Capítulo 37. Visitante inesperada.Narra David De María RamírezAltagracia ya tenía dos semanas por España y aunque yo no la quisiera, no quería que volviera tan pronto a México, pues la estábamos pasando de lo lindo y follando mañana, tarde y noche. Ella, además, aunque conmigo no se entendía muy bien, mi polla la quería y eso era muy importante para mí para al menos seguir disfrutando de un sexo de primera.–David, vamos a la playa, siempre te retraes de Sabadelle y de mí – Altagracia me vino a molestar a mi cama – Además, él me está dando una buena calentada que me urge que la apagues tú.Siempre estaba preparada para recibirnos, era insaciable, dentro y fuera de la cama, ni siquiera se lo teníamos que pedir, se podría decir que no había día que no quisiera que le estuviéramos dando, nosotros éramos los que nos cansábamos, mientras ella vivía feliz de la vida siendo follada.–Yo encantado, la apagaré y no me retraigo, estoy descansando un poco para poder darte más todo eso que te m
Capítulo 38. Amenaza Narra David De María Ramírez–No seas pesada Romina – Sabadelle la besó, pero ella lo apartó – Quédate, te presento a Altagracia, una amiga de México.–No lo podía creer cuando me enteré y ahora los veo así.Romina negaba la cabeza, al ver a Altagracia sentada encima de mí y que yo la tenía abrazada por la cintura. Mi amiga estaba molesta, pues no quiso ni saludar a Altagracia y yo, tenía que parar esto antes que fuéramos a tener un problema o que ella, fuera a llamar a Alondra.–Romina, es un placer conocerte – Altagracia soltó su veneno – Soy prima de Alondra y espero que conmigo, te lleves bien también. Siéntate un rato con nosotros. Yo estoy ocupando a David, pero Sabadelle está libre.Romina, ni siquiera determinó a Altagracia, se veía que estaba bastante enojada con la situación que nos habíamos montado mi colega y yo con la prima de Alondra, pero eso era nuestro gusto, ni siquiera lo habíamos planeado esto mi colega y yo, ella solita quiso venir a España.
Capítulo 39. Cómo en un sueñoNarra Alondra Ferreyra PérezDaniel esa noche se despidió de mí y de Simone y se fue a bordo de su camioneta pick-up de lujo. Simone cerró la puerta y apenas nos quedamos solas y ella me abrazó y sacó una botella que tenía reservada para ocasiones más que especiales y esta era una de ellas. No podía creer después de todo lo que había sufrido por David, ahora estuviera feliz después de haber probado otros labios y otros besos que no fueran los de mi güero, Simone me volvió a la realidad.–Quedaste picada con ese Danielito y ¿quién no? Está como quiere – Se descaró Simone – Suertuda, afortunada y aventada que eres Alondra. Por eso hoy tomaremos de esta botella.No le iba a decir que no, estábamos para celebrar todo lo que viniera después, estaba lista para lo que fuera, Daniel me gustaba mucho, y sus besos hicieron que me olvidara de mi tristeza.–Sí, Simone, vamos a darle fin – Respondí – Y de Daniel, no has visto ni has sabido nada, por poco me hace suya
Capítulo 40. Lo peor que me han dichoNarra Alondra Ferreyra PérezMe encontraba sobre nubes de algodón, era como estar volando libremente por el cielo.–Soñé toda la noche con tus besos, y tus caricias, Alondra – Me dijo seduciéndome enseguida – Me encantas.Yo también había soñado con él, pero aquí había un problema y ahora que estábamos los dos sobrios, teníamos que hablar sobre ese tema, había otra persona involucrada, la chica que estaba ayer con él, pues la había dejado en el baile, o ya no supe en realidad que había pasado con ella.–Daniel, pero y la otra mujer con la que estabas en el baile.Eso lo teníamos que dejar muy claro, no quería problemas si estábamos en algo y llegara alguien a hacernos un pleito, mejor que arreglara su situación con ella y después me viniera a buscar.–Desde que te vi, ella y todas las demás dejaron de existir. Tú eres la única ahora y depende de ti, si quieres estar junto a mí, no tengo nada con nadie más.¿Qué me estaba pasando con Daniel? Pensé
Capítulo 41. Muy mala decisión de palabrasNarra David De María RamírezAltagracia quedó muy herida con los golpes que le había dado Romina y en cuanto Romina se fue, Altagracia se nos quedó mirando con un gesto de mucho coraje a Sabadelle y a mí. Yo no podía decir nada tampoco y no entendía que se ganaba Romina viniendo a hacer jarana de algo que no tenía que hacerlo, parecía que ella no entendía que Alondra y yo, ya hemos terminado.–Qué lindos se ven, mirándome sin preocuparse de lo que me pasa – Altagracia, nos reclamó – No se queden como idiotas, parece que no ven que estoy sangrando.Lo que había hecho Romina, no nos dio tiempo de reaccionar y así había dejado a Altagracia toda sangrante y bastante enojada, pero no pudimos ni siquiera defenderla.–Sí, lo vemos, pero no debiste venir a meterte – Sabadelle la acabó – Nadie te dijo que lo hicieras y ahora, has empeorado las cosas con Romina, para mí y para De María.De seguro Romina no iba a querer volver a ver a mi colega, por eso
Capítulo 42. Demasiada desesperaciónNarra David De María RamírezRomina no se había medido, tenía que ir a abrir su gran bocota, eso no tenía perdón de Dios, ni de nadie.–Lo pudo hacer porque no solo es amiga tuya – Dijo Sabadelle – Es amiga también de Alondra y la pusiste entre la espada y la pared.No podía justificar lo que había hecho Romina, sí, según decía que quería Alondra, lo que menos pudo haber hecho fue eso porque ahora la que iba a sufrir sería su amiga, porque Altagracia no era nadie para mí y lo podía decir con plena convicción siempre a la que iba a amar sería a mi consentida a nadie más.–Basta colega, solo espero que te hayas valido de tu habilidad de mentiroso y que le hayas dicho a Alondra que no es verdad lo de Altagracia.El que me podía salvar de toda esta situación, sería mi colega, él sí no le podía decir la verdad a Alondra y eso era lo que esperaba de él, pues sabía salir siempre de esas dificultades diciendo unas buenas mentiras.–Lo siento colega, pero l
Capítulo 43. Otro intento fallidoNarra Alondra Ferreyra PérezLloré desconsolada al escuchar que David, había sido capaz de meterse a la cama con una de mis primas hermanas, eso era más de lo que llegué a pensar que él sería capaz de hacer. El mundo cayó desvanecido a mis pies, David para mí es el hombre, más bueno, y más tierno del mundo, y él no podía haberme olvidado y mucho menos haberme hecho lo que me hizo con Altagracia.Simone y Daniel, impidieron que, de nuevo, quisiera acabar con mi vida, pues Daniel había logrado que me bajara de esa pared de la que me iba a lanzar al vacío.–Alondra, tienes que tranquilizarte – Simone me abrazó para consolarme – Dinos, ¿Qué ha pasado?Mi mente se había quedado en blanco, desearía haber actuado más de prisa y saltar por esa pared, ya no estaría sintiendo este dolor que se ha empeñado en quedarse en mi pecho.–Sí, Alondra, no ibas a saltar al vacío nada más porque sí, algo muy malo tuvo que pasarte – Daniel me mantenía sentada en sus pierna
Capítulo 44. Una nueva páginaNarra Alondra Ferreyra PérezDe lo contrario no me hubiera atrevido a conocerlo, a buscarlo en el baile, pues me había encantado desde que lo había visto.–Y yo, quiero algo más que verte a ti – Me atreví a decir lo pensado por mi mente – Me encantas Daniel, quiero seguir conociéndote.–Yo también a ti, Alondra.–Tendrán por lo pronto, toda la noche para conocerse y entregarse en mi recámara. Solo porque quiero mucho a Alondra, se las voy a prestar.Simone, puso una nueva película, la cual vimos y yo ya estaba mucho más calmada, pues en mi mente se empezó a materializar la idea de que podía lograr olvidar a David, con Daniel, veía un mundo de posibilidades, no me iba a cerrar a una oportunidad, algo que tenía a la mano.–Muchas gracias, Simone, no te hubieras molestado.Le dije a mi amiga cuando nos llevó a su recámara, que era donde íbamos a pasar Daniel y yo la noche, no quería molestarla, pues estaba dejando la comodidad de su cama para dejárnosla a no