Vicente Cooper.- ¿Por qué no quieres ir? - Pregunto con tristeza.- No quiero molestarte.- Pero no te molestes, te estoy invitando, ven, será agradable.- No sé si debería.- Por favor, Ángel - te lo ruego y no sé de dónde viene esta necesidad de tenerte siempre a mi lado.- De acuerdo -acepta y yo respiro aliviada-, me voy a casa y me cambio rápido.La acompaño a su piso y me siento en el sofá a esperarla. Al cabo de unos instantes la veo volver del pasillo de la habitación, con un largo vestido floreado que enmarcaba todas sus curvas y tenía una discreta abertura en la pierna derecha. Llevaba un maquillaje discreto y el pelo suelto. Su dulce olor llenó todo el ambiente cuando llegó.- ¿Qué pasa? - se detiene frente a mí y se gira, mis ojos recorren su cuerpo - ¿Estoy presentable para conocer a tu familia?- Estás preciosa, Ángel - hablo con sinceridad y ella se sonroja - Déjame presentarte formalmente a mi amigo de cuatro patas.- Creo que esta ya me la sé", dice, mirando fijament
Vicente Cooper.- ¿Cómo se conocieron? - mi madre repite la pregunta.- Trabajo para él - contesta Ángel - Acabo de licenciarme y he tenido la suerte de tener la oportunidad de trabajar con su hijo, en serio es genial y estoy muy contenta - dice con un brillo en los ojos - Es la última vez que me oyes decir esto - dice mirándome directamente - Si no pensará que es demasiado.- Todavía puedo aumentar sus turnos - le advierto.- No sabe jugar, Mari - le dice a mi madre - Soy tu mejor amiga, no puedes amenazarme.- ¿Mejor amiga? - mi padre arquea una ceja - ¿Mejores amigos? - confirma con la cabeza - Creía que estaban saliendo, enrollándose.- ¿Te gusta, papá? - mi hermana pregunta - ¿Ahora eres tan liberal?- No contigo, mi princesita - bromea.- ¿Sólo porque soy una mujer? Esto es un abuso de autoridad - se queja.Escucho la pequeña discusión sin prestar mucha atención, mis ojos están atrapados en los majestuosos movimientos de mi vecino. Cómo encaja en ese entorno, conmigo, con mi fam
Vicente Cooper.Desde la esquina de la habitación, cerca de la ventana, observo a Angélica muy cerca de mi familia, que de alguna manera me conmueve. Está consiguiendo llegar a un lugar que tengo encerrado, mi corazón.Oigo las risas de todo el mundo, ella lo hace, lleva la risa y la alegría a todos los que la rodean, veo en el hospital cómo cautivó a nuestros colegas muy rápidamente, cómo se empeñan en estar siempre cerca de ella y debo confesar que yo también lo hago.- Es una chica muy especial -habla mi padre deteniéndose a mi lado y mirando a las mujeres sentadas en el sofá.- Sí, lo es -confirmo tratando de sonar indiferente.- Cuando llegasteis creí que erais pareja -le miro sin entender- Nunca trajisteis a una mujer a la casa después de la que no necesita ser nombrada -habla con una mueca- Miras a esta chica con cariño, con admiración, con pasión.- La edad le llega a todo el mundo -comento, negando con la cabeza-, creo que te estás haciendo viejo.- No la dejes escapar - pide
- Sí -suspiro cansado- Estoy bien -miento.En realidad, soy terrible, me quitas el piso, me haces desear algo que juré no volver a tener, me está matando. Por no hablar de los insultos que escuchaba de mi ex que volvían para atormentarme.- ¿Hombre o mujer? - pregunta suavemente señalando el esqueleto de la esquina sacándome de mis pensamientos.- Género no identificado - me encojo de hombros y ella sonríe.- Quienquiera que sea murió y olvidó el anillo - mira el anillo de oro pegado al hueso del dedo de su mano.- Hay cosas que ni siquiera los organismos unicelulares que no tienen un núcleo definido ni orgánulos membranosos pueden destruir.- Podrías haber dicho sólo bacterias -me mira con las cejas arqueadas- De verdad, eres muy friki.- Y tu jefe - le recuerdo y me muestra su lengua en señal de desafío - Esto es para ti - muestro una pila de libros sobre la mesa - Te ayudarán con tu artículo.- Eres genial - comenta sonriendo - No sé cómo agradecértelo - se queda mirando los libros
Angélica Ross.Vicente no ha estado en el hospital durante tres días, comencé a preocuparme, pero él es el director general, es dueño de todo, es posible que solo se haya tomado unos días libres. Me duele saber que no tenemos nada hasta el punto en que menciona que se tomará unos días libres.Le envié numerosos mensajes, llamé varias veces y no respondió. Incluso pensé que me estaba evitando, y aun con ese pensamiento decidí llamar a Hanna para saber de él y ella dijo que ella tampoco ha hablado con él en estos días. Estaba muy preocupada, fui a su universidad y conseguí la llave de su apartamento. Comprobé con el portero si estaba en casa.Abro la puerta del apartamento y no hay ni rastro de él.¿Y si él está con alguna mujer? Mi corazón se marchita ante el pensamiento.No escucho ningún ruido así que continúo mi expedición por la casa, llego a la puerta de su cuarto que está entreabierta, entro y lo encuentro acostado en la cama todo acurrucado, su rostro todo mojado de sudor.- ¡¿V
Vicente Cooper.Cuando el sol invade la habitación por la mañana y me despierta con su luz brillante golpeando mis ojos, me despierto sintiendo que me duele todo el cuerpo. Respiro hondo y miro al techo sintiendo que me escocen los ojos, me doy la vuelta en la cama y siento que corrí el maratón de São Silvestre.En el lado de la cama en que estoy, empiezo a olerla y una paz en mi corazón me invade, ojalá tuviera el privilegio de despertar junto a ella al menos una vez, sé cuánto está surgiendo este sentimiento. en relación a ella me puede hacer daño, pero no tengo control. Fue muy difícil dormir al lado de esta diosa Afrodita y al no poder tocarla, fue una dura lucha resistir la tentación de abrazar su cálido cuerpo.Me siento en la cama, espero unos segundos para no levantarme y marearme. Me levanto lentamente y camino hacia el baño, necesitando hacer mi higiene matutina para sentirme como una persona otra vez.Me miro en el espejo y me siento horrible, mi cara está demacrada, a pesa
Vicente Cooper.- ¿Por qué? - Controlo mi tono de voz - ¿Qué le pasa? ¿Encontraste algo sobre ella en la casa?Hago varias preguntas nerviosa.- No revise sus cosas, doctor - exclama ofendida - Es que ella como que le turbó el sueño anoche.- No recuerdo nada - respondo con sinceridad.- Fue una noche muy turbulenta, estaba muy preocupada, casi te llevo al hospital. Pero te di una medicina más fuerte.- Ya estoy mucho mejor, gracias por estar aquí - le agradezco y acaricio su mejilla sonrosada.- ¿Quién es ella?- Preferiría no hablar de eso ahora - suplico.- Está bien – acepta respetando mi espacio.- Ahora me toca a mí hacerte una pregunta, estoy un poco avergonzado, pero necesito saberlo - tomo tu barbilla y mantengo tu mirada en la mía - Dime ángel, ¿te hice algo anoche?-Por supuesto que no - responde rápidamente y mira hacia otro lado.¡Mierda! - Sucedió algo.- Ángel - lo llamo - Mírame a los ojos y responde, ¿te toqué? - me mira decidiendo si hablar o no - Por favor dímelo –
Angélica Ross.Salgo del departamento de Vicente a toda prisa y enojada, doy un portazo y luego entro a mi propio departamento. Camino rápidamente a través de la sala de estar y me dirijo por el pasillo a mi habitación.Abro la puerta y me tiro en la cama, resoplando de frustración y mirando el techo de la habitación con el corazón acelerado. Mi cabeza está hirviendo y por más que me repito que lo de anoche no significó nada, solo cierro los ojos y la imagen de tu cuerpo desnudo invade mi memoria.Siento un calor dentro de mí solo de recordar ese cuerpo que mentalicé sin mucho esfuerzo. El pecho moteado, el vientre firme lleno de capullos, los muslos definidos, los brazos fuertes acariciando su miembro grande y venoso, la gran cabeza rosada parecía un enorme hongo que me hacía salivar.Traté de pensar sólo en decir palabras de consuelo a quienes saben cómo aliviar su pesadilla y hacerle pasar una noche tranquila, pero ¿cómo no admirar el cuerpo del hombre que más me atrajo en esta vid