Capítulo 47. Amigos de ocasiónNarra Alondra Ferreyra Pérez Daniel me estaba despertando al día siguiente y cuando vio que pude por fin abrir los ojos, me abrazó y me regaló un apasionado beso que hizo que de nuevo quisiera que lo de anoche se repitiera. La temperatura comenzó a encenderse entre nosotros como una mecha que no se puede mantener apagada, cuando escuché la voz de Simone.–Buenos días, Alondra, se te han pegado las sábanas – Mi amiga se reía – Daniel, me ha dicho que lo ayude a despertarte, el pobre está muy asustado.Era lo difícil de estar conmigo, que no se me podía despertar de manera normal, así que se tenían que emplear varias horas para poder despertarme, era algo que había pasado durante toda mi vida, no había una razón aparente para que esto sucediera.–Buenos días, hermosa Alondra – Daniel me besó intensamente – Te he traído una taza de café.Me gustaba lo atento que era Daniel, a ver si con esta taza de café que me había traído podía yo despertarme de un todo,
Capítulo 48. Un nuevo prospectoNarra Alondra Ferreyra Pérez No me iba a complicar la vida ahora, por el momento estábamos bien así, llevando las cosas tranquilas, no había prisa.–Claro que sí, entonces anota mi número y pásame el tuyo y nos ponemos de acuerdo para vernos después, ahora yo me tengo que meter a clases.Nos pasamos los teléfonos y quedamos así de llamarnos para podernos ver. Él me gustaba demasiado, como no me había gustado nadie hace mucho tiempo. Nos volvimos a abrazar a besar y yo sentía que mis piernas se hacían de flan y que todo en mí temblaba cuando me pegó a la camioneta para besarme.Me estaba yendo al cielo con esos intensos besos que estuve a nada de decirle que no me quedaría a clases y que nos fuéramos a otro lado, pero no me quería ver con mucha urgencia, aunque él no se quedaba atrás.–Qué tengas un excelente día, Alondra. Nos llamamos más tarde.–Tú también Daniel, me encantas.Nos besamos apasionadamente y por fin, me pude ir a meter a clases. Estaba
Capítulo 49. De regreso a MadridNarra David De María RamírezNuestros días en Algeciras terminaron, Sabadelle tenía que volver a Madrid porque tenía trabajo allá y yo, tenía que regresar a la Universidad. Claro que en los tiempos libres que tuviéramos ambos, íbamos a disfrutar plenamente de Altagracia que iba a estar con nosotros, pues había mentido a sus padres para quedarse una temporada más y mi colega y yo, estábamos encantados por poderla follar un tiempo más.–David, me van a dejar mucho rato sola – Se quejó Altagracia – Tú te irás toda la mañana a la Universidad y Sabadelle, tampoco va a estar.No podíamos hacer otra cosa, no íbamos a dejar de hacer nuestros deberes para complacerla, teníamos responsabilidades, aunque si iba a ser un desperdicio de tiempo al dejarla sola en el piso, solo que tendría que esperar hasta que regresara alguno de los dos.–Ya sé qué haremos contigo, Altagracia, eso en caso de que quieras tener un tercer hombre español – Mi colega sonrío con descaro
Capítulo 50. Una muy mala noticiaNarra David De María RamírezYa cuando me desocupara podíamos hacer algo, pero en las noches, mis días estaban destinados a continuar con mis estudios, como se lo había prometido a mi madre.–Siento mucho lo tuyo con Alondra, pero si te sirve de consuelo la he visto en el Tec y ella parece estar muy bien, ya hasta tiene nuevo amor.Lo que dijo Ismael, me revolvió el estómago e hizo que tuviera ganas de ir a vaciarme al baño, me dio un dolor terrible de cabeza y sentí que hasta iba a perder el equilibrio. Alondra es una desgraciada, una infeliz y una maldita que no se midió para andarse exhibiendo con el pendejo de Axel y hacerme quedar en vergüenza con las personas que conocía del Tec, incluyendo a mis amigos cercanos como Ismael.–No sientas nada, Ismael. Alondra siempre ha sido una guarra y una desgraciada – Dije con coraje – Sabía que en cuanto me fuera, se iba a andar revolcando y paseándose por todos lados con ese infeliz de Axel Vega.Me supuse
Capítulo 51. Una verdadera madreNarra Alondra Ferreyra PérezCarmen me estaba despertando cuando tuve al fin alguna reacción. Estaba muy preocupada, no sabía qué era lo que estaba viviendo y si era de día, de tarde o de noche. Me sentía fuera de mí misma y muy estresada pensando que no fui al Tec ni nada.–Alondra, hijita, tienes que despertar ¿Te sientes mal? – Carmen me abrazó queriendo sacarme de mi aturdimiento - Te has dormido toda la tarde de ayer y la noche, son las 10.15 am de hoy martes y tienes que ir al Tec.Ni siquiera me acordaba de lo que había hecho el día anterior, pues al llegar a la casa de Carmen, estaba como en modo zombi, me recosté para dormir un rato y ahora que me dice eso, veo que me dormí alrededor de más de medio día.–Carmen, lo siento mucho, no me acuerdo de nada – Respondí apenada – Gracias por despertarme, no puedo faltar a clases y hoy si tengo que ir al taller.Esa era mi máxima, no poder faltar al Tec, mi beca era lo más importante de mi vida, le hab
Capítulo 52. La prima misioneraNarra Alondra Ferreyra PérezEse era mi gancho, ellos me tenían que decir donde se encontraba Altagracia, porque en una de sus misiones no estaba, en esos momentos no había habido ninguna convocatoria para que se pudiera asistir, yo no tenía que ir a la iglesia o al templo, para enterarme de eso, la gente hablaba todo el tiempo de lo que fuera y así me había enterado,–Tu prima anda en un retiro bíblico, pero no lo digo para que tú sigas la religión – Se disculpó mi tía – Sabemos que eso no te gusta.Nunca me había gustado y no era porque yo quisiera hacer lo que me diera la gana con mi cuerpo, simplemente no era una hipócrita como lo era su hija, que se cubría tras los rezos para ella si poder hacer y deshacer con quien quisiera y ellos con los ojos cerrados.–Necesito que mi tío y tú escuchen algo, con mucha atención. Me duele hacerlo, pero es necesario.Saqué mi teléfono y le marqué a Romina y le pregunté por Altagracia y ella, tal y como esperé, hab
Capítulo 53. Llamada inoportuna Narra David De María RamírezAlondra no se cansaba de causar problemas a pesar de estar a miles de kilómetros de mí, Altagracia y yo, una vez que me pude calmar, nos pusimos a follar en el piso de la sala de mi amigo, para refrescarnos un poco del calor del demonio que estaba haciendo en Madrid, pero su móvil no paraba de sonar y eso me molestó demasiado, no me dejaba concentrar en lo que le hacía.–Altagracia, es mejor que tomes la llamada – Le sugerí – No puedo concentrarme en lo nuestro, si tu teléfono no para de sonar ni por un momento.Era muy engorroso que nos estuvieran interrumpiendo, me molestaba que ella no hiciera nada para evitarlo, que por lo menos contestara o que lo apagara, así no podía continuar, tendría que parar para que ella hiciera lo que debía hacer.–Está bien David, ya la tomaré.Ella se separó de mí, cogió su móvil y tomó esa video llamada que mejor no debió hacerlo, eran sus padres y me alcanzaron a ver desnudo detrás de ella,
Capítulo 54. Una llamada no tan deseada Narra David De María Ramírez–Claro mi amor, te la paso y después hablamos – Mi madre sonaba feliz – Que todo se arregle entre ustedes.Tal como me lo había imaginado no le había contado a mi madre, lo que ella había armado en casa de sus tíos, porque sabía que mi madre le iba a llamar la atención, es que tonta no era para ponerse en evidencia, pero aquí la única culpable era mi madre, por creer que era una blanca paloma.–Gracias, madre.Mi madre pareció que tapaba la bocina, pues la escuché susurrar algo con Alondra. Escuchar, aunque sea así, la voz de mi consentida hacía que en mí todo se moviera muy feo dentro de mí, la parte de mi corazón que aún la ama. Me perdí en mis pensamientos de los que fui sacado al escuchar su dulce voz.–Bueno – Dijo tímidamente, haciendo que me quedara congelado – Mi güero hermoso, sabía que me ibas a buscar. Sabía que, aunque me dejaste íbamos a volver, yo también te amo David. Tienes que regresar, mi amor.Mi