Logan regresó a su asiento y miró a Vaquero directamente. —Dime qué es lo que sabes. —No te diré nada sin pruebas —contestó Vaquero evasivo—, pero pronto pueden haber. —No me vengas con esa mierd@ y habla claro —espetó Logan. —Solo digo que en tu empresa se perdieron millones de dólares, tú mismo lo viste, ¿qué pasaría si descubres que Cristina tuvo que ver? —Cristina no necesita robarme, al hacerse mi esposa mi fortuna será de ella. —Para los codiciosos jamás es suficiente. —Exacto, y sabes perfectamente quienes han sido los codiciosos en la historia. —Perdóname, pero discrepo contigo, solo tengo un día en esta casa y puedo ver que es una lástima que la opulencia de esta mansión se esté deteriorando, no veo a Maddison siendo codiciosa. Logan cubrió su rostro con las manos. —Nunca sé qué pensar de Maddison —Logan negó con la cabeza y le contó a Vaquero que él le ofreció comprar la naviera y ella no aceptó. —Hermano, hay dos mujeres en tu vida —Vaquero
Cristina cambió el peso de un pie al otro, jugó con su cabello y lo que quería realmente era salir corriendo. Incluso tuvo que sentarse para controlarse, su corazón latía a mil por hora y si antes estaba asustada porque Logan casi la ve con Noah, ahora siente que se desmayará. — ¿Te sientes mal de nuevo? —preguntó Logan preocupado al ver que está muy pálida, Cristina recurre a la estrategia. —No puedes hacer eso Logan, incluso es ilegal —enfatizó con urgencia. Logan la miró incrédulo. —No es ilegal comprometer el sistema si lo hago yo, es mi empresa. —Esa no fue tu idea —negó Cristina enérgicamente—. Eso lo hizo esa insidiosa del demonio que te está metiendo cosas en la cabeza, ¿desde cuándo está tu amigo metido como un parásito en nuestros servidores? Apuesto mi cabeza a que lo hizo cuando la loca vino con ínfulas de dueña. — ¿Acaso importa? ¿O es que hay cosas que descubrir? —Insistió Logan. —No tengo idea, pero no me gusta, me siento atacada y te lo digo en
Logan como hombre de honor detesta la mentira, la traición y el engaño, se levantó de su escritorio y su actitud lo decía todo. Iría a exigir cuentas y no sería bonito. Neo lo interceptó. —Teniente si hay que reventarle la madre a ese tipo no lo hará a la vista de todos y menos con usted recién operado. —Apártate Neo. —Me niego a esa orden señor. Logan lo miró y bufaba de rabia, Neo continuó. —Lobo, ¿qué le pueden decir? Solo más mentiras, ellos no valen la pena, aquí es muy público, es usted el jefe, no se gane una demanda por esos infelices, los agarramos en otra parte. Logan se detuvo. —Me siento un imbécil, maldición Neo, estoy entrenado, no debió pasar esto sin que me diera cuenta. —No se culpe tanto, Lobo, si llegué directo es porque sabía dónde buscar. —Entiendo que tenías que ir directo por Noah porque era CEO, pero ¿cómo supiste que debías buscar lo encriptado en cámaras de seguridad? —Vaquero me dijo que debía buscar los nexos
Logan no podía creer como todo lo que pensaba de su vida no era cierto, sin embargo, él no era un bruto. —Vaquero parece mentira que me digas eso a mí… —Ya te lo he dicho Lobo, es normal que no seas objetivo cuando se trata de tu propia vida. Logan negó con la cabeza. —Solo dime desde cuando sabes que Cristina me engañaba con Noah y por qué no me lo dijiste. —Siéntate, porque ahora que hay pruebas tú y yo conversaremos largo y tendido. Más tarde en la noche Maddison durmió al bebé y lo llevó a su habitación, regresó a la de ella y escuchó que tocaban su puerta. Era Logan. — ¿Puedo hablar contigo? —preguntó. —Claro, voy a tu despacho. —Preferiría estar seguro que hablamos en privado. Maddison acomodó su bata y ató el nudo para que él no la acusara de querer provocarlo y abrió la puerta. —Pasa. Logan entró a la habitación y miró a su alrededor, metió las manos en los bolsillos y por primera vez no está obsesionado por Maddison y su
Vaquero miró a ambos. —Sí, me acaban de entregar los resultados. —Por eso no me contestaban de la aseguradora —les reclamó Maddison—, tomaste mi auto y lo sacaste de la aseguradora para revisar sabe Dios qué, porque pagaste con mi auto tu rabia, yo solo quería hacer un favor a tu madre. — ¿A quién diablos le importa esa lata de sardina? —Espetó Logan—. Te estoy dando cualquiera de tres vehículos seguros, confiables y completamente nuevos y estás empeñada en recuperar ese cacharro. —No tenías ningún derecho a involucrarte. —Lo hice por tu bien —le informó Logan. —¿Por qué no me lo dijiste? —Le increpó Maddison. —Porque sospeché que eran los terroristas con los que se metió tu padre los que quieren enviarte un mensaje, y al parecer no me equivoqué. Maddison y Logan miraron a Vaquero. —Bueno el resultado de las experticias es indeterminado. — ¿Qué es lo que dice? —preguntó Logan. El auto no tenía liga de frenos, así que Alicia tuvo razón, el au
Logan siguió con el tema de conversación, se verdad era un gusto ver a su padre ser el hombre que conocía. —Papá recuerdas Palermo Shipping. —Ahora que hablas de eso lo recuerdo, la empresa de Pamela que heredó Víctor, supongo que ahora es administrada por ustedes. Logan sonrió y no dijo nada. —Yo administro Palermo Shipping y Logan se encarga de su empresa —contestó Maddison. Charles frunció el ceño. —Creí que era más importante para ti tu carrera militar, ¿acaso ya Noah no se encarga de tu empresa? —Él trabaja conmigo papá, pero me retiré del ejército —expresó Logan en voz baja y se le nota su tristeza. Charles miró a Alicia y suspiró. —Supongo que lo hiciste por tu familia y también está bien —todos guardaron silencio y Charles sorprendió a Maddison—, pequeña no te recomendaría dejar que Tom entre a tu negocio, sé porque te lo digo. Maddison quiso preguntar más, pero no quiso ser egoísta, debía permitir que Alicia compartiera con su esposo
Maddison mordió su labio inferior y no podía disimular la risa. —Te faltó estar adolorido. —Me duele —Enfatizó Logan y la sujetó por la cintura, la atrajo hacia él por la pelvis para que sintiera la dureza de su parte baja. — ¿Qué te duele? Preguntó ella con voz ronca, saboreando sus labios y mirándolo fijamente. —Adivina —respondió Logan divertido y listo para besarla. Apenas rozó sus labios cuando Maddison desvió el rostro. —No quiero ser tu premio de consolación porque perdiste a Cristina. —Mujer, eres mi obsesión, no te quería en mi vida y terminé descubriendo que sin ti no puedo vivir. Maddison estaba mareada y sus palabras eran un bálsamo para su alma herida, pero la hiel aún quedaba. —Logan, tú no puedes amarme, me lo dijiste, solo estás despechado. —Yo no estoy despechado, estoy desesperado por tenerte —contestó apretándola en sus brazos. —Y qué hay de Cristina ¿ya no la amas? —Logan contestó con un gemido susurrando en su oreja. —No…—Madd
En la mansión de los Palermo, Charlotte recibió a Tom que regresó triunfante de su viaje, ella se le guindó al cuello riendo y lo besó apasionadamente. Poco le importaba que Víctor estuviera en la habitación y ellos en la entrada de la casa. El servicio ganaba lo suficiente para no meterse en esos asuntos. —Qué loca eres mujer, yo no debería estar aquí —murmuró Tom mientras metía el rostro en los pechos operados y demasiado grandes de Charlotte. —No te preocupes, ¿que nos va hacer la lechuga?, no tiene fuerza ni para mantenerse en pie —rio Charlotte de su propio chiste. —Desgraciado suertudo de Víctor, pensó que todo en su vida siempre sería una maravilla, pero finalmente puedo decir que lo he vencido. —Y a ver dime ¿gracias a quién? —exclamó Charlotte señalándose a sí misma y haciendo una pose de modelo. —Pues debo reconocer que me has ayudado —reconoció Tom. Charlotte lo llevó a su habitación al lado de la de Víctor. Nunca fueron antes tan descarados, pe