Horas después, Leia había presentado cada una de sus materias, tener un solo bloque de clases, con su respectivo descanso para comer, era pesado, pero era preferible a tener que volver por la tarde a la universidad.
Apenas había logrado concentrarse en sus clases y había evitado ver a Caleb en la universidad, para su fortuna tampoco se encontró con James, todavía no sabía si Aubrey había logrado disimular el hecho de que Caleb dormía con ella o no, le preocupaba, aunque sabía que no debería.
Su estómago fue presa de un cosquilleo nervioso y dejó el lapicero sobre el escritorio donde había estado trabajando con sus tareas.
—No me estoy concentrando— mencionó y cerró la cortina del balcón de la que era su habitación, encendió el reproductor de música de su portátil v
—Dios… no pueden no llamar menos la atención— mencionó al tomar la manija de la puerta y apresurarse a salir.—¡Ey! ¿quieres darte prisa? — gritó la castaña.—Ya voy, ya voy— mencionó y casi corrió hasta subir al deportivo auto que conducía la pelicorta.—Pero si luces hermosa— mencionó la pelicorta al verla subir al asiento trasero.—¿Supongo que debo alegrarme? – cuestiono.—Por supuesto que sí… ¿dónde demonios quedó la puritana Leia que parecía salida de un convento? — preguntó la chica al voltear atrás y ver la piel de las piernas de la chica asomarse entre la falda y las largas calcetas.—¡Oye!— se quejó la pelinegra&helli
—¡Shh! Cierra la boca, Hilary— se quejó Kristel al ver a la pelicorta atendiendo una llamada en medio de la función.—Ah, cállate— mencionó la otra al arrojarle un puñado de palomitas hacia atrás, lugar donde ella se había sentado.—Señoritas, nos van a echar— comentó con una sonrisa nerviosa Erick mientras evadía las palomitas que Hilary volvía a arrojar.—Entonces dejen de molestarme— habló la joven que sostenía el móvil en su hombro y oreja, al mismo tiempo que comía palomitas y prestaba atención a la enorme pantalla.Leia volteó a verla con asco —¿cómo puedes comer mientras a esos hombres les sacan los intestinos? — preguntó y casi pálida regresó la vista a la pantalla, donde just
Ella sintió la tibieza de sus labios sobre los de ella y contrario a esa cálida sensación, sus manos no hicieron el intento por tocarlo y corresponder a ese beso que le daba, sentía un vacío extraño en el pecho y no supo de dónde provenía esa sensación de quebranto, una vez mas, lo alejo de ella…La mujer de mirada azulina dejó de verlos para cerrar la puerta del local de su propiedad, y antes de marcharse entrecerró los ojos al voltear de nueva cuenta donde la pareja se besaba.“… Leia… así que ella es la novia de mi hijo, ¿Estarás enterado de esto, Caleb?”, pensó al marcharse”A la chica de mirada chocolate se le rasaron los ojos en llanto y no dijo nada, no sabía qué sentía, ni qué debía sentir…habían sido menos de seis meses en
—Leia— la llamó al salir tras ella —¡Leia espérame, maldita sea!, ¿a dónde demonios crees que vas?— mencionó para correr tras ella.—No quiero hablar, no quiero verte… ¡Eres un idiota, Caleb! — le gritó frustrada y dolida, ¿por qué todo el mundo quería escuchar de ella una respuesta? — ¡Suéltame!— le gritó cuando él la tomó del brazo al detenerla y los ojos de ella derramaron el llanto… lo único que necesitaba era un abrazo y alguien que le asegurara que eso que sentía era normal.—Regresa al auto— suplicó el joven al forzar su voz a calmarse.—No— dijo y le forcejeó. Sus sollozos fueron audibles.—Ah, maldita sea, Leia, enfermarás— mencionó molesto al car
Leia bajó la mirada, su mirada expresiva y generalmente alegre, ahora se frustró distante, casi sombría.“Él dijo que me amaba” recordó preocupada la joven, una sensación caliente y dolorosa le apretó el pecho; sus ojos temblaron y una sensación extraña le erizó la piel al mismo tiempo.—¡Señorita! – la voz de una mujer entrada en años la hizo alzar su vista.—¿Eh? – mencionó al verla mientras la misma le entregaba un embace de leche.La mujer sonrió —También me cobra esto, por favor— le dijo insistiendo para que lo tomara.Leia vio extrañada a la mujer y al embace por un segundo, luego respingó —L-lo siento— se disculpó— ¿Algo más? – le preguntó al ma
Casi una hora después, Leia suspiró cansadamente mientras entraba a su casa, sus ojos rodaron por la sala, la cocina y el comedor al seguir de pie frente a la puerta cerrada.-… Otra vez no está— mencionó para ella misma.Las lámparas de los burós estaban encendidas, iluminando cálidamente la sala, la luz de la cocina alcanzaba a iluminar también el comedor, dando una sensación acogedora al encontrarse todo en perfecto orden, pero faltaba él.—Últimamente llega bastante tarde— mencionó Leia al colgar sus llaves y colocarse la mano en el cuello para relajar sus músculos mientras entraba; dijo esto, sin ser consciente que se acostumbraba a una vida en pareja con el joven rubio de fríos ojos azules.Estaba a punto de subir las escaleras para terminar una de las tareas que no alcanz&
—¡Ahh! – Leia gimió en sus labios mientras él la levantaba luego de haberla privado del placentero tormento de sus dedos en su interior… ella bajó su mirada y apreció ese enorme miembro perderse entre sus piernas al ser guiado por una de las manos de Caleb… los ojos de ella temblaron ante la impaciencia de experimentar ese placer de sus cuerpos unidos; ese placer que la quemaba en pasión y angustia —Caleb…—¡Aghh! – gimió roncamente el rubio al interrumpir las palabras de la pelinegra al comenzar a penetrarla al dejarla caer sobre su rigidez… la piel de ambos ardió y Leia compartió su gemido.—Ced… - lo nombró y apretó sus piernas a los costados de las de él y sus brazos en el fuerte cuello del rubio. Gimió en su oído provocando que el rubio reaccionara apretando sus man
—¿Qué harás hoy? – preguntó el rubio mientras terminaba de ajustarse una elegante corbata al estar parado entre la sala y el comedor, aquellas palabras de Leia, aquella noche anterior, aun mantenían su corazón caliente.Leia permaneció recargada en el comedor al terminar de recorrerlo de pies a cabeza con la mirada, se sentía feliz, tan dichosa como nunca antes.—Terminar mis deberes y en un rato más vendrán las chicas a visitarme— mencionó al alzar su vista a los ojos azules del joven que le sonrió arrogantemente… ¿qué haría un chico como Caleb poniendo sus ojos en ella desde un principio? … en ocasiones como esa, viéndolo lucir como todo un futuro empresario y ella vistiendo ridículamente su tonta pijama de ositos, sentía que no había razón para que eso hubiera ocu