Narra David De María –Madre, pensé que ya estarías durmiendo, ¿Se arreglaron el papá de Alondra y tú? – Quise saber en qué había terminado todo – Espero que haya sido así, porque sin duda la pienso volver a ver mañana.–Sí se arregló todo y no me vengas a mí con evasivas de lo que te he preguntado hijo, que para eso soy tu madre, ¿Qué pasó entre esa chica y tú? Me debes la respuesta porque te salve de ir a pasar la noche a la delegación – Se burló de mí mi madre, obviamente ella eso no lo hubiera permitido jamás – Así que te escucho David.–Madre, nos fue bien. La chica es encantadora, es hermosa, es dulce. Tiene una piel de seda que me incitaba a tocarla más y esos labios que inocentes se rindieron al beso que le di me han vuelto loco, tanto que casi puedo asegurarte que has conocido a tu nuera – Declaré orgulloso contándole a mi madre del beso con Alondra – Ella no es sólo eso, es inteligente, es dulce, es tan tierna que me ha derretido el corazón.–Hijo no puedo ayudarte, en eso t
Narra Alondra FerreyraEstaba esperando en mi casa a que llegara David por mí, por más que lo negara, el sólo pensar en él me aceleraba los latidos del corazón y comenzaba a faltarme el aire, con solo recordar el intenso y apasionado beso que me había robado. Estaba acostada en la cama de mi recámara con mi cabello hecho un desastre y vestida únicamente con unos pantalones vaqueros, blusa de tirantes y tenis, soñando despierta con él. De pronto abrieron la puerta de mi recámara siendo mi hermana Anastasia quién ya estaba elegantemente vestida para la boda de una de nuestras primas a la que ellas irían con toda la familia, excepto yo. Mi hermana me miró sorprendida al ver que no estaba arreglada para la ocasión y entonces se alarmó de inmediato.–Alondra, sólo por curiosidad ¿A qué hora piensas comenzar a arreglarte? Nos iremos en media hora y tú sólo no estás lista. Estás hecha un desastre – Manifestó mi hermana sorprendida – Sí yo fuera tú, me apuraría antes de que mamá venga a pres
Narra Alondra Ferreyra–Lo siento mamá, no me voy a meter, David ¿Nos vamos mi amor? – Dije con naturalidad esperando que él me hiciera caso.Nos tomamos de las manos, dejando a mi mamá echando chispas del coraje, desde un comienzo le dije que no quería ir, pero ella misma se lo buscó, no tengo la culpa que no entienda que esas cosas, a mí no me gustan.–Claro mi princesa. Hasta luego y un placer conocerla señora… – Respondió David sin saber el nombre de mi madre.–Petra, se llama Petra.Lo dije fuerte para que ella también escuchara que le decía su nombre a David, cosa que tampoco le gustaba, sus padres bien que supieron darle el nombre, esa mujer era tan dura como una piedra.Enseguida caminamos a su auto, un hermoso Mercedes Benz, nunca me había subido a uno de esos y me sorprendió que cambiara de auto como si cambiara de calcetines. Él amablemente me abrió la puerta del copiloto para que me subiera y después él se subió y de prisa nos alejamos de mi casa, por si mi madre quería sa
Narra David De MaríaDespués de incitar a Alondra a que pidiera un postre, mientras nos los llevaban la miraba detenidamente, lo cual al parecer ella no lo notó en absoluto pues no me sostenía la mirada. La sorprendí de pronto mirando la hora en mi reloj y eso me disparó a mil los latidos de mi corazón. Si lo traía puesto debía de ser por algo y no precisamente por querer entregármelo, lo cual no tenía intención de hacer. Cuando llegaron a llevarnos los postres y café, ella levantó la mirada para verme, haciéndome sentir afortunado por el sólo hecho de mirar esos ojos que me hablaban sin palabras. Comencé a comer mi pastel y ella sólo se quedaba mirando al suyo y jugaba con el tenedor, entonces tomé un pedazo de su pastel y le empecé a dar en la boca. Ella sólo aguantó comer un poco y después yo me terminé el mío y lo que quedó del de ella. Ya que terminamos de cenar, salimos del restaurante dónde el valet parking me entregó las llaves de mi auto, le abrí la puerta a mi consenti
Narra David De María–David, hijo. Te llama Mi consentida – Dijo mi madre riendo un poco al tiempo que me daba el móvil.–Gracias madre.Tomé la llamada de Mi consentida y casi no entendía muy bien lo que decía hasta que poco a poco mientras le hablaba, lograba tranquilizarla. –David, me siento mal.– ¿Dónde estás? ¿Qué te hicieron?–Es que es injusta conmigo.Sabía yo que se estaba refiriendo a su madre, por lo que me había dado cuenta, la trataba mal, siempre estaba regañándola, ve tú a saber si tenía razón o no, me imaginaba que todas las madres eran como la mía, pero estaba equivocado. –No llores más, ¿Quieres?Me rompía el corazón escucharla llorar desconsolada, nadie era capaz de interferir por ella, cuando debería de estar rodeada de amor y comprensión, pero desde ahora en adelante podía contar conmigo y con mi madre para lo que quisiera, sé que ella estaría de nuestra parte y no se opondría a nada.Finalmente ya que logré calmarla, supe que era lo que le había pasado.– ¿Cu
Narra Alondra FerreyraAl día siguiente, al despertar con unos buenos besos y caricias tiernas de parte de David, me sentí descolocada pues de momento, no recordaba que había pasado la noche en su casa. Al abrir bien mis ojos entonces lo pude ver y admirar bien. Él estaba guapísimo sentado de rodillas junto a la cama con una taza con café que olía delicioso, era increíble cómo el sólo verlo me ponía muy nerviosa.Me dio la taza con el café y comencé a darle unos tragos pequeños al café para poder despertarme bien. La verdad es que me estaba costando demasiado trabajo cómo me pasaba siempre y todos los días, despertar era una lucha interna, también era muy difícil para la persona que le tocara despertarme.–Buenos días, mi consentida – Me besó tiernamente en mi mano y después en mis labios – Que bueno que has despertado. Me tenías asustado, llevo una hora hablándote y nada.No podía remediar el sentirme culpable por su preocupación, se veía tan tierno, todavía se le notaba en su cara l
Narra Alondra FerreyraCaminé por todo el vestidor para ver dos espejos enormes para verte de cuerpo completo y poderme dar cuenta de que me veía espantosa. Estaba toda desgreñada y ojerosa, todo debido a todo el tiempo que estuve llorado el día de ayer. Seguí recorriendo su enorme vestidor y vi cientos de pares de zapatos acomodados por colores y del otro lado lo mismo pero de puros tenis. No cabía duda que David tenía más ropa, de la que yo podría tener en mi vida entera. Él me miraba mientras yo analizaba cada rincón y cada centímetro de su recámara y entonces al terminar de recorrer el inmenso pasillo de su vestidor pude ver el cuarto de baño, el cual era de mármol y era el baño más elegante con el que me había encontrado en esta vida. Tenía un jacuzzi hermoso y grande, con varios niveles de masaje, varios tipos de shampoo y de geles de baño, además de un hermoso lavabo que hacía juego con ese elegante lugar. Cuando por fin terminé de estudiarlo todo, sorprendí a David mirándome
Narra David De María Alondra pasó todo el día conmigo, lo que me hizo sumamente feliz pues reímos, comimos botana, nos divertimos, escuchamos música y de pasó le ayudé a hacer algo de sus tareas. Después de esa tarde tan maravillosa, mi madre llegó con ganas de cocinar y nos preparó una exquisita lasaña, lo que fue una excelente comida y cena ya que eran alrededor de las 7 de la noche.–Bueno chicos, ¿Qué han pensado?– ¿Sobre qué, madre?–Yo creo que lo más conveniente es que regreses a su casa Alondra, yo cómo madre estaría preocupada de lo que te pudiera estar pasando, no creas que no quiero que estés aquí, la casa tiene espacio suficiente para que estés también en ella, si llegas a tener alguna dificultad, siempre será tu casa. –Muchas gracias, Carmen, yo lo había pensado también, pero de pronto el que esté preocupado sea mi papá, de mi madre, lo dudo.–Muy bien, si llegas a tener problemas con ella, de inmediato se vienen, David, no permitas que le haga daño.–No, madre, mientr