Que tengan una feliz despedida de año y un próspero año nuevo. ¡Felices fiestas junto a sus seres queridos!
Kendrick Estamos en septiembre, mi mes de cumpleaños. Nací un diecinueve y cumplo esa edad también. Debería jugar la lotería con ese número, hasta suena bien “1919”. Estoy en el paraíso justo en este momento, pero me siento vacío y quiero disfrutar, pero sin mi Sirena no puedo. Nos encontramos en República Dominicana, en el hotel Gran Bahía Príncipe Punta Cana y es un sueño paradisíaco. Estamos toda la pandilla en la playa Bávaro, me tiene enamorado sus aguas cristalinas, el color turquesa del Mar Caribe y su arena blanca. Pero sin ella es difícil, está en mi mente todo el tiempo y estoy debajo de una sombrilla. El sol presente, el mar al frente y con mis amigos de compañía, sería el escenario soñado con ella. Para colmo el lunes es mi cumpleaños, no obstante me iré antes. Los chicos suponen que estaré la semana sin ella y están equivocados. Es mi día y lo prefiero pasar con Tiara. No importa que sea ayudando a cuidar a su tío o en sus clases. Esa fue la razón del porqué se quedó, no
…Estamos en el restaurante, es abierto, se ve el jardín y está lleno. La música alegre se escucha y se condimenta con la gente sonriendo. Enseguida somos recibidos por una morena sonriente. —¡Bienvenidos! —nos recorre con la vista a cada uno y mis amigos ofrecidos se la hacen más fácil—. ¿Serán solo siete? —Estás en lo correcto, muñeca, ni más ni menos —agregó demasiado efusivo Jorge y se la come con la vista. La seguimos hacia la mesa, se ve la vista perfecta y tenemos la piscina al frente. La noche es refrescante y antes de que se vaya la morena la detengo. Mi toque la confundió y percibí su emoción al ser agarrada por el antebrazo y rápido aclaré. —¿Nos podrías tomar una foto grupal? —sus ojos se entristecen y rompí las ilusiones que se creó—. ¿Si puedes y no te metes en líos? —pregunté y ella asiente como robots. —Por supuesto —se animó de golpe y su voz subió de tono—, es todo un placer poder ayudar —me tiende su mano y coloqué el celular con la cámara activada. Después qu
TiaraEstoy emocionada porque al fin llegó el día, pero no estoy sola, me encuentro con Dorian. Acabamos de llegar al mismo hotel que está hospedado Kendrick, él no sabía que vendría y tengo a sus amigos de mi lado. Quería que disfrutara con su pandilla, además de darle su sorpresa y allá vamos. Estamos en la otro aula del hotel para ocultarnos y arreglé una fiesta para mi amor. Son las cinco de la tarde y estamos cortos de tiempo. Le envié un mensaje a Oscar y todo va bien. Solo un Kendrick malhumorado, hablé con él y su voz era monótona. Mi odioso está recogiendo sus cosas, casi no ha hablado con la pandilla y solo quiere pasar su cumpleaños conmigo. —¡La villa es preciosa! —dijo sobresaltada Dorian y su emoción es contagiosa—. ¡Es hora de ponernos bellas! —Aplaudió efusivamente.Sonreí sintiendo mis petardos explotar por el simple hecho de estar a poco de ver a mi amor.—Manos a la obra —afirmé con los ojos recorriendo la villa—. La fiesta la hemos dejado preparada y Ken haciendo
Su preocupación y cuidado por mí son tan lindos. Rodrigo me besó la frente y lo abracé devolviendo su cariño. Tenerlo a mi lado este día es maravilloso, no tengo a mi mamá y jamás la tendré, pero tengo mucho amor.—¿Estás borracho, hermano? —logré decir en sus brazos y él se carcajea. —Aún no, Tiara, pero pronto lo estaré —nos separamos y sostiene mi mano—. Pero quiero que sepas lo valiosa que eres y no te das el mérito. Has unido a la familia con tu corazón inmenso.—Me harás llorar más —Rodri negó y tomé aire—. Te amo, gracias por estar en este momento —dije con el corazón en mano y me abrazan por la espalda.Al ver por encima de mi hombro conecté con esos ojos oscuros como la noche. Mi adorado Fabian con su sonrisa puesta me hace saber que estaremos bien y me volteé para darle un buen apretón. Nos fundimos y nos apoyamos el uno al otro. A unos pasos detrás de él está Dorian y me tiró una guiñada. Mi sonrisa vence a las lágrimas y con mi dedo pulgar arriba le otorgué a mi amiga.—T
Se ve tan elegante con sus rizos casi llegando a sus hombros, su camisa de botones azul y unos pantalones de vestir gris. Su panza se ve menos, creo que ha bajado un poco de peso o será que mi alegría me hace verlo más delgado.—Vamos Sirena a terminar la noche para empezar la nuestra —me besó de piquito y entramos al salón. Rápido me suelta, me sostiene la mano y nos fuimos a bailar. No hay nada mejor que compartir con mi familia, a veces la verdadera familia no es la de sangre y es la escogida. Entre bailar, compartir con cada uno, veo a Oscar y Oliver apartados en una esquina platicando. Vislumbrar a Oliver es ver a su hermano, solo que su pelo castaño es en forma surfer y sin tatuajes. Me he sentido muy identificada con él en estos días y nos llevamos bien. Me he dado cuenta de que es muy reservado, tiene miedo aún, pero es muy fuerte. Es un niño al que le hace falta amor, lo comprendo a la perfección y es triste que nuestros mismos padres nos abandonen. Él siente que es débil al
Kendrick Estamos esperando la guagua que rentamos para estar todos juntos. Es miércoles el día que empezamos con la aventura, ayer fue día de dormir y en la noche todos nos quedamos en la villa de mis padres. Se encargó la comida y la pasamos estupendo. La primera aventura es para Manatí Park, es el mayor parque temático de Punta Cana. El transporte llegó y subimos. La música pegajosa de la bachata está puesta y algunos de la pandilla están cansados del ritmo. —Cuando llegue a Puerto Rico al dormir, aún escucharé la bachata y bailaré dormido —bromea Timoteo y todos se ríen. Es normal, estamos en su tierra. La bachata hasta de desayuno nos brindan. Tiara se recuesta en mi hombro. El camino fue tranquilo y sacamos fotos. Al llegar al parque, Tiara se adelanta con Oliver y Dorian. Ellos están bien unidos, Oliver la adora. Era de esperarse, mi Sirena se deja amar. Enseguida entiendo por qué la prisa por marcharse, Tiara lo hizo a propósito. Me dejó a solas con Rodrigo. Antes creía im
Me percaté de que Tiara se encuentra pálida y me preocupa. Desde que veníamos en el avión se tuvo que levantar dos veces para ir al baño y se ve muy mal. Ella piensa que le cayó mal el desayuno, pero se ve nerviosa y oculta algo. Se ve preocupada, la conozco, pero como hay muchos testigos no la interrogaré. Le daré su espacio por ahora y luego a solas la atacó a preguntas. Ha llegado la camioneta que alquiló mi papá. Apenas son las 1:00 de la tarde, el calor es fuerte y nos acomodamos. Llegaremos a mi casa, ahí están los carros y luego a su destino. Empiezan a hablar todos a la vez y parece una gallera. Al mirar a Tiara la vislumbré moviendo mucho sus manos en su regazo, pero disimulé mirando hacia la ventanilla. Mis ganas de averiguar me corroen, el tráfico no ayuda y agarré la mano nerviosa de Tiara. Ella alza su mirada, me da su media sonrisa y acaricié su mano. Al llegar, todos se bajan y empiezan a guardar sus cosas en sus carros. El primero en despedirse es Oliver, está adormila
Tiara Gracias a lo despistado que es mi tío, la puerta está sin seguro. No busqué la llave con estos nervios. Solo quería escapar de la mirada de confusión de Ken y con mis miedos a la superficie que no me ayudan a pensar con claridad. En la cocina está mi tío y al darme una mirada me regaló una sonrisa. —¡Hola, Tati, bienvenida! —su efusividad me descoloca—. Estoy cocinando algo rápido —tiene un cucharón en mano—. Fabian me llamó que vendrías antes, él dejará a Dorian y enseguida regresaría a comer. Me ha puesto al tanto de que te encuentras mal, pero deja que pruebes esto y te sanas. No soporto más este peso y me deslicé al suelo. Mi tío silenció, recuesto mi cabeza en la puerta y cerré los ojos. Las lágrimas se escapan a chorro, siento una mano en mi cabeza y al abrir los ojos me reciben los preocupados del tío. Se acuclilló y sus brazos me refugian. Me rindo en su calidez y me ahogo en llanto. —Ayúdame, vamos al sofá, Tati —me ayuda a levantar y me sentó en el mueble. Se f