Capítulo 51. Una verdadera madreNarra Alondra Ferreyra PérezCarmen me estaba despertando cuando tuve al fin alguna reacción. Estaba muy preocupada, no sabía qué era lo que estaba viviendo y si era de día, de tarde o de noche. Me sentía fuera de mí misma y muy estresada pensando que no fui al Tec ni nada.–Alondra, hijita, tienes que despertar ¿Te sientes mal? – Carmen me abrazó queriendo sacarme de mi aturdimiento - Te has dormido toda la tarde de ayer y la noche, son las 10.15 am de hoy martes y tienes que ir al Tec.Ni siquiera me acordaba de lo que había hecho el día anterior, pues al llegar a la casa de Carmen, estaba como en modo zombi, me recosté para dormir un rato y ahora que me dice eso, veo que me dormí alrededor de más de medio día.–Carmen, lo siento mucho, no me acuerdo de nada – Respondí apenada – Gracias por despertarme, no puedo faltar a clases y hoy si tengo que ir al taller.Esa era mi máxima, no poder faltar al Tec, mi beca era lo más importante de mi vida, le hab
Capítulo 52. La prima misioneraNarra Alondra Ferreyra PérezEse era mi gancho, ellos me tenían que decir donde se encontraba Altagracia, porque en una de sus misiones no estaba, en esos momentos no había habido ninguna convocatoria para que se pudiera asistir, yo no tenía que ir a la iglesia o al templo, para enterarme de eso, la gente hablaba todo el tiempo de lo que fuera y así me había enterado,–Tu prima anda en un retiro bíblico, pero no lo digo para que tú sigas la religión – Se disculpó mi tía – Sabemos que eso no te gusta.Nunca me había gustado y no era porque yo quisiera hacer lo que me diera la gana con mi cuerpo, simplemente no era una hipócrita como lo era su hija, que se cubría tras los rezos para ella si poder hacer y deshacer con quien quisiera y ellos con los ojos cerrados.–Necesito que mi tío y tú escuchen algo, con mucha atención. Me duele hacerlo, pero es necesario.Saqué mi teléfono y le marqué a Romina y le pregunté por Altagracia y ella, tal y como esperé, hab
Capítulo 53. Llamada inoportuna Narra David De María RamírezAlondra no se cansaba de causar problemas a pesar de estar a miles de kilómetros de mí, Altagracia y yo, una vez que me pude calmar, nos pusimos a follar en el piso de la sala de mi amigo, para refrescarnos un poco del calor del demonio que estaba haciendo en Madrid, pero su móvil no paraba de sonar y eso me molestó demasiado, no me dejaba concentrar en lo que le hacía.–Altagracia, es mejor que tomes la llamada – Le sugerí – No puedo concentrarme en lo nuestro, si tu teléfono no para de sonar ni por un momento.Era muy engorroso que nos estuvieran interrumpiendo, me molestaba que ella no hiciera nada para evitarlo, que por lo menos contestara o que lo apagara, así no podía continuar, tendría que parar para que ella hiciera lo que debía hacer.–Está bien David, ya la tomaré.Ella se separó de mí, cogió su móvil y tomó esa video llamada que mejor no debió hacerlo, eran sus padres y me alcanzaron a ver desnudo detrás de ella,
Capítulo 54. Una llamada no tan deseada Narra David De María Ramírez–Claro mi amor, te la paso y después hablamos – Mi madre sonaba feliz – Que todo se arregle entre ustedes.Tal como me lo había imaginado no le había contado a mi madre, lo que ella había armado en casa de sus tíos, porque sabía que mi madre le iba a llamar la atención, es que tonta no era para ponerse en evidencia, pero aquí la única culpable era mi madre, por creer que era una blanca paloma.–Gracias, madre.Mi madre pareció que tapaba la bocina, pues la escuché susurrar algo con Alondra. Escuchar, aunque sea así, la voz de mi consentida hacía que en mí todo se moviera muy feo dentro de mí, la parte de mi corazón que aún la ama. Me perdí en mis pensamientos de los que fui sacado al escuchar su dulce voz.–Bueno – Dijo tímidamente, haciendo que me quedara congelado – Mi güero hermoso, sabía que me ibas a buscar. Sabía que, aunque me dejaste íbamos a volver, yo también te amo David. Tienes que regresar, mi amor.Mi
Capítulo 55. Otro golpe al corazónNarra Alondra Ferreyra PérezDavid me había vuelto a dañar y yo no lo podía creer, me había dicho que jamás iba a regresar conmigo y eso destruyó mi corazón, más de lo que ya se encontraba destruido. Lloré desconsolada y Carmen se dividía entre tratar de consolarme a mí y le marcó a David, pero él no tomó su llamada.Pero Carmen, no sabía por qué él se había puesto de esa forma y todo había sido por culpa de la arrastrada de mi prima Altagracia, esa sucia hija de su madre, pero Carmen se iba a enterar muy pronto de eso, aunque eso conllevara a que me diera la regañada de mi vida, pues mis tíos eran los que se habían llevado la peor parte, pero peor le iba a ir a Altagracia ahora que regresara de Madrid.–Carmen, es inútil – No podía dejar de llorar – David me ha dicho que no sea estúpida y que jamás va a regresar conmigo, él se anda revolcando con mi prima en Madrid, él me dijo que lo dejara en paz, que ya no quería saber nada de mí.Le tenía que con
Capítulo 56. Ardiendo en otros brazosNarra Alondra Ferreyra PérezÉl había logrado en mí algo que no había logrado nadie a la primera, eso les había costado mucho más tiempo, no como a Daniel, que tan solo con vernos en ese baile, despertó en mí, un deseo inmediato–Daniel, lo mismo te puedo decir yo que no sé lo que me has hecho que me encantas – Le confesé – Me muero de ganas, de estar contigo como la otra noche.Daniel me dio la vuelta y me dio un apasionado beso y después de golpe me soltó y caminamos juntos en medio de un camino de maleza hasta dónde estaba la camioneta, él me pegó a la camioneta y volvió a asaltar mis labios con sus intensos besos, después bajó por mi cuello, por mi clavícula e hizo un lado los tirantes de mi blusa para pasar sus labios que se deslizaban como la seda por mi piel.Era una maravilla sentir todo eso que me provocaban sus cálidos labios, yo pasaba mis manos por su espalda, quería fundirme en sus brazos, algo que no me había ocurrido tan rápido con
Capítulo 57. Invitación a un tríoNarra David De María RamírezPasé días sintiéndome muy mal y muy miserable, porque extrañaba a mi hermosa mujer, a mi consentida y porque por las noches, aunque me estuviera pasando de lo lindo con Altagracia, no podía dejar de sentir y de ver a Alondra en cada rincón del piso y en cada lugar de Madrid dónde fui con ella, esa noche que salí de la Universidad de hacer un trabajo en equipo, me fui al piso y me encontré con un espectáculo digno de contarse, Sabadelle y Altagracia estaban bien entrados en el piso de la sala.–Hola, De María – Me saludó mi colega – Llegas a tiempo para el trío, después de postergarlo tanto.Ánimos no traía en esos momentos, tenía demasiadas cosas en que pensar y hacer, estaba punto de cargarme el semestre, tenía que ponerme al día con todos los deberes, los que había ido postergando.–Lo siento colega, no se me apetece hoy – Respondí – Ustedes sigan en lo suyo. Yo no los pienso interrumpir.Para mí, no representaba ningún
Capítulo 58. Fantasía realizada Narra David De María Ramírez–Sí, fállenme los dos, duro, no soy de porcelana y no me voy a romper, ustedes hagan conmigo lo que quieran, para eso estoy.Ella se seguía moviendo como si la vida se le fuera en ello, estaba gozando en grande de dos buenas pollas, la estábamos follando a nuestro gusto, así como ella lo había estado pidiendo a gritos, desde que había visto también a Sabadelle, creo que se lo había comido con la vista en cuanto se dio cuenta de que la íbamos a compartir.–Así, Altagracia, saca a esa perra en celo que llevas dentro – Le dijo mi colega, cuando salió de ella bruscamente y le dio una dura nalgada y después volvió a entrar en ella – Así, gime y que se oiga lo mucho que lo disfrutas, eres la mejor de las guarras que he tenido, muévete como solo tú sabes hacerlo.Se veía como si estuviera poseída, y hacía lo que le decía mi colega, gritaba y gemía del placer que le estábamos proporcionando, en verdad se veía como una perra en celo