Logan siguió con el tema de conversación, se verdad era un gusto ver a su padre ser el hombre que conocía. —Papá recuerdas Palermo Shipping. —Ahora que hablas de eso lo recuerdo, la empresa de Pamela que heredó Víctor, supongo que ahora es administrada por ustedes. Logan sonrió y no dijo nada. —Yo administro Palermo Shipping y Logan se encarga de su empresa —contestó Maddison. Charles frunció el ceño. —Creí que era más importante para ti tu carrera militar, ¿acaso ya Noah no se encarga de tu empresa? —Él trabaja conmigo papá, pero me retiré del ejército —expresó Logan en voz baja y se le nota su tristeza. Charles miró a Alicia y suspiró. —Supongo que lo hiciste por tu familia y también está bien —todos guardaron silencio y Charles sorprendió a Maddison—, pequeña no te recomendaría dejar que Tom entre a tu negocio, sé porque te lo digo. Maddison quiso preguntar más, pero no quiso ser egoísta, debía permitir que Alicia compartiera con su esposo
Maddison mordió su labio inferior y no podía disimular la risa. —Te faltó estar adolorido. —Me duele —Enfatizó Logan y la sujetó por la cintura, la atrajo hacia él por la pelvis para que sintiera la dureza de su parte baja. — ¿Qué te duele? Preguntó ella con voz ronca, saboreando sus labios y mirándolo fijamente. —Adivina —respondió Logan divertido y listo para besarla. Apenas rozó sus labios cuando Maddison desvió el rostro. —No quiero ser tu premio de consolación porque perdiste a Cristina. —Mujer, eres mi obsesión, no te quería en mi vida y terminé descubriendo que sin ti no puedo vivir. Maddison estaba mareada y sus palabras eran un bálsamo para su alma herida, pero la hiel aún quedaba. —Logan, tú no puedes amarme, me lo dijiste, solo estás despechado. —Yo no estoy despechado, estoy desesperado por tenerte —contestó apretándola en sus brazos. —Y qué hay de Cristina ¿ya no la amas? —Logan contestó con un gemido susurrando en su oreja. —No…—Madd
En la mansión de los Palermo, Charlotte recibió a Tom que regresó triunfante de su viaje, ella se le guindó al cuello riendo y lo besó apasionadamente. Poco le importaba que Víctor estuviera en la habitación y ellos en la entrada de la casa. El servicio ganaba lo suficiente para no meterse en esos asuntos. —Qué loca eres mujer, yo no debería estar aquí —murmuró Tom mientras metía el rostro en los pechos operados y demasiado grandes de Charlotte. —No te preocupes, ¿que nos va hacer la lechuga?, no tiene fuerza ni para mantenerse en pie —rio Charlotte de su propio chiste. —Desgraciado suertudo de Víctor, pensó que todo en su vida siempre sería una maravilla, pero finalmente puedo decir que lo he vencido. —Y a ver dime ¿gracias a quién? —exclamó Charlotte señalándose a sí misma y haciendo una pose de modelo. —Pues debo reconocer que me has ayudado —reconoció Tom. Charlotte lo llevó a su habitación al lado de la de Víctor. Nunca fueron antes tan descarados, pe
Maddison por un rato se quedó en la oficina en la oscuridad, no era la terrible penumbra como la que tuvo en El Purgatorio, pero se siente igual de rota. A la acusación de Logan no le ve sentido, pero la amenaza la tiene petrificada. Daniel en cuanto notó que Logan se fue como alma que lleva el diablo se acercó a la oficina y tocó ligeramente la puerta. Maddison le permitió la entrada y Daniel suspira al verla. — ¿Qué pasó ahora? Ustedes estaban bien. Maddison niega con la cabeza. —Lo de siempre, me acusa de ser contrabandista. —Pero cita a ese hombre, el tal Neo, él demostrará que no eres corrupta. Maddison lloró de manera amarga. —Me quiere quitar a Asher —musitó llena de pena y Daniel la abrazó. —No lo permitiremos, eres la mejor de las madres, no eres corrupta y debes poder demostrarlo. —Yo no debí traer a ese hombre cruel a mi vida, él me hace daño y ahora quiere quitarme a mi pequeño. —Maddison Hayley no te derrumbes —le ordenó Daniel. P
Logan furioso quiso pasar por el lado de Maddison, pero no lo resistió y paró junto a ella. —Cristina es una mujer muy tonta, y es que no supo calcular las pérdidas solo pensando en las ganancias, no hay duda que el patrón de las mujeres que me gusta es el mismo. —Ella te abrazó y se va muy campante aun cuando es una ladrona, pero a ella la perdonas y a mí me condenas aun sin pruebas. —Tengo más pruebas de tu culpabilidad que la de ella. —El dinero me lo prestó Tom Stewart, él y mi madrastra son los que están detrás de esto. — ¿Tom Stewart? Para nada sale relacionado, ese hombre ni siquiera está en el país la mayor parte de su vida, él trabaja para el gobierno en instancias muy allegadas al presidente, no iba a ensuciar su carrera con algo como esto. —Para eso me tiene a mí, o más bien mi firma. —Tu explicación es que un hombre que según tus propias palabras ha sido muy amable contigo y que tiene siempre trabajo en las más altas esferas de poder, está involucrado
—Mi vida civil resultó más difícil que Afganistán —comentó Logan masajeando su cuello contracturado. Vaquero con la cara arrugada por el intenso sol que el día de hoy brilla en todo su esplendor aun cuando es temprano. —Creo que la noche que pasamos fue más dura que muchas que pasamos en plena guerra. Logan y Vaquero habían pasado la noche detenidos, en cuanto Farid le dio el golpe a Logan este había respondido lleno de rabia y se había armado una tremenda reyerta. Personal de seguridad del aeropuerto había intervenido y cuando Daniel gritó que Logan y Vaquero eran unos matones de la peor calaña, varios oficiales se dirigieron a detenerlos. Pues Vaquero y Logan no eran fáciles de dominar en un mano a mano, menos por simple personal de seguridad, así que terminaron siendo encarcelados con la peor escoria de New York. —Siempre escuché que la lucha entre bandas en la ciudad era una guerra, hoy podemos confirmarlo —concedió Vaquero bostezando—, menos mal que Paterson pudo
— ¿Qué significa esto? —inquirió Maddison poniéndose de pie. Charlotte tenía los ojos abiertos como platos y estaba petrificada en el asiento. —Esto debe ser un error —musitó, pero Maddison no le prestó atención, todo su interés está en el hombre que acaba de entrar acompañado de tres hombres, a los que ella también conoce. —Qué es lo que le sorprende señora Charlotte ¿no me diga que esperaba a Tom Stewart? Charlotte mostró como un ligero tic le hace torcer y vibrar la boca. Ciertamente no era Tom, era Logan Hamilton. — ¿Qué es lo que pretendes ahora Logan? —Inquirió Maddison. Logan ignoró la pregunta de Maddison y se paró junto a una de las sillas y sus acompañantes en otras disponibles. —Esperaré que tome asiento señora Hamilton, o señora Palermo, aún no sé si desea continuar teniendo mi apellido. Maddison apretó los puños y miró a Daniel, él estaba en shock igual que ella y veía a Logan y a ella alternativamente. —Mi apellido es Palermo, como lo tie
Logan no contestó, la voz elevada de Daniel cantando y la risa de Maddison los hizo voltear, ambos venían con ropa de fiesta, Maddison con un vestido de lentejuelas doradas y Daniel de blanco con una bufanda dorada. —Buenas noches —saludó Maddison, se acercó a Asher y le estiró los brazos, el niño de inmediato se abalanzó hacia ella. Maddison lo llenó de besos y devolvió a Logan. —Te portas bien con tu papá, mi niño —Maddison miró a Logan—, Paquita acostará hoy a Asher. — ¿A dónde van? —Preguntó Logan. —Vamos a bailar —respondió Maddison como si nada. Logan no pudo evitar la mala cara. —Maddison, te he dicho que corres peligro. —Me llevaré todos los guardaespaldas que contrataste y no estaremos solos. —No es momento de salir a bailar, el día de hoy le declaré la guerra a los malnacidos que hicieron de Palermo Shipping el puente de tráfico más grande en los Estados Unidos. —Yo de eso no entiendo nada, lo que sé es que a mi edad no conozco aún un antro,