Recorrió en varias ocasiones con su fría mirada los pasillos saturados de estudiantes, mientras avanzaba por el edificio de su facultad, otra vez no estaba.
Sacó su celular y digitó su número, marcó y esperó un momento… ella no contestó.
— ¿Qué demonios te estás creyendo, Leia? – se preguntó molesto mientras mandaba un mensaje.
Era jueves, y desde el lunes que se separaron en el estacionamiento, no había vuelto a saber de ella. quiso darle tiempo para asimilar las cosas, ella era estúpidamente pudorosa, y estaba seguro que el solo hecho de verlo a la cara le representaría un problema después de lo último que hicieron, pero ya se había fastidiado… él era quien ponía las reglas y no la iba a dejar pensar lo contrario.
Siguió su camino con destino
Leia había caminado con demasiada prisa por los pasillos de la universidad mirando sobre su hombro con el temor de encontrarse con Caleb, llegando finalmente a su espacio en la universidad, entró y cerró la puerta de su habitación de golpe.—¡Hola Leia! – la saludó efusivamente Kristel y le dio un beso en la mejilla -… me voy, voy retrasada a mi clase… - agregó mientras de forma rápida tomaba sus libros y una pequeña mochila, en la cual, luchaba por meterlos.—Que… que te vaya bien – dijo Leia sorprendida por la velocidad en la que había abierto y cerrado la puerta para desaparecer tras ella.Sonrió resignada– Supongo que a todas nos está costando adaptarnos — mencionó la cobriza al ver el desorden que su amiga tenía en ese pequeño sector que le correspondía.
Él sonrió complacido— Creo que eso es cercano al concepto que tienes de mi… ¿no? – dijo con una sonrisa maliciosa el apuesto rubio.— Sí, pero yo no soy así – alegó apresurada.—Hoy lo serás… serás lo que yo quiera… ¿entiendes? – aseguró el rubio y se posó sobre ella.Leia se sobresaltó cuando con unos golpes llamaron a la puerta principal…— ¡Leia! – se escucho un grito fuera de los dormitorios.—Hilary… – mencionó la cobriza al reconocer su voz.Caleb sonrió divertido y volvió a besar su cuello.— Harás lo que te digo… o me iré en este momento — habló despacio sobre la piel sensible.Ella volteó
Apoyó su mano sobre la puerta y bajó su cabeza… suspiró derrotado… había usado un autocontrol que creía inexistente para apartarse en ese momento… giró su rostro y vio la puerta cerrada tras la cual Leia permanecía… no podía volver por mucho que lo deseara… ese juego era de él… tenía que dejarla deseando más, para que fuese ella la que rogara por estar con él… en un inicio creyó que sería más humillante para James al saberlo; pero ahora entendía que era por orgullo y tal vez por ego… Leia era su reto… no iba a perder con ella.¿Ahora cómo demonios ocultaba la tremenda erección que la estúpida chica le causó?… Se forzó a pensar en otra cosa para desaparecerla… una mueca de disgusto se posó en su rostro al venir a su mente su mejo
— Así que vas a una cita con mi novio…— la fría voz de Emireth contrastaba perfecto con su rostro endurecido.— ¿Perdón? — preguntó sin entender.—Mph…— sonrió aquella mujer con superioridad —… a nadie engañas con tu cara de mosca muerta, no eres mas que una perdida – dijo Emireth con enojo.Leia entrecerró los ojos ¿Ella había ido únicamente a insultarla?— ¿Y me quieres decir tú que demonios sabes? No fui yo la que se metió en donde no debía — cuestionó molesta Leia, no iba permitir que esa mujer la insultara.— ¿A caso no vas a encontrarte con James? – cuestiono Emireth con enojo.Leia sonrió, y sin saber bien por qué no se empeque&nt
Leia condujo con algo de música pop hasta la mansión Miller… era bastante tarde, sus papás la regañarían…— Pero es que esa mujer…— recordó todavía molesta, sostuvo el puente de su nariz… al menos, no se había sentido inferior que ella en ese momento… “eso se lo debo a él”, reconoció, Caleb la ponía en bastantes situaciones bochornosas y vergonzosas que comenzaba a acostumbrarse a vivir al límite, por eso fue que pudo sobrellevar esa situación, controló sus nervios muy bien.— Darlene ¿eh?... así que su amante…— recordó mientras se detenía en el jardín frontal de la mansión Miller.Experimentó la molestia que eso le provocó… ella recordaba muy bien todo lo que él provocaba en su
Ella lo vio suspicaz… sí, él y Leia se traían algo… generalmente ese asunto no le hubiese interesado.— Si… algo a lo que no me interesa asistir…— aseguró Emireth con arrogancia y le sostuvo la mirada.Él sonrió del medio lado.— Por supuesto…no fue porque el principito te dejo de lado — respondió el rubio irónicamente y dejó a un lado se embriagante bebida.— ¿A dónde vas? — preguntó Emireth molesta al verlo dirigirse a la puerta y tomar sus llaves.— Tengo asuntos que atender — mencionó simplemente —…cierras cuando salgas – pidió Caleb para luego marcharse.— E-espera Caleb…— dijo Emireth sin creer que la hubiese dejado ahí…
— ¿Dónde estás Leia? – se preguntó el pelinegro mientras pasaba por segunda vez por los sanitarios más cercanos a la que fue su sala. —¡Disculpa! – le habló a uno de los encargados del servicio del establecimiento — ¿Hay alguien en los baños? – cuestiono James.El anciano sujeto lo vio extraño.—Estoy buscando una amiga, es bajita de estatura y pelo largo y cobrizo — informó al percatarse.—Me temo que no… los sanitarios están vacíos — mencionó al voltear al lugar del cual recién salía.James solo asintió y se giró para seguir buscando.“Soy un imbécil … debí suponer que algo así pasaría” … se regañó mentalmente “&ique
Caleb con dos de sus dedos movió la ya húmeda ropa interior de la chica bajo su cuerpo, logrando con ello obtener la entera atención de la misma, arrancándola de sus pensamientos.Ella lo vio con reproche.—Dije que no diría nada … pero no que me quedaría quieto— volvió a susurrarle haciendo indignar a la pelinegra que juraba que podía colapsar por la tensión.¿Leia? … Leia ¿qué te pasa? ¿Por qué no me contestas?—E-es que… hay mucha gente… - volvió a mentir -… todo está muy… apretado — dijo para justificarse.Sabes lo peligroso que es viajar en el metro a estas horas… - se escuchó molesto y preocupado, ella se sintió una mala persona -&hellip