—No, no me hagas llamar a Adal y que me ayude con todo este desastre, no sé cuántas empleadas llamará para que me ayude, pero de que ninguno de los dos permitirá que prefieras el alcohol antes de comer y ponerte mejor, estás loca si piensas que pasarás sobre mi cadáver, ahora regresa a la cama que no tardaré de limpiar y llevarte el desayuno o puedes pedir comida, lo que sea, pero que no sea alcohol, nooooo.Me pongo ruda y ella lo ha notado, claro que sí, no tiene de otra que da, aleja su brazo de mi mano lentamente y en un susurro me pide la caja de mi móvil, señalo mi bolso que está sobre el sillón, corrección, en el fondo del sillón, ya que encima de él están las plumas, y antes que se estrese voy por él.—Pediré comida y por favor, encárgate de ese demonio, ganas no me faltan de exterminarlo, hasta le haría un favor al universo —espeta, y no digo nada porque ella tiene razón, soy la culpable de traer a ese animal indomable.Voy hacia el sillón, no demoré en encontrar mi cartera,
++Gisela++—Gracias, todo estaba delicioso —de mí sale un gemido—, ya todo está en su lugar, lo único que me falta es llevar las plumas para que la metan en unas buenas fundas celestiales, te prometo que las recuperaré.Pufff… Terminé de limpiar todo el desastre que Lucero y la bendita perra del demonio causaron en el apartamento.En la limpieza de la sala y la cocina me llevó cuarenta y cinco minutos, luego atendí al joven que vino a dejar la comida china, está más que obvio que no me iba a perder semejante comida y por ello agarré la comida empacada que me había dado aquellas mujeres de la casa para dejarlas dentro del refrigerador.Llevé el servicio de comida a la habitación de Lucero, ahí decidí quedarme porque ella no quería levantarse de la cama, hasta puedo asegurar que la cruda le está pasando la factura.—No, soy yo la que debe agradecerte por todo lo que has hecho por mí, no debiste venir, hubieses esperado que llegara a tu casa, y no lo digo por esa hija del demonio —recalc
—No olvides usar condón, no quiero que te enfermes, muy buena cara puede ser el vecino, pero no sabemos que es lo que tiene por dentro.—Suficiente, eres una aguafiestas y eso es lo que te hace falta, tienes que asistir a una de las fiestas que iré, pero desde ya te advierto que esa perra del demonio no está invitada, puedes contratar una niñera.လ—Gisela, saldré un momento, no lo malinterpretes, pero parece que tu amado viene por ti —dice al mismo tiempo que se aleja de la ventana—, no te molestes por lo que mis ojos acaban de ver.Voy corriendo hacia la ventana, no es por buscar el chisme, pero me interesa todo lo que tenga que ver con él.Noooo, es que no puedo creer lo que mis ojos insistentes están viendo. Él está discutiendo con la misma mujer que llegó a la casa de Adal a exigir lo que le pertenece, “su amor”.Mi pregunta es ¿qué hace con ella? Me aseguró que ya no tendrían nada con ella y ni con otra mujer porque se supone que tenemos que guardar las apariencias, pero por lo
Esas palabras son totalmente sinceras, no quiero defraudar a la señora, a pesar del desastre que llevo, “no darle de comer”, es mi primer error como cuidadora. Las empleadas son las que me echan segunda con cuidarla, no es su trabajo y por eso les estaré siempre agradecida por ayudarme. ¿Será que ellas se dieron cuenta de que no puedo cuidar de un pequeño animalito?—Señor, puede sentarse, todos podemos sentarnos —acabando el tema de la perrita a Lucero se le viene la gran idea de sentarnos.—No, Gisela y yo te queremos decir que te vinieses con nosotros, que, si aceptas, puedes vivir con nosotros, queda claro que habitaciones separadas, puedes venirte ahora o cuando quieras —como si fuese la propia lechuza, volteo a ver a Adal, me acerco y mi pregunta es ¿cuándo me pregunto?—, mi intención es que pase más tiempo con Gisela, a ella le cuesta adaptarse a la casa y al apartamento.¡Maldito mentiroso!Awwww… Tiene buen corazón, quiere invitarla a la casa porque no quiere dejarla sola y q
လHa pasado una linda semana en compañía de Lucero, a pesar de que se acabará pronto porque ella le ha pedido Adal que le regrese su puesto, ya que no hay matrimonio que le impida.Cuando las cosas estaban saliendo bien ella decide irse a trabajar, por una vez me estoy comportando egoísta y por desgracia no puedo hacer nada que lo impida. Las cosas son como son y para no aburrirme debo empezar hacer lo que me guste: ver pelis, series o hasta escribir. ¿Escribir? No puedo estar pensando en serio, eso es una completa locura, no puedo escribir, eso es de locos, en primer caso que es lo que escribiría. ¿De mi vida? No, puede que todo esto sea loco, pero no tengo todo el derecho de revelar algo que no debe ser revelado.Hace unos días llamé a mi madre y gracias al dinero de Adal y mi contrato le pude mandar la mensualidad. Y… Me quiero tomar el atrevimiento de pedirle a Adal que me deje ir donde mis padres, solo que no encuentro el momento de hacerlo.Es mejor que espere, ya recordé que no
—¿Puedo saber qué es lo que tanto te causa risa? —escucho una voz familiar, doy media vuelta y mi humor se va hasta por los cielos.—Me distraje, ahora iba por ti y si me disculpas puedo dejar a fifí, a su camita para luego darme una ducha.++Adal++လAceptar la verdad es una complicación, no me siento listo para admitir lo que siento y lo que quiero.Lucero y mi amigo Alfonso me están indicando que puedo dar por terminado el matrimonio, que ya no es necesario que los dos estemos fingiendo, dado que el dinero y el poder de la herencia se me ha entregado y sin ningún problema puedo terminar el contrato.Eso me ha caído como agua helada, no estaba listo y no me siento preparado para dejarla ir, ¿por qué ahora? ¿Hmmm? No comprendo por qué los dos insisten en que me deshaga del matrimonio que tengo con Gisela, por qué no puedo el año que tenía estipulado. Es que no lo veo necesario, no cuando los dos estamos más unidos que nunca, intento comprender esta bendita señal de mierda.Hace un mo
Estos dos me creen capaz de tal cosa, no quiero admitirlo, pero también tengo miedo de la separación que los dos lleguemos a tener. Una oscuridad que está en el fondo de mi ser me dice que es mejor la separación en este momento antes de que sea tarde, sin embargo, está el otro lado que me dice que viva el día a día, que no le ponga mente a los miedos e inseguridades.—No lo considero, estoy seguro de que las cosas terminarán mal y no para ti.¿Tan malo soy?Bueeeno, ese es su pensar, no puedo hacer nada con eso, intentaré ser una buena persona con ella, me considero que lo he sido, pero ahora que Lucero y mi amigo han estado insistiendo en lo malo que soy y del sufrimiento que puedo causar al corazón de Gisela.Voy a hablar con Gisela, quiero que ella misma me diga que tiene miedo de que la lastime, que sea un maldito hijo de puta.—Me voy, no te preocupes y no olvides en preparar las maletas —lo sentencio con tono divertido, me dirijo hacia la salida—, no olvides las maletas, no las
++Gisela++Mi corazón se estrujó de la preocupación por que fifí muera, todavía no me convence de que ella está bien, ¿por qué no me la entregaron? Al diablo todo aquello, “conmigo estará bien, ella se recuperará pronto”. No, estoy segura de que me está mintiendo.Lucero y Adal me han pedido que me tranquilice, que confíe en las palabras del veterinario. Ya ha pasado un día completo y con el remordimiento de no poder ir a visitar a la perrita.Me acosté y abracé mi cara en la almohada, analizando la situación de como la perrita pudo enfermar, cómo pude ser tan descuidada o las cocineras. No, las cocineras no tienen nada que ver.Unos minutos más tarde, la puerta del baño se abrió y él estaba de pie, medio desnudo, con agua goteando de él. Se acostó sin ser molestado, como si me diera tiempo para disfrutar del rostro, y se acostó a mi lado. Ah, pronto se aburrirá, no he dejado de dejar de hablar de la perrita y de lo mal que la está pasando.No ha dicho una palabra desde que entramos e