Anabelle
Vampiros, ellos existen.No puedo quitarme esa imagen de mi cabeza, esa muchacha intentando morder mi brazo y al lograrlo como escupió mi sangre, todo me parecía tan raro y confuso en estos momentos. Esa noche me quede dormida, cuando los rayos del sol llegaron a mi ventana y quite la silla que bloqueaba la puerta principal, para cuando mi madre llegara no sospechara.Esa semana que trascurrió me hice la enferma para no ir a la escuela, además no quería enfrentarme a la cruda realidad. Para la otra semana me era imposible volver a fingir que estaba enferma.—Anabelle ¿Te sucede algo? Te siento aislada, ya casi no hablas conmigo —Mi progenitora intenta tocarme la frente pero la esquivo— ¡Estas súper pálida! Intenta sacarme algún tema de conversación, pero mi mente solo tiene una palabra ¡Vampiros!—Simplemente es que me he sentido muy mal y aún estoy débil.Recojo mi mochila para esperar la guagua y antes de salir de mi cabeza, mi madre intenta agarrarme para contarme algo y toma mi brazo izquierdo la cual contiene la mordida. El dolor es insoportable, me agarra el brazo con más fuerza para que no me vaya, mientras que tenía que todo estaba bien, que no me dolía ni un músculo.— ¡Se te olvidaba tu merienda, boba!Suelta mi brazo rápido y le doy mi mejor sonrisa mientras salgo de mi casa corriendo para la parada de mi autobús. Estoy siendo demasiada desconfiada, con cualquier ruido a mí alrededor estoy a la defensiva, me asusta la mínima cosa, incluso el aire de hoy se encontraba bastante pesado y sospechoso.—Vecinita acosadora…Doy un brinco cuando me susurra al oído. ¿Por qué siempre aparece y desaparece tan rápido?—Eres un idiota. ¡Me he pegado tremendo susto!Zac comienza a reírse y yo solamente me limito para no golpearle bien fuerte.— ¿Qué haces acá tan sola?—Espero el autobús para ir a la escuela —Cruzo mis brazos mientras acaricio mis brazos y ansió la llegada de mi medio de transporte. — ¿Por qué tanto interés en mí?—Eres mi vecinita acosadora, además aquella noche me mostraste que eras una muchacha misteriosa —Se muerde suavemente su labio inferior y comienza a mirarme, logrando que me ponga nerviosa— ¿Te paso algo en tu brazo?Me pongo a la defensiva y lo oculto rápido.—Un arañazo.—Un fuerte arañazo entonces.— ¿Qué te importa Zac?El sonido de mi autobús me salva la vida y sin despedirme de él, salgo corriendo de su vista. Subo al autobús, miro la mordida e intento olvidarme aquel momento. La chica intentando matarme y descubrir ese día los vampiros existen, me ha perturbado mi existencia en semanas.Llego a la escuela sin contratiempos, mientras estoy a la expectativa de alguna actividad paranormal, cuando Taylor llega a mi campo de visión. Viene corriendo hacia mi dirección y no me da tiempo a reaccionar cuando está en frente de mí.—Ana ¿Te sientes mejor? Me he sentido fatal porque sé que ese resfriado lo cogiste de mi fiesta —Me abraza bien fuerte mientras que trato de jalar mi brazo para que no coja un mal golpe o se lastime aún más.—No, tal parece que fue un catarro que estaba encubando y bueno la fiesta fue el punto final al asunto. Gracias por preocuparte linda.Trato de escurrirme y llegar a mi casillero, pero seguía con Taylor detrás de mí.—Oye, no quiero sonar chismosa pero ¿Ese chico de la fiesta es tu novio?Trato de no atragantarme con mi saliva al escuchar eso.— ¿Qué? ¡NO! ¡NO!Taylor respira y suelta aire exageradamente, para sonreírme de una manera bastante superficial.—Es que de este pueblo conozco prácticamente a casi todos los penes, me sé los tamaños y sabores de cada uno, pero ese, ¡Dios! Ese nunca lo he probado, además el chico es sumamente guapo.Ruedo los ojos sin que me vea, creo que es demasiada información innecesaria para mí. Así que corto rápidamente su intervención.—Es mi vecino, vive al frente de mi casa.— ¿Es nuevo? ¿No? Porque nunca lo había visto en mi vida.El timbre de inicio de clases interrumpe nuestra conversación y voy a mi primera clase. Me siento al lado de la ventana y al poco rato se posa un cuervo bien grande, me mira fijamente y aunque intento espantarlo se queda mirándome.Me cambio de asiento asustada, pegado a la puerta de salida y al fijarme en la ventana ya este no estaba. Respiro profundamente e intento quitarme de la cabeza esas ideas raras y tontas.(…)No he atendido a ninguna clase, simplemente me he mantenido pensando y pidiendo con urgencia la hora de salida. Llego a mi casa, subo a mi habitación para despojarme de mi mochila y retirarme la bandita que tengo en la mordida.Por lo menos ya va teniendo una buena pinta y se está sanando poco a poco. La unto de pomada antibacterial y la dejo un poco al aire libre. Agarro mis libretas para sentarme en el balcón de mi casa para realizar mis deberes y aprovechar el sol que aún está en el ambiente.¿Saben? Nunca había amado tanto el sol como en estos momentos. La luz me da en el rostro y solamente quiero sonreír, pensar que me estoy volviendo loca, pero todo se esfuma cuando observo que en la casa de al frente donde mismo vive Zac, un señor de casi 50 años con piel pálida, ropa algo antigua, me está observando fijamente y de la nada siento el sonido de un cuervo posado en una de las macetas de mi madre.Grito con fuerza y le tiro la goma de borrar que tengo en mis manos para espantarlo, pero este sigue haciendo el mismo sonido espeluznante.Entro a mi casa corriendo, cierro todas las puertas y ventanas, e incluso cierro las cortinas para que nadie me observe. Me acomodo espantada en el piso y agarro con anterioridad un cuchillo para protegerme.¿Es nuevo? ¿No? Porque nunca lo había visto en mi vida.— ¡Oh, por dios! Ellos serán también vampiros.Me tapo mi boca asustada, realmente estuve cerca de Zachary y pude morir, pero ya me hubiera matado y no me tendrían con esta incertidumbre. ¿Los vampiros no se mueren con la luz del sol? Zac estuvo hablando conmigo con la luz del sol—Calma Anabelle, calma.El teléfono de casa comienza a sonar y siento el miedo recorrer por todos mis músculos hasta llegar a mis huesos. Camino suavemente y lo agarro con miedo hasta escuchar la voz de mi madre preguntando el porque me había tardado. Al final su llamada era para decirme que debía quedarse en el hospital hasta por la mañana. Trato de decirle que no me quería quedarme sola, pero fue inútil ya que no acepten acompañantes.Me levanto del piso para observar a la ventana y sigue el mismo señor mirando fijamente.Esta sin dudas va hacer una noche bien larga.AnabelleYa el sol comienza a ocultarse y mi ansiedad ha aumentado. Según el tutorial de YouTube de “Como matar a un Vampiro y no morir en el intento” necesito un sin número de artículos que ni en mil años lo voy a conseguir.Me doy en mi frente mientras sigo navegando en Google buscando algunas respuestas para mis preguntas ilógicas. Me percato que todo esté cerrado, trato de buscar unos dientes de ajo en el refrigerador para echarlos en agua y rociarlos al primero que intente entrar en mi hogar. Busco una linterna que brille bien fuerte, la cual mi madre tenía escondido en una de las gavetas de su cuarto. Solamente me queda esperar…Son la 1 de la madrugada, comienza a soplar el viento más fuerte de lo normal. Se escucha como las hojas de mis plantas del balcón comienzan a sonar en la ventana. Y de pronto comienza a llover fuertemente, me acerco para divisar el nivel de desastre que ha dejado el viento y el cielo se encuentra totalmente rojo, pero el cuervo no ha salido de mi balc
AnabelleMe despierto de golpe, mi cabeza me duele mucho y me siento aturdida. Comienzo a observar las paredes, son oscuras y bastantes irregulares. Me levanto como puedo del colchón sucio y con mal olor, comienzo a tocar las paredes y me doy cuenta que me encuentro en una cueva. Mi pie se encuentra amarrado con una cadena de hierro que me aprieta el tobillo. La puerta es de madera casi a punto de podrirse, desde afuera se visualiza una luz tenue.Me vuelvo acostar en un rincón de la habitación, sobo mis brazos por el frío que mantiene esta habitación, sumándole mi ropa mojada. Mi pelo aún no se ha secado del todo, por lo que calculo que no llevo mucho tiempo acá, incluso parte de mi ropa está bastante húmeda principalmente la interior. Seco mis lágrimas con rabia, no tenía que haber huido de casa, tenía que enfrentar a mi madre y decirle sobre la mordida. Pero decidí ser cobarde y correr como una tonta, en una ciudad llena de vampiros. La puerta comienza a sonar y me pongo a la defe
AnabelleNunca iba a poder imaginar que mi vecino, es un maldito vampiro. Estuve siempre custodiada por ellos y yo simplemente viví mi vida como una lunática. El llamado Zachary se levanta de su asiento, juega con unas llaves y se acerca con una sonrisa juguetona en su rostro.—Ya veo que me recuerdas, vecinita.—Claro que sí, eres el vecino acosador que se masturbaba al verme por la ventana. Comienzo a desafiarlo, pero solamente me gano una sonrisa de su parte. Se acerca cada vez más y toma mis manos. Su tacto es frio y mi piel se eriza al momento, de manera involuntaria, aunque de momento me quita las cadenas de mi muñeca. Siento un pequeño alivio y enseguida masajeo esa zona tratando de aliviar un poco el dolor. Zac se aleja de mí, tengo la cabeza agachada masajeando mis manos y mirando la capacidad de huir de este lugar. — ¿Puedes levantar tu cabeza?Hago exactamente lo que el señor me pide y levanto mi rostro, mientras que ellos me miran fijamente.— ¿Cuál es tu nombre chica?
Siento distintas voces que me llaman, escucho a mi madre hablarme a una hora específica pero mi cuerpo no reacciona, solo oigo su llanto y desesperación. Comienzo a mover los dedos de las manos, pero poco a poco para demostrarle que sigo acá, que no me he ido. Mi cuerpo parece que quiere reaccionar en conjunto, porque puedo mover mi mano completa y con mucho esfuerzo, empiezo abrir mis ojos. La luz brillante me ciega y me aturde un poco, pero me voy adaptando poco a poco a la claridad de la habitación. Parpadeo varias veces, para darme cuenta que estoy en una habitación blanca de hospital. Pero, ¿Cómo llegue a este lugar?Un doctor llega corriendo a mi cama, mientras que yo sigo asimilando que acabo de despertar y no me acuerdo de nada.—Muy bien, primera pregunta linda ¿Recuerdas cómo te llamas?—Anabelle Saltzman.Las palabras salen por si solas, busco con la mirada a mi madre quien enseguida sale a mi rescate, me abraza fuertemente con lágrimas en sus ojos.— ¿Sabes dónde te encue
AnabelleUna nueva vida, un nuevo hogar, nuevas amistades, nuevo ambiente y nuevas aventuras. Esas son las definiciones que mi madre me ha recordado en todo el viaje, hacia nuestro nuevo hogar. Nos mudamos para el pueblo de mi padre, donde es nativa mi familia paterna y según los cuentos de mi madre, ellos la habían fundado hace años, el cual tiene por nombre Oblodville, pero es realmente conocida por Sangre Blanca por las leyendas fantásticas que se cuentan. Abro la ventanilla del auto y la brisa se siente tan fresca, tan limpia, tan pura. Enseguida saco una mano para sentir el viento entre mis dedos y como mi cabello comienza alborotarse.—Cariño, vas amar al pueblo.Mi madre se encuentra súper entusiasmada con el nuevo capítulo de nuestra historia y más que el hospital del pueblo la habían aceptado como uno de sus doctores principales.—Confió en ti, sé que todo nos va a salir bien.Le sonrió a mi madre, para luego cerrar la ventanilla y sumirme en mis pensamientos. Realmente teng
AnabelleLlevo 2 semanas en este pueblo y se han reportado 3 desaparecidos. Mis ejercicios matutinos se han cancelados, he optado por hacer ejercicio en casa protegiendo, principalmente después de ese grito tan horrible que escuche y de los toques de quedas tan absurdos. Mi mamá comenzó a trabajar y por suerte sus turnos son bastantes flexibles, aunque estoy rezando internamente para que no le pongan guardias nocturnas. Hoy comienzo mi segunda semana de clases. Todos me recuerdan que mi familia fue una de las fundadoras de este pueblo e incluso me hacen recordar la historia que me ha contado mi madre, más de una vez, creo que ya he perdido la cuenta.Suelto mis libros con fastidio en mi mochila y me dirijo hasta mi próxima clases cuando una chica intercepta mi camino y me muestra un papel.—Hoy es noche de romper reglas, voy hacer una fiesta prohibida en el bosque blanco ¿Vas a ir?La muchacha de pelo negro, textura mediana y de pocas curvas me muestra una hermosa sonrisa y me sigue