El día de la noche de gala había llegado, no pensaba en ir, en lugar de estar preparándome estaba tirada en la cama en bata, con el pelo desalineado.-Señora, la señorita Mia está aquí- llamó Rita a la puertaNo tenía ganas de ver a nadie en estos momentos, estaba demasiado exhausta como para hablar con alguien- ¿Piensas ir así? – preguntó Mia irrumpiendo en mi habitación.Como siempre tenía un porte elegante, aunque no tuviera puesto un vestido de gala, más bien traía consigo un esmoquin marrón que tenía una abertura en forma de “v” para que sus redondos senos lucieran-No pienso ir, Mathew no me pidió que fuera-Por Dios, es una celebración en nombre de mi padre, no de Mathew.-Aun así, no quiero estar aburrida como el día del “pequeño” convivio familiar- hice énfasis en pequeño haciendo el signo de comillas con mis dedos.Mia se sentó al lado de mi cama-Mira, te eh traído esto- puso en la cama una bolsa de regalo-No es mi cumpleaños- me puse de pie.-Créeme, no puedes faltar est
CatherineAl llegar a aquella celebración, me topé con dos tipos de personas, los que portaban trajes elegantes y hermosos vestidos y aquellos que llevaban las charolas de un lugar a otro.El solo estar en un lugar tan lleno de personas refinadas me causa nerviosismo, pero puedo superarlo, todos estos tres años eh estado preparándome para una ocasión como esta. Estudié etiqueta, modales, postura etc. Todo para ser una buena esposa sin saber que jamás sería presentada ante la sociedad como lo que soy.-Bienvenida joven dama ¿Me puede proporcionar su nombre? - preguntó uno de los empleados encargado de buscar los nombres de los invitados en la gran lista.-Hola, mi nombre es Catherine Clark.El joven buscó mi nombre entre todos los invitados, luego de unos segundos me miró de reojo.Sentí una extraña incomodidad, las personas en la entrada me quedaban mirando de forma extraña- ¿Catherine? – escuché la voz de la señora Rebeca detrás de mí. Me giré para verla, vestía un hermoso vestido n
Mathew se escuchaba molesto y Camila gritaba tirada en el piso. No sé exactamente lo que planea, pero parece dolerle mucho. Recordé el dolor que sentía aquella vez que rodeé por las escaleras ¿Y si ella no esta fingiendo?-Camila, cálmate- me incliné hacia ellaLa puerta se abrió de un golpe-No Catherine, no le hagas daño a mi bebé- pataleaba- ¿Qué crees que haces? - Mathew me empujó tirándome al piso-Yo…yo no sé, de pronto comenzó a golpearse-Catherine…ella comenzó a actuar como loca- La vos de Camila de quebrantaba a cada palabra.-No es verdad- me defendí-Cierra la boca Catherine- me fulminó con la mirada - ¿Camila estas bien? ¿te asustaste? Trata de calmarte le puede hacer daño al bebé- le hablaba cariñosamente-Mat, ella dijo que nuestro bebé sería un bastardo, incluso lo maldijo- comenzó a llorar.Él la tomó entre los brazos y la alzó-Tienes suerte de que nadie más este aquí- me dijo retirándose con Camila en los brazos.¿suerte? En estos malditos años no eh tenido ni una
ZackEn una tarde soleada de verano, en mi etapa estudiantil fue cuando vi a Catherine por primera vez. Ella era igual de hermosa que ahora, siempre traía el pelo suelto hasta la cintura, su silueta delgada y su rostro pálido eran lo que destacaban y hacían que los chicos de alrededor alzaran su mirada al verla.Me gustaba ver su pelo rizado moverse con el viento, y aunque nunca había visto sus ojos cafés de cerca, siempre me parecieron atractivos.No puedo decir que me llamó la atención desde la primera vez que la vi, porque no fue así, siempre la miré pasar por los pasillos sonriente, ella irradiaba paz y tranquilidad a donde sea que fuera, siempre tan amable, siempre tan feliz, era como el mismo sol.Parecía tan cercana a todos, pero tan lejana a la vez, podía tener a muchas personas embobados con su dulzura, pero ninguna de esas personas parecía ser su amigo.-Oye Zack ¿Ya viste a la nueva? – preguntó uno de mis compañeros que baboseaba a través de la ventana del cuarto piso.-No
Catherine-Señora- llamaba Rita desde hace rato a la puerta-Pasa Rita- dije sentándome en el extremo de la cama con la cabeza dolorosa.-Buenos días señora. El señor Mathew la espera en su despecho.Cada vez que me citaba en su despacho no era para algo bueno. En verdad no quería ir, no quería escuchar sus reclamos o reproches, pero no me quedaba más que aceptar.-Enseguida bajo- con estas palabras Rita asintió y salió de la habitaciónMiré mi tobillo lesionado y recordé la noche de ayer en la que Zack estuvo brindándome su apoyo, incondicional. Creo que eh sido demasiado dura con él, tendré que disculparme más tarde.Bajé cojeando por las escaleras y al estar parada frente a la puerta del despacho inhalé profundo, estaba nerviosa, pero mas que eso, estaba asustada.-Buenos días- saludé a la otra persona que se encontraba sentado frente a Mathew.-Buenos días señora Hollad- saludó poniéndose de pie- ¿Para qué me has llamado? - pregunté dirigiéndome a mi esposoÉl levantó la mirada q
Catherine.Zack se sorprendió mucho al escuchar mi respuesta- ¿De verdad quieres hacerlo?-No. No quiero hacerlo, pero tengo que, a veces no lo que queremos no siempre será lo mejor.Él me miró desconcertado-Zack, perdón que te pida esto, pero no tengo a nadie a quien pueda recurrirComo dije antes, no tenia amigos, ni familia, no podía confiar en nadie, si siquiera en Mia que en cualquier momento puede ser manipulada por Camila.-Puedes contar con mi apoyo incondicionalmente.-Ahora no tengo dinero, pero sin duda te lo pagaré.-No es necesario, solo…solo quiero que vuelvas a ser feliz, dinero tengo de sobra- exclamó- pero tienes que prometerme algo.-Lo que sea.-Jamás permitas que alguien vuelva a tratarte de esa forma y mucho menos a golpearte- rozó la yema de sus dedos por mis labios.-No tienes que decírmelo- me alejé- ya eh permitido mucho hasta ahoraMe sentía cansada, adolorida y profundamente herida, jamás pensé en que tomaría esta decisión. Honestamente creí que pasaría to
-Siéntate Catherine- indicó la señora Rebeca detrás de su escritorioPor la noche la señora Rebeca me llamó por teléfono pidiéndome que fuera a verla a su mansiónEl lugar era muy amplio para ser solo un despacho, en las paredes blancas se encontraban colgadas grandes pinturas que valían millones y en lado izquierdo un gran piano blanco.-Me imagino que debes estar enterada que Mathew tiene la aprobación para divorciarse de ti- dijo encendiendo un puro.-Así es.La señora Raquel me escaneó con la mirada mientras exhalaba el humo por su boca.-Catherine ¿Qué crees que hace grande a una mujer? ¿intelecto? ¿carisma? O ¿belleza?-Supongo que todas ellas.-Sabes, Camila es una cabeza hueca pero muy astuta, es como una serpiente del desierto, esperando el momento oportuno para asechar a su presa.Me quedé callada escuchándola atentamente-Tú tienes belleza e intelecto, pero ¿sabes lo que no te ayuda? Tu estupidez.Mi estupidez, era algo que la señora Hollad me recalcaba siempre que me veía
En todo este tiempo me olvidé de muchas cosas, de mis sueños, de mis metas y de mi propia identidad, jamás me cuestione el ¿Quién soy? y solo me formulé la pregunta de ¿Qué debo ser? ¿Qué debía ser? ¿Cómo debería actuar?Tal vez si no hubiera desperdiciado mi tiempo amando a un hombre que ni siquiera me miraba, hubiese hallado la respuesta a mi pregunta y quizá, solo quizá pude haber llegado mas alto que de lo que imaginé.Jamás cometí errores en el tiempo como estudiante, un solo error y perdería todo, pero la escuela y la vida es muy diferente. Apenas y salí al exterior cometí error tras error.Lloré noche tras noche y hasta ahora me doy cuenta que lloraba porque extrañaba la antigua versión de mí, aquella que luchaba por lo que quería hasta lograrlo. Eh echado de menos a esa mujer talentosa, alegre llena de vida y esperanza que alguna vez fui.Madre, eh olvidado muchas cosas y eh ignorado otras ¿Por qué nunca me advertiste de lo cruel que era el amor? Me enseñaste muchas cosas, per