CAPÍTULO 78: RECUERDOS DOLOROSOSNo me contengo, las lágrimas se apoderan de mí impidiéndome respirar con normalidad. Pensé que estaba preparada para escuchar cualquier cosa de Ricardo, pero no esto. Me duele demasiado, ya no tiene caso negarlo, estoy enamorada de un diablo. Y esto no es más que culpa mía por jugar con fuego. Sabía en lo que me estaba metiendo y aun así, me quemé en las llamas de su infierno.La puerta de la habitación se abre abruptamente. Por más que disimulo mis lágrimas, Cristhian y Becca se dan cuenta de la situación. Por la cara que traen los dos, me da la impresión de que supiesen el motivo de mi llanto.—¡Ay, Isa! Lo siento tanto —dice Becca arrojándose a mi lado. Me da un abrazo fuerte. Cristhian no dice nada, pero deja un chocolate caliente a un lado de mi cama.—No pasa nada, no se preocupen. —Intento sonreír, limpio mis lágrimas, pero ellos no quedan convencidos.—Eh… escuchamos lo que te dijo Ricardo —confiesa Cristhian.Me pongo pálida de inmediato, mis
CAPÍTULO 79: RECUERDOS DOLOROSOS PARTE 2Hace 10 años…Unos días después de aquella fiesta de cumpleaños, Ricardo y Débora compartían un desayuno tranquilo en la cocina de su acogedor hogar. Era una mañana soleada, y los rayos de sol se filtraban por las ventanas, iluminando la mesa donde se encontraban. Había un aroma delicioso en el aire; Débora había preparado tortitas, acompañadas de frutas frescas y café.Mientras Ricardo saboreaba una taza de café, observaba a Débora con admiración y un profundo amor. Ella le sonrió, y luego se levantó para ir a la nevera. —Casi olvido darte esto —dijo con un tono juguetón, sacando una pequeña caja envuelta en papel de regalo.Ricardo frunció el ceño, intrigado. —¿Qué es esto?— preguntó, tomando la caja con curiosidad.Débora se sentó de nuevo a su lado, con los ojos brillando de emoción. —Es un pequeño regalo para tu viaje. Quería darte algo que te recordara cuánto te amo y que estaré pensando en ti mientras estés fuera.Ricardo abrió la caj
CAPÍTULO 80: REFLEXIONESEscuchar la historia de Ricardo me deja completamente sin palabras. Imaginaba que su pasado con esa mujer era caótico y doloroso, pero no creí que fuese a ese nivel. Él de verdad la amaba, pero ella traicionó su confianza y lo engañó de la peor manera. Tan solo imaginar lo que pudo sentir cuando los encontró juntos en la cama matrimonial que compartían, la traición de saber que no fue con cualquiera sino con su mejor amigo, y uno que clamaba a toda voz que le parecían una pareja perfecta… es hasta retorcido, cruel. Eso me hace entender muchas cosas. Ahora sé por qué es tan desconfiado y por qué no actúa en las relaciones como una persona normal. Ella lo destruyó, él tuvo que volverse a armar con las piezas rotas que le quedaron. El silencio en la habitación cuando Cristhian termina la historia es abrumador. Me quedo mirando a la pared por unos minutos, incluso me duele el pecho, siento su dolor, sé lo que es descubrir a quien crees que amas con otra persona
CAPÍTULO 81: TODO SEGÚN LO PLANEADOVamos en el auto en silencio, Ricardo mantiene la vista fija en el camino mientras que yo no sé qué hacer o decir. Quiero preguntarle sobre Débora y el niño, pero temo que eso nos lleve a hablar de cosas que no deseo escuchar de su boca de nuevo. —No quiero que intervengas en la reunión —dice de pronto cuando se detiene en un semáforo.—¿Qué? —No intervengas —repite—, lo que sea que vaya a decir Leonardo, lo aceptaremos sin quejas. No puedo evitar mirarlo con suspicacia, odio que no me diga todo el plan. Ahora me muero de curiosidad por saber de qué se trata todo esto y cuándo va a explotar.—Está bien, será como tú digas.El auto se desliza en el aparcamiento subterráneo de la empresa, aunque vamos en silencio, puedo sentir la tensión en el aire. Ricardo apaga el motor y de repente se gira hacia mí, sus ojos oscuros están fijos en los míos. Su mano se cierne sobre mi brazo, atrayéndome hacia él con una fuerza que me toma por sorpresa. Siento sus
CAPÍTULO 82: DERBISu manera tan contradictoria de tratarme es lo que me confunde. Su mano todavía sigue acariciando mi cabello y esa media sonrisa que esboza acelera mi corazón sin que lo pueda controlar. Aparto su mano con delicadeza y me doy media vuelta hacia mi escritorio. Suspiro. Necesito distanciarme de él. Cuando estemos solos no puedo permitir que me confunda.—Supongo que ya sabes lo que pasó en México —comienzo a decir.—Sí, Dan me lo reportó. Lamento que hayas vuelto a un callejón sin salida —dice con calma. Parece sincero y eso me sorprende.—No es del todo así, tengo un apellido y según la enfermera, está aquí en Houston. —Yo me encargaré de encontrarlo —dice con seriedad. Parpadeo dos veces sin poder creer lo que escucho. Pensé que después de lo que me dijo en el hospital, ya no iba a seguir ayudándome. —Creí que…—Ya te lo dije, tenemos que seguir fingiendo, además, siempre cumplo mi palabra. En cuanto a lo de tu embarazo…En ese momento la puerta de la oficina se
CAPÍTULO 83: HIPOCRESÍA—Mucho gusto —saludo con la misma sonrisa falsa—, Isabella Montenegro de Velazco —remarco esa última palabra, odio que me trate con condescendencia y una falsa modestia.Tomo su mano y enseguida ella me atrae hacia su cuerpo para darme un abrazo. Me da un beso en ambas mejillas, pero al momento de soltarme, sus uñas se clavan con fuerza en la piel de mis brazos.—¡Ah! —me quejo.—Ay, lo siento, no me di cuenta. —Se disculpa de inmediato con una voz chillona y una falsa modestia.—No te preocupes.Por dentro solo deseo darle una buena bofetada, pero me contengo. Ricardo no dice nada, se aleja de ella y se posiciona a mi lado tomándome la mano.—¿Vamos?A nosotros se nos une Cristhian, Rebecca, también llegan Samuel y Rafael, quienes quedan bastante sorprendidos al ver a Débora. Se saludan con una evidente incomodidad, pero es como si ella lo disfrutase. Para mi sorpresa, luego de sentarnos en nuestros sitios correspondientes, veo a Camila y a Leonardo llegar y t
CAPÍTULO 84: NO ES UNA SIMPLE AMENAZATrato de controlar mi enojo mientras doy zancadas para alejarme lo más pronto posible de allí. Becca me sigue rápidamente, y cuando llegamos al baño, comienzo a intentar limpiarme la ropa empapada.—Esa mujer lo hizo a propósito —murmuro, sintiendo cómo la rabia y la frustración se acumulan.Becca me observa con preocupación, pero intenta calmarme.—No le des el gusto de verte alterada. Eso es lo que quiere.Respiro hondo, intentando calmarme, pero estoy harta de todo. De tener que fingir, de jugar este juego en el que siempre parezco salir perdiendo. Me miro en el espejo, viendo las manchas en mi ropa y la expresión de agotamiento en mi rostro. Este día no podría ir peor.—Ella no hiciera eso si Ricardo la pusiera en su lugar, pero no lo va a hacer evidentemente. No le importa.—Tranquilízate Isa, recuerda que no puedes alterarte, piensa en tu bebé.—Solo quiero que esto se termine de una buena vez, estoy harta de todo esto, ¡harta!Cuando finalm
CAPÍTULO 85: SUEÑOEscucho a la lejanía la voz de Becca, el olor a sangre y gasolina se mezcla en mi nariz produciéndome nauseas. Mi visión está borrosa, pero alcanzo a ver pequeños puntos de luz brillantes e intensos, al tiempo que alguien trata de arrastrarme fuera del auto. Mi piel se lacera con el vidrio roto del suelo, pero no siento dolor. De pronto veo el rostro de Becca, aunque todavía borroso.Hay sangre en su mejilla y suena realmente angustiada, pero no puedo entender las palabras que dice. Cierro los ojos de nuevo dejándome arrastrar por la inconsciencia. Una parte de mí comprende lo que sucedió, pero está demasiado apartada en un rincón de mi mente como para entender lo que dice.Unas manos diferentes me levantan del suelo, el sonido de la sirena de ambulancia vuelve a despertarme, pero no lo suficiente como para poder hablar. Creo que el golpe en mi cabeza ha sido más fuerte de lo que creía.Pronto siento una luz blanca en mis ojos, alguien me habla, mas, no puedo respon