Regresé a mi mesa, pero mientras me sentaba se acercó Mario y se colocó frente a mi mesa.
—¿Sabes dónde se encuentra Nancy ahora?—¿Por qué debería importarme dónde…? —me interrumpió.—Está en el despacho el señor Eduardo, ¿y sabes por qué? —tuve que respirar hondo para contenerme y escucharle porque no había manera de que escapara de lo que fuera que tuviera que decirme.—No, no lo sé.—Pues allí va, Luís estaba molesto por no se sabe qué y la ha despedido, ya no quiere que trabaje para él.—¿Cómo? —pregunté sorprendida.—Así como lo oyes. ¿No te parece que es una putada? Casi todos aquí sabemos que están liados. ¿No tendrás algo que ver—¿Qué fue lo que te dijo mi hermano? —preguntó mientras comíamos. Yo había elegido pescado a la plancha, sabía que no tomaría mucho tiempo de cocción. Tuve que hacer memoria de todo lo que viví en el despacho de Daniel.—Que lo había decepcionado—dije con pesar perdiendo el apetito, Nicolás me miró con una ceja enarcada.—¿Mi hermano decepcionado de ti?—Soy su secretaria, esperaba que fuera más responsable. —dejó los cubiertos sobre la mesa.— Y salir conmigo no es de responsables ¿a que no? — y bajo ningún concepto intentes ponerlo en mi contra, recordé las palabras que me dijo Daniel, nunca se me ocurriría.—Claro que no, de hecho…no me ha prohibido estar contigo. Aunque no creo que le guste a tu padre.&mdash
Pov NICOLÁS HARRISDe pronto sentí que estaba sudando, intenté removerme y mi rodilla chocó contra algo, abrí los ojos y la vi allí sentada en el suelo con la cabeza pegada al sofá donde yo estaba durmiendo, no podía creerme que siguiera allí. Estreché la mano y tomé mi móvil de la mesa para ver la hora. Daban las ocho de la noche, ¿tanto había volado el tiempo? Intenté despertarla, pero estaba sumida en un sueño profundo.Me quité las sábanas como pude antes de que acabara en un baño de sudor. L
Pov RONNIKA BELLWOODHabía puesto en orden el despacho de Daniel lo más rápido que pude y regresé a mi puesto a reorganizar su agenda, quería hablar con Maya, no fue mi intención quedarme a dormir en la casa de Nicolás o la habría llamado antes para informarla, debería estar preocupada. Además, ¿por qué se me iba a ocurrir quedarme a dormir en su casa? Maldita la hora en que me rendí al sueño, solo de imaginarme a Nicolás tomándome en brazos me ponía roja, ¡qué vergüenza! ¿Qué habría pensado de mí mientras lo hacía? Y cuando me dijo que ir&iacut
—Es que no entiendo que me deje justo ahora para irse con él, sabía que tenía que tomar esa decisión, pero no ahora—me quejaba mientras introducía las cosas de Maya en la maleta.—Te molesta que haya decidido quedarse con ese capullo misteriosamente responsable o simplemente porque ahora vas a quedarte sola? —puntualizó Nicolás, no había conseguido impedir que me acompañara a casa. Estaba observando todo lo que había en el cuarto.—Las dos cosas—reconocí.—Menos mal que tienes el bufete para pasar el tiempo, preocúpate cuando ya no tengas que trabajar allí. Por cierto, ya sé que lo hace todo tu padre por ti, pero a modo de pasar el tiempo ¿qué hacías antes de sustituirle a Maya? Debía gustarte algo.—A mí siempre me interesó eh...pues
Seguía durmiendo cuando escuché que llamaban intensamente al timbre, era una tortura. Abrí los ojos y miré la hora en el despertador que tenía sobre mi mesita, daban apenas las seis de la mañana, debía ser el pesado de Nicolás. Me levanté a regañadientes, ayer después de entregarle las cosas de Maya a Luís, acordó en venir a buscarme en la mañana para que nos fuéramos a casa de papá, no me imaginaba que fuera a venir tan temprano, necesitaba dormir.—¡Ya voy! —grité cuando me encontré en el salón, él seguía insistiendo e iba a hacer que me explotara la cabeza. Ni tiempo de quitarme el camisón me había dado. Intenté arreglarme el pelo con los dedos antes de abrirle la puerta.—Buenos días dormilona—tenía esa sonrisa en lo
Entramos en el comedor, la mesa estaba arreglada. Tuve que volver a ver a Sonia y estaba ocupada en su celular, no nos había prestado atención y deseé que fuera así todo el tiempo que estuviéramos allí. Al otro lado de la gigantesca mesa se sentaba Nathan, sonreí emocionada al verlo; había crecido muchísimo desde la última vez que lo vi y era normal porque ahora tenía trece años, la última vez que lo vi fue cuando decidí hacerle una visita sorpresa en su instituto al cumplir los once; lo hice allí porque no quería estar con el resto de la familia. Cuando nos vio se puso en pie en seguida y corrió a darme un abrazo.—¡Ronnie! ¡Has vuelto!—Hola Nathan— lo saludé feliz de poder volver a abrazarlo—¿Cómo te va todo enano?—¿Enano yo? Ya casi
Pov NICOLÁS HARRISNo sabía si había sido una buena decisión aceptar la invitación del padre de Ronnie, pero allí estaba y me daba cuenta de que cuanto más cerca estaba de ella, más atrapado por ella me sentía y no podía evitarlo. Por fortuna llamaron a la puerta de su cuarto a tiempo o habría pasado algo de lo que no habría sido capaz de controlar.Me separé enseguida de ella para abrir la puerta y apareció Nathan, su hermano. Llevaba un pantalón corto y una pelota en la mano.—Ronnie, la piscina, ¿te vienes? — preg
Pov RONNIE BELLWOODNo sabía cuánto tiempo iba a mantenerme en pie, ¡él me estaba besado! Y sentía que me iban a fallar las piernas de la emoción y la agradable sensación, me olvidé de todo concentrándome exclusivamente en el sabor de sus labios y en lo que me hacía sentir. Se separó de pronto dejándome con ganas de más, lo miré a los ojos y él también hizo lo mismo, estaba agitado y yo también.—¿Por qué…o sea, a qué ha venido…? —yo no sabía cómo formular la pregunta. Me mantuvo la mirada por unos segundo