CAPÍTULO ESPECIAL IIIRebeccaEl aire en la sala del tribunal se siente espeso, como si todos estuviéramos conteniendo la respiración. Siento un nudo en el estómago, y por un momento creo que me voy a desmoronar justo aquí, delante de todos.—¿Quién es usted y qué hace interrumpiendo esta audiencia? —exige el juez, visiblemente irritado.La mujer no titubea. Su presencia es imponente, y su tono es firme cuando responde:—Soy Jasmine Taylor, abogada del tribunal de justicia. Y traigo una orden que exige su retiro inmediato de este caso, su señoría.El juez se endereza, claramente sorprendido, pero su arrogancia no disminuye.—¿Qué clase de broma es esta? —protesta el juez, su voz ahora más alta y llena de incredulidad—. ¡Usted no tiene autoridad para sacarme de aquí!Jasmine mantiene la calma mientras saca un documento de su portafolio y lo entrega al secretario del juez, quien lo toma y lo revisa con rapidez. El juez, ya rojo de rabia, no espera a que el secretario termine y toma el p
CAPÍTULO 157: UNA FAMILIA PARA JOHNSiento que por fin las cosas se están encaminando por donde deben estar. Por un momento temí que Becca perdería a su hijo para siempre, pero ni yo me esperaba ver llegar a Cristhian y a Ricardo con la artillería pesada. Sabía que estaban tramando algo, porque toda la semana pasada estuvieron reuniéndose, pero Ricardo le guardó el secreto, imagino que para sorprender a Becca en el último momento.Ahora la veo irse en el auto con Cristhian y realmente deseo que esos dos resuelvan sus problemas y sean felices. Ella merece un buen hombre, aunque todavía queda la duda de lo que sucedió con Leona, Ricardo me explicó lo que ocurrió, no obstante, no soy yo quien debe creerle, sino ella.Siento las manos de Ricardo sobre mis hombros y mi cuerpo se estremece.—Vamos a casa, mi reina —susurra en mi oído.Giro sobre mis talones y le miro con una gran sonrisa. Él me devuelve el gesto y me besa suavemente acariciando mi mejilla.La semana con John y Jake no fue t
CAPÍTULO 158: PONIENDO A LA VÍBORA EN SU LUGARAl llegar al hospital psiquiátrico, el ambiente es lúgubre y pesado. Las paredes tienen ese tono blanquecino, desgastado, que siempre te recuerda que el tiempo aquí pasa diferente, más lento. Ricardo aparca el auto, y ambos permanecemos en silencio durante unos segundos. Puedo sentir su tensión; no es solo por lo que está a punto de ocurrir, sino porque en el fondo, sabemos que enfrentar a Débora nunca es sencillo.—Voy a entrar primero —dice sin mirarme—. No quiero que esto se salga de control.Asiento en silencio. Entiendo su necesidad de manejar la situación por su cuenta al principio, aunque odio la idea de que él tenga que lidiar con esta mujer de nuevo. Me quedo en el auto unos minutos más, mirando cómo entra al hospital, y finalmente respiro hondo antes de seguirlo.Cuando entro al edificio, puedo ver a Débora casi de inmediato. Está en el pasillo, sentada en una de esas sillas metálicas incómodas, nerviosa y moviendo la pierna con
CAPÍTULO 159: PICNIC FAMILIARRicardoPor mucho tiempo, tuve la sensación de que mis propios errores acabarían por arrebatarme lo que más amo. Pero, aquí estamos, Isabella y yo, juntos, más fuertes que nunca. Después de devolver al hijo de Débora con su familia y distanciarnos de los fantasmas del pasado, todo parece estar alineándose. No he vuelto a saber de Débora, lo cual es un alivio, y en la empresa, las cosas van mejor de lo esperado. Hemos superado la caída que nos dejó Leonardo, y la confianza que Jake comienza a tener en mí me llena de satisfacción.Ver a Isabella con su hijo, construyendo algo que cada día se siente más como una familia, es lo que siempre soñé, aunque antes no me atrevía a admitirlo. Ahora sé que, con ella, puedo tenerlo todo. Estoy dichoso, por primera vez en mucho tiempo me siento completo.—¿Qué te parece si mañana organizamos algo especial? —le sugiero esta mañana, mientras desayunamos en la terraza del rancho. El sol apenas está elevándose, y la luz sua
CAPÍTULO 160: DE VUELTA A LA VIDAPor un momento llegué a pensar que Edward nunca despertaría. Escuchar las palabras del doctor a través del celular diciéndome que está consciente me hace sentir un vuelco en el estómago.Siento una inmensa alegría recorrerme, no creo que hubiese sido capaz de vivir con la culpa si Edward se hubiese muerto, pero, por otro lado, el pánico también se asienta en mi interior. No tengo idea de lo que sucederá ahora.Sé que Ricardo estaba a punto de proponerme matrimonio, pero una vez más, algo en el destino se nos interpone primero.—Tenemos que ir a verlo ahora —le digo.Él suspira con derrota. Saca la mano de su bolsillo, pero está vacía.—Sí, por supuesto. Vamos —acepta con una sonrisa. Me ayuda a montarme en el caballo de nuevo y esta vez lo pone a correr para llegar más rápido. Me aferro a su cintura y cierro los ojos para no sentir tanto miedo. Creí haber superado lo de los caballos, pero claramente todavía no ha pasado del todo.Llegamos al jardín de
CAPÍTULO 161: SOLO ES MOMENTANEOEl estado de Edward me preocupa profundamente. Su pérdida de memoria y ahora la parálisis en sus piernas me hacen sentir que la deuda que tengo con él solo aumenta.—No, no nos casamos —respondo en un susurro. Agacho la cabeza, porque no sé cómo se supone que voy a decirle que ahora estoy con Ricardo.¿Cómo se supone que voy a decirle que ahora estoy con Ricardo? Todo parece tan complicado, tan injusto. Ya habíamos pasado por esto una vez, y ahora el destino vuelve a interponerse.De repente, siento la mano de Edward en mi mentón, levanta mi rostro con suavidad haciendo que lo mire a los ojos.—No te preocupes por eso, mi amor. Ahora que he despertado podemos volver a intentarlo. Claro, si todavía estás dispuesta a casarte conmigo —dice con una risa nerviosa.Me siento asfixiada por la situación. No quiero herirlo, pero no puedo fingir que todo es como él lo recuerda.—Jake está afuera —respondo, desviando el tema—, está loco por verte.—Y yo por verlo
CAPÍTULO 162: SE LO DEBOMis ojos se llenan de lágrimas que apenas puedo contener. Sé que Ricardo está molesto, pero no entiende lo que siento, no entiende por qué no puedo ser tan directa con Edward. Si le digo que no nos casamos, que estoy con Ricardo ahora, eso podría romper su espíritu en este estado tan delicado. Edward se sacrificó por mí, lo mínimo que puedo hacer es devolverle algo de paz y estabilidad mientras recupera la memoria.Me limpio las lágrimas rápidamente, aunque es imposible ocultar el rastro de mi tristeza. Regreso al pasillo donde los demás están esperando, y, apenas me ven, sé que mi aspecto no ha pasado desapercibido. Becca es la primera en acercarse.—¿Y Ricardo? —pregunta preocupada.—Se fue —respondo, con la voz quebrada y sin ánimos de decir más.Becca me mira con un gesto de comprensión, pero no hace más preguntas. Sin embargo, puedo ver que quiere hablarme, saber qué ha pasado. No puedo con eso ahora. Necesito enfocarme en lo que sigue, en lo que debo hac
CAPÍTULO 163: DIEZ DÍASRicardo se fue. Realmente se fue. Mis ojos se llenan de lágrimas que intento ocultar de Jake, pero incluso él se da cuenta. Me abraza con ternura y me da un beso en la mejilla.—¿Por qué lloras, mami?—No es nada hijo, solo me emociona que Edward esté vivo y despierto.—¿Es porque ya no te vas a casar con él? —pregunta sin rodeos. Mi corazón se detiene. Pensé que habíamos superado esto, tener que revivirlo es una tortura.Me limpio las lágrimas y le sonrío.—Jake, tu padre merece a alguien que pueda amarlo del mismo modo. Yo no soy la persona indicada para él. Pero no podemos decirle lo que pasó todavía, él está delicado de salud, ¿entiendes?Jake asiente con lentitud.—Sí, entonces no hay que decirle, ¿verdad?Me sorprende su capacidad de análisis, es mucho más inteligente de lo que pensé.—Así es. Solo hasta que se recupere. Estoy segura de que será pronto.Llegamos al rancho, pero el ambiente se siente más pesado que de costumbre. Algo ha cambiado desde que R