—¡Ahh! – Leia gimió en sus labios mientras él la levantaba luego de haberla privado del placentero tormento de sus dedos en su interior… ella bajó su mirada y apreció ese enorme miembro perderse entre sus piernas al ser guiado por una de las manos de Caleb… los ojos de ella temblaron ante la impaciencia de experimentar ese placer de sus cuerpos unidos; ese placer que la quemaba en pasión y angustia —Caleb…
—¡Aghh! – gimió roncamente el rubio al interrumpir las palabras de la pelinegra al comenzar a penetrarla al dejarla caer sobre su rigidez… la piel de ambos ardió y Leia compartió su gemido.
—Ced… - lo nombró y apretó sus piernas a los costados de las de él y sus brazos en el fuerte cuello del rubio. Gimió en su oído provocando que el rubio reaccionara apretando sus man
—¿Qué harás hoy? – preguntó el rubio mientras terminaba de ajustarse una elegante corbata al estar parado entre la sala y el comedor, aquellas palabras de Leia, aquella noche anterior, aun mantenían su corazón caliente.Leia permaneció recargada en el comedor al terminar de recorrerlo de pies a cabeza con la mirada, se sentía feliz, tan dichosa como nunca antes.—Terminar mis deberes y en un rato más vendrán las chicas a visitarme— mencionó al alzar su vista a los ojos azules del joven que le sonrió arrogantemente… ¿qué haría un chico como Caleb poniendo sus ojos en ella desde un principio? … en ocasiones como esa, viéndolo lucir como todo un futuro empresario y ella vistiendo ridículamente su tonta pijama de ositos, sentía que no había razón para que eso hubiera ocu
—¿Te has imaginado lo que sintió cuando perdió todo y se vio sólo a los doce años? – volvió a hablar la mujer al verla dudar.—Ah… - mencionó Leia y sus ojos se aguaron… Asintió… sí, se lo había imaginado muchas veces.—Seguro te preguntarás por qué no volví— volvió a mencionar y Leia desvió la vista incómoda -… Por cobardía. No merecía a mi hijo— dijo y sonrió con ironía -… creí que estaría mejor con mi hermana y su familia, después sólo cuando él lo creyó conveniente.—Pero él…-Perder. Fui una estúpida— interrumpió al creer saber lo que diría -. Eso ya no lo puedo cambiar… pero al menos espero ha
—¿Estás bien? – preguntó extrañado el rubio al ver a Leia caminar con prisa del comedor a la cocina, a la mañana siguiente.—Ajá… sólo tengo algo de prisa, ¿tienes hambre? – preguntó la joven que ya se encontró vistiendo unos sencillos leggins oscuros y una blusa morada de manga larga que se ajustaba en su cadera y marcaba las curvas de su cuerpo, no le diría de la visita de su madre ni de toda la basura que le arrojo encima sobre que debía dejarlo.—No— respondió secamente el rubio al verla regresar.Leia le dedicó una sonrisa forzada y quiso pasarlo de largo para salir e ir a la universidad.—¿Qué pasa contigo, Leia? – preguntó el rubio al alargar su brazo y tomarla de la cintura para no dejarla seguir avanzando.<
Los ojos fríos azules y molestos del rubio se mantenían pendientes de cada movimiento de Leia y el idiota de James… él había regresado a la facultad para buscarla al concluir que se había comportado como un idiota, luego de haber partido al salir antes; no seguir molesto con ella y lo que menos esperó fue encontrarla con ese imbécil, pero ella, lo había rechazado a todas luces, incluso, el idiota moreno parecía demasiado disgustado.Sonrió al ver el auto de la cobriza abandonar el lugar sin notarlo.—Veo que no pierdes el tiempo, ¿qué se siente hacer el ridículo al casi correr tras ella? – habló el ojiazul al caminar con pasos firmes pero lentos al pelinegro que todavía le daba la espalda.James sonrió de medio lado… los había estado viendo.—¿C
Después de que James casi le asegurara tales cosas de Caleb y Emireth, su corazón se había apretado tanto que la consumía en dolor o angustia, ya no sabía; que había optado por asistir caminando hasta el trabajo … había sido una mala idea, aunque al menos la había ayudado a ahuyentar esos sentimientos que sintieron y que la quemaban al casi haber encontrado la respuesta a lo que tenía que hacer…se había tranquilizado, después de todo, Caleb se había comportado tan dulce con ella, le había abierto su corazón y sentimientos, era imposible que le hiciera una cosa tan cruel y tan desalmada, le había dejado varios mensajes, lo recibiría con una gran cena y se olvidaría de cualquier cosa que James le había dicho…no desconfiaría de su novio…seria honesta con el sobre su mal entendido de esa mañana, después de todo, no
-… Y todo por ese estúpido anillo— mencionó y acentúo el desprecio que le tenía con ese calificativo, mientras se daba la vuelta frustrado, buscando apartarse de ella y de la molestia que se acrecentaba al entender el fondo de todo.Leia contrajo su rostro dolida. —¡No es por eso! – alzó la voz también frustrada al alzarle la cara por primera vez.—¿A no? – volteó a verla —¿Y qué es? ¿La estúpida promesa que te liga a él? ¡No lo soltaste a pesar de saber que estabas en peligro! – cuestionó al acercarse a ella y verla a los ojos desde su altura al permanecer a una distancia prudente.—No, eso no es… – quiso defenderse Leia ofendida por cómo se comportaba con ella…pero las risas del rubio no la dejaron continuar, él estaba culp
Leia llegó corriendo, agitada y completamente mojada a su casa… se vio de pie frente a ésta, sintiendo su cuerpo frío y siguió llorando; su mente amenazó con traicionarla y hacerla retractarse.Era una tonta, reconoció, pero aun sintiendo esa punzada en el pecho, todavía se forzaba a creer que estaba haciendo lo correcto.¿Por qué tenía que doler tanto?Su vista distorsionada por el llanto se fijó en la perilla de la puerta, negó en silencio y esbozó un intento de sonrisa irónica mientras se daba media vuelta, a recargar su espalda a la gruesa madera de la puerta y se deslizaba despacio al suelo por la misma…le acababan de robar sus cosas, entre ellas, sus llaves.Abrazó sus rodillas y escondió su cara entre ellas…ahora estaba más sola que nunca.
—Yo…—¡Claro que lo ama, mírala! — interrumpió Hillary.—Ah, tú cállate— regañó Kristel.—¡¿Qué?!— se defendió la pelicorta — Leia ha convivido mucho con él, el tipo la ha ayudado, ¡por Dios!, han compartido cama seguro muchas veces, es lógico que algo muy fuerte surja después de eso; no puedes simplemente acostarte con alguien por meses y no sentir nada por él— alegó muy segura.—Sentir algo, es diferente a amar— debatió la castaña — Tal vez se encariñó y le tiene agradecimiento, pero amor es una palabra muy fuerte, y ese sentimiento no aparece mágicamente –Leia sintió una punzada en el pecho al escucharla.—Oh,