Mientras espero a que responda, me cambio la ropa por un pantalón ancho de tiro alto, suéter de lana color amarillo y mis clásicas Converse blancas. Peino mi cabello que cae sobre mis hombros, decido quitarme las gafas y atreverme a usar las lentillas que papá tuvo que comprarme por tirar a la basura las que tenía. Sí, me imaginé que eso sucedería, es un maniático con votar las cosas que encuentra abandonadas en algún rincón de la casa. Al menos no tiró mi colección de caracoles que tengo guardado desde hace tiempo, los traje del último viaje que hicimos en familia. Suspiro melancólica.
Mi celular suena anunciando un nuevo mensaje, lo abro y veo que se trata de Mckellen.Jackson: Pasaré por ti.Ava: De acuerdo.Bajo al living no sin antes agarrar una mochila pequeña para guardar mis cosas, la libreta y un lápiz. Anoté varias preguntas que le haré a Jackson, creo que así no me quedaré trabada a la hora de entablar una conversación con el pelinegroEl silencio es incómodo, sin embargo, tomo una bocanada de aire y decido continuar hablando.—Me cuesta acercarme a las personas y no sentir que me estén juzgando o que se burlarán de mi —confieso jugando con las manos, nerviosa.La verdad es que contarle algo tan personal a alguien, me parece lo más difícil cuando tienes esta fobia. Es como si te sintieras expuesto ante ella y vulnerable, y lo último que quieres es que los demás te miren con lástima o compasión solo por tener un miedo a socializar, u otra cosa que nos hace diferente al resto. —Entiendo —dice luego de unos breves minutos.Frunzo el ceño.—¿Entiendes? —suelto una risita seca, haciendo que me mire confundido—. ¿Qué vas a saber tú de eso, si no padeces lo mismo? Abre la boca para hablar pero me adelanto.—No puedes comprender lo que siente la otra persona si nunca has pasado por algo parecido. Quizás intentas colocarte en su lugar, sin embargo, no es igua
¿Qué fue todo eso? Jamás me había sentido así, no desde...Donnan.Tan solo la mención de aquel chico que destrozó mi corazón, me revuelve el estómago. Y no, no se trata de mariposas, es de miedo, miedo a volver a enamorarme y que vuelvan a lastimarme. Los recuerdos inundan mi mente haciendo que algunas lágrimas surcan por mis mejillas, sin embargo, las limpio rápido al escuchar la voz de papá.—¿Cómo te fue? —inquiere interesado.Aclaro mi garganta.—Bien, fuimos a Central Park e hicimos un picnic —comento quitándome el abrigo y colgándolo en el perchero.—Oh, que bueno cariño —besa mi frente —¿Quieres un vaso de leche?—No, estoy un poco llena —hago una mueca—. Subiré a mi habitación, buenas noches papá.Al llegar al dormitorio, me despojo de la ropa y cambio por una pijama cómoda, saco las lentillas de mis ojos dejándola en la mesita de noche. Luego de lavar mis dientes me tumbo en la cama boca arriba. Pienso
La semana transcurrió rápida, entre exámenes y encargarme de la librería, al fin había logrado tomar un descanso. Aunque todavía me quedaba un trabajo pendiente; el proyecto de sociología. Menos mal que ya nos faltaba el último paso que era, comprender. Trato de pensar en que acabará todo esto, sabiendo que el propósito de la profesora es el compañerismo dentro de la preparatoria. Cosa que aún no sé si vaya a ser posible. Pero quizás gracias a este proyecto surja amistades, puede que al final de todo, no sea tan malo como pensaba.Espero.Estoy recostada en la cama leyendo un libro, luego de haber llegado de acompañar a papá al súper mercado, ya que en la alacena no había otra cosas más que cereal y galletas de canela. Así que nos vimos obligados a salir literalmente corriendo al mercado por comida. Eso sucedía cuando estábamos cansados de encargar comida rápida, ya que ninguno de los tres quería cocinar. De hecho, a papá se le daba mejor que a Annie y a
El timbre resuena en el aula, todos se levantan de prisa y salen del salón apresurados. Yo en cambio, espero a que se vayan la mayoría y me acerco a la profesora dispuesta a entregarle el informe que como siempre, suelo adelantar par salir de ello.—¿Ya lo terminaste? —asiento con la cabeza.—Mckellen no podrá asistir hoy a su clase, me dijo que le avisara a usted para que estuviera al tanto —informo entregándole la carpeta azul de Jackson.—Oh, entiendo, gracias Ava.Sonrío y me despido de ella.Estando en los pasillos, diviso a Sam guardados sus cosas en el casillero, así que me encamino hacia donde está. —Hola —voltea a mi dirección y sonríe.—¡Ava! —me envuelve en un abrazo.—¿Por qué no habías asistido a clases? Pregunto al separarme de ella.—Oh, si supieras —arrugo el entrecejo—. Tuve que quedarme a cuidar a mis hermanos, y le pedí permiso al director. Aceptó porque prometí hacerle el
Es hora de pasar la página y seguir adelante. Pero, ¿Valdrá la pena arriesgarse?—Te luce muy bien ese color —su voz me saca de mis pensamientos.Bajo la mirada al vestido que llevo puesto, e instintivamente acaricio la tela con mis dedos. —G-gracias —titubeo nerviosa—. Tu también te ves bien.Sonríe.—Gracias. Pero, no tienes que darme un cumplido, eso ya lo sé.Agacho la cabeza hacia mi regazo un tanto incómodo, sin embargo, de repente lo escucho soltar una estruendosa carcajada que invade el auto. Volteo a mirarlo confundida.—Tenías que ver tu cara, fue... —continúa riendo hasta que finalmente sus carcajadas cesan—. Es una broma, en serio. Solo quiero que te relajes Ava, te siento tensa y nerviosa cuando me tienes cerca. ¿Acaso te doy miedo? Chasqueo la lengua.—No, no es eso. Sabes que me cuesta ser expresiva, hay cosas que no puedes cambiar de la noche a la mañana —frunce el ceño, por lo que vue
Al bajar del yate me topo con un hermoso panorama. Jamás en mi vida había apreciado el mar de noche, iluminado solo por la luz de la luna y las estrellas que parpadean en lo más alto. El sonido de las suaves olas junto a aquella melodía que se escucha, es una combinación perfecta. Al fondo de lugar se encuentra ubicada una especie de tarima improvisada, donde yace la pantalla que aún no está encendida. Estar aquí es como sentirse parte de aquellas películas musicales, me recuerda a Teen Beach Movie. Lo único que falta es que aparezcan personajes vistiendo de los años sesenta y bailando canciones clásicas. Suelto una risita divertida.—¿De qué te ríes? —aplano los labios olvidándome por completo de que Jackson estaba a mi lado.—Nada —murmuro caminando hacia las mantas que están encima de la arena.—¿Nada? —repite curioso—. Las personas no sé ríen así como así, hay una razón. Chasqueo la lengua.—Vale, está bien. Al ver todo es
Abro el mensaje que acabo de recibir y se trata de papá. Avisa que ya ha llegado a casa. Le respondo que voy en camino para allá.Luego de salir al estacionamiento, subimos al auto y nos marchando del lugar. En todo el transcurso a casa, hablamos de cosas triviales y de vez en cuando compartimos una mirada cómplice. Es una de esa dónde no es necesario hablar para saber lo que el otro piensa. Una conexión que ambos sentimos y no parece incomodarnos a ninguno de los dos. —Nuevamente te agradezco por esta noche, la pasé increíble —digo sincera.—Debemos repetirlo, ¿No lo crees? Alzo una ceja sin entender.—E-eh...—Ava, yo debo confesarte algo —me interrumpe—. Quizás sea muy pronto para ti, pero estoy seguro de lo que siento. Me gustas.Ahogo un jadeo de sorpresa, mis mejillas se han tirando rojas al instante. Miro haci todos lados menos a su rostro, me cuesta creer que esto esté sucediendo.Abro la boca para emi
La sola idea de conocer a su familia me daba un poco de miedo quizás porque imaginaba y no iba agradarle o no sería la clase de novia que Jackson solía tener. Sin embargo, me obligue apartar aquellos pensamientos de mi mente y otro Lidia me agradó.—Me parece perfecto, me gustaría volver a ver a tu madre y conocer a tu padre —digo acomodando las gafas sobre el puente de mi nariz.—Sí, ellos están ansiosos de que vayas a cenar con nosotros un día de estos —de mis labios surca una sonrisa genuina—. ¿Es que es muy pronto que te lleve a casa de mis padres?—¿Por qué lo preguntas? —inquiero.Se encoge de hombros.—No lo sé, quizás porque todavía no hemos formalizado lo que tenemos y además no quiero apresurar las cosas y hacer que te sientes incómoda. Mi padres suelen ser un poco intensos cuando se trata de sus hijos y aunque no eres la primera chica a la que llego a casa, no no pasarán por alto que eres distinta a muchas de las que han ido. ¿