Con una sonrisa, Roberto llevó a Renella a la suite del avión. El interior era hermoso y acogedor con un diseño moderno, lleno de detalles románticos en todas partes. Desde el suelo de madera hasta los cristales curvados que se extendían por las paredes, proporcionando una sensación de intimidad e i
Renella estaba completamente entregada a Roberto, disfrutando de cada movimiento, de sus jadeos y palabras de amor con las que él la hacía volverse loca. Los besos eran cada vez más intensos y calientes.Su pasión era tal que tan intensa que Roberto no tardó en llevarla al clímax primero a ella. El
Lacie se despertó sobresaltada cuando vio al médico y a su hermana, ambos la miraban con una expresión de lástima, supo que se avecinaba lo peor, su corazón estaba suficientemente herido y maltrecho para recibir otra mala noticia, pero sabía que no podía evitarlo, sacando fuerzas de lo más profundo
Cuatro meses antes —Lacie, por favor, no te vayas a levantar en la noche a estar curioseando, si te llega a pasar algo nuestros padres me matan. ¿Me lo prometes? —inquirió Fénix mirando la expresión de preocupación de su hermanita. —No puedo hacer esa promesa Fénix, sabes que nunca me gusta promet
Lacie se mantuvo en silencio mientras era aplastada por su cuerpo, hizo intento de salir, para huir, pero no pudo, se calmó y se quedó quieta esperando, aunque no pudo evitar que sus lágrimas bañaran su rostro… se sentía miserable, tan pequeña … tenía miedo por lo ocurrido, sin embargo, segundos des
Por un momento la mente de Renaldo quedó en blanco, sentía que las palabras se atascaron en su garganta, y lo que más lo incomodaba es que las miradas de todos en el comedor se fijaron en él. La mente de Renaldo se tambaleaba. Era imposible que la chica de anoche fuera la hermana de la esposa de su
El rostro de su madre era una mezcla de angustia, dolor, decepción y Lacie no sabía qué hacer, tampoco qué responder, así que siguió callada mientras gruesas lágrimas rodaban por su mejilla. —¿Quién te hizo esto? Dime ¿Te obligaron? ¡Por Dios Lacie, debes decirme la verdad! ¡Soy tu madre! Y tengo d
Después de recibir la llamada de Arion, Taddeo mandó a llamar a Renaldo y este se presentó más de dos horas después, su semblante era frío, duro, su padre no le dijo de inmediato lo que estaba sucediendo, sino que empezó a hacerle preguntas.—Últimamente, te desconozco, tu comportamiento apesta… est