—¿Qué es este lugar? – Le preguntó cuándo él se encerró con ella. La luz era poca ya que los ventanales eran iguales a los del exterior, largos y en lo alto, pero la luz que entraba era mucho menor.
—Un almacén de limpieza — respondió despreocupado al girarla y apresarla contra la pared.
Cuando los ojos de Leia se acostumbraron a la obscuridad parcial, no se fijó en los estantes con productos de limpieza, en los cestos perfectamente acomodados o en los diversos trapeadores y mop’s colgados de una de las paredes… Leia solo pudo ser consiente del imponente cuerpo de Caleb apresándola y su aroma embriagante sobresalir del de los detergentes.
Un estremecimiento recorrido su espalda e hizo su Respiración pesada...“otra vez esa Sensación” fue consciente del poder que el parecía tener sobre ella, y de cómo se mantenía a la expectativa de lo que el fuese a hacer un…
“No lo permitas” se aconsejó inter
—Leia va a matarte — Le aclaró la castaña.—Ah, déjala, Tiene mejores cosas que estas — Replicó la pelicorta al tirar una bolsa a uno de los cestos de basura alejados de las habitaciones.—Eres una pesada, esos son sus gustos — Volvió a decir la castaña al cruzar sus brazos y voltear a ver a su exuberante amiga.Hilary la ignoró, volteó su rostro y se extrañó de ver a cierto pelinegro que se olvidó de replicar.—Oye — Mencionó débilmente.—¿Qué? – Cuestionó curiosa la castaña al dejar en el olvido la próxima molestia de Leia.—¿Qué hará solo ahí James? – Preguntó al ver al rubio sentado en una de las bancas cercanas a una peque&nt
Dejó de teclear en su ordenador — y eso es todo – dijo la cobriza.Kristel se quedó inmóvil e incrédula a lo que Leia le había dicho —¿y por qué no? – Le preguntó sin entenderla —¿Por Emireth? – Leia le había contado “todo”Leia suspiró desanimada, se había jurado no llorar cuando lo dejó parado en medio de ese reverdecido patio.} — No fue como yo lo esperaba — confesó y mordió su labio preocupada al bajar el rostro.—¿Sabes qué?… Cancelaré a Erick y hablaremos toda la tarde, hasta que te aclares… estás muy confundida — mencionó y se levantó de la cama de la pelinegra para buscar su celular.—No Kristel, ni se te ocurra — la detuvo al ponerse de pie— Ve
Volvió a negar despacio y esta vez fue ella quien lo besó, seguía necesitando tiempo, no pensar en él, dejarlo decidir sin presionarlo, mantenerse a salvo de sus altibajos emocionales provocados por el pelinegro, y Caleb podía distraerla de ello, ayudarla, el pretendía seguir acostándose con ella… entonces, ella lo iba a usar como un distractor.Todo estaría bien, era un acuerdo… nadie saldría lastimado, pero debe tener cuidado, no debía enamorarse.Caleb volvió pasional el tierno y tímido beso que Leia le dio, lo había sorprendido, pero eso lo calentó más, una de sus manos recorrió con placer la curvatura de su espalda, cintura y cadera, segundos después, esa misma mano estaba masajeando uno de sus grandes y suaves senos.—Ahh— Leia gimió cuando él dejó sus
—¿Me gusta? … no puede ser— se lamentó casi en un susurro. Caleb se removió y el curvilíneo cuerpo de Leia se acomodó mejor entre sus brazos.Recargó su frente en la barbilla del ojiazul y él la apretó con sus brazos, sintió su corazón acelerarse ante ese casi descubrimiento…Caleb suspiró y Leia acarició su pecho suavemente para tranquilizarlo, la piel de Caleb estaba tan tibia a pesar de la ligera capa de sudor que la cubrió mientras otra vez la hacía suya, y ella continuó experimentando esa extraña sensación de intimidad… “pero Caleb está dormido” pensó…alzó su vista a su rostro y creyó que eso era lo mejor, Caleb despierto era un patán, sonrió ante su idea.—Un tonto patán — mencionó viéndolo, y n
—¡Ey! ¡Leia, Kristel! – Gritó la pelicorta Hilary emocionada al levantarse de una de las mesas redondas en una orilla de la cafetería.Kristel rodó los ojos y Leia sonrió al acercarse a ella.—Grita más fuerte, creo que no te escucharon del otro lado del país — mencionó la castaña al llegar a ella.Hilary se encogió de hombros – para lo que me importa – aseguro.Leia se rio ante el casi declarado pleito entre sus dos mejores amigasLa pelicorta giró su rostro al verla sentarse — No son las únicas que tienen pagado el servicio de comida – dijo.Ahora fue el turno de Leia de rodar los ojos — No lo digo por eso, tú casi nunca te levantas antes de las diez — mencionó al recordar lo feliz que estaba su a
—¿Y qué vas a hacer? – Le preguntó Erick observando con curiosidad de camino a los vestidores, el entrenamiento había finalizado.—Darle su espacio— dijo seguro James refiriéndose a la cobriza que apenas ayer lo había rechazado.El joven de pequeña coleta guardó silencio mientras se adentraban al lugar, se sintió un traidor al ocultarle ese tipo de relación que Caleb y Leia sostenían…ni siquiera sabía qué tan seria era, estaba viendo a su amigo debatirse y angustiarse por algo que no era… Erick creía entender el porqué de la negativa de Leia.—Emireth también me preocupa — habló el pelinegro al comenzar a quitarse su ropa de entrenamiento.Erick suspiró derrotado, bueno, James también tenía la culpa de lo que le p
El camino al centro comercial pasó rápido, Hilary les dijo que ella reconocería al chico porque él debería que llevar una gorra roja, y él a ella, por sus accesorios del mismo color, pero que ella primero lo vería y si le gustaba, iría por él, si no, se daría a la fuga, a pesar de que a Leia le parecía algo cruel, no pudo evitar reír por lo cómico que eso le pareció…ojalá que no le gustara, para no pasar por eso.—Entonces ya saben…iremos al segundo piso y desde ahí veremos qué chico junto a la fuente, usa una gorra roja — recordó la pelicorta.—Bien, como digas — aceptó Leia mientras se apresuraba a seguir a sus dos amigas — ah, maldición— mencionó molesta al tirar por la prisa su bolso.—¡Leia! Apresúrate q
El pelimorado vio molesto al arrogante ojiazul que ahora tenía sujeta a su acompañante. Carraspeó. —Aunque eso no importa — dijo después de un segundo. Llevó su mano a Leia, pero la del rubio fue más rápida y le impidió tocarla al sujetarlo del antebrazo con suficiente fuerza. —No le vuelvas a poner las manos encima — le dijo, y su mirada y su tono hostil le advirtieron al joven que no estaba jugando. Caleb había visto molesto desde el primer piso cómo ese sujeto la había acariciado el rostro y cómo ella se había puesto nerviosa, momentos antes. —Caleb… - susurró Leia, se sintió pequeña ante esos dos altos jóvenes que se veían intimidantes a los ojos y sumamente cerca uno del otro. Su corazón latía fuerte y nervioso. —Ella es mi cita — aclaró el joven al verlo a los ojos y soltarse de un tirón de su agarre.