¡Auch!
—¡Oh, cuanto lo siento! No fue mi intención... —reconociendo esa voz alzo la mirada encontrándome con el rostro preocupado de Jackson. Pero de repente mi vista baja a su torso desnudo que está perfectamente trabajado—. ¿Estás bien?Sacudo la cabeza sintiendo mis mejillas teñirse de rojo carmesí. Ojalá y no se haya percatado de que he recorrido su cuerpo sin disimulo.¡Dios! ¡Que vergüenza!—S-sí —tartamudeo poniéndome de pie—. ¿Por qué estás sin camisa en medio del pasillo?Suelta un sonoro suspiro.—Larga historia, pero te lo resumiré —dice cubriendo su torso con una sudadera gris. Cierra su casillero y echamos a andar al campus—. Ayer fue un día largo, tuve que llevar a mi hermano a su práctica de béisbol, un niño le lanzó la pelota en la frente así que tuve que llevarlo a la enfermería ya que se le estaba formando un enorme bulto. Luego tuve que ir a natación pero el entrenador no llegó pues su esposa dio a luz. Una lDe pequeña me gustaba crear historias, escribía cosas que soñaba sucedieran en mi vida, recuerdo que en la clase de literatura la maestra nos mandó a realizar un ensayo sobre la clase de persona que queríamos ser. En ese entonces, mis sueños era ser como mamá, una reconocida artista. Sin embargo al ir creciendo ese sueño fue cambiando, cinco años más tarde deseaba ser doctora, luego maestra y así sucesivamente, hasta que mis planes fueron remplazados por otro que al momento añoraba con todo mi ser. A medida que vamos creciendo, la mayoría de nuestros sueños quedan atrás, es una etapa (al igual que otras que llegamos a quemar) por así decirlo, y luego vamos empleando menos tiempo en fantasear en sueños que solo son eso; sueños. Abandonamos esas creencias e imaginación atrás, ya no nos parece divertido jugar a como lo hacíamos cuandopequeños, de hecho, nos ha dejado de interesar. A los catorce años recuerdo haberle dicho a papá que temía crecer y siquiera re
—Digamos que somos todo lo contrario —comienzo a decir—. Lo más seguro es que seas de los que ve una película romántica y piensa que la trama es cliché puesto que siempre es el mismo final. O tienes tu propia opinión respecto a cómo debió ser el climax de la película. Te parece mediocre la trama ya que los protagonistas no encajan y terminas adelantando la película buscando algo que llame tu atención pero al no encontrar nada acabas odiándola. Me sorprendo de no haber tartamudeado, elevo la mirada hacia Jackson que se encuentra sorprendido, dime embargo, su expresión es remplazada por su típica sonrisa ladeada.—Lamento decirte que tienes un concepto equivocado de mí —alzo una ceja.—¿Ah sí? —indago curiosa.—Ajá —agarra el control remoto seleccionado orgullo y prejuicio, le dedico una mirada de, ¿Es en serio? ¿Esa película?—. Primero, soy amante de lo cliché. Quizás te parecerá extraño pero amo los finales felices aunque piense que es ilógico qu
La alarma suena, e inmediatamente me despierto llendo al baño a tomar una ducha rápida. Luego de vestirme, bajo a la cocina por mi desayuno. Papá se ha marchado esta mañana, escuché que tenía una reunión importante en la editorial. Lo más seguro es que nos haya dejado algún dinero para tomar el bus, aunque quizás a Annie la lleve su novio Ian. Creo que han regresado nuevamente, la verdad es que no entiendo su relación, pero prefiero no opinar al respecto. Agarro uno tostada y salgo de casa, mi rodilla ha mejorado, ya no duele tanto y puedo flexionarla sin ningún problema. El ungüento que me dio Jackson es milagroso, solo lo apliqué dos días, pero fue suficiente para curar la lesión. Le daré las gracias nuevamente.Camino rumbo a la parada, a los pocos minutos llega y subo pagándole al chófer. Este arranca de golpe haciendo que casi me vaya de bruces contra el piso, menos mal tengo los reflejos activos y reaccioné rápido, si no me hubiera llevado un buen golpe. Sos
Baja la mirada a mi pierna cubierta con un pantalón holgado.—Mejor. Tenías razón, el ungüento alivió el dolor rápidamente. Muchas gracias —digo sonriéndole tímida.—Tranquila, no es nada. Que bueno que te sirvió de ayuda —emite llevándose una fresa a la boca. Al cabo de un rato cada uno se dirige a la clase que le corresponde, esta vez no me toca compartir la misma asignatura que Sam, pues ella tiene geografía, mientras que yo tengo física. Ingreso al aula y me siento en mi puesto, saco los cuadernos dejándolos encima de la mesa. Veo a Shannon entrar junto a Becca, como es de esperarse no pasan por desapercibido que me encuentre a tres pupitres de dónde se sientan. Me lanzan miradas y cuchichean entre ellas, de repente observo a la castaña acercarse hacia mí. Finjo que estoy escribiendo, pero una mano cierra de golpe mi cuaderno haciendo que mis dedos queden atrapados dentro.¡¿Pero qué...?!—Me estás lastimando —le digo sin
Mientras espero a que responda, me cambio la ropa por un pantalón ancho de tiro alto, suéter de lana color amarillo y mis clásicas Converse blancas. Peino mi cabello que cae sobre mis hombros, decido quitarme las gafas y atreverme a usar las lentillas que papá tuvo que comprarme por tirar a la basura las que tenía. Sí, me imaginé que eso sucedería, es un maniático con votar las cosas que encuentra abandonadas en algún rincón de la casa. Al menos no tiró mi colección de caracoles que tengo guardado desde hace tiempo, los traje del último viaje que hicimos en familia. Suspiro melancólica.Mi celular suena anunciando un nuevo mensaje, lo abro y veo que se trata de Mckellen.Jackson: Pasaré por ti. Ava: De acuerdo.Bajo al living no sin antes agarrar una mochila pequeña para guardar mis cosas, la libreta y un lápiz. Anoté varias preguntas que le haré a Jackson, creo que así no me quedaré trabada a la hora de entablar una conversación con el pelinegro
El silencio es incómodo, sin embargo, tomo una bocanada de aire y decido continuar hablando.—Me cuesta acercarme a las personas y no sentir que me estén juzgando o que se burlarán de mi —confieso jugando con las manos, nerviosa.La verdad es que contarle algo tan personal a alguien, me parece lo más difícil cuando tienes esta fobia. Es como si te sintieras expuesto ante ella y vulnerable, y lo último que quieres es que los demás te miren con lástima o compasión solo por tener un miedo a socializar, u otra cosa que nos hace diferente al resto. —Entiendo —dice luego de unos breves minutos.Frunzo el ceño.—¿Entiendes? —suelto una risita seca, haciendo que me mire confundido—. ¿Qué vas a saber tú de eso, si no padeces lo mismo? Abre la boca para hablar pero me adelanto.—No puedes comprender lo que siente la otra persona si nunca has pasado por algo parecido. Quizás intentas colocarte en su lugar, sin embargo, no es igua
¿Qué fue todo eso? Jamás me había sentido así, no desde...Donnan.Tan solo la mención de aquel chico que destrozó mi corazón, me revuelve el estómago. Y no, no se trata de mariposas, es de miedo, miedo a volver a enamorarme y que vuelvan a lastimarme. Los recuerdos inundan mi mente haciendo que algunas lágrimas surcan por mis mejillas, sin embargo, las limpio rápido al escuchar la voz de papá.—¿Cómo te fue? —inquiere interesado.Aclaro mi garganta.—Bien, fuimos a Central Park e hicimos un picnic —comento quitándome el abrigo y colgándolo en el perchero.—Oh, que bueno cariño —besa mi frente —¿Quieres un vaso de leche?—No, estoy un poco llena —hago una mueca—. Subiré a mi habitación, buenas noches papá.Al llegar al dormitorio, me despojo de la ropa y cambio por una pijama cómoda, saco las lentillas de mis ojos dejándola en la mesita de noche. Luego de lavar mis dientes me tumbo en la cama boca arriba. Pienso
La semana transcurrió rápida, entre exámenes y encargarme de la librería, al fin había logrado tomar un descanso. Aunque todavía me quedaba un trabajo pendiente; el proyecto de sociología. Menos mal que ya nos faltaba el último paso que era, comprender. Trato de pensar en que acabará todo esto, sabiendo que el propósito de la profesora es el compañerismo dentro de la preparatoria. Cosa que aún no sé si vaya a ser posible. Pero quizás gracias a este proyecto surja amistades, puede que al final de todo, no sea tan malo como pensaba.Espero.Estoy recostada en la cama leyendo un libro, luego de haber llegado de acompañar a papá al súper mercado, ya que en la alacena no había otra cosas más que cereal y galletas de canela. Así que nos vimos obligados a salir literalmente corriendo al mercado por comida. Eso sucedía cuando estábamos cansados de encargar comida rápida, ya que ninguno de los tres quería cocinar. De hecho, a papá se le daba mejor que a Annie y a