Llegué al salón arreglándome el pelo con los dedos porque estaba descontrolado, Luís y Maya nos miraron con suposición, como si hubiera pasado algo entre Nicolás y yo en la habitación.
—¿Qué? —pregunté al notar que no dejaban de observarnos.—¿Que qué? —me habló Nicolás al oído—que creen que lo hemos hecho en tu cuarto—lo miré con los ojos como platos por lo que acababa de soltarme, pero me sonrió mientras se acercaba a ellos. —¿Y bien? ¿podemos preguntar qué es lo que habéis decidido? —Luís se levantó del sofá.—Los dos cuidaremos del niño —habló Maya, yo sonreí emocionada, era una gran noticia inesperada.—¿De verdad? —preguntó Nicolás incrMe levanté de la cama como de costumbre, me duché y me arreglé para el trabajo.Después de tomarme el desayuno, me despedí de Maya y salí de casa. Estaba notando que el trato de Luís a su vida y a la de su hijo le estaba haciendo más bien que mal, hasta se estaba planteando aceptar su propuesta de irse a quedar con él a cuidar del niño juntos. Yo no podía intervenir en eso, aceptaría cualquiera que fuese su decisión, aunque acabara viviendo otra vez sola.Llegué al bufet temprano como siempre. Ordené mi escritorio, pero me sorprendió encontrar un sobre encima de mi mesa, ¿a quién se le ocurría? Esas cosas se entregaban en persona. Lo tomé y lo observé, iba dirigido a Daniel, pero no indicaba el remitente. Aparte del conserje no había nadie más en el bufet, le pregunté y dijo que no había visto nad
Pov NICOLÁS HARRISA lo largo de mi vida había cometido una infinidad de estupideces, lo reconocía, pero lo que acababa de hacer aquella mañana había sido la más grande de todas, ¿en qué demonios estaba pesando? Sé que había sido una decisión que estaba seguro ayudaría a esa ilusa, pero a mí qué más me daba, era asunto suyo, no tenía nada que ver con eso. No sería la primera persona que despidieran en una empresa por cometer una estupidez cualquiera que fuera. ¿besarla? Me estaba volviendo totalmente loco y sobretodo sabiendo que acabaría e
Pov RONNIE BELLWOODMe vi atravesando el umbral de la muerte. Nicolás acababa de amenazarme después de defenderme ante su hermano, me sentía culpable por tener que ponerlos en esa situación en la que nunca les había visto antes. Ahora estaba a punto de enfrentarme a un Daniel enfadado y estaba aterrada, tenía miedo porque no sabía cómo acabaría aquello.Entré en el despacho y Daniel me ofreció que me sentara, me acerqué y me senté en la silla frente a él. Se quedó en silencio por unos instantes y después se puso en pie
Regresé a mi mesa, pero mientras me sentaba se acercó Mario y se colocó frente a mi mesa.—¿Sabes dónde se encuentra Nancy ahora?—¿Por qué debería importarme dónde…? —me interrumpió.—Está en el despacho el señor Eduardo, ¿y sabes por qué? —tuve que respirar hondo para contenerme y escucharle porque no había manera de que escapara de lo que fuera que tuviera que decirme.—No, no lo sé.—Pues allí va, Luís estaba molesto por no se sabe qué y la ha despedido, ya no quiere que trabaje para él.—¿Cómo? —pregunté sorprendida.—Así como lo oyes. ¿No te parece que es una putada? Casi todos aquí sabemos que están liados. ¿No tendrás algo que ver
—¿Qué fue lo que te dijo mi hermano? —preguntó mientras comíamos. Yo había elegido pescado a la plancha, sabía que no tomaría mucho tiempo de cocción. Tuve que hacer memoria de todo lo que viví en el despacho de Daniel.—Que lo había decepcionado—dije con pesar perdiendo el apetito, Nicolás me miró con una ceja enarcada.—¿Mi hermano decepcionado de ti?—Soy su secretaria, esperaba que fuera más responsable. —dejó los cubiertos sobre la mesa.— Y salir conmigo no es de responsables ¿a que no? — y bajo ningún concepto intentes ponerlo en mi contra, recordé las palabras que me dijo Daniel, nunca se me ocurriría.—Claro que no, de hecho…no me ha prohibido estar contigo. Aunque no creo que le guste a tu padre.&mdash
Pov NICOLÁS HARRISDe pronto sentí que estaba sudando, intenté removerme y mi rodilla chocó contra algo, abrí los ojos y la vi allí sentada en el suelo con la cabeza pegada al sofá donde yo estaba durmiendo, no podía creerme que siguiera allí. Estreché la mano y tomé mi móvil de la mesa para ver la hora. Daban las ocho de la noche, ¿tanto había volado el tiempo? Intenté despertarla, pero estaba sumida en un sueño profundo.Me quité las sábanas como pude antes de que acabara en un baño de sudor. L
Pov RONNIKA BELLWOODHabía puesto en orden el despacho de Daniel lo más rápido que pude y regresé a mi puesto a reorganizar su agenda, quería hablar con Maya, no fue mi intención quedarme a dormir en la casa de Nicolás o la habría llamado antes para informarla, debería estar preocupada. Además, ¿por qué se me iba a ocurrir quedarme a dormir en su casa? Maldita la hora en que me rendí al sueño, solo de imaginarme a Nicolás tomándome en brazos me ponía roja, ¡qué vergüenza! ¿Qué habría pensado de mí mientras lo hacía? Y cuando me dijo que ir&iacut
—Es que no entiendo que me deje justo ahora para irse con él, sabía que tenía que tomar esa decisión, pero no ahora—me quejaba mientras introducía las cosas de Maya en la maleta.—Te molesta que haya decidido quedarse con ese capullo misteriosamente responsable o simplemente porque ahora vas a quedarte sola? —puntualizó Nicolás, no había conseguido impedir que me acompañara a casa. Estaba observando todo lo que había en el cuarto.—Las dos cosas—reconocí.—Menos mal que tienes el bufete para pasar el tiempo, preocúpate cuando ya no tengas que trabajar allí. Por cierto, ya sé que lo hace todo tu padre por ti, pero a modo de pasar el tiempo ¿qué hacías antes de sustituirle a Maya? Debía gustarte algo.—A mí siempre me interesó eh...pues