Estamos en casa.
Finalmente.
Bueno, es sólo un decir porque en realidad estamos camino al colegio de Mia. Pero hace una semana que volvimos a California, específicamente a Malibu. A la nueva casa de Patrick. A nuestro nuevo hogar. Es simplemente hermosa. Amplia pero no demasiado extravagante. Tiene un lindo jardín y la parte trasera brinda una vista maravillosa del mar. Tiene muchas puertas y ventanas por lo que la luz y la ventilación es casi enteramente natural.
Mia tiene su propia habitación, decorada a su gusto y nosotros, Patrick y yo compartimos una habitación que parece de ensueño.
Cuando volvimos, él se reunió con los ejecutivos de Depravity para firmar un jugoso contra de trescientos millones de dólares por solo cinco películas, tres de autor y dos blockbuster. Parece una locura que vaya a ganar casi sesenta millones de dólares al año, más o men
Observo la pantalla de mi celular cuando empieza a sonar. Es un número desconocido. Lo observo unos segundos pensando en la posibilidad de que sea Lars.Deja de sonar.Doy un vistazo a Mia, está sentada a unos metros de mí. La casa tiene un estudio muy amplio, en él hay tres secciones. Una para mí, una para Patrick y, sí, una para Mia. Allí puede hacer tranquilamente sus trabajos de la escuela y después puede pintar o leer, depende lo que ella quiera hacer ese día. Mientras tanto, yo puedo trabajar en el guión que he empezado a escribir. El estudio tiene una puerta de tres alas, al abrirlas, se cuela la brisa y deja ala vista un lindo paisaje. Es el lugar ideal para trabajar.Mi teléfono vuelve a sonar.Esta vez es un mensaje. Una nota de voz para ser exactos. Yo tomo un auricular de los que reposa sobre mi escritorio, lo coloco en mi oídoy puedo escuchar:
Tres días. Esa es la cantidad de tiempo que Patrick le ha dedicado a su "nuevo entrenamiento" . Todas las tardes sube al gimnasio y empieza a golpear la pera de boxeo como un desquiciado. Él dice que es parte del entretenimiento para su nueva película. Yo no lo he querido contradecir pero creo que se trata de otra cosa. Creo que es la forma en la que él está intentando aniquilar todo el estrés qué le está produciendo saber que trabajará con el hombre abusó de mí, que además es un hipócrita de primera porque aún pretende ser su amigo, y también por trabajar con quien fue su amante. Sumado a ello está el hecho de que sus papás están atravesando una crisis matrimonial y, como buen hijo, supongo que eso tampoco le ha caído muy bien.Es que lo entiendo, vaya lío. Esto parece una novela.Aclaro mi garganta tan pronto me detengo
—Colorín colorado este cuento se ha acabado.Para el momento en que pronuncio esas palabras, la princesa que está acostada a mi lado ya se ha quedado dormida. Entonces la observo mientras acaricio sus rizos dorados. Y deseo, con todas mis fuerzas, que no crezca, que sea para siempre esta pequeña e inocente niña. A quién engaño, es ley de vida, un día crecerá y tan sólo deseo que sea el doble de fuerte que yo, el doble de inteligente que yo, que tome mejores decisiones, que tenga una vida menos complicada que la mía. Sobre todo eso.Escucho mi celular vibrar, esta sobre la mesa de noche. Me giro para tomarlo entre mis manos lo más pronto posible para que no haga demasiado ruido. Veo la pantalla: Josie. Me levanto con todo e cuidado que puedo ejercer para no despertar a Mia, camino paulatinamente hasta la puerta y cuando finalmente estoy en el pasillo, contesto la llamada.—&i
El lado más razonable de mis pensamientos me dice que estoy actuando de forma masoquista, tal vez, pero mi parte más volátil -la que obviamente me está dominando ahora mismo- me dice que mirar la entrevista en el salón de entretenimiento de la casa, es la mejor forma de hacerlo. Quiero ver la perfecta cara de Cassie Baker en un televisor de cuarenta pulgadas, quiero ver de cerca cada centímetro de ese rostro qué voy a desear golpear hasta tener la oportunidad de hacerlo. Me siento en el cómodo puff negro qué está delante del televisor, mantengo las luces completamente apagadas como si estuviese a punto de ver una película. Patrick toma asiento a mi lado, toma mi mano entre la suya y entrelaza nuestros dedos. Es casi mágica la sensación de saber que lo tengo a mi lado, de verdad, porque así lo ha decidido. En la televisión aparece el logo de "Buenas noches, América", es el programa nocturno más famoso del país, en él acuden los actores, actrices, cantan
Cruzo mis brazos a la altura de mi estómago mientras contemplo el mar desde el estudio. Debería estar allí, en la playa, disfrutando con Mia. O tal vez debería en Palm Springs, en Columbus o en otro lugar lejos. Tranquila. Con mi hija.La sensación de perder el control de todo es abrumadora. Especialmente cuando hace unos días estaba viviendo el mejor momento de mi vida y ahora estoy sucumbida en un mar de incertidumbre y preocupación.Escucho cuando Patrick irrumpe en el estudio, no tengo necesidad de girarme para verlo o escuchar su voz para saber que es él. Mientras se acerca a mí, cierro mis ojos y suspiro profundamente. Con el tiempo he aprendido que todo pasa, los buenos momentos no son eternos pero tampoco los malos. Tarde o temprano esto va a pasar. Y me aferro a ese sentimiento, con fuerza, porque es lo único que tengo como garantía de que las cosas van a mejorar. Eso y el apoyo de Pa
Mi celular suena. Otra vez. Yo, dejo que caiga en buzón. Otra vez. Mi mamá lleva dos días llamando prácticamente a cada hora. He tratado de pasar de todas las llamadas, excepto las de Josie y Karen (para preguntar cómo me encuentro) y Oba que también me ha enviado un par de mensajes para comprobar si me mantengo tranquila en medio de toda esta locura. Aunque no sé si "tranquila" sea la palabra correcta pero al menos no estoy la borde de los nervios, tampoco pienso en arrancarle los ojos a Cassie casa vez que pienso en ella. De resto, paso monumentalmente de todas las llamadas y mensajes. Especialmente las de mi madre.Nunca me ha importado lo que digan de mí, al menos no antes de tener a Mia, pero siempre me preocupado por mi mamá. Y el saber que nunca seré lo suficiente para ella, hace las cosas peor. Dicho de una forma más directa, el saber que ella me considera una escoria es como un fant
Las palabras de Lars se repiten en mi cabeza. Es la arpía más miserable, detestable y asquerosa qué ha pisado la faz de la tierra. Tengo las manos tan apretadas, que lo noto cuando mis uñas empiezan a lastimar mis palmas, pero no me importa, al contrario, las aprieto aún más, me imagino la fuerza que puedo necesitar para darle una paliza a ese cretino hasta que pierda el conocimiento, hasta que olvidé quien es. No, no quisiera que olvidé quien es, quiero que lo recuerde y que sepa por qué elegí golpearlo, quiero que sepa por qué quiero venganza.Mi celular vuelve a sonar. Mi mamá insiste. Por enésima vez. Lo tomo y quiero lanzarlo contra el piso, juro que estoy a punto de hacerlo pero cuando alzo la mano donde lo sostengo, Patrick me lo quita. Yo me giro para mirarlo, enojada, estoy bufando pero creo que he olvidado cómo puedo respirar. Él me dedica una mirada de advertencia, estoy perdiendo la cabeza, lo sé, pero no puedo hacer nada. De repente, la tranquilidad de esfuma una vez más
Delante de nosotros hay una carretera que parece no tener fin. El horizonte parece ser el escondite perfecto del sol que se muestra ya a mitad. De lado, sólo se aprecian kilómetros y kilómetros de tierra. Y de vez en cuando, tramos cubiertos de cactus. Podría haber imaginado cientos y cientos de razones para volver a casa: haberme hecho súper famosa y venir a buscar a mis padres para llevarlos a su nueva casa en un lugar suntuoso de California, podría haber regresado para presentarles a mi prometido, probablemente alguna estrella famosa de cine; es que hasta pude haber regresado con la cola entre las piernas, lista para escuchar una y otra vez cómo invertí en un sueño en el que sólo fracase. Muchos escenarios pero en ninguno volvía a casa después de que Cassie Baker me acusara de querer robarle a su novio. Aclaro mi garganta para llamar la atención de Patrick. Él, a diferencia de mí, luce sereno, con la mirada clavada en la carretera y una mano apoyada en el volante de la camioneta. G