ofrecido algunos trabajos en hospitales
(Hace cuatro años.)Jacob.No pude desobedecer su orden y eso me partió el alma. Quería gritar que la amaba y que sabía que había hecho algo imperdonable, pero aun así quería que me diera la oportunidad de redimirme. Pasaría los siguientes años suplicando su perdón, diciéndole todos los días que era preciosa y que yo era estúpido.Adoraría el suelo por donde pisara y sería la mejor versión de mí mismo a la espera de una oportunidad...Madison me arrebató eso. En un segundo vi sus hermosos ojos oscurecerse de dolor y mi alma lloró junto a la suya; maldije mi nombre cuando sentí la profundidad de sus sentimientos por el vínculo.Me derrumbé en el suelo mientras las lágrimas salían de mis ojos y me negué a apartar la mirada de que la que estaba seguro que era la última vez que veía a mi pareja.Ni una sola vez miró hacia atrás. Ni una sola vez sentí el arrepentimiento en ella... Y eso me mató.Ni siquiera me importaban las miradas de desaprobación de cientos de ojos ni los murmullos casi