El nerviosismo de la cobriza se había incrementado al ver a todos reunidos “¿no olvidar este día?” pensó y se regañó mentalmente al casi estar de acuerdo con eso, pero por otros motivos… “las primeras horas de mi mayoría de edad la pasé entre sus brazos… haciendo…”
—¿Te sientes bien? — preguntó James al acercársele —…te pusiste roja — Las miradas de todos volvieron a ella.
—Ah… s-sí… claro, es solo que me avergüenza esto…— se justificó y se sintió tonta, y una pizca de remordimiento pesó en ella.
Hilary suspiró desanimada —no pensé que tu fueras una de esas niñas que no saben cómo reaccionar al acaparar la atención— se burló enseguida.
—¿Mamá? — saludó Leia al identificar el número entrante en su móvil — no te escucho muy bien, no tengo muy buena recepción — Explicó al salir de la casa y pararse sobre uno de los jardines perfectamente cuidados de esa casa en la cima del risco. —Leia sabes que me desagrada que hagas las cosas sin consultarme, siempre debes de preguntarnos primero, tu padre se enojara, sabes que no le gusta nada que convivas con demasiados muchachos, al menos James esta allí para cuidarte — mencionó la mujer mayor del otro lado de la línea. Leia suspiró cansadamente — Intenté comunicarme con ustedes, incluso fui a verlos, pero salieron sin avisar… —Siento eso cariño, tu padre ha tenido algunos problemas y bueno… quiero que sepas que no me molesta tanto, solo porque sé que vas con tu amiguita Kristel y James; confío en que él sepa cuidarte — comentó la mujer sin pretender ahondar en los motivos de su lejanía —también deseaba felicit
—Bromeas ¿cierto? — cuestionó incrédulo Erick al ver a su incondicional amigo de pie frente al mar —¿después de lo mucho que te costó salir con ella? – simplemente no podía creerlo.El rubio negó en silencio— Creo que no está funcionando, Emireth y yo somos tan diferentes...— dijo James sin rastro de emoción.Erick tragó ligeramente — ¿no será porque Leia ha terminado su relación con Caleb? –—No lo sé…— dijo y resopló frustrado viendo la noche caer y las personas reunirse en los distintos bares abiertos —tal vez…es que, en realidad, no quiero perder a Leia…ella es mi prometida, seremos marido y mujer, es tiempo de asumir como tal ese compromiso – termino de decir el rubio.El
Los chicos sonrieron y se colocaron a un lado de la que parecía ser la pareja principal, por ese momento, formada por James y Leia para el inicio de las fotografías. —La primera ronda de cerveza va por cuenta de la casa, a salud de la festejada— llegó un informal camarero al dejar sobre la mesa varias botellas. —Vaya… creo que somos algo así como VIP— mencionó Melissa sorprendida, y a la emoción de las chicas se le unieron las risas por el inocente comentario de la pelirroja. —Muchos lugares tienen esta tradición— explicó Leia al sentarse a su lado. —Oh… yo creí que éramos especiales…— el rostro de la chica mostró una suave decepción. La cena ligera pasó entre risas y charlas, con música caribeña sonando como una peculiaridad que tenía ese bar en especial. Kristel y Hilary se divertían viendo las fotos capturadas en el momento exacto, con esa cáma
—¿A-amantes? – le cuestionó al llevar sus manos a su pecho, al sentirlo pegarse a ella.Agradecía la poca luminosidad, pues su rostro ardía de imaginar lo que eso significaba, sonrió tontamente.– De-debes estar bromeando, no aceptare tal cosa — mencionó sin saber cómo reaccionar.Caleb cerró los ojos y suspiró frustrado “No pierdas el control”, se recordó… si, Leia era un capricho, uno que lo enloquecía y lo hacia actuar como un completo imbécil.Bajó su cabeza hasta apoyarla contra la de la pelinegra y se forzó a calmarse.—Leia… - mencionó roncamente sin despegarse de ella.Ella alzó su vista a él y los zafiros que el joven tenía por ojos, brillaron ante la poca luz lunar
—Parece que están peleando— comentó sin mucho interés Hilary a Leia que permanecía en el interior de la palapa observando, hasta ese momento sola, a la juvenil pareja.—Eso parecía— mencionó en voz baja al verlos abrazarse.Dio un suave respingo y se obligó a girarse cuando vio la suspicaz mirada de Emireth fijarse en ella a pesar de la distancia.—Bah, a quién le importa— mencionó hastiada la pelicorta.Estaba cansada por la noche anterior, pero al igual que todos pretendía aprovechar ese último día.— Ven, vayamos con Erick y los chicos a jugar voleibol — agregó Hilary y la jaló, los pies desnudos de las chicas encontrarían refrescante la suave arena de la playa segundos después.Ella s
— Bien, vayamos – dijo el rubio deseando hacer algo mucho mas delicioso. —¿En serio? – cuestiono Leia casi incrédula. —Sí, me cambio y bajo— le dijo y sonrió al verla sorprendida y con un indicio de sonrisa asomarse por sus rosados labios. —Bien, entonces te esperamos abajo — dijo todavía incrédula y se apresuró a desaparecer de ahí. —Leia— la detuvo al sujetarla del brazo— Tenemos una conversación pendiente – el rubio la miraba directamente a los ojos. Ella asintió y terminó mordiendo ligeramente su labio, por la promesa de problemas que esa conversación le representaba. Caleb notó su labio ser torturado por ella y la jaló para besarla, se complació al escucharla gemir, tal vez nerviosa, y sentir sus redondos senos pegados a su camisa, soltó su brazo y la envolvió en un abrazo, con su mano libre la tomó de la nuca y la obligó a dejarlo profundi
Volteó su rostro buscando a Hilary y ya no la encontró, su vista se fijó en las escaleras e inevitablemente pensó en Caleb y en que él había sido un distractor, bastante peculiar, al dolor que sentí al desquebrajarse su rosado sueño adolescente. Bajó apresurada a reunirse con el resto, antes de pensar más de lo que debía en ese arrogante ojiazul que quería seguir teniéndola en sus manos, sus amigos ya la esperaban y no tardó mucho en estar riendo entre el alboroto causado por Hilary, Erick e incluso Erick y Kristel. Asomado desde el gran ventanal, Caleb veía con sus fríos ojos azules al escandaloso grupo de jóvenes al que acompañaba, había salido de bañarse y terminaba recién de acomodar su rubio cabello, vio desinteresado ya lo lejos al motivo de su molestia correr al ser perseguido por Kristel e introducirse sin pensar en el agua, negó en silencio, ¿cómo podría seguir comportándose como un par de niñas? Deslizó su vista un poco más y m
Leia lo vio con desconfianza y se obligó a pensar en otra cosa que no fue el cosquilleó en su estómago, por encontrarse otra vez en una situación bastante peculiar con Caleb.Habían recorrido durante diez minutos la terracería por una angosta vereda, llegaban a una planicie. Observó con las luces del auto un gran y viejo árbol que era rodeado por arbustos y pastos altos.—¿Hay un nuevo mirador? – preguntó y se sintió tonta ante su absurda y desubicada pregunta al recordar las palabras dichas por él.Ahora que se veía ahí, el nerviosismo y expectación por el qué ocurriría y cómo ocurriría, la invadieron.—Sí, uno kilómetros más adelante, con vista al mar y la ciudad — le dijo mientras volteaba atrás para estacionar el a