—¿Te has imaginado lo que sintió cuando perdió todo y se vio sólo a los doce años? – volvió a hablar la mujer al verla dudar.
—Ah… - mencionó Leia y sus ojos se aguaron… Asintió… sí, se lo había imaginado muchas veces.
—Seguro te preguntarás por qué no volví— volvió a mencionar y Leia desvió la vista incómoda -… Por cobardía. No merecía a mi hijo— dijo y sonrió con ironía -… creí que estaría mejor con mi hermana y su familia, después sólo cuando él lo creyó conveniente.
—Pero él…
-Perder. Fui una estúpida— interrumpió al creer saber lo que diría -. Eso ya no lo puedo cambiar… pero al menos espero ha
—¿Estás bien? – preguntó extrañado el rubio al ver a Leia caminar con prisa del comedor a la cocina, a la mañana siguiente.—Ajá… sólo tengo algo de prisa, ¿tienes hambre? – preguntó la joven que ya se encontró vistiendo unos sencillos leggins oscuros y una blusa morada de manga larga que se ajustaba en su cadera y marcaba las curvas de su cuerpo, no le diría de la visita de su madre ni de toda la basura que le arrojo encima sobre que debía dejarlo.—No— respondió secamente el rubio al verla regresar.Leia le dedicó una sonrisa forzada y quiso pasarlo de largo para salir e ir a la universidad.—¿Qué pasa contigo, Leia? – preguntó el rubio al alargar su brazo y tomarla de la cintura para no dejarla seguir avanzando.<
Los ojos fríos azules y molestos del rubio se mantenían pendientes de cada movimiento de Leia y el idiota de James… él había regresado a la facultad para buscarla al concluir que se había comportado como un idiota, luego de haber partido al salir antes; no seguir molesto con ella y lo que menos esperó fue encontrarla con ese imbécil, pero ella, lo había rechazado a todas luces, incluso, el idiota moreno parecía demasiado disgustado.Sonrió al ver el auto de la cobriza abandonar el lugar sin notarlo.—Veo que no pierdes el tiempo, ¿qué se siente hacer el ridículo al casi correr tras ella? – habló el ojiazul al caminar con pasos firmes pero lentos al pelinegro que todavía le daba la espalda.James sonrió de medio lado… los había estado viendo.—¿C
Después de que James casi le asegurara tales cosas de Caleb y Emireth, su corazón se había apretado tanto que la consumía en dolor o angustia, ya no sabía; que había optado por asistir caminando hasta el trabajo … había sido una mala idea, aunque al menos la había ayudado a ahuyentar esos sentimientos que sintieron y que la quemaban al casi haber encontrado la respuesta a lo que tenía que hacer…se había tranquilizado, después de todo, Caleb se había comportado tan dulce con ella, le había abierto su corazón y sentimientos, era imposible que le hiciera una cosa tan cruel y tan desalmada, le había dejado varios mensajes, lo recibiría con una gran cena y se olvidaría de cualquier cosa que James le había dicho…no desconfiaría de su novio…seria honesta con el sobre su mal entendido de esa mañana, después de todo, no
-… Y todo por ese estúpido anillo— mencionó y acentúo el desprecio que le tenía con ese calificativo, mientras se daba la vuelta frustrado, buscando apartarse de ella y de la molestia que se acrecentaba al entender el fondo de todo.Leia contrajo su rostro dolida. —¡No es por eso! – alzó la voz también frustrada al alzarle la cara por primera vez.—¿A no? – volteó a verla —¿Y qué es? ¿La estúpida promesa que te liga a él? ¡No lo soltaste a pesar de saber que estabas en peligro! – cuestionó al acercarse a ella y verla a los ojos desde su altura al permanecer a una distancia prudente.—No, eso no es… – quiso defenderse Leia ofendida por cómo se comportaba con ella…pero las risas del rubio no la dejaron continuar, él estaba culp
Leia llegó corriendo, agitada y completamente mojada a su casa… se vio de pie frente a ésta, sintiendo su cuerpo frío y siguió llorando; su mente amenazó con traicionarla y hacerla retractarse.Era una tonta, reconoció, pero aun sintiendo esa punzada en el pecho, todavía se forzaba a creer que estaba haciendo lo correcto.¿Por qué tenía que doler tanto?Su vista distorsionada por el llanto se fijó en la perilla de la puerta, negó en silencio y esbozó un intento de sonrisa irónica mientras se daba media vuelta, a recargar su espalda a la gruesa madera de la puerta y se deslizaba despacio al suelo por la misma…le acababan de robar sus cosas, entre ellas, sus llaves.Abrazó sus rodillas y escondió su cara entre ellas…ahora estaba más sola que nunca.
—Yo…—¡Claro que lo ama, mírala! — interrumpió Hillary.—Ah, tú cállate— regañó Kristel.—¡¿Qué?!— se defendió la pelicorta — Leia ha convivido mucho con él, el tipo la ha ayudado, ¡por Dios!, han compartido cama seguro muchas veces, es lógico que algo muy fuerte surja después de eso; no puedes simplemente acostarte con alguien por meses y no sentir nada por él— alegó muy segura.—Sentir algo, es diferente a amar— debatió la castaña — Tal vez se encariñó y le tiene agradecimiento, pero amor es una palabra muy fuerte, y ese sentimiento no aparece mágicamente –Leia sintió una punzada en el pecho al escucharla.—Oh,
Los ojos azulinos de Leia se deslizaron insistentemente por las personas que abarrotaban los pasillos de su facultad, reconoció esa ansiedad y negó en silencio, aunque su mirada traidora volvió a echar un último vistazo mientras ella se forzaba a avanzar.—¿Qué estoy haciendo? — se reprochó.Esa mañana había sido doblemente difícil abrir los ojos, su mirada lucía cansada y rojiza, su aspecto era deplorable y ella se había forzado a seguir, había intentado fingir naturalidad al levantarse y preparar un sencillo desayuno para sus huéspedes, Hillary seguía disgustada y Kristel y Elric por suerte, respetaron su decisión de no hablar más del asunto, aunque el joven ojiazul realmente sabía poco de ello.Había llegado a la facultad y logró no buscar con la vista el auto del rubi
Leia cerró los ojos y en ese momento estuvo más segura que nunca, que el amor que le tenía a Caleb lastimaba, y que él tampoco la amó de verdad… él nunca llamó o preguntó por ella, estaba más sola que nunca y ella sola se puso en esa situación.Sollozó una vez e intentó contenerse…no lo logró y posterior a eso, otro sollozo escapó; tapó sus labios avergonzada de su deplorable estado y de su ridícula fortaleza deshecha, e James la abrazó.El moreno apoyó su barbilla en la cabeza de Leia al mismo tiempo que la aprisionaba contra la pared y su cuerpo…ella no logró contener el llanto y él la sintió temblar por el mismo.Ahí James sintió el peso de su egoísmo, si no se hubiese enredado con Emireth, por mero y vano placer, Caleb no hubiese e