Saludos, gracias por acompañarme en este bonito amor!
Kendrick Estamos aún desnudos, abrazados y pegajosos. Me acuesto en su vientre, ella acaricia mi pelo y con mi dedo índice acaricié su piel. Aún siento la conexión entre nosotros, se ha fortalecido más y nunca había sentido esto por nadie. Al estar con una chica era solo sexo, nada de caricias y sentimientos. Pero Tiara entró en mi alma, se instaló y cada latido tiene su nombre. Fue más que sexo, somos dos almas compenetradas y he confirmado que ella es mi todo. La quiero en mi vida, la necesito y la protegeré. Fue todo inolvidable, fuimos con calma y no me perdí ningún detalle de su pequeño cuerpo. Su lunar fue mi perdición, justo en su pelvis y amé cada gemido que salía de su apetitosa boca.—Fue mágico Kendrick, no me arrepiento de lo rápido que pueda ser para las personas, nuestra unión —sus dedos mimándome—. Lo congelaré por siempre, por siempre. Me volteé, nuestras miradas conectadas y su sonrisa plena.—Fue en el momento ideal, Sirena —susurré poniendo la barbilla en mis mano
—No quiero que elija entre nosotros —caminé por el cuarto frustrado—. Eso sería horrible para Tiara.—Es difícil, pero no cederé a embustes de Rodrigo, sé quién eres Kendrick —mi papá no se retractará, lo sé—. Jamás, has sido un golpeador, si pasó ese incidente fue justificado. Acepto la fama de rebelde, fiestas, chicas y adrenalina, pero falsos en tu contra no están a discusión. Hablaré con Tiara, es triste su caso, pero no te hundirás a su lado. En cambio, lucharás por sacarla de ese ciclo vicioso llamado maltrato. Las palabras de mi papá son determinantes, tiene razón, pero el amor por mi nena y por protegerla me hace lanzarme hacia el abismo. Tan solo por verla feliz, permito que me hundan y así no tendría que echar lodo a sus familiares. —Podemos usar el vídeo que tienes, Ken, solo basta con que los asustes. Ellos al ver las evidencias se echarán para atrás —comenta Oscar y quiero golpearlo por sacar a colación ese tema. —¿Qué vídeo Oscar? —dice mi papá y nos mira a ambos.—Zu
Sus comentarios son únicos. La risa era tanta que rodé en la cama con ella y se quedó arriba de mí. Ella me hace reír a lágrima, Tiara me golpeó el pecho y se unió a la pavera.—Len… gua… —no puedo por la risa terminar de hablar. Tiara se iba a bajar de mi cuerpo y la sostengo de la cintura. —Eres desagradable —se puso seria mi chica—. Sí, guardo tus fotos desde mucho antes de hablar contigo —logré su confesión y sonrojo—. Eres mi imán, ver cada foto tuya era mi felicidad, pero te debo los corazones, egocéntrico. Empieza a mirar hacia el lado avergonzada y empiezo hacerle cosquillas. Se revuelca en la cama, la inmovilicé y saqué un mechón de su rostro. —No te avergüences conmigo, nena —tracé con mi dedo su mejilla—. Es bonito saber que hiciste eso, pero debo admitir que me desilusionó saber que me debes los corazones —hice pucheros y la besé.Ella responde y acaricia mi cabello. Nuestros besos son la prueba de que vale la pena luchar por nosotros. —Tal vez, pueda tranzar en los c
Bajamos juntos de la patineta, la abrazo y saqué fotos de nosotros. Tiré varias cuando practicaba y estas son las últimas.—Tenemos que comer algo, nena.—Afirmativo —su mano se dirigió a su vientre y la llevé de la mano.Ha pasado la prueba mi nena. Son las 4:30 de la tarde, al entrar a la cocina veo a mi mamá y nos sonríe. —Llegaron justo a tiempo —se limpió la mano con papel secante—. He preparado arroz blanco, habichuelas y carne frita —se me hizo agua la boca—. Esperen en el comedor, tu padre está allí. Tiara se sonroja, siento su tensión y suelto las cosas en la mesa que hay en la cocina.—Mamá, huele delicioso —dije aspirando como perro—. Solo nos lavamos las manos y los acompañamos.La llevé hasta el fregadero, nos limpiamos las manos y le doy papel de toalla. En silencio fuimos hacia el comedor. Mi padre está en la cabeza de la mesa, muevo la silla para Tiara y luego que se acomoda me siento. Quedé al lado de mi papá y nos sonrió. —¡Qué bueno que nos acompañes, Tiara! —Mi
Tiara Entramos al estudio de Kendrick, tan solo entrar me olvidé de todo. Me dirigí hacia la pared de fondo y la foto en grande de nuestro primer beso me dio la bienvenida. Mi corazón se emocionó y acaricié nuestros rostros a través del cristal. Es lindo saber que ocupo un lugar en su espacio. Ken le muestra a todos que soy su amor. Me volteé y encontré la atenta mirada de padre e hijo encima de mí. Mis mejillas se tiñen al darme cuenta de que soy observada en mi locura y en vivo a todo color. Sonreí sin ocultar mi sonrojo y emoción. El papá de Ken está sentado detrás del escritorio con unos papeles en la mano. Kendrick está encima del escritorio y me tiende su mano. Voy hacia ellos, sé la magnitud del asunto. Aunque no lo crean, me siento feliz de defender a Ken. Él me defendió y por primera vez alzaré mi voz. He estado tantos años acostumbrada a callar y soportar. Mi corazón se endurece cada día de tantas cuchillas atacando a mi frágil órgano. Al llegar Ken a mi vida fue un voltaje
—Tranquila, quiero que esperes dos meses —hice muecas y papá me despeinó el cabello—. Te acomodas en esta casa, te dedicas a los estudios y dejas que se calme la marea. Me encargaré de tus gastos, déjame aportar y calmar mis demonios —su voz es un ruego. No estoy muy de acuerdo, pero si se siente mejor de esa forma, cederé. Nunca he tenido que pedir dinero para mis cosas personales y me sentiré rara de inicio. Sin embargo, necesito tiempo para procesar los cambios y el rumbo que tomará mi vida. —Iré contigo a buscar tus pertenencias —sus palabras fueron un bálsamo, temía a ese enfrentamiento—. Hablé con tu madre, está que echa fuego y no quiere que vivas conmigo. Pero me enfrenté a ella, sabe que no hay vuelta de hoja y vienes conmigo. Me imagino el caos, ellos dos son agua y aceite juntos. Con papá molesto debió ser un choque de trenes a toda velocidad. —¿A qué hora iremos? Es mejor ir acompañada a casa, me imagino a mi madre la leona. —Duerme un rato más, cuando estés lista m
—Barbara, ¡déjala, no quiere hablar! —Mi padre me defendió.Los dejé a ellos, ya vacié el armario. Empiezo a sacar mis zapatos y la primera maleta está llena. Voy hacia la segunda, necesito sacar mis revistas y fotos de Ken debajo del colchón. —¡Imbécil!, no podrás con ella y cuando te des cuenta no la aceptaré.—Tú la has tratado mal —papá le sacó en cara—. No coincido con la madre perfecta.Necesito sacar las fotos, la mejor manera es echándolos del cuarto. —¡Vayan afuera y denme silencio! —al gritar ambos se quedaron callados.Ruego que salgan en mi mente y sin poder creerlo se marcha mi madre. Mi padre la sigue, cierra la puerta y respiré profundo. Rápido bajé las dos maletas, alcé el colchón y empiezo a reagrupar las revistas. Mis nervios a mil, espero que no me agarren y al sacarlas las meto en la maleta cerrada. Me empiezo a reír y pienso en Kendrick si me viera en estas. Diría algo para hacerme reír, agarro mis cosas de la coqueta y el dibujo de mi tía puesto en el espejo. E
Esta semana, después del problema con mi hermano, la prensa ha hablado de mí. En la universidad cuchichean al verme por el pasillo, se ríen y sus miradas son constantes. Pero he bloqueado todo, no me quejo porque vale la pena su amor. De vivir en la sombra, ahora mi vida es pública. Llega a cansar esa presión, pero cuando estamos juntos sé que vale todo por lo que estamos pasando y volvería a revivir una tras de otra mi historia con Kendrick. La demanda nunca se realizó, ya que se asustaron de las evidencias. Tendrían mi testimonio, el video de mi madre y nuestras vidas expuestas desde mi punto de vista. Se paralizaron y dejaron todo quieto. Simplemente, agradeceré la ayuda de Aimeth, no puedo negarme y aceptaré su cariño. —No puedo hacer un desaire a mi suegra —dije de corazón.—No es negociable —afirmó Aimeth sonriente.—¡Gracias, muchas gracias! —la emoción es grande y estoy loca por ver a Ken—. Agradezco a todas por ayudarme de una manera u otra. Nunca pensé que ir de shopping fu