‘¿Por qué dije algo así? ¿Cómo pude ser tan tonto?’ me pregunto mentalmente.
Quería bromear, pero, Axael es sensible, la broma era pesada, y sé que por sus tratamientos, sus cambios de humor son… impredecibles. Pero, yo quería pasarme de chistoso y aquí estoy dudando si he vivido lo suficiente para sacrificarme tanto.Justo estoy pensando en eso cuando alguien dispara al menos a un metro de mí, angustiando a los chicos que cuando deberían protegerme, lo que hacen es retroceder, en pocas palabras es: defiéndete como puedas.— ¡Axael!— ¡Te lo dije, Barack! — grita ella.— Para eso si tiene energía. — digo y los chicos se ríen, por lo que, Axael dispara tanto que todos debemos escondernos, porque Axael no tiene puntería y podría matar a cualquier y después disculparse como si eso nosNi siquiera sé que hacer, se supone que uno esta entrenado para este tipo de situaciones, pero, es mentira, una cosa es enfrentarse al enemigo y otra es enfrentarse a su propia esposa, por eso es que muchos jefes obedecen a su esposa.‘Yo no quería ser parte de eso. Si hubiese sabido que algo así sucedería… yo no había hecho esta broma.’ Me digo mentalmente.Pero mi teléfono suena y lo más indignante es que no puedo refugiarme en algo porque Axael se ha llevado a todos los chicos que no tienen un pésimo sentido del humor.Con miedo, desconecto la canción temiendo lo peor, porque nadie vendrá a ayudarme. porque Axael es una mujer de pocos amigos.— Nos marcharemos, Maximiliano, es tu decisión si te quedas o no. — dice Axael.— Dime que no vas a dispararme e iré. — digo porque ahora vivir es la prioridad.— Maximiliano&helli
De inmediato, corro aunque mi cuerpo duela de tantas cosas que he pasado y Axael corre detrás de mí, por lo que, saltamos por las sillas, la cama e incluso, parte de la cabina, mientras Axael me persigue.— ¡Aquí te va tu serpiente cascabel! ¡Mira cómo me deslizo, desgraciado! — grita Axael mientras los chicos se esfuerzan por no reírse.— ¡Lo siento! ¡Lo lamento mucho! — grito, pero, Axael no se detiene.Para no morir en manos de mi esposa, la agoto aunque ella me lanza todo lo que encuentra a su alrededor. Por eso, solo cuando ya está lo suficiente cansada para sentarse e incluso vomitar, es que me acerco a ella.‘Creo que mis ideas suicidas ahora se han concentrado en hacer enojar a mi esposa.’ Me digo mentalmente.— Dormiré un poco para recuperar energía. — dice Axael acomodándose en la silla.— Está bie
Amelia enloquece por lo que le he dicho y es eso lo que disfruto, porque una mujer como ella que se atrevió a burlarse de mí diciendo lo feliz que estaba de ‘asesinar’ a mi hija solo merece dolor y desesperación, por fortuna, está experimentando ambas.El tiempo pasa, los gritos se escuchan menos, pero, no me preocupo por eso, ya que, los autos están listos para llevarnos a ‘la oscuridad’. Mi esposa se despierta desorientada y yo le sonrío.— ¿Cómo estás?— Me duele todo el cuerpo. — dice ella agotada.— Es de esperarse, querías hacer una maratón cuando aún no te has recuperado completamente de las cirugías.— ¿Por culpa de quien hice eso? — pregunta ella y yo quiero besarla, pero, me detengo a medio camino.— Quiero saber si no vas a morderme. No quiero ser un juguete viejo de perro que est&
(Atención, este capítulo tiene información de armas para realizar torturas, si es muy sensible, no leer)Axael no se trauma y eso me gusta mucho, es inocente con cada cosa que ve, pero, es normal de acuerdo con lo poco que la había involucrado hasta ahora en mi mundo de violencia.— Hay láser con los que puedes cortar sin que derrame mucha sangre, hay látigos pero, los chicos seguramente le han hecho muchas cosas con los látigos.— Entonces ya no será divertido. — dice ella desechando los látigos, para tomar un bate.— Los bates pueden romperle costillas y demás, hay con púas, clavos o simples.— ¿Puedo explorar todas las habitaciones?— Esta propiedad también es tuya, querida. Solo ordena ver todo y lo haré realidad. Así que, siéntate en la silla de ruedas y…— No voy a sentarme. — d
Axael se levanta de la silla de ruedas y camina con una seguridad que me dan ganas de aplaudir, la mujer que permití que se sentara a mi lado y con quien me casé apenas viéndola levemente porque me parecía interesante, ahora tiene toda mi admiración.— ¿No vienes? — pregunta mi esposa sonriéndome mientras continúa caminando.— Claro que sí, a dónde va mi querida esposa, iré yo. Recuerda que soy tu escolta. — respondo y ella sonríe negando levemente.— Eres todo un caso perdido.— Si estoy perdido, seguramente tú me vas a encontrar. — digo guiñándole el ojo.Ella entra sonriendo y eso hace que Amelia comience a insultarla, se nota que se odian mucho y no puedo ni quiero intentar que se lleven bien, porque Amelia aunque habría sido una buena aliada, solo mostró ser una completa loca.‘Tan buenas conexiones que tenía y pude usar a mi antojo, pero, ella decidió obsesionarse con alguien que no le va a dar lo que desea.’ Me digo mentalmente.— Aquí estás, maldita perra. Libérame de estas es
(Advertencia: hay una escena descrita de violencia) El pánico me recorre al pensar en todo el daño que le puede causar a mi esposa, pero, Axael piensa tan rápido y tiene una puntería tan buena que lanza el martillo golpeando la nariz de Amelia. — ¡Mierda! — grita ella mientras sale sangre de su nariz, pero, el peligro que era para Axael, ha desaparecido porque mi esposa corre hacia mí. — ¡¿Estás bien?! — No sabía que eso podría suceder, pero, me alegra reaccionar rápido. — dice ella mientras los chicos forcejean para inmovilizarla. Pero, la mujer da mucha pelea y los chicos deben pegarle en su estómago para que deje de ser un maldito problema. — Lamento no haberte cuidado como correspondía. Debí estar más atento a ti. — digo angustiado. — Tranquilo, esto no va a romperme. Además, como te disté cuenta supe manejar la situación perfectamente. — No me importa, lo mejor es que no te acerques a ella hasta que esté encadenada, debemos prevenir antes que lamentar. — digo preocupado m
Me miro en el espejo y me pregunto si es buena idea ser una chica que no soy e ir a lugares donde normalmente no me encuentro, pero, debo dejar de ser la chica que solo trabaja para terminar mis estudios y no es capaz de tomar una gaseosa porque se descuadra el dinero que tiene estipulado para sus gastos, por eso, usando la ropa de mi compañera de cuarto, salgo rumbo al club en el que soy mesera.— Normalmente los empleados se marchan lejos del lugar de trabajo cuando están de descanso, sobre todo, si es la primera vez que tiene un descanso después de tres años trabajando.— No me molestes, Lauren, déjame ser libre.— Donde trabajas. — resalta Lauren con incredulidad.— Dijiste que en el club están los hombres más atractivos y adinerados del estado, así que, es un buen lugar para coquetear.— ¿Tú vas a coquetear? ¿Axael Blanco va a coquetear?— Las tetas me llegan a la boca y siento la brisa tocar mi entrada por la ropa que tengo puesta, así que, si no voy a coquetear, ¿para qué voy c
Si había algo que no creía posible que me sucediera es este tipo de acoso, porque soy una chica que no es atractiva como las demás empleadas, por eso, aunque trabajo en uno de los clubes más importantes de Las Vegas, no había experimentado este tipo de acoso, por eso, cuando observo sus ojos color verdes y sus labios rojos e hinchados, no lo dudo y respondo dando una buena bofetada.Pero cuando creí que Andrés y el jefe me defendería, lo que hace es correr hacia el hombre que tensiona su rostro girado por mi bofetada. Todos los que me miraban, cubren su boca y cierran los ojos como si esperaran el inicio de algo trágico, cuando la realidad es que todos corren a auxiliar al hombre que aferra más su agarre a mi brazo.— Señor Barack…— Que nadie se me acerque. — dice el hombre que ahora conozco su nombre.Como lo ordenó nadie se le acerca, pero entiendo que la amenaza no es lo que le causa miedo, si no, el arma que se muestra en su pantalón, una que estoy segura que usará conmigo.‘Buen