Capítulo 45. Una semana en el limboNarra David De María RamírezDesperté en un lugar que parecía ser un hospital y cuando abrí bien los ojos me di cuenta de que sí lo era. Volteé a mi alrededor y pude ver a mi colega entrando a mi habitación con una cara de felicidad y no sé por qué sonreía si según yo recordaba nos acabábamos de pelear de una manera terrible, hacía unas horas. Sabadelle se acercó a mi lado y me sonrió.Me pareció extraño que no entrara Altagracia con él, ya que siempre estaba cerca de alguno de los dos, era como si fuera nuestra sombra, y ahora caía en cuenta que por ella, por la rabia que me habían provocado sus palabras, fue que me había tomado esas cuatro cápsulas y por eso me encontraba en el hospital.–Hola colega, gracias a Dios que reaccionas por poco y andabas yéndote de este mundo, eres un exagerado, por poco y no estuviéramos teniendo esta conversación – Sabadelle, me quiso hacer ver mi realidad – Has pasado poco más de una semana aquí, te pasaste con las
Capítulo 46. Un recuerdo preciosoNarra David De María RamírezMi consentida estaba aquí, había venido a visitarme, era el mejor de los regalos que podía recibir por haber vuelto a la vida, era un premio que me daban, algo que no iba a dejar pasar, la amaba y no la volvería a perder, ahora que volvía a mí, la había esperado con los brazos abiertos, mi alma sentía una calma total, porque la sabía mía de nuevo, mi mujer, mi amor, mi consentida. –Alondra, mi consentida – Me levanté como resorte de la cama y empecé a buscarla – Mi princesa, mi muñequita, donde estás mi amor…Rompí en llanto al no verla por ningún lado, y entonces me senté en la orilla de la cama, con mis manos en mi rostro y sintiendo que mis lágrimas iban resbalando camino debajo de ellas, pero al levantar la vista pareció que viajé en el tiempo a ese lugar y a ese momento, en mi misma recámara y vi a mi consentida, luciendo un traje de baño, un bañador de dos piezas ante mí, era la mujer más hermosa que pudieron ver mi
Capítulo 47. Amigos de ocasiónNarra Alondra Ferreyra Pérez Daniel me estaba despertando al día siguiente y cuando vio que pude por fin abrir los ojos, me abrazó y me regaló un apasionado beso que hizo que de nuevo quisiera que lo de anoche se repitiera. La temperatura comenzó a encenderse entre nosotros como una mecha que no se puede mantener apagada, cuando escuché la voz de Simone.–Buenos días, Alondra, se te han pegado las sábanas – Mi amiga se reía – Daniel, me ha dicho que lo ayude a despertarte, el pobre está muy asustado.Era lo difícil de estar conmigo, que no se me podía despertar de manera normal, así que se tenían que emplear varias horas para poder despertarme, era algo que había pasado durante toda mi vida, no había una razón aparente para que esto sucediera.–Buenos días, hermosa Alondra – Daniel me besó intensamente – Te he traído una taza de café.Me gustaba lo atento que era Daniel, a ver si con esta taza de café que me había traído podía yo despertarme de un todo,
Capítulo 48. Un nuevo prospectoNarra Alondra Ferreyra Pérez No me iba a complicar la vida ahora, por el momento estábamos bien así, llevando las cosas tranquilas, no había prisa.–Claro que sí, entonces anota mi número y pásame el tuyo y nos ponemos de acuerdo para vernos después, ahora yo me tengo que meter a clases.Nos pasamos los teléfonos y quedamos así de llamarnos para podernos ver. Él me gustaba demasiado, como no me había gustado nadie hace mucho tiempo. Nos volvimos a abrazar a besar y yo sentía que mis piernas se hacían de flan y que todo en mí temblaba cuando me pegó a la camioneta para besarme.Me estaba yendo al cielo con esos intensos besos que estuve a nada de decirle que no me quedaría a clases y que nos fuéramos a otro lado, pero no me quería ver con mucha urgencia, aunque él no se quedaba atrás.–Qué tengas un excelente día, Alondra. Nos llamamos más tarde.–Tú también Daniel, me encantas.Nos besamos apasionadamente y por fin, me pude ir a meter a clases. Estaba
Capítulo 49. De regreso a MadridNarra David De María RamírezNuestros días en Algeciras terminaron, Sabadelle tenía que volver a Madrid porque tenía trabajo allá y yo, tenía que regresar a la Universidad. Claro que en los tiempos libres que tuviéramos ambos, íbamos a disfrutar plenamente de Altagracia que iba a estar con nosotros, pues había mentido a sus padres para quedarse una temporada más y mi colega y yo, estábamos encantados por poderla follar un tiempo más.–David, me van a dejar mucho rato sola – Se quejó Altagracia – Tú te irás toda la mañana a la Universidad y Sabadelle, tampoco va a estar.No podíamos hacer otra cosa, no íbamos a dejar de hacer nuestros deberes para complacerla, teníamos responsabilidades, aunque si iba a ser un desperdicio de tiempo al dejarla sola en el piso, solo que tendría que esperar hasta que regresara alguno de los dos.–Ya sé qué haremos contigo, Altagracia, eso en caso de que quieras tener un tercer hombre español – Mi colega sonrío con descaro
Capítulo 50. Una muy mala noticiaNarra David De María RamírezYa cuando me desocupara podíamos hacer algo, pero en las noches, mis días estaban destinados a continuar con mis estudios, como se lo había prometido a mi madre.–Siento mucho lo tuyo con Alondra, pero si te sirve de consuelo la he visto en el Tec y ella parece estar muy bien, ya hasta tiene nuevo amor.Lo que dijo Ismael, me revolvió el estómago e hizo que tuviera ganas de ir a vaciarme al baño, me dio un dolor terrible de cabeza y sentí que hasta iba a perder el equilibrio. Alondra es una desgraciada, una infeliz y una maldita que no se midió para andarse exhibiendo con el pendejo de Axel y hacerme quedar en vergüenza con las personas que conocía del Tec, incluyendo a mis amigos cercanos como Ismael.–No sientas nada, Ismael. Alondra siempre ha sido una guarra y una desgraciada – Dije con coraje – Sabía que en cuanto me fuera, se iba a andar revolcando y paseándose por todos lados con ese infeliz de Axel Vega.Me supuse
Capítulo 51. Una verdadera madreNarra Alondra Ferreyra PérezCarmen me estaba despertando cuando tuve al fin alguna reacción. Estaba muy preocupada, no sabía qué era lo que estaba viviendo y si era de día, de tarde o de noche. Me sentía fuera de mí misma y muy estresada pensando que no fui al Tec ni nada.–Alondra, hijita, tienes que despertar ¿Te sientes mal? – Carmen me abrazó queriendo sacarme de mi aturdimiento - Te has dormido toda la tarde de ayer y la noche, son las 10.15 am de hoy martes y tienes que ir al Tec.Ni siquiera me acordaba de lo que había hecho el día anterior, pues al llegar a la casa de Carmen, estaba como en modo zombi, me recosté para dormir un rato y ahora que me dice eso, veo que me dormí alrededor de más de medio día.–Carmen, lo siento mucho, no me acuerdo de nada – Respondí apenada – Gracias por despertarme, no puedo faltar a clases y hoy si tengo que ir al taller.Esa era mi máxima, no poder faltar al Tec, mi beca era lo más importante de mi vida, le hab
Capítulo 52. La prima misioneraNarra Alondra Ferreyra PérezEse era mi gancho, ellos me tenían que decir donde se encontraba Altagracia, porque en una de sus misiones no estaba, en esos momentos no había habido ninguna convocatoria para que se pudiera asistir, yo no tenía que ir a la iglesia o al templo, para enterarme de eso, la gente hablaba todo el tiempo de lo que fuera y así me había enterado,–Tu prima anda en un retiro bíblico, pero no lo digo para que tú sigas la religión – Se disculpó mi tía – Sabemos que eso no te gusta.Nunca me había gustado y no era porque yo quisiera hacer lo que me diera la gana con mi cuerpo, simplemente no era una hipócrita como lo era su hija, que se cubría tras los rezos para ella si poder hacer y deshacer con quien quisiera y ellos con los ojos cerrados.–Necesito que mi tío y tú escuchen algo, con mucha atención. Me duele hacerlo, pero es necesario.Saqué mi teléfono y le marqué a Romina y le pregunté por Altagracia y ella, tal y como esperé, hab