Este capítulo lo disfruté mucho!!
Sin hablar sostuve la llave, Tiara continúa en la pataleta y suelta, palabras impropias hacia la recepcionista. —¡Inepta, si me pasa algo es su culpa! —gritó exagerada Tiara.Mi chica es de armas tomar cuando no debería serlo.—¡Oh, por favor! —chasqueé la lengua—. Si escuchas ruido, llama a la policía —dije sarcástico y le tiré una guiñada a la mujer.Ella se toca el pecho sonriendo y con la mirada atenta de la empleada le doy otro azote a Tiara en su maravilloso trasero por pintarme de asesino. No esperaré a que cambie de opinión la chica y me fui hacia los cuartos. Pasé las puertas hasta llegar al nuestro y abrí con mi incordia removiendo su cuerpo como gusano. La lancé a la cama, ella se aparta el cabello del rostro y su respiración está agitada. —Tranquilízate, ¿por qué tanto alboroto? —dije frustrado por su comportamiento—. Solo quiero hablar —la miré a esos ojos que amo y su desconfianza duele—. ¡Maldita sea, no me tortures más! —Me senté derrotado en la cama a su lado y puse
Nuestros corazones hacen música y sonreímos juntos. A regañadientes fui a firmar en la recepción y pagué solo una noche. Tiara aprovechó para buscar su bolso y una carpeta en el carro. Busqué la maleta de Tiara junto con mi mochila. Mañana nos iríamos, pero por una aventura juntos antes de volver a la realidad. Aún no le he dicho que quizás su hermano sea mi sangre. Solo quiero que sonría y luego nos ocupamos de los problemas. Me contó cómo conoció a Caleb y que trabaja en “Pizza Hut”. El muñequito vive cerca de la playa, pero jamás lo hizo para lastimarme. Él apareció para ayudarla, su dolor fue menos con la mente distraída y siempre pensó en mí. Entiendo su punto, aunque me hubiera gustado mejor una chica de amiga. Pero con su belleza es lógico que se pegara el muñequito. Al parecer él siempre fue comprensible y tiene novia. Tiara me pidió que cenáramos con Caleb y su novia, pero lo mejor es que comeremos pizza en la playa y con el mar de testigo. Me he calmado al saber que tiene no
Tiara No puedo creer que estemos en el pueblo de Arecibo, pero lo increíble es que estoy en “Xtreme Drivers”. El nombre no les dice nada, bueno, pues, nada más que tirarse en paracaídas. Estamos en un inmenso terreno, mis nervios a mil y me han puesto el equipo. Hay una persona que graba todo, nunca imaginé esta sorpresa y menos mal que no desayunamos. Kendrick me acerca a su cuerpo, nos están dando un breve curso instructivo antes de saltar. Mi mente no registra nada, al menos tengo un experto que saltará conmigo y eso me calma. Hablamos con ellos, son sociables y nos contaron el proceso. Antes de subir al avión, me detengo y Ken me evalúa. —Ken, por si muero quiero dejar grabado lo mucho que me retas a vivir y te amo por siempre. El chico de la cámara sonrió, mis mejillas lucen coloradas y agarré a Ken fuerte de la camisa. Le planté un beso lleno de adrenalina, siento petardos estallando por todo mi cuerpo y muerdo su labio superior. Él besa siempre el inferior, por lo tanto, qui
—El día del vídeo estaba muy enojado, al ver que tu madre y Celia estaban metidas para lastimarte. Le encargué a mi papá que demandará, estaba molesto —sus ojos no se despegan de los míos—. Tu madre, tu propia sangre te lastimaba —todavía me duele ese detalle—. La cosa es que mi papá nunca había visto a tu madre en persona y solo la conocía por lo que platicamos de ella —asentí intentando seguir su conversación—. Al ir a encarar a la Leona se percata que se conocían. Por eso, tanto odio hacia su papá. Mi mamá lo conocía y por medio de Kendrick lo fastidiaba. —Sí, por eso la obsesión conmigo —Ken murmuró y leyó mis aturdidos pensamientos. —¿Qué sucedió? —Necesito que vaya al punto sin rodeos. —Resulta que ella amenazó con sacar a la luz que mi padre la abandonó embarazada. ¡¿Embarazo?! Puedo entender su odio, debió haber sufrido tanto y estar embarazada más. Tiene que ser Rodrigo su hijo. Claro, por eso cuando vi los ojos del papá de Ken se me hacían conocidos. En eso Kendrick ace
Kevin Estoy en el carro frente a la lavandería de Rodrigo. Al salir de los gritos de Barbara (sigo vivo) es imposible hablar con esa mujer. Ella quiere que olvide que existe mi hijo y que continúe mi vida. Pero se equivoca de persona, no puedo olvidar un posible hijo como un par de viejos zapatos. Sé que venir aquí es precipitado, la última vez que vi a Rodrigo no fue amigable. Estaba con los abogados defendiendo a Kendrick y nuestro trato fue tenso. Voy a hablar con él, conocerlo y que sepa que tiene mi apoyo. Por mi parte nunca abandonaría un hijo, pero fue egoísta Barbara y me negó conocer a Rodrigo. Me bajé, voy decidido a todo y al entrar veo en el mostrador a una señora mayor. Ella está contando el dinero en la caja registradora, alza su mirada y me da una sonrisa. En ese instante sale Rodrigo con la cabeza baja, está pendiente de su celular. —Olga, cierra el negocio —al alzar la cabeza sus ojos se posaron en mí—. Voy a salir con mi madre —terminó de hablar apretando la mandíb
Ella se voltea, veo su alivio y en eso escuchamos a Rodrigo gritar. —¡Vamos a terminar esta payasada!—Iremos al restaurante Candela, sabes… —dijo aturdida Barbara y la interrumpí.—Los veo allá —hablé monótono y me dirigí hacia mi carro. Barbara suspira, pero sé que es por ella. Esa mujer no es agradecida y es muy vengativa. Algo me dice que intentará ponerme como el ogro y ella la inocente de la historia. Si trata mal a su hija, no seré la excepción y veo su ira en contra de mí. Estoy de camino, veré el terreno que piso y me prepararé para lo que tenga que pasar. Al estar en la mesa los tres, se siente la tensión alta. Estamos viendo el menú, veo por el rabillo del ojo a Rodrigo y sus ojos son de mi color. —Ordenaré arroz mamposteao, bistec y amarillo —dijo Rodrigo y cierra el menú. Me gusta, pediré lo mismo. Veo que Rodrigo agarra la mano de su madre. Ella está distraída, alza sus ojos y se nota su miedo. —Pediré lo mismo, buena elección. Ves, no somos tan distintos después d
Kendrick Estoy acabando de llegar a casa, veníamos en caravana. No quería separarme de Tiara, si era por mí dejaba su chatarra en Hatillo. No era que lo íbamos a abandonar, luego enviaba a buscarlo. Pero fue imposible, Tiara se negó rotundamente. Al menos me cercioré que llegara bien a casa de su padre. Mi intención era entrar a hablar con su papá, pero mi Sirena no me lo permitió. Según ella, debe conversar con su papá en privado, para calmar todo el lío de su partida. En el camino Tiara iba a llamar a su mamá, me imagino que no fue nada gratificante la comunicación. Nuestra vida siempre es un caos, pero juntos podremos salir a flote. Me percaté que llega mi papá, lo espero en la entrada y rápido lo noto decaído. —¿Qué pasó papá? Me abraza, lo recibo, siento su carga y me preocupa. —¿Dónde está Tiara? —Mi padre puede estar mal, sin embargo, se asegura que su familia está bien. —En casa de su padre y está de vuelta en mi vida —no pude evitar la sonrisa en mis labios—. No import
Al escuchar la línea vacía, me despierto de Babilonia Tiara y tomé de cantazo el Gatorade. Qué rico baja, lancé el pote a la basura y apagué la luz. Voy caminando hacia fuera y marco a Timoteo. Lo mejor de la pandilla es que siempre estamos juntos, nos apoyamos y compartimos a cada momento. Si Oscar no está con ellos es porque los evade y pues ellos respetan. —Dímelo Ken, estabas perdido. Escucho música de fondo, mucha bulla y estoy en mi jeep montado. Activo el altavoz y enciendo el carro. —Estaba detrás de mi chica. —Dime que han vuelto y que ya se acabó todo el drama. —Sí, estamos juntos, la vida quiere que sigamos. No la pienso soltar, jamás. Escucho a los chicos gritando: ¡Eso, eh, wepa, bravo! Me tenía en altavoz, estaban celebrando y sonrío. —Qué bueno porque no soportábamos verte arrastrando los pies. ¡Ha vuelto Ken! —dijo Timoteo y suena acelerado. —Tipo, dile a Tiara que pronto cocinaremos de nuevo —comenta Jorge y se escucha muy feliz. —Jorge tendrás tiempo d