Anabelle
Ya el sol comienza a ocultarse y mi ansiedad ha aumentado. Según el tutorial de YouTube de “Como matar a un Vampiro y no morir en el intento” necesito un sin número de artículos que ni en mil años lo voy a conseguir.Me doy en mi frente mientras sigo navegando en G****e buscando algunas respuestas para mis preguntas ilógicas. Me percato que todo esté cerrado, trato de buscar unos dientes de ajo en el refrigerador para echarlos en agua y rociarlos al primero que intente entrar en mi hogar. Busco una linterna que brille bien fuerte, la cual mi madre tenía escondido en una de las gavetas de su cuarto.Solamente me queda esperar…Son la 1 de la madrugada, comienza a soplar el viento más fuerte de lo normal. Se escucha como las hojas de mis plantas del balcón comienzan a sonar en la ventana. Y de pronto comienza a llover fuertemente, me acerco para divisar el nivel de desastre que ha dejado el viento y el cielo se encuentra totalmente rojo, pero el cuervo no ha salido de mi balcón y sigue mirándome.Mi corazón sigue latiendo fuertemente con cada relámpago que hace que toda mi casa se ilumine. Comienzo a buscar velas por si la luz decide irse, para estar completamente alumbrada y busco también mi laptop para entretenerme en algo.Miro mi reloj y todavía no pasan de las 2 de la madrugada, la lluvia está mucho más intensa. Debo admitir que odio este clima, odio estar sola en medio de una tormenta con relámpagos.Vuelve a sonar insistente las ramas de las plantas con el cristal de la ventana, yo me quedo quieta en el sofá de mi casa esperando a que todo se calme. El viento era cada vez más insistente, la lluvia sonaba mucho más fuerte y los relámpagos iluminaban casi toda la casa, pero mi cansancio fue tanto que termine rendida en el sofá y al despertarme aún seguía lloviendo.— ¿Había alguna tormenta en especial?Me pregunto mientras me levanto y camino hacia la ventana principal para ver el desastre que causo la tormenta. Mi cansancio es enorme y los ojos se me cierran solos, cuando mi mamá abre la puerta con un señor que le está cargando unas bolsas de compras.—Pase señor —Le dice mi madre vestida aún con su uniforme de doctora y su pelo se encuentra bastante alborotado— Ana ¿Cómo pasaste la noche? Mira es el señor Andrew que me está ayudando a cargar las compras que hice ayer pero no pude traerlas.—Hola Andrew, mucho gusto.Lo saludo y me quedo observándolo un momento para luego desviar mi mirada a la calle.—Tremenda lluvia la de anoche.Comienza hablar el señor quien no le quita los ojos a mi madre.—Sí, parece una tormenta huracanada. —Respondí rápido y me acerque al hombre para quitarle las bolsas que tenía en su mano.Simplemente no me daba buena espina este hombre, sus ojos se sentían vacíos, su piel es pálida y puedo jurar que en cualquier momento va a intentar asaltarnos y mordernos, ¿Sí? Me estoy volviendo bastante paranoica. El señor se despide, volviendo a examinar la casa y literalmente le cierro la puerta en la cara.—Que poco amable has sido Anabelle, el pobre hombre solamente quería ayudarme.—No me daba buena pinta mamá. —Le respondo mientras escondo disimuladamente el experimento de ajo anti-vampiros— ¿Qué tal la guardia?Mi mamá resopla y guarda las latas de leche en el refrigerador. Se acomoda el pelo en una coleta y saca la bolsa de pan para prepararse un bocadillo.—Agotador, como todos los días. ¿Te enteraste que hay otra chica desaparecida?Intento ocultar mi nerviosismo y sin darme la cuenta me encontraba rascándome la mordida, mi madre se percata de la herida y de forma rápida toma mi mano para examinarla.— ¿Qué te paso? Anabelle ¿Desde cuando tienes está herida? ¿Es una mordida?Le quito el brazo bruscamente y lo escondo de su vista, mi madre se cruza de brazos y espera mi respuesta—Fue un gato.—Un gato no hace eso, sabes que soy doctora ¿Qué te paso Anabelle Saltzman?Trato de morderme la lengua, no le voy a decir que una chica loca me mordió, que existen los vampiros y que posiblemente puedo ser la próxima muchacha que desaparece.—Estoy esperando una respuesta Anabelle.Me quedo callada, mirando al piso cuando siento el sonido del cuervo en mi portal. Cansada de ver al pájaro ese en mi casa, agarro la escoba y salgo para espantarlo, pero este simplemente no se mueve.— ¿Qué haces Anabelle? Es solo un cuervo. ¿Te sucede algo?Me grita mi madre al ver mi estado de estrés. Comienzo a tener un ataque de ansiedad, esta ciudad me abruma y al alzar la vista hacia la casa misteriosa, veo al señor de ayer mirándome fijamente. Mi madre sigue gritando mientras mi vista sigue fija a esa casa, pero mi cuerpo solo reacciono a una cosa, correr.No me importaba que estuviera lloviendo, que ya estaba oscureciendo, los gritos de mi madre. Solo necesitaba desahogarme y aliviar mi estrés.Después de mucho correr, de agotarme, de sentir las gotas de lluvias y comenzar a sentir frío, decido parar en el medio de la nada. Mi respiración agitada comienza a calmarse y empiezo a mirar en donde estoy. Todo a mi alrededor está casi oscuro y veo muchos árboles, mucho silencio.No he traído mi teléfono y me lamento muchísimo. Comienzo a caminar con un rumbo fijo, cuando la lluvia sigue constante y la noche ya está en su máximo esplendor. Abrazo mis brazos cuando comienzo a sentir frío y estoy atento a cualquier ruido raro.Me encuentro ya en la calle de mi barrio cuando veo dos figuras caminando para mi dirección, trato de acelerar el paso pero alguien interrumpe mi camino y al alzar la vista, es la misma chica que me mordió ese día.Mi respiración comienza agitarse y en mi garganta se forma un nudo, intento gritar pero no sale nada de mi garganta. Solamente visualizo a las 3 personas que están al frente de mí.—Tranquila linda, no te va a doler nada. Comienzo a caminar para atrás, necesitaba huir y me dispongo a correr pero me encuentro aislada por otra persona. Son 4 seres “vampíricos” los que me tienen acorralada y les tengo miedo.— ¿Qué quieren conmigo? Sé que con vampiros, si van a morderme háganlo ahora.Los 4 comienza a reírse y solamente me confunden más. Mi cuadra está muy desolada, las casas están oscuras, nadie se asoma a las ventanas, la única luz es la que brindan los postes eléctricos. Solamente cierro los ojos y no siento nada.—Niñata, no te vamos a matar —Habló un chico de voz grave, no puedo verle el rostro porque tienen unas capuchas y la luz del poste no me deja observar bien— El jefe tiene otro destino para ti.— ¿Jefe?No puedo decir más nada porque siento un paño en mi nariz, trato de forcejear con la poca fuerza que me queda, pero mi cuerpo comienza apagarse y mis ojos se cierran.AnabelleMe despierto de golpe, mi cabeza me duele mucho y me siento aturdida. Comienzo a observar las paredes, son oscuras y bastantes irregulares. Me levanto como puedo del colchón sucio y con mal olor, comienzo a tocar las paredes y me doy cuenta que me encuentro en una cueva. Mi pie se encuentra amarrado con una cadena de hierro que me aprieta el tobillo. La puerta es de madera casi a punto de podrirse, desde afuera se visualiza una luz tenue.Me vuelvo acostar en un rincón de la habitación, sobo mis brazos por el frío que mantiene esta habitación, sumándole mi ropa mojada. Mi pelo aún no se ha secado del todo, por lo que calculo que no llevo mucho tiempo acá, incluso parte de mi ropa está bastante húmeda principalmente la interior. Seco mis lágrimas con rabia, no tenía que haber huido de casa, tenía que enfrentar a mi madre y decirle sobre la mordida. Pero decidí ser cobarde y correr como una tonta, en una ciudad llena de vampiros. La puerta comienza a sonar y me pongo a la defe
AnabelleNunca iba a poder imaginar que mi vecino, es un maldito vampiro. Estuve siempre custodiada por ellos y yo simplemente viví mi vida como una lunática. El llamado Zachary se levanta de su asiento, juega con unas llaves y se acerca con una sonrisa juguetona en su rostro.—Ya veo que me recuerdas, vecinita.—Claro que sí, eres el vecino acosador que se masturbaba al verme por la ventana. Comienzo a desafiarlo, pero solamente me gano una sonrisa de su parte. Se acerca cada vez más y toma mis manos. Su tacto es frio y mi piel se eriza al momento, de manera involuntaria, aunque de momento me quita las cadenas de mi muñeca. Siento un pequeño alivio y enseguida masajeo esa zona tratando de aliviar un poco el dolor. Zac se aleja de mí, tengo la cabeza agachada masajeando mis manos y mirando la capacidad de huir de este lugar. — ¿Puedes levantar tu cabeza?Hago exactamente lo que el señor me pide y levanto mi rostro, mientras que ellos me miran fijamente.— ¿Cuál es tu nombre chica?
Siento distintas voces que me llaman, escucho a mi madre hablarme a una hora específica pero mi cuerpo no reacciona, solo oigo su llanto y desesperación. Comienzo a mover los dedos de las manos, pero poco a poco para demostrarle que sigo acá, que no me he ido. Mi cuerpo parece que quiere reaccionar en conjunto, porque puedo mover mi mano completa y con mucho esfuerzo, empiezo abrir mis ojos. La luz brillante me ciega y me aturde un poco, pero me voy adaptando poco a poco a la claridad de la habitación. Parpadeo varias veces, para darme cuenta que estoy en una habitación blanca de hospital. Pero, ¿Cómo llegue a este lugar?Un doctor llega corriendo a mi cama, mientras que yo sigo asimilando que acabo de despertar y no me acuerdo de nada.—Muy bien, primera pregunta linda ¿Recuerdas cómo te llamas?—Anabelle Saltzman.Las palabras salen por si solas, busco con la mirada a mi madre quien enseguida sale a mi rescate, me abraza fuertemente con lágrimas en sus ojos.— ¿Sabes dónde te encue
AnabelleUna nueva vida, un nuevo hogar, nuevas amistades, nuevo ambiente y nuevas aventuras. Esas son las definiciones que mi madre me ha recordado en todo el viaje, hacia nuestro nuevo hogar. Nos mudamos para el pueblo de mi padre, donde es nativa mi familia paterna y según los cuentos de mi madre, ellos la habían fundado hace años, el cual tiene por nombre Oblodville, pero es realmente conocida por Sangre Blanca por las leyendas fantásticas que se cuentan. Abro la ventanilla del auto y la brisa se siente tan fresca, tan limpia, tan pura. Enseguida saco una mano para sentir el viento entre mis dedos y como mi cabello comienza alborotarse.—Cariño, vas amar al pueblo.Mi madre se encuentra súper entusiasmada con el nuevo capítulo de nuestra historia y más que el hospital del pueblo la habían aceptado como uno de sus doctores principales.—Confió en ti, sé que todo nos va a salir bien.Le sonrió a mi madre, para luego cerrar la ventanilla y sumirme en mis pensamientos. Realmente teng
AnabelleLlevo 2 semanas en este pueblo y se han reportado 3 desaparecidos. Mis ejercicios matutinos se han cancelados, he optado por hacer ejercicio en casa protegiendo, principalmente después de ese grito tan horrible que escuche y de los toques de quedas tan absurdos. Mi mamá comenzó a trabajar y por suerte sus turnos son bastantes flexibles, aunque estoy rezando internamente para que no le pongan guardias nocturnas. Hoy comienzo mi segunda semana de clases. Todos me recuerdan que mi familia fue una de las fundadoras de este pueblo e incluso me hacen recordar la historia que me ha contado mi madre, más de una vez, creo que ya he perdido la cuenta.Suelto mis libros con fastidio en mi mochila y me dirijo hasta mi próxima clases cuando una chica intercepta mi camino y me muestra un papel.—Hoy es noche de romper reglas, voy hacer una fiesta prohibida en el bosque blanco ¿Vas a ir?La muchacha de pelo negro, textura mediana y de pocas curvas me muestra una hermosa sonrisa y me sigue
AnabelleVampiros, ellos existen. No puedo quitarme esa imagen de mi cabeza, esa muchacha intentando morder mi brazo y al lograrlo como escupió mi sangre, todo me parecía tan raro y confuso en estos momentos. Esa noche me quede dormida, cuando los rayos del sol llegaron a mi ventana y quite la silla que bloqueaba la puerta principal, para cuando mi madre llegara no sospechara. Esa semana que trascurrió me hice la enferma para no ir a la escuela, además no quería enfrentarme a la cruda realidad. Para la otra semana me era imposible volver a fingir que estaba enferma.—Anabelle ¿Te sucede algo? Te siento aislada, ya casi no hablas conmigo —Mi progenitora intenta tocarme la frente pero la esquivo— ¡Estas súper pálida! Intenta sacarme algún tema de conversación, pero mi mente solo tiene una palabra ¡Vampiros!—Simplemente es que me he sentido muy mal y aún estoy débil.Recojo mi mochila para esperar la guagua y antes de salir de mi cabeza, mi madre intenta agarrarme para contarme alg