CAPÍTULO 159: PICNIC FAMILIARRicardoPor mucho tiempo, tuve la sensación de que mis propios errores acabarían por arrebatarme lo que más amo. Pero, aquí estamos, Isabella y yo, juntos, más fuertes que nunca. Después de devolver al hijo de Débora con su familia y distanciarnos de los fantasmas del pasado, todo parece estar alineándose. No he vuelto a saber de Débora, lo cual es un alivio, y en la empresa, las cosas van mejor de lo esperado. Hemos superado la caída que nos dejó Leonardo, y la confianza que Jake comienza a tener en mí me llena de satisfacción.Ver a Isabella con su hijo, construyendo algo que cada día se siente más como una familia, es lo que siempre soñé, aunque antes no me atrevía a admitirlo. Ahora sé que, con ella, puedo tenerlo todo. Estoy dichoso, por primera vez en mucho tiempo me siento completo.—¿Qué te parece si mañana organizamos algo especial? —le sugiero esta mañana, mientras desayunamos en la terraza del rancho. El sol apenas está elevándose, y la luz sua
CAPÍTULO 160: DE VUELTA A LA VIDAPor un momento llegué a pensar que Edward nunca despertaría. Escuchar las palabras del doctor a través del celular diciéndome que está consciente me hace sentir un vuelco en el estómago.Siento una inmensa alegría recorrerme, no creo que hubiese sido capaz de vivir con la culpa si Edward se hubiese muerto, pero, por otro lado, el pánico también se asienta en mi interior. No tengo idea de lo que sucederá ahora.Sé que Ricardo estaba a punto de proponerme matrimonio, pero una vez más, algo en el destino se nos interpone primero.—Tenemos que ir a verlo ahora —le digo.Él suspira con derrota. Saca la mano de su bolsillo, pero está vacía.—Sí, por supuesto. Vamos —acepta con una sonrisa. Me ayuda a montarme en el caballo de nuevo y esta vez lo pone a correr para llegar más rápido. Me aferro a su cintura y cierro los ojos para no sentir tanto miedo. Creí haber superado lo de los caballos, pero claramente todavía no ha pasado del todo.Llegamos al jardín de
CAPÍTULO 161: SOLO ES MOMENTANEOEl estado de Edward me preocupa profundamente. Su pérdida de memoria y ahora la parálisis en sus piernas me hacen sentir que la deuda que tengo con él solo aumenta.—No, no nos casamos —respondo en un susurro. Agacho la cabeza, porque no sé cómo se supone que voy a decirle que ahora estoy con Ricardo.¿Cómo se supone que voy a decirle que ahora estoy con Ricardo? Todo parece tan complicado, tan injusto. Ya habíamos pasado por esto una vez, y ahora el destino vuelve a interponerse.De repente, siento la mano de Edward en mi mentón, levanta mi rostro con suavidad haciendo que lo mire a los ojos.—No te preocupes por eso, mi amor. Ahora que he despertado podemos volver a intentarlo. Claro, si todavía estás dispuesta a casarte conmigo —dice con una risa nerviosa.Me siento asfixiada por la situación. No quiero herirlo, pero no puedo fingir que todo es como él lo recuerda.—Jake está afuera —respondo, desviando el tema—, está loco por verte.—Y yo por verlo
CAPÍTULO 162: SE LO DEBOMis ojos se llenan de lágrimas que apenas puedo contener. Sé que Ricardo está molesto, pero no entiende lo que siento, no entiende por qué no puedo ser tan directa con Edward. Si le digo que no nos casamos, que estoy con Ricardo ahora, eso podría romper su espíritu en este estado tan delicado. Edward se sacrificó por mí, lo mínimo que puedo hacer es devolverle algo de paz y estabilidad mientras recupera la memoria.Me limpio las lágrimas rápidamente, aunque es imposible ocultar el rastro de mi tristeza. Regreso al pasillo donde los demás están esperando, y, apenas me ven, sé que mi aspecto no ha pasado desapercibido. Becca es la primera en acercarse.—¿Y Ricardo? —pregunta preocupada.—Se fue —respondo, con la voz quebrada y sin ánimos de decir más.Becca me mira con un gesto de comprensión, pero no hace más preguntas. Sin embargo, puedo ver que quiere hablarme, saber qué ha pasado. No puedo con eso ahora. Necesito enfocarme en lo que sigue, en lo que debo hac
CAPÍTULO 163: DIEZ DÍASRicardo se fue. Realmente se fue. Mis ojos se llenan de lágrimas que intento ocultar de Jake, pero incluso él se da cuenta. Me abraza con ternura y me da un beso en la mejilla.—¿Por qué lloras, mami?—No es nada hijo, solo me emociona que Edward esté vivo y despierto.—¿Es porque ya no te vas a casar con él? —pregunta sin rodeos. Mi corazón se detiene. Pensé que habíamos superado esto, tener que revivirlo es una tortura.Me limpio las lágrimas y le sonrío.—Jake, tu padre merece a alguien que pueda amarlo del mismo modo. Yo no soy la persona indicada para él. Pero no podemos decirle lo que pasó todavía, él está delicado de salud, ¿entiendes?Jake asiente con lentitud.—Sí, entonces no hay que decirle, ¿verdad?Me sorprende su capacidad de análisis, es mucho más inteligente de lo que pensé.—Así es. Solo hasta que se recupere. Estoy segura de que será pronto.Llegamos al rancho, pero el ambiente se siente más pesado que de costumbre. Algo ha cambiado desde que R
CAPÍTULO 164: UNA DECISIÓNMe siento como una completa imbécil. Y lo sé. Sé que metí la pata hasta el fondo porque nunca debí hacer que Ricardo dudase de lo nuestro. Ahora siento un nudo profundo en el pecho que amenaza con ahogarme en las profundidades. No puedo perderlo, no puedo arriesgarlo todo solo por lo que le pasa a Edward.Anoche apenas pude dormir, ahora intento maquillarme la cara para disimular las enormes bolsas y ojeras que tengo, pero no puedo hacer milagros.Dejo que Felip lleve al niño al colegio mientras yo tomo el rumbo hacia la empresa. Él no está, pero eso no significa que pueda dejar mi trabajo descuidado; aunque… después de lo que me dijo anoche, no sé cómo van a continuar las cosas.Hace unas semanas estaba a punto de pedirme matrimonio y ahora…Suspiro intentando no volver a llorar. Dejo mi auto en el estacionamiento y subo al piso de presidencia. Saludo a los empleados de lejos y me meto en mi oficina. No quiero ver a nadie.Me concentro en los documentos fre
CAPÍTULO ESPECIAL IVRebeccaSigo a Leona por el pasillo, obligándome a mantener la calma. Cada movimiento de su cadera exageradamente altiva me recuerda lo mucho que me irrita esa mujer. No está aquí por la empresa, ni porque realmente le interese el trabajo de Ricardo. Está aquí para fastidiarme, para jugar con mi paciencia, porque sabe que ahora estoy de nuevo con Cristhian. Es como si llevara una marca invisible, algo que la provoca a actuar como la arpía que es cada vez que ve que alguien tiene algo que ella no puede tener.Cuando entra en la oficina, lo hace con la elegancia forzada de alguien que quiere parecer importante. Me detengo en la puerta por un segundo, preguntándome por qué sigo soportando esto. Podría simplemente ignorarla, pero no. Ella no me va a intimidar.—Rebecca, cierra la puerta —ordena sin siquiera mirarme.Respiro hondo y la cierro, intentando no mostrar mi molestia. Me siento en la silla frente a su escritorio, pero ella no me presta atención de inmediato.
CAPÍTULO 165: LA FIESTASolo han pasado cuatro días desde que Ricardo no está, pero se siente como una maldit4 eternidad. He pasado noches en vela queriendo escribirle, pero al final acabo arrepintiéndome por miedo a que me diga algo que no quiero leer; o peor, que lo vea y me ignore.Él tampoco ha hecho el intento de llamarme o comunicarse conmigo, así que supongo que eso significa que no quiere hablarme.Pero lamentablemente no puedo poner mi vida en pausa. Hoy es la fiesta de bienvenida que Valverde organizó para John, y les prometí que iba a estar ahí con Jake. No puedo faltar.Me miro en el espejo, acomodando los últimos detalles de mi vestuario. Es curioso como la percepción de mí misma ha cambiado tanto en este año que ha pasado.La mujer débil, delgada, demacrada que fui cuando salí de la prisión se ha transformado en una muy distinta. En parte Ricardo ha sido responsable de este cambio, pero también mi propia actitud.El sonido de la notificación de mi celular me saca de mis p