Narra David De María–Estás mal, David – Rebatió – No tengo ningún interés amoroso en Alondra, ella es mi amiga, además de ser la hija de mi socio. Así la he visto siempre, con ojos de amigo y no con los ojos que estás pensando tú.Como era tan sínico, al decir eso, los demás estaban ciegos por completo, y se podían creer todas esas mentiras que él decía, pero yo no, yo sentía que a él, le había interesado dese siempre, que por ser ella menor de edad, no se había atrevido a nada con ella.–Eso no te lo creo, siempre la abrazas y no me tragaré ese cuento barato que es por una amistad, cuando ambos sabemos que la quieres de otra manera – Mi cabreo estalló al máximo – Aquí delante de mi madre como testigo, te pido que la dejes en paz o te pesará.Lo amenacé, y no me importaba, él era el que siempre estaba encima de mi novia, y muchas veces los celos, no son por nada, a este se le notaba su interés por Alondra y a mí, no me haría cambiar de parecer.–Puedes amenazarme lo que quieras David
Narra Alondra FerreyraEse día al salir del despacho de mi papá, ya con todo arreglado, sabiendo que David no iba a ir a parar a la cárcel, fue entonces, que me pude relajar un poco. Esa noche, nos fuimos a quedar con Carmen y no a nuestro depa, porque ella estaba asustada y también preocupada por mí, por lo del desmayo.–Mi princesa, te subiré de cenar, que no quiero que camines, ni que te canses – Mi David era un amor conmigo – Te amo, Alondra.–Yo te amo también a ti, David – Me perdí en sus brazos – Quédate conmigo, no cenemos, no quiero que te vayas.–Sólo bajaré por algo de cenar. No quiero que, por ningún motivo te vuelvas a desmayar, Mañana saliendo del Tec, mi madre ya hizo cita con nuestro médico familiar y espero que no te opongas a ir al doctor.–David, es que no sé lo que me pasa. Desde que estaba en la secundaria, me desmayaba y nunca han encontrado la causa – Dije enfadada – Me han hecho estudios de todo y no aparece nada, es un caso raro.–David, Alondra no se levanten
Narra Alondra FerreyraLa culpa no la había tenido yo, simplemente estaba acatando las órdenes de mi papá y él había mandado a Axel, a recogerme, eso había sido todo.–No me quieras cambiar las cosas Alondra, no te atrevas – David estaba muy alterado – Dime ¿Qué hicieron?, ¿Pasaste la noche con él?, ¿Se fueron a un hotel a acostarse?, ¿Es eso? Dime, con un demonio. Me cago en la hostia puta.–David, ya basta – Rompí a llorar – No tienes porque, ponerte así. Me das miedo, me asustas, por favor amor cálmate.–Que te digo que no, coño. No me calmaré, joder – Sus ojos grises se dilataron, mirándome con odio – Quiero que reconozcas, aquí y ahora si te fuiste a acostar con él esa noche. Después de todo, en mis narices te besaste con el cantante ese ¿Qué no habrás hecho con Axel? Con razón te sacó de la Delegación, ya le habías dado las credenciales.No pude más y lloré desconsolada, sin importarme nada, ni que Carmen pudiera escucharnos. Me dolía lo que estaba pasando y me daba cuenta que,
Narra David De MaríaMi madre como era de esperarse, entró a mi recámara para que, le explicáramos lo que estaba pasando y era normal, pues mis gritos la habían llevado hasta ahí. Debió escuchar mis gritos y mis reclamos y el llanto de Alondra, quién seguía desecha sin que nada pudiera detenerla o calmarla, ella siempre era así, cuando se ponía a llorar.Pero ya no podía hacer nada, ya teníamos a mi madre, en la recámara y no se iría, hasta que le respondiera, no se iba a ir y ya, y yo no sabía que decirle.–David, te estoy hablando hijo – Mi madre me pedía la explicación – No puedo creer que apenas, nos habíamos despedido y estén de nuevo metidos en una discusión.–No pasa nada madre, las cosas se nos salieron un poco de control, pero ya. Todo está bien, te lo prometo – Dije minimizando el problema – No pasa nada, sólo ha sido una discusión.El nivel de los celos no se me bajaba todavía, esperaba que mi madre no hubiera escuchado, todo lo que le había dicho a Alondra, pero eso era ca
Narra David De MaríaEmpecé a decirle a mi madre, casi tal cuál, había comenzado la discusión con Alondra y a medida que avanzaba en mi relato, mi madre se ponía más y más molesta y enojada conmigo, lógicamente no era para menos y yo, tenía que calmarme pues, mientras le iba contando todo, revivía mi discusión con Alondra y volví a pegarme de nuevo muy fuertemente en la pared, lo que a mi madre le molestó demasiado.–A ver David, cálmate ya – Me abrazó por la espalda – Tienes que aprender a calmar, esos ataques de ira. Mira nada más, te has hecho daño, a lo puro estúpido hijo.Me tomó de la mano y vi como traía los nudillos rojos y a punto de sangrar, pero no sentía dolor, la ira me cegaba por completo. –No es eso madre, es que ya te he contado, que me muero de celos de lo de Axel, es algo con lo que no puedo, con lo que no quiero tener que pasar. Lo odio y quisiera que Alondra, me respete y no lo vea más – Dije exasperado – Tú lo has notado, delante de ti también ese tipo la abraza,
Narra Alondra FerreyraDesperté en la recámara de Carmen, al día siguiente del problema con David. Un delicioso aroma a café, me hizo que poco a poco fuera abriendo los ojos, Carmen estaba sentada a mi lado, sosteniendo la taza de café y mirándome con la ternura que, solo una madre puede mirar a su hija.–Hola, Alondra, ¿Cómo estás, hijita? – Me dijo con ternura – Espero, que te sientas un poco mejor, llevo un rato hablándote, pero no te despertabas.–Hola, Carmen, estoy bien gracias – Respondí – Es que, siempre me cuesta mucho despertar. Es algo, que desde que era una pequeña niña tengo y no lo he podido entender desde entonces.–Tranquila, hijita, te he traído un café – Carmen me dio la taza y la recibí – Te quiero mucho Alondra, quiero que sepas que, anoche David y yo hablamos largo y tendido.–Gracias, Carmen, yo también te quiero mucho ¿Dónde está mi David? – Le pregunté preocupada al no ver a mi chico – Tengo miedo que, ustedes hayan peleado, por lo que pasó entre él y yo.–No,
Narra Alondra Ferreyra–Vamos a estar bien mi consentida, te lo prometo.David me abrazó contra su pecho y sentí paz y calma, todo lo que sentía, siempre que estaba en sus brazos, cerré los ojos y miles de lágrimas cayeron sobre él, cuándo hice eso, él con cuidado y con ternura, levantó mi cara para besarme despacio y con cuidado, apenas rozando sus labios con los míos, pero cómo siempre que estábamos juntos, eso me dejaba con ganas de más, de mucho más. Me desesperé y abrí más mis labios para recibir sus besos y su lengua no se hizo esperar, para entrar a mi boca y devorarla toda, cómo si nunca la hubiera saboreado, era un baile delicioso, que me estaba dejando más que desesperada y con ganas de él, lo quería todo ahora.–Alondra mi amor, tenemos que calmarnos, tenemos que ir al Tec – Me decía mi chico muy agitado – Créeme que, ganas no me faltan, preciosa.No me importaba, yo quería que me hiciera el amor ahora, en ese momento, lo necesitaba sentir dentro de mí, no me quería tomar
Narra David De MaríaA pesar de la tardanza que tuvimos mi princesa y yo, no cambiaría por nada del mundo, el haber hecho el amor con ella de la hermosa forma en la que lo hicimos, eso sí que era iniciar bien el día. Bajamos a desayunar luego de vestirnos con lo primero que encontramos, pues como había dicho mi madre, sólo a nosotros se nos ocurría hacer eso antes de irnos al Tec.–Chicos, desayunen rápido por favor – Nos dijo mi madre – Por favor, no se olviden que saliendo ustedes del Tec, tenemos que ir al doctor.Eso no se me iba a olvidar, la salud de mi princesa, era lo primero que se debía atender, ya esos desmayos no me estaban gustando para nada y a mi madre tampoco.–Sí, claro que recuerdo eso Carmen – Dijo mi princesa – Odio ir al doctor, pero no me dejan otra salida.–Sí madre, de mi cuenta corre que, no se nos pase la ida al médico. Vendremos aquí a la casa contigo y de aquí nos vamos todos juntos.–Muy bien chicos, que les vaya muy bien en el Tec.–Gracias, Carmen a ti q